Otro día amanece y os pilla de camino. Bien que podríais haber acortado etapas del viaje yendo al galope, pero no sería prudente hacerlo ante la más que probable falta de destreza con las cabalgaduras del resto de la compañía.
En esas disquisiciones andaban vuestras cabezas, cuando la señora os informa que anda anhelosa de llegar a sus tierras. Realmente es la primera vez que manifiesta algún sentimiento de amor, en general o de cariño más bien. Parece que ansía llegar a casa. Cosa no rara puesto que nadie del resto de vuestra compaña se asemeja a vuestra destreza y costumbre en el cabalgar y viajar.
Una tirada de intrigar contra la dama os puede dar información extra sobre ella y sus planes.
¿De qué conversación le queréis sacar el tema?
Protocolo habitual a la llegada de atardecida y sin más novedad, salvo que digáis lo contrario.
-Ardo en deseo de llegar et conoscer vostra tierra, mi señora. -digo a la dama. -Que non corto se ha mostrado la andadura hasta acá.
Y era cierto aquello, pues varios días de marcha se sucedieron y, al menos, estos se presentaron con tranquilidad. Disfrutamos de las vistas que ofrecía la andadura; paisajes montañosos de perfiles abruptos adornados por fincas ganadas palmo a palmo al bosque que rara vez ofrