Viy es el título de una hermosa leyenda ucraniana, una maravillosa creación de la fantasía popular. Este nombre corresponde al rey de los gnomos, el jefe barbudo cuyas pestañas son tan largas que casi llegan al suelo. Esta leyenda es la que les contaré ahora tal como la he oído, intentando hasta donde me sea posible no cambiar nada de la ingenua sencillez con que la escuché contar.
Viy; Nikolai Gogol (1809-1852)
La historia trascurre en las tranquilas estepas Ucranianas de mediados del siglo XIX. Un grupo de seminaristas se encaminan hacia sus respectivos hogares para pasar las vacaciones de verano, mendigando y arrapiñando comida para sobrevivir, cuando sus caminos se cruzan con las maquinaciones de los seres de la noche.
Aventura de terror basada en el relato “El Viy” del escritor ucraniano Nikolai Gogol que recoge parte del folklore ucraniano usando el sistema de Fragmentos.
Los personajes serán alumnos de seminario de Kiev que vuelven a sus casas para pasar las vacaciones de verano cuando se ven envueltos en la trama de la historia.
Mensajes enviados por los jugadores para el reclutamiento.
Me aburro en la choza solo,
llévame fuera de casa,
donde reine el alboroto,
donde dancen las muchachas
y se diviertan los mozos.
No te dobles, arce,
tu rama aún es verde; no te apenes, cosaco, aún eres joven.
¿Sabéis cómo es la noche en Ucrania? ¡No, seguramente no lo sabéis! Fijaos bien: en medio del cielo luce la luna; la inmensa bóveda celeste se ensancha, se hace aún más extensa. Arde y respira. Toda la tierra se cubre de una luz plateada; y el maravilloso aire, fresco y sofocante a un tiempo, lleno de voluptuosidad, transporta un océano de fragancias. ¡Noche divina! ¡Noche deleitosa!
La pena es un peso que crece y se agrava con el insomnio.
¿Qué creéis que se perdió en el campo? No todo se perdió; la inconquistable voluntad y el valor nunca se someterán ni cederán
–John Milton, el paraíso perdido
La probabilidad de hacer mal se encuentra cien veces al día; la de hacer bien una vez al año.
Que tus actos hablen más que tus palabras