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Partida Rol por web

A place to stay

Portada

Director:
Reglamento:
Sistema:	Rol por web
Jugadores:	4
Nivel requerido:	Alto: hay que conocer bien el reglamento.
Ritmo de juego:	Medio: un mensaje cada 2-3 días
Fecha de comienzo:	09/07/2015
Estado:	Finalizada

Introducción

En el corazón de la América blanca, tranquila, segura y hipster, extrañas fuerzas amenazan la vida tal y como la conocemos. ¿Podrá una población compuesta por modernillos de piel blanda, gafapastas e izquierdosos adeptos a la posverdad resistir lo que se les viene encima?

Hagan sus apuestas.

Sinopsis

Bienvenidos a Ashland, Oregon. Una pequeña ciudad de ensueño, paraíso de modernillos, viejos matrimonios que buscan un pedo de reconciliación en las exclusivas vinotecas, jóvenes parejas que sueñan con casarse en sus elegantes salones y ceremonias al aire libre, perroflautas que malviven haciendo números en sus bucólicos parques y estudiantes universitarios que estriban entre los deportes subvencionados, las carreras de humanidades y los starbucks. Una localidad posmoderna, donde es más fácil encontrar comida vegana y ecológica que a una persona negra de clase baja. La cuna del Certamen Anual de Teatro Shakespeariano, una de las ciudades en el top ten de calidad de vida y criminalidad más baja del estado. Un paraíso preocupado en las clásicas chorradas de moda entre la comunidad liberal...

En éste idílico entorno, a veces opresivo, otras melifluo pero siempre kafkiano, las historias de las vidas de sus habitantes se entrelazan como las espirales de caramelo que giran anunciando a los barbudos gafapastas los salones de belleza donde hidratar su capilaridad con aceites a la moda. Ashland, la tierra prometida, vive ensimismada en chorradas de altísimo calibre que se han convertido en el ABC de la vida de sus habitantes. Los viejos, enrocados en sus residencias, miran a los jóvenes pensando que son "todos maricones y perroflautas", deseando que caigan sobre el pueblo las siete plagas para que esa ola de modernillos de mierda lo abandonen con la misma presteza con la que llegaron.

Quizá los clementes dioses han atendido a su llamada, o quizá extrañas fuerzas se hayan confabulado, como suelen hacerlo en la América profunda, para que el glorioso estío se transforme en un cruel invierno... bajo el sol de Ashland.