La ciudad de Wati se asienta sobre una terraza de piedra arenisca en la confluencia de los ríos Asp y Crook, que proporcionan materiales de construcción, ricas tierras de cultivo y puertos profundos suficientes para abastecer un asentamiento tres veces su tamaño. Pero incluso con sus ciudadanos tenaces, la caza y pesca abundante, y los florecientes mercados alimentados por los ríos más importantes de Osirion, Wati es siempre una ciudad más conocida por sus muertos que para sus vivos. Detrás de muros santificados, un barrio entero de la ciudad está sumido en silencio como una enorme tumba urbana. Tiendas, escuelas, mercados y fincas sirven como eternos lugar de descanso para aquellos que sucumbieron a la locura y la enfermedad. Para administrar un proyecto tan inmenso, toda la economía de la ciudad se transformó a la industria del entierro. Casi 1.800 años después de la creación de la necrópolis, muchos de los residentes de Wati continúan sirviendo al sector funerario de la ciudad, ya sea directamente como embalsamadores, enterradores y clérigos de Pharasma, o indirectamente por la elaboración de los incontables ajuares que todo Osiriano espera llevarse consigo al más allá. La muerte se ha convertido en el alma de la ciudad y Wati prospera desde esta especialidad morbosa.
En el año -1.608 AR, el faraón Djederet II ordenó la construcción de una gran ciudad para marcar el lugar de nacimiento del recurso natural más grande de Osirion: el rio Esfinge, fruto de la confluencia del Asp y el Crook. Con sus primeros cimientos mágicamente colocados por la iglesia de Nethys, la ciudad surgió a la vida en un año. Llamado Wati, el pueblo ribereño pronto dominó el comercio de Osirion meridional. Maderas y especias de Katapesh y la extensión Mwangi con destino a Sothis, y bienes manufacturados y lujos provenientes de las naciones que rodean el Mar Interior con destino a territorios del sur de Osirion, todo pasaba el tiempo suficiente en almacenes y mercados de Wati para hacer a sus ciudadanos famosamente ricos. Durante siglos, Wati ha resistido tanto la agitación política, los nacimientos y muertes de dinastías enteras, como el dominio de las ciudades hermanas más jovenes de An y Tephu. Pero el destino de Wati se truncó para siempre en 2499 AR, cuando el culto de Lamashtu desató la Plaga de la Locura entre la población de la próspera ciudad. Muchos de los que no mató la fiebre cayeron inmediatamente en una locura asesina, y en unos meses, más de la mitad de la ciudad había caído en una angustiosa y dolorosa muerte. La mayoría de los supervivientes huyeron de Wati para buscar un hogar en otros lugares, pero una minoría testaruda se quedó atrás, decidida a recuperar su ciudad. Pero incluso una vez que la plaga se acabó, sus medios de subsistencia se derrumbaron ya que An y Tephu asumieron el control de las rutas comerciales una vez exclusivas de Wati y su comunidad titubeante luchaba contra las hordas recurrentes de muertos vivientes provenientes de los muchos edificios abandonados y convertidos en tumbas de la ciudad. Costó caso medio milenio que la suerte de Wati cambiara gracias a la iglesia de Pharasma. Con el permiso tácito del sultán keleshita de Osirion, un sacerdote pharasmita llamado Nefru Shepses marchó hacia Wati en 2953 AR con un pequeño ejército de alquimistas, masones y forenses bajo su mando, con la intención de consagrar toda la ciudad a la Señora de las Tumbas, empezando con un nuevo y monumental templo a Pharasma llamado el Gran Mausoleo. Durante los siguientes 30 años, Nefru Shepses y sus seguidores recuperaron los cuerpos de los asesinados en la Plaga de la Locura de sus tumbas improvisadas, y los pharasmitas amurallaron esa porción de la ciudad que había sido abandonada, transformándola en una metrópolis de tumbas improvisadas. Miles de cadáveres recibieron los formales ritos funerarios y fueron vueltos a enterrar en esta copia muerta de la ciudad viviente, que a día de hoy continúa sirviendo como necrópolis de Wati. La consagración de la ciudad y su necrópolis ha revitalizado Wati, y aunque nunca reclamó su predominio entre las ciudades del sur, en los siguientes 1.700 años Wati creció hasta que su necrópolis, que una vez supuso más de la mitad de la ciudad, sea en la actualidad menos de un cuarto del área total de la ciudad. Hoy, mucho tiempo después de la culminación de la necrópolis, Wati continúa produciendo una gran variedad de ajuares para los honrar a los muertos de Osirion es honrado a muertos. Un flujo constante de figuras funerarias, vasos canopes, fluidos para embalsamar, libros de plegarias y sarcófagos navega río abajo del Esfinge, superando a las exportaciones de cultivos y textil de Wati. Incluso el hampa de Wati gira en torno a la muerte, ya que las bandas compiten regularmente en asaltar la necrópolis para encontrar objetos de valor e incluso carroña humana.
