Partida Rol por web

Otros Mundos II: Yippa-Ka-Yiehh

Portada

Datos de la partida

Otros Mundos II: Yippa-Ka-Yiehh

 

Director: Ragman711
Reglamento: Rápido y Fácil
Sistema: Rol por web
Jugadores: 5
Nivel requerido: Medio: jugadores con un mínimo de experiencia
Ritmo de juego: Medio: un mensaje cada 2-3 días
Fecha de comienzo: 13/03/2023
Estado: Finalizada

Introducción

Jana Gruber, la mente criminal más brillante del mundo. Si Superman existiera, ella sería su némesis. Terrorista, asesina, megalómana. Una chica con clase. Ya has trabajado con ella antes. Mide sus planes al milímetro. Nunca falla. Letal, pragmática, eficaz como un revólver bien aceitado. Una apuesta segura, el caballo ganador. Tiene algo entre manos. Algo grande. Suficiente dinero para enterrar a un rey. Y a unos cuántos príncipes. Un delirio, una ambición, su jardín de la Hespérides lleno de manzanas doradas; el asalto al Nakatomi Plaza.

Ya tiene a su equipo; el hacker, el experto en demoliciones, el tirador, el maestro de la infiltración. Y unos cuantos que pueden servir de carne de cañón. Una mujer como ella no arriesga, tuerce las normas del juego para que, al lanzar la bola, hasta el viento escupa en su favor. En su baraja trucada le faltan los comodines. Comodines por si las cosas se tuercen, por si las cosas fallan. Tipos duros y entregados capaces de reaccionar ante lo imprevisible, de enderezar lo torcido. Porque siempre puede haber imprevistos. Ella tiene su esquema, sus planes, sus análisis. Todo orquestado como el guion de una película vista mil veces. Pero necesita sus comodines. Sería una pena que su perfecta operación se fuera al infierno por un factor aleatorio; alguien que camina descalzo y no ha sido invitado a la fiesta. ¿Verdad?

Sinopsis

1988.

En un lugar de Miami.

 

La sala tenía la temperatura exacta de 25ºC. Un ventilador de techo desplazaba el aire meloso con parsimonia. Ya conocían la leyenda. En el sillón de ejecutivo se encontraba la Mujer. Lo primero que apreciaron fue el aroma. Una mezcla suave a colonia de trabajo y cigarrillos mentolados. Dos fragancias que se complementaban creando un espacio agradable, absorbente como arenas movedizas.

Si había algo que destacar en ella, es que era pulcra, ordenada. Su traje carecía de arrugas, su cabello había sido cepillado a conciencia, enlazado por un discreto coletero en una obra de geometría y matemática que desafiaba las leyes de la física, incluso de Dios. Su rostro era severo, más propio de una Lizzy Borden moderna que de una mujer de negocios. Todo en ella tenía un aspecto caro, limpio y equilibrado. No tocar, no romper, no comer chicle a su lado. Caché, glamour, magnetismo. Cada pieza del despacho, de su ropa, había sigo elegida minuciosamente, con un propósito, ya fuese la armonía, la estética o exhibición. Jana Gruber nunca daba puntada sin hilo. Todo lo que hacía, lo hacía por una razón. Y siempre lo hacía bien. Los fallos eran para los demás, para ella era el éxito.

Sus ojos de frío acero alemán contemplaron a los mercenarios que había llamado. Sonrió al verles, franca, cordial, pero manteniendo las distancias. La mujer era un psicópata de manual. Apretar el gatillo de un arma, encenderse un cigarrillo. Tenían el mismo significado en su mundo de grises.

—Me alegro de que hayan podido venir todos, no sería lo mismo sin ustedes. Caballeros, señoritas —se reclinó en la silla, les invitó a sentarse —. La operación que tengo entre manos no es una operación cualquiera. Hará que nos retiremos de por vida, se lo garantizo —ojos de loba, palabras de zorro —.  Hay un edificio que debemos asaltar. Nakatomi Plaza, propiedad del empresario japonés Nakamura Shindo. Los Ángeles, la tierra de las oportunidades. Su fortuna será nuestra, señores. Ya tengo montado el equipo. Pero… —y siempre había un pero cuando se trataba con Jana Gruber —…no me gustaría que todo se fuera al traste por un pequeño error de cálculo. He analizado los planos, el sistema informático, los canales de videovigilancia. He elegido el día del asalto. Sé cuantos trabajadores habrá en el edificio. Pero ya saben, esto es América, tierra de héroes. Las películas de John Wayne hicieron mucho daño a toda una generación de jóvenes impresionables, y ahora todos se creen el Llanero Solitario, el Último Boy Scout. Esta es una tierra de héroes y pistoleros, no quiero que nadie arruine mi pequeño baile. Ahí es donde entran ustedes.

Sonrisa, cruda como medio kilo de ternera salpicada con cristales de botella.

