“Wati resiste, o eso dice el dicho local. El pueblo de Wati, conocido por su temperamento llano y sagaz ingenio, no se queda corto. Han conocido la guerra y la paz, la pobreza y la prosperidad, y sobrevivieron a la aniquilación a manos del culto de un dios loco. Pero la gente de Wati responde a cada reto con la innovación, la tenacidad y los profundos lazos de la comunidad. No sobrellevan sus dificultades tanto como las comprenden, con los nudillos blancos y gritando, hasta que el mundo les permita regresar a su vida tranquila, rodeados de sus honorables muertos.” Sacerdotisa Ankhtah Shepses, anotaciones personales, 3076 AR.
Con la necrópolis abierta por real decreto, los sacerdotes del templo local de Pharasma, el Gran Mausoleo, son los encargados de asignar los lugares aptos para la exploración de las compañías de aventureros mediante un sorteo.
De como el destino hace que las personas se unan para un objetivo común...