Desde el ordenado distrito de La Partera hasta las calles laberínticas de Asp, los ciudadanos de Wati aprecian la vida que sólo proviene de respetar a los muertos. Tabernas, salas de baile, saunas y salas de juego, así como muchos rincones como tiendas, artesanos, bulevares de Wati y mercados rebosan vida bajo el sol de Osirion.
Wati se divide en seis distritos, con la necrópolis ejerciendo como un oficioso séptimo distrito Áspid: Este largo y tortuoso distrito de edificios bajos y retorcidas callejuelas recorre el borde meridional de Wati. Áspid fue construido sin la planificación ni la ingeniería del núcleo de Wati, dificultando la navegación para los recién llegados. Algunos de los residentes del Áspid se ven a sí mismos como miembros de una comunidad común de la misma manera que los habitantes de La Partera o Sol de la Mañana. En cambio, el distrito es una alianza de decenas de edificios, barrios y calles con sus propios objetivos. Estas asociaciones sostienen amargas rivalidades, generalmente a lo largo de las líneas económicas, que operan desde las fincas acomodadas en el oeste a los barrios de chabolas de ladrillos de barro que se arraciman contra las paredes de la necrópolis en el oriente.
Ciudad Barcaza: las masas sucias de Wati masas, herejes y desafortunados extranjeros se reúnen en este barrio flotante semipermanente literalmente construido en sobre el rio Esfinge. Las embarcaciones azotadas reemplazan los edificios y tablones estrechos y pasamanos de cuerda componen las calles desvencijadas de Ciudad Barcaza. Cada familia mantiene su propio pequeña barcaza o barcazas y reside en la comunidad por años o por pocos días, lo que significa que el diseño de Ciudad Barcaza está constantemente cambiando. Las barcazas de los oprimidos suministran la mayor parte del pescado y marisco de Wati, extraídos de las aguas sagradas del Esfinge. Los cocodrilos y los cangrejos gigantes que habitan el río son una amenaza constante para las barcazas, escarbando las sobras, residuos y el ocasional borracho que se cae al agua. Ciudad Barcaza alberga la mayoría de las operaciones de contrabando de Wati, ya que sus habitantes son en su mayoría ignorados y anónimos a ojos de los ciudadanos de tierra firme de Wati. Los entendidos pueden encontrar fácilmente ajuares procedentes de saqueos, venenos, drogas y todas las variedades de animales escalfados y extraños reactivos mágicos en el siempre-cambiante mercado flotante. Para bordear las inspecciones y encontrar compradores, los contrabandistas locales generalmente confían en el apañador y perista sin género llamado Dredge, mientras que la mayoría de las mercancías más raras y los narcóticos que pasan por Ciudad Barcaza lo hacen a través de los dedos de la autotitulada "Reina de Chalanas," Eswab. Ciudad Barcaza es un lugar peligroso y no sólo por su vertiente criminal. La enfermedad se propaga rápidamente, y los guardias de la ciudad se apresuran a cortar las cuerdas que amarran los barcos de Ciudad Barcaza a la orilla a la primera señal de la plaga. El fuego es también una preocupación constante en el mal mantenido amasijo de madera, trapos y brea. Aunque Ciudad Barcaza no tiene un líder oficial, unos pocos individuos se han ganado el respeto de muchos de los residentes del distrito. La más notable es Mahga Threefingers, quien se retiró de las aventuras después de perder una mano y la mitad de la otra en una tumba de Thuvian. Como antigua compañera de viaje de Ahbehn Okhenti, Mahga puede todavía llamar al fanfarrón noble para conseguir favores ocasionales.
