Partida Rol por web

En ese momento dos agentes imperiales se acercan con cara de pocos amigos, interrumpiendo la conversación.

— Señorita, es hora de que nos acompañe. — dice uno de ellos a Bipandra — El señor Jun nos ha pedido que nos acompañe para aclarar unos asuntos relacionados con una violación de acceso en una institución propiedad de Yu Jing. Si es tan amable... — insta a la fusilera con un tono que no admite demasiada réplica.

Bipandra mira alternativamente a los agentes imperiales y luego a Glory y a Oni. Suspira con resignación y se levanta con energía.

— Creo que no me queda más remedio que acompañarles... Caballeros, les deseo suerte y confío en que lleguen al fondo de este asunto — dice Bipandra tendiendo una mano firme a los agentes de O-12.

Oni se despidio con resignación, suerte, entregare un informe completo, se lo aseguro.

Glory miró con desconfianza a los agentes de El Estado Imperio y luego a Bipandra.

—Te estoy enviando mi contacto. Si tienes algún problema comunícate conmigo de inmediato. ¿Has oído? No importa la hora. 

Bipandra sonríe a Glory y a Oni cuando estrecha sus manos.

— Gracias, confío en que así lo harán, Señor Gyan. — luego se centra en Glory y echa un vistazo rápido a los agentes imperiales — Claro.— le dice escuetamente para no llamar la atención de los policías, pero a Oni y a Glory le llegan a sus Comlogs el contacto de Bipandra — Lo tendré en cuenta. No importa la hora. — y guiñando un ojo se marcha acompañada de los dos enormes agentes. Algo más lejos se les incorpora Li Jun, quienes se encaminan al helicóptero que desciende lentamente para recogerlos.

En ese momento llegan McPherson y Hakin, quienes han tenido que subir por la escalera de servicio. Hakin tiene un aspecto lamentable, mientras que Richard solo parece amargado como de costumbre.

— Joder... — murmura el usariadno mirando asombrado el despliegue de agentes de Yu Jing — Vaya escándalo que han montado estos tipos para no querer involucrarse.

En fin... Tengo el coche allí... ¿nos largamos?

***

Y así, algunos un poco maltrechos, los agentes de O-12 se marchan del lugar, listos para afrontar unas buenas horas de papeleo en la elaboración de los informes de la operación. Pero esta vez no les importa demasiado; en ocasiones se agradece trabajar en un ambiente tranquilo y lejos de las ráfagas de fusil hostiles.