A pesar de estar acostumbrado a caminar y correr escapando de los niños mayores los pies le comenzaban a doler muchísimo y cada paso se estaba convirtiendo en una pequeña tortura, un acto de contrición lo llamarían sus profesores del seminario.
No sabía dónde se encontraba y poco a poco el sol comenzaba a apagarse como un cirio que se quedaba sin cera. Iba a darse la vuelta para ir en búsqueda de Demyan cuando un débil rayo de luz que se filtró por un hueco abierto en el denso follaje ilumino una figura blanca y cubierta de cintas rojas. La tela de lino blanco resaltaba la figura y la palidez de la joven tártara que permanecía en pie en mitad del camino, sus ojos oscuros resaltaban el rojo de sus labios. Por un momento el joven pensó que era la bruja que venía en busca de su alma, pero antes de salir corriendo su vista se aclaró y vio que era la joven niña del poblado, la chica que había hablado con el difunto Alexsey.
La chica se fijó en el joven seminarista, estaba claro que lo había visto, pero permaneció callada. Su rostro mostraba una leve sonrisa forzada y jugaba con una cinta de tela de color rojo brillante entre sus manos.
Mis pies me dolían, mi aliento se fatigaba y mi cuerpo pedía un descanso cada vez más efusivamente. Y como piedra en el camino el destino hace que me encuentre con la niña del poblado, la que le hizo el presente a mi amigo fallecido.
-Como... ¿cómo me has encontrado?- digo aprovechando cada silencio para tomar aire y descansar. -No digas nada por favor... La bruja... La bruja mató a mi amigo y a a hacer lo mismo conmigo si me quedo.- mis palabras son súplicas y así suenan, tengo miedo, estoy cansado y la presión me puede, y es que tan solo tengo 8 años.
¿Por qué? Murmura en un llanto casi inaudible. ¿Por qué habéis huido?
¡Ya sé que está muerto! Sus ojos levantados no expresaban ya un simple bosquejo del sentimiento, sino el sentimiento completo. No habiendo tenido tiempo para enjugar su llanto, las lágrimas daban a sus mejillas un barniz brillante. Su cuello, espaldas y garganta habían llegado a los verdaderos límites de la hermosura en todo su desarrollo. Una parte de sus espesas trenzas estaban sujetas a la cabeza por un peine y las otras caían en largas ondulaciones sobre sus espaldas y brazos. Su extrema palidez no alteraba su belleza, antes al contrario, le comunicaba un encanto irresistible. Alexsey me prometió que no huiría y cumplió su palabra hasta la muerte. Esta… esta cinta manchada de sangre es la prueba. Dice tendiendo la cinta roja salpicada por la sangre ya coagulada. Si huyes su muerte habrá sido en vano, la bruja se volverá a levantar y arrasara el pueblo persiguiéndote hasta el fin de tus días.
Debes de quedarte y enterrar su cuerpo, completar los tres días de rezos. Su llanto se convirtió en ira y sus palabras entrecortadas por las lágrimas en gritos de desesperación.¡SI LA BRUJA NO DESCANSA EN EL CEMENTERIO EL FANTASMA DE ALEXSEY TAMBIÉN TE PERSEGUIRÁ HASTA LA TUMBA!
-Pero... ¡Pero si me quedo moriré yo también! ¡No quiero morir!- grito asustado con lágrimas en los ojos. Parecía que la niña no comprendía la gravedad del asunto, como si no le importase lo que nos pasara con tal de que la bruja fuese enterrada.
-¿A caso somos sacrificios? ¿Os da igual que muramos?- empiezo a pensar que no tengo solución. No sé donde estoy ni a donde ir, no sé donde hay un pueblo cercano o si corra lo que corra terminaré topándome con alguien de este pueblo... ¿Y Demyan? ¿Cómo volvería a por él?
Pero si te vas también morirás. ¿Piensas que la bruja te dejara marchar sin más? ¡NO! Ella te perseguirá y te buscara, no solo para matarte si no para hacerte sufrir. Pero antes de buscarte arrasara este pueblo y también me matara a mí.
No, no sois sacrificios. Has sobrevivido a una noche con la bruja, solo tienes que sobrevivir a dos noches más. No es tan difícil.
¿A caso tendrá razón la niña? No era mi primer encuentro con la bruja y ya en su momento nos intentó embaucar y matar, aún recuerdo la escena de ella volando a lomos de Demyan, aterrador a la par que gracioso.
Agacho la cabeza y asiento, asiento de forma instintiva aunque mi cabeza me está pidiendo todo lo contrario, huir, salir corriendo y lo que tenga que pasar que pase.
-Creo... Creo que tienes razón... Volveré, no puedo dejar que el pueblo pague por nuestros pecados.- ¿nuestros pecados? ¿A caso me siento culpable de lo que pasó aquella noche o es otra trampa de los habitantes del pueblo? Estoy confundido... Muy confundido.
jajajaja no sé que hacer!! Supongo que tendré que volver, que miedo.
En la mano la joven aferraba aun la cinta de color rojo salpicada de manchas parduzcas, la misma cinta que había regalado a Alexsey. Con un rápido movimiento te tomo el brazo y anudo la cinta a tu muñeca. Que esta cinta te recuerde el sacrificio de Alexsey y te de el valor necesario para enfrentarte a la bruja.
¡Reza a Dios, pero mantén tu juicio sano! Pronunciada la frase, un viejo proverbio que decían las viejas en todos los pueblos, la niña se alejó corriendo por el camino. Nada más intentar andar para seguirla notas como caes al suelo y todo se vuelve negro.
Fin de escena