La Partera: el distrito de la Partera es el corazón de Wati, acogiendo a la mayoría de los templos de la ciudad, mercados y artesanos profesionales. Junto a la necrópolis, la Partera es el más antiguo de los distritos de Wati, con una historia que se remonta a los tiempos de la fundación de la ciudad, y sus residentes se enorgullecen de mantener su comunidad antigua. Los edificios de la Partera, tallados en piedra y con dos a seis pisos de altura, reflejan la grandeza de la Primera Edad de Osirion, y existe una amplia variedad de apartamentos, tiendas y talleres.
Sol de la Mañana: la mayoría de fincas nobles de Wati se asientan en un pequeño incremento al oeste de la Partera llamado Sol de la Mañana, llamado así porque el distrito disfruta del primer contacto de los rayos del sol al amanecer. Sol de la Mañana es el distrito menos poblado de Wati, conteniendo dos docenas de ricas propiedades que consisten en casas palaciegas, edificios de almacenaje, viviendas de sirvientes, huertos, viñedos, y un puñado de lujosos apartamentos, todos ellos coloridos, bien mantenidos y rodeados de exuberantes jardines y estatuas. Sol de la Mañana es el hogar de dos importantes familias nobles que pelean por el dominio en la política local. La más antigua y conservador, la familia Mahfre, goza del apoyo de muchos de los residentes antiguos de Wati y aquellos que miran al pasado, mientras que la familia Okhenti tiene los corazones de los románticos, los jóvenes y la mayoría de recién llegados a la ciudad. La familia Mahfre fue uno de los testarudos reductos que se quedaron en Wati tras la Plaga de la Locura, congregando a sus conciudadanos cuando los tiempos se endurecieron y supervisando la gestión de la ciudad en la ausencia del liderazgo oficial de Sothis. Su influencia ha disminuido en los siglos desde la llegada de los pharasmitas y el renacimiento de la ciudad, pero la lealtad y valentía de la familia en las horas más oscuras de Wati garantiza que la familia Mahfre siempre tendrá un lugar en el gobierno local. La matriarca actual de la familia, Damej Mahfre, se sienta en el Consejo Municipal y muestra la herencia de sus antepasados mientras se ofende por la influencia de los extranjeros de baja cuna en su ciudad. Está especialmente interesada en ver a la familia Okhenti hundida y pasa más tiempo en retorcidos planes para avergonzar a sus rivales, como el actual líder de la iglesia de Pharasma en Wati, la plebeya Sebti el Cocodrilo, que ocuparse de que los negocios de la familia les sean rentables. La familia Okhenti, por el contrario, huyó de Wati después de la plaga de la locura, viajando a través del norte de Garund y a través del Mar Interior. Una familia noble sin tierras o personas que gobernar, los Okhentis finalmente regresaron a Wati junto a Nefru Shepses y la iglesia de Pharasma. Hoy en día, la casa de Okhenti tiene en sus manos la mayor parte del comercio y casas de cuentas de Wati, y muchos acólitos del Sagrario de Plata y el Oro son o parientes lejanos o miembros adoptados de la familia. Los Okhentis enviaron a sus jóvenes vástagos a estudiar al extranjero para traer nuevas ideas y contactos para gobernar con una perspectiva más amplia. Los críticos acusan a la familia de ser trotamundos diletantes que no se preocupan por su ciudad natal, mientras que los partidarios afirman que la familia Okhentis trae sangre nueva a los mercados de Wati. El patriarca de la familia es un fanfarrón de mediana edad, Ahbehn Okhenti, que pasó su juventud como aventurero en Absalom y Thuvia y hace poco para convencer a sus detractores de la competencia de su familia. Los encantos de pícaro de Ahbehn le han granjeado una reputación de mujeriego alrededor del pueblo y una docena de bastardos, A quien generosamente provee de dinero y cómodos nombramientos políticos.
Las Granjas: al oeste de Wati, más allá de la plataforma de piedra arenisca sobre los que descansa la ciudad, kilómetros de tierras limosas verdes se extienden a lo largo de las orillas del río Crook. Cebada, frijoles, repollo, pepinos, lino, ajo, melones y mijo llenan los campos de Wati, pero las cebollas son las reinas supremas en casi todas las granjas. Los residentes de Wati creen que las cebollas son un regalo de Pharasma. Más allá de ser una representación del más allá, el tallo de la cebolla representa la vida, mientras que la persistencia de la bulba representa las muchas etapas de crecimiento de un alma antes, durante y después de la existencia mortal. Muchas recetas locales incorporan una o más variedades de cebolla y los embalsamadores de todo Osirion colocan cebollas en los cofres y ojos de los muertos. La mayoría de las granjas también tienen una pequeña plantación de palmeras o árboles de granada, así como cabras y pollos. Los grandes animales como bueyes son considerados una afectación de los ríos o de los extranjeros, y cualquier granjero que invierte en ellos se expone a hacer el ridículo. El ganado debe ser guardado y protegido durante varias semanas cada verano cuando los ríos se inundan, haciendo que los grandes animales den más problemas de lo que valen. La mayoría de los agricultores de la región está compuesta por familias independientes, aunque ellos dan un porcentaje de sus cosechas al faraón como diezmo, cuya sabiduría y Consejo con los espíritus asegura la inundación anual y el cieno rico que entrega. El haty-a, o gobernador, de Wati recoge estos diezmos como representante del Faraón y sus peritos pasan al final de cada verano para medir y marcar cada granja tras las inundaciones anuales que cambian la tierra. Abundan las pequeñas intrigas justo antes del otoño, cuando los agricultores sobornan y embaucan a los burócratas para agrandar sus propiedades o discuten por extraños tesoros en tierra bañadas por aguas de las inundaciones.
Las venas: Ubicado entre la Partera y Ciudad Barcaza, en el distrito del puerto de Wati se amontonan talladores de madera, hornos de alquitrán, almacenes y cualquier chabola puede haber metida entre ellos. Sus innumerables canales superficiales son criaderos de nubes de insectos, las mordeduras de los cuales son visibles en los cuerpos de los lugareños, que manchan manos y mejillas con brea para repeler las plagas. Ahmeb Tek fue designado por el anterior haty-a para que supervisara el distrito, pero desde hace mucho tiempo vendió su lealtad a varias bandas de contrabando de Wati, en particular el Desvanecimiento y la Cadena de Plata.
Los siguientes son algunos de los lugares más destacados que se pueden encontrar en la ciudad viviente de Wati.
Taller de Getwahb: el negocio más grande y más rentable en las Venas irónicamente tiene poco que ver con la navegación. En cambio, la enorme estructura de ladrillo perteneciente a Getwahb Zet alberga decenas de enormes hornos y calderas. Día y noche, enanos de Getwahb y mano de obra humana procesan la madera que les llega por el río Crook en alquitrán, carbón de leña, y alcohol de madera para las otras industrias de la ciudad. Con la dependencia de Wati del tráfico de barcazas, del ladrillo cocido y el embalsamamiento, la empresa del viejo enano ha dado sus frutos, haciendo de él uno de los ciudadanos más ricos de Wati y dándole inigualable influencia a lo largo de la costa. Mientras que la política de la ciudad aburre al anciano ingeniero, no puede decirse lo mismo de su primogénita, Meehr Zet que ansiosamente gasta el dinero de su padre para abrirse camino en los eventos de la alta sociedad.
Lago Dorado: separando el gran Mausoleo del mercado Sunburst, esta piscina artificial toma su nombre de la capa de polvo de oro fundido que cae en su superficie cada año en el Día de los Huesos. El lago alberga también una rara especie de cocodrilos blancos que son sagrados para la iglesia pharasmita de Wati. Regularmente alimentados y cuidados, estos primos longevos de los cocodrilos más peligrosos que se encuentran en los ríos de Osirion amenazan poco a los turistas o residentes. El guardián de los cocodrilos Neb-en demuestra un increíble control sobre las bestias sagradas, pero llena su bolsa con la venta ocasional de un cocodrilo o un huevo a individuos que buscan componentes raros para algún hechizo o como manjar sacrílego. La suma Sacerdotisa Sebti es consciente de los crímenes de su hermanastro, pero no se atreve a exponer a su hermano mayor. En cambio, arregla que algún interesado interrumpa sus operaciones clandestinas o contrata aventureros para misiones que "accidentalmente" interrumpen sus reuniones.
Gran Mausoleo: rivalizando en tamaño e importancia sólo por el Gran Templo de Pharasma en Sothis, el templo de Pharasma de Wati domina el paisaje urbano y maneja el negocio de los nacimientos y las muertes de la ciudad, así como los detalles que ocurren mientras tanto. Puesto que la Señora de Tumbas ha eclipsado a Nethys y Abadar como deidad patrona de Wati, sus seguidores han asumido el control sobre gran parte de la infraestructura de la ciudad y han combinado en el Gran Mausoleo un cruce entre casa de culto y ayuntamiento. Todas las decisiones finales son todavía tomadas por el Consejo Municipal y supervisadas por el hati-a, el representante personal del faraón, pero las reuniones del Consejo y los asuntos cotidianos del estado son extremadamente complejos para llevarlos a cabo.
La Suma sacerdotisa del templo, Sebti el Cocodrilo, ascendió al poder proveniente de la gente común. Hija del anterior guardián de cocodrilos sagrados de Pharasma y en gran medida autodidacta, Sebti ha sido una constante espina en el costado de los nobles de Wati desde que asumió el control de la iglesia hace una década. Predicando una doctrina de realización personal en lugar de felicidad, riqueza o logro, Sebti se alinea con los ciudadanos comunes en materia de gobierno, haciéndola popular entre el vulgo pero detestada por el resto del Consejo y hasta por algunos miembros de su propia fe. Además del clero del templo, el Gran Mausoleo acoge un brazo del ala militante de la iglesia llamada las Voces de la Aguja, dedicada a erradicar cualquier no-muerto dentro de la extensa necrópolis de la ciudad. Son dirigidos por el falto de sentido del humor Nakht Shepses, un hijo bastardo de la influyente línea de Shepses.
Salón del Renacimiento Bendito: una multitud de organizaciones profesionales funerarias floreció en Wati antes de que Bahjut Everhand tomara el control del gremio de embalsamadores más influyente de la ciudad. Después de 30 años de las negociaciones con lengua de plata del mediano, tratos en la trastienda e intimidación económica, la mayoría de forenses, médicos y alquimistas de la región están afiliados al gremio, transformando la casa del gremio en una academia especializada en anatomía, química y medicina e incluso tutorizando a estudiantes sobresalientes de alquimia y magia. Mientras que la mayoría de los residentes de Wati dan un rodeo para evitar la escuela, las familias ambiciosas de Osirion envían a sus hijos al Salón del Renacimiento Bendito para que aprendan las técnicas de la Ciudad Media en medicina y embalsamamiento. La Maestra Bahjut Everhand es seguidora de Anubis, el antiguo dios osiriano de los muertos, y el Salón del Renacimiento Bendito contiene un santuario dedicado a la deidad de cabezas de chacal. Bahjut ganó su epíteto de su desecada mano izquierda. Los rumores afirman que ella preservó el apéndice exquisitamente momificado mientras todavía un aprendiz. Otros afirman que la vieja bruja ha momificado su corazón tan bien que nunca ha mostrado una pizca de miedo o compasión incluso hacia los Pharasmitas, cuya supervisión tanto detesta.