—Como entenderán, cada uno de mis hombres tiene una función. Son buenos, están entrenados y preparados. Yo mismo los elegí —motivo suficiente para confiar en ellos —. Pero, al igual que en el ajedrez un caballo solo sabe moverse en forma de “L”, ellos solo son buenos en lo suyo. Necesito una mano ganadora. Mis comodines. Puedo hacer planes, no prever el futuro. Si algo sale mal, ustedes seréis mis correctores. Mi goma de borrar. Son versátiles y tengo de decir que se complementan perfectamente. Son el broche de oro de mi plan. Mi seguro.

Había dos cosas que eran una certeza con Jana Gruber. Igual que el amanecer, los impuestos, o que nadie superaría el especial de navidad de Playboy de aquel año. Sus planes siempre salían bien, esa era la primera e inexorable ley. La segunda era que nunca hacía partícipe de sus planes a sus hombres. Para, en última estancia, tener siempre el control. Era la maestra de la niebla, quien mantenía el poder mediante el silencio. En una situación crítica, la única con el control sería ella. Motivo suficiente para salvarle la vida o jugársela por su pellejo. Comodines, guardaespaldas. Reinas para el rey negro del tablero.

—¿Qué me dicen, señores? ¿Están dentro? Oh, vaya, no me digan que ya tenían algo que hacer en nochebuena.

***

Nueva York.

La luz del amanecer taladra su cabeza como un martillo neumático. Su boca sabe a gasolina de noventa y ocho octanos. Siente su cuerpo como si le hubieran pasado por encima con una apisonadora. Ahora sabe como se siente el Coyote después de pasar todo el día tratando de hincarle el diente al Correcaminos. Le duele la cabeza. La resaca va a ser de las fuertes. Trata de pensar. Reconoce su apartamento, pero no recuerda que día de la semana es. Está de vacaciones, le dice un hilillo de voz. Un hilillo, hasta pensar duele.

Poco a poco va recordando. Claro. Pidió unos días libres. ¿No era hoy cuando volaba hacia Los Ángeles para darle una sorpresa a su mujer? O exmujer, Holly había vuelto a usar su apellido de soltera. Alzó los ojos de sapo de las sábanas sucias, un billete de avión lo contemplaba desde el bolsillo se su abrigo, acusador. Era solo de ida. Había puesto muchas esperanzas en aquel viaje.

—Oh, a la mierda, vamos allá.

Notas sobre la partida

Ambientación: No es una partida de Jungla de Cristal, pero lo parece.

Ritmo: 2 turnos semanales.

Sistema: Narrativo, con apoyo de Rápido y Fácil.

Calificación: +18 Precaución si usas marcapasos o estás embarazado.

Calificación 2: R de Ragman.

Comienzo: Mediados de marzo.

Consentimiento legal: El jugador que decide entrar en la partida lo hace por su propio pie, libremente, aceptando todos los supuestos que el máster, en su malévolo ideario, pueda colocar en su camino. No se aceptarán quejas del estilo "En la película no era así" o "No recuerdo que esa escena estuviera en el film", o "Creía que ese personaje era más alto". A nadie le importa, ¿Sabes?

Besando las Puertas del Cielo.

Mama put my guns in the ground
I can't shoot them anymore
That cold black cloud is comin' down
Feels like I'm knockin' on Heaven's door
Knock-knock-knockin' on Heaven's door

Deja que nieve.

I am the master of confusion
I'm chaos, I'm disaster, I am pain, sweet disorder, anarchy, go insane
Whenever I am closing in, your peaceful life goes in the bin
Let chaos begin
No matter where we're going or anywhere we roam
We are the masters of confusion
We'll take your life apart and we don't give a damn
We are the masters of...
 

Asalto al Nakatomi.

They called me the Leather Apron
They called me Smiling Jack
They prayed to the heavens above
That I would never ever come back
Can you hear how the children weep?
Chills of fear like a sawblade cutting deep...
Once again there is pain,
I bring flames I bring cold
I'm the Blood Red Sandman coming home
On this unholy night I will make you my own
Blood Red Sandman coming home again
I'm coming home again!
 

Los Walkies.

Los walkies son geniales, te sirven para estar en contacto con tus amigos aunque no estéis en la misma habitación. Con ellos nunca volverás a sentirse solo. Pero cuidado, podría haber alguien al otro lado, escuchando...

Desayuno de Plomo.

Los mejores desayunos de todo LA. ¡Solo hasta las 10:00!

Fuera de Escena.

¿Pero qué coño? Aquí vale todo, menos bromas, quejas o dudas. No, ahora en serio, cerrad la boca y traed unos donuts.

Personajes.

La pandilla de desalmados y malnacidos elegidos a dedo por Jane Gruber.

Sistema & normas.

Normas, manual, criterios, abrefácil.