Partida Rol por web

En este hilo se irá presentando cada Personaje No Jugador (PNJ) que sea relativamente importante para la partida.

En principio, aquí tenéis a los 4 PNJ que junto a vosotros, forman parte de los supervivientes del ataque del Clan del Lobo.

Mileva

Cuando era joven, la madre de Mileva murió debido a una fiebre. Quedando su padre, el antiguo herrero del pueblo, a cargo de ella sin ningún tipo de ayuda.

Para poder aligerar la carga de su padre, Mileva empezó a ayudarlo a una temprana edad en la forja, aprendiendo de camino el oficio de los varones de su familia. Con el paso del tiempo, Mileva demostró que la sangre de su padre corría por sus venas, pues siempre continuó ayudando y mejorando su técnica.

Cuando llegó a la adolescencia, su padre tuvo un accidente y sufrió heridas bastante graves, que acabaron por infectarse y provocando su muerte.

Ante esta situación, Mileva se vió sola en el mundo. Sin las dotes que un hombre esperaría de ella para casarse y sin intención de desarrollarlas. Así pues, desde ese día decidió convertirse en lo que realmente le gustaba, y continuó con los encargos de su padre, por el honor de su familia.

Es una mujer de pocas palabras, siempre está trabajando, y cuando no, se encargaba de buscar nuevos materiales con los que trabajar y comerciaba con los mercaderes ambulantes.

Borden

Borden era un granjero de la parte exterior del pueblo. Poseía una granja que levantó él mismo, donde cultivaba parte del trigo con el que se alimentaba el pueblo y además tenía algunos animales de los que extraía leche y su mujer hacía queso.

Era un hombre alegre y algo bebedor, pero tras el ataque, su alegría se ha esfumado. Durante el ataque, Borden pudo ver como los bandidos violaban a su esposa e hija pequeña. Y para su desgracia, los bandidos decidieron dejarlo vivo para que viviese con su dolor el resto de sus días.

Desde entonces, ha intentado ayudar a sus vecinos como ha podido, pero es más que notable la tristeza que tiene encerrada en su interior.

Amuyen

Es un hombre curtido a si mismo, nació en la capital de un reino lejano, pero para su desgracia nació en los barrios bajos y nunca fue apreciado.

No se sabe mucho sobre su infancia, pues Amuyen siempre cuenta que tiene malos recuerdos de esa época y prefiere no hablar de ello. Pero lo que siempre cuenta es como un día la suerte estuvo de su parte y encontró una bolsa repleta de oro. Sin pensarlo, la cogió y huyó de la ciudad.

En su camino, dió con una caravana de mercaderes que lo adoptó a cambió de que trabajase, pagandole con comida, alojamiento y una miseria de sueldo. Pero para él, lo importante era aprender de los mercaderes y de esa forma empezar a utilizar el oro que tenía celosamente guardado.

Con el tiempo, empezó a comprar y vender mercancías, y consiguiendo beneficios por ello.

Cuando llegó al pueblo, decidió montar allí una tienda y asentarse para formar una familia con su recién desposada mujer Cala.

Amuyen se considera a si mismo un hombre afortunado, pues sus únicas pérdidas fueron su tienda y bienes materiales, pero agradece que tanto Cala como él permanecen vivos y sanos.

Cala

Nacida en un pueblo costero, Cala pasó su infancia aprendiendo a ser una buena mujer. Ayudaba en todo lo posible a su madre en casa, y cuando tenía tiempo libre, huía a la casa de la alcaldesa del pueblo. Aquella mujer tenía algunos libros de la vegetación de la zona, y esto fascinaba a Cala.

Fue la alcaldesa quien la enseñó a leer, y gracias a ello, Cala descubrió su gran pasión en la vida, estudiar los efectos de las distintas plantas y hongos en la gente, buscando una forma de combatir las constantes enfermedades que acaban rápidamente con todo el mundo.

Cuando llegó a la edad de casarse, llegó a su pueblo Amuyen y estos se enamoraron perdidamente el uno del otro. Amuyen pidió matrimonio a Cala y su familia aceptó tal proposición, y con ello, empezó una nueva vida junto a su marido.

Por desgracia para ella, Cala no ha sido capaz de dar a luz todavía. Pero, esto parece no importar a su marido, que siempre dice que algún día ocurrirá que ella se quede en cinta.

En el anterior pueblo, Cala tenía un espacio reservado en la tienda de Amuyen donde vendían algunos remedios caseros para tratar las gripes y los dolores. Además que intentaba ayudar en gran medida a todos los que enfermasen, a veces con éxito y otras no.