Casa del Faraón: la enorme e ilustre Casa del Faraón de Wati es la propiedad personal del faraón en la ciudad. Sin embargo el Palacio no ha visto un ocupante real en más de 30 años, y las funciones del edificio son de centro de autoridad secular de Wati, aunque en la práctica, la mayoría de asuntos de gobierno se llevan a cabo en el Gran Mausoleo. Mientras que las estancias faraónicas permanecen vacías, por el resto de la finca se mueven burócratas que mantienen los registros económicos y las leyes de propiedad de la ciudad. Oshep Kahmed, el representante personal del Faraón Khemet III, sirve como haty-a o gobernador con exceso de trabajo desagradecido de Wati, y jefe del Consejo de la ciudad. A pesar de su título noble, Kahmed es considerado poco más que un forastero y actúa de fachada de un Consejo de nobles y fanáticos religiosos cuyas quejas se remontan a milenios atrás. En la mayoría de ocasiones deja gobernar a los antiguos residentes de Wati y raramente vota excepto para romper los empates, centrándose en cambio en mantener las granjas y huertas de la ciudad tan productivas como sea posible.
Insula Mater: la importancia de la fe del Pharasma en Wati atrae a muchas mujeres embarazadas a la ciudad desde las aldeas y asentamientos regionales. Muchos de los clérigos de Pharasma dedican tiempo como cuidadores y parteras en la Insula Mater, un templo, clínica y dormitorio para las viajeras embarazadas y las madres primerizas. Aunque eclipsado por el Gran Mausoleo en importancia, el Insula Mater todavía dispone un flujo constante de donaciones y regalos de las mujeres más ricas de Wati. La "Tía" Anjet Jehuti lidera las Doncellas de la Madre, el pequeño grupo de clérigos y curanderos que están a tiempo completo en el templo.
Paseo del Reparador: mientras que la ciudad hermana de Wati, An, exporta tejidos más bastos, Wati domina el trío meridional de ciudades hermanas en la manufactura de prendas acabadas, envoltorios funerarios y alfombras. El Paseo de Reparador, más conocido por los lugareños como el Remiendo, es el núcleo de la industria textil de Wati, extendiéndose desde el mercado del Fénix Creciente por varias manzanas hasta el único molino textil de la ciudad, regentado por la familia Essesh. El orgullo competitivo mantiene varias docenas de tiendas independientes del tejedor produciendo ropa de calidad a un ritmo constante y en una variedad de tonalidades. La técnica del Fénix Creciente para crear un distintivo tinte rojo púrpura procedente de los cangrejos gigantes locales sigue siendo un secreto celosamente guardado por los propietarios, Shamihn Hep y Ohmun Kotem y aseguran que las modas de Wati destacan en mercados tan lejanos como Absalom.
Recinto de Ojos Izquierdos: esta fortaleza adaptada acoge a la guardia de la ciudad de Wati. Hace mucho tiempo, las leyes de Wati imponían sólo dos castigos: extracción del ojo derecho, o la muerte. Aunque estas leyes pronto resultaron insostenibles, con los años, el apodo de los lugareños para el palacio de justicia se convirtió en su apodo oficial. El recinto incluye barracones de la guardia, una prisión, y dos docenas de cadalsos utilizados para castigos públicos de transgresiones menores. Como corresponde a una ciudad obsesionada con la muerte, el hampa de Wati gira en torno al comercio de ajuares e incluso los mismos muertos. En respuesta, el ala militante de la iglesia de Pharasma, las Voces de la Aguja, ha asumido la protección de las tumbas en la ciudad de los muertos. Los rumores afirman también que las Voces de la Aguja han excavado un calabozo muy por debajo del recinto para esos delincuentes, nigromantes y espíritus que requieren un destino mucho peor que el encarcelamiento, la tortura o la muerte.
Sagrario de Plata y Oro: este templo pequeño y cómodo de Abadar ha tenido influencia sobre la economía de Wati durante miles de años y ha sido reconstruido y remodelado docenas de veces para dar cabida a la menguante y recortada congregación de Abadar en la región. El resultado es un diseño confuso que confunde a los visitantes y fieles por igual, pero protege la bóveda del templo como ningún guardia jamás podría. El líder del Sagrario, banquero Anok Tejuht, insinúa (pero nunca lo dice abiertamente) que minotauros recorren los rincones olvidados de su templo, y al menos un posible ladrón se ha encontrado al amanecer, misteriosamente corneado en el atrio del templo.
Santuario de Wadjet: cuando el Faraón Djederet II ordenó la construcción de Wati, puso un ladrillo de oro donde los ríos Asp y Crook se mezclan para formar el Esfinge. El sacerdocio de Wadjet, la antigua diosa Osiriani a veces venerada como la encarnación del Río Esfinge, estableció un pequeño santuario en el sitio y construyó una escalera de piedra a ambos lados que bajaban hasta el agua. Aunque la fe de Wadjet ya no es tan popular como en la época de la Fundación de la ciudad, el santuario permanece, y muchas fiestas religiosas y cívicas de Wati empiezan o terminan en las escaleras y en la plaza que hay ante ellas. La superstición popular afirma que el agua extraída de la base de la escalera bajo el sol del solsticio tiene propiedades curativas, y los peregrinos vienen a través de Osirion a hacer ofrendas y bañarse en las primeras corrientes del río santo. Incluso los sacerdotes del Gran Mausoleo cogen el agua para sus fuentes del borde de las escaleras.
Mercado del Sunburst: este enorme mercado al aire libre forma el bullicioso corazón de Wati. Ornamentados pilares marcan una cuadrícula regular y varios comerciantes cuelgan pancartas y muestras de sus mercancías desde las columnas de piedra arenisca. En los días ocupados, la plaza abierta se transforma en un laberinto de tiendas de campaña y tablas que muestran productos que van desde obras de arte, cosméticos y alimentos hasta armas, venenos y tomos mágicos. Los comerciantes viajan desde ciudades vecinas a menudo van al mercado de Sunburst para vender sus productos. En teoría, todos los comerciantes deben registrarse y pagar una cuota al Sagrario de Plata y Oro de Abadar en el extremo norte del mercado, pero en la práctica, tanto como una cuarta parte de los comerciantes del mercado Sunburst son ocupantes ilegales que se mueven dentro y fuera de la ciudad con la única supervisión del viento del desierto. La mayoría de los honorarios que el templo recoge paga por los servicios de las llamadas "Esposas del Mercado", Rekitre y Khipa Yannanza, que patrullan el mercado durante las horas diurnas del día, vigilando a los carteristas y haciendo justicia con los ladrones. Cualquiera que viola la ley de Abadar bajo su mirada pronto encuentra una de sus manos añadida a las decenas que ya cuelgan en el macabro pilar de los Segundos Pensamientos.
Expediciones Finas de Terhk: parte empresa de caravanas, parte club de cazadores y parte gremio de aventureros, expediciones Fino de Terhk trata de ser todas las cosas a la vez para cualquiera que viaje a los desiertos del sur Osirion. Terhk Fourwinds, el imponente y azotado por las cicatrices propietario, está siempre dispuesto a acoger nuevos guardias o guías del desierto, dicen las malas lenguas de la ciudad que se come a aquellos que le fallan demasiado a menudo. Los residentes de siempre saben que la apariencia feroz de Terhk es una apostura cultivada para vender los servicios de su compañía e intimidar a rivales antes de que se vuelvan violentos. Rodeado de los que confía, Terhk se desliza sus lentes mientras pasa las noches con un libro o un tablero de senet. Tiene una debilidad por las mujeres ardientes e independientes, y el pacifista semiorco ha mantenido un romance clandestino con Teht Blackblossom de la Piedra Susurrante durante años, aunque ninguno de los dos está dispuesto a admitir su creciente necesidad de compromiso.
Fragancias Almas Trilladas: Uno de los incontables vendedores de perfumes e inciensos de Wati, destaca en ambos por su variedad de aromas basados en iris y monopolizar el mercado comercial de mumia, una droga que procede de la carne de los muertos momificados. La tienda sirve como sede para el Desvanecimiento, la banda de contrabandistas de mumia más exitosa de Wati de mumia. En lugar de intentar sacar los cadáveres de la necrópolis, el secreto del éxito de Desvanecimiento es introducir a escondidas a sus alquimistas dentro. La droga acabada es más fácilmente transportable y distribuida, e incluso se entrega directamente a algunos de los clientes regulares de la banda. Los propietarios del Almas Trilladas, Khim-ali y Jhen-din Seht, son hijos de ricos Katapeshi inmigrantes, pero reciben sus órdenes de un superior cuya identidad permanece oculta incluso para ellos.
El Diente y la Cachimba: esta modesta posada y bar de cachimbas es más conocido por su mascota, Toothy, un pequeño cocodrilo que vive en la trastienda de la posada.
Locura de Ubet: construido en la cima de una saliente de barro en forma de colmillo en el Río Esfinge, esta fortaleza estuvo entre las primeras estructuras completadas en los inicios de Wati. La intención de proteger el puerto de asaltantes que llegaran por el agua, se utilizó poco y eventualmente fue abandonado. Siglos más tarde, el hechicero enano medio loco Ubet Sandborn tomó posesión de la ruina desatendida y paso toda una vida dando forma al exterior de la fortaleza a la imagen de una esfinge y construyendo túneles debajo de ella. Ubet y su pequeña secta desaparecieron de la noche a la mañana hace más de 100 años. El rumor general habla de un túnel mal diseñado que se derrumbó, aplastando el resto, pero algunos susurran que Ubet tropezó fundaciónde Wati que era mejor enterrado. La Locura de Ubet, como la esfinge es conocida ahora, todavía atrae aventureros curiosos ocasionales, pero la mayoría de los residentes de Wati reconocen que la estructura está más cerca de derrumbarse que de esconder tesoro alguno. Aun así, sigue siendo un secreto a voces por la ciudad que una esfinge real ocasionalmente visita la estructura por algún motivo misterioso, por lo demás haciendo caso omiso a la ciudad.
La Piedra Susurrante: a pesar de ser dirigido por la mentirosa incorregible Teht Blackblossom, la Piedra Susurrante ha sido la taberna, hotel y casa de juego más popular de Wati durante generaciones. El bar está construido alrededor de una estatua enorme en ruinas enterrada hasta los hombros e rota por la mitad de la cabeza, dejando sólo un par de labios y el mentón visibles en la cima de un cuello de siete pies de altura. Determinar la identidad de los llamados "Labios de piedra" es un pasatiempo popular en Wati, y la estatua ha sido diversamente identificada como representación de Pharasma, una antigua diosa Osirian, uno de los faraones olvidados de Osirion, una noble local perdida en la historia, un caudillo que conquistó Wati en sus primeros días, o un mago sin nombre que supuestamente domó los elementales locales. Aquellos que buscan suerte en el amor dan a escondidas un beso a la sonrisa de piedra arenisca, generalmente después de unos tragos, por supuesto. Desde que asumió la Piedra Susurrante de su padre, Teht alentó cada rumor e introdujo más. Le encanta agitar la olla, y no duda en usar la superstición sobre los poderes de su familia para persuadir a lo largo de historias de lo que están haciendo las rondas. Como un chisme desvergonzado y un oído favorito para la clase sirviente frustrada de Wati, Teht conoce muchos secretos de la ciudad. Los toma tanto como los comparte, proporciona con mucho deleite unas gotas al oyente con suficientes monedas junto al vino de granada y la sopa de cebolla. Aquellos que buscan información sólida deben ser advertidos que cantinero de la Piedra tiene gusto por lo dramático y nunca dice la verdad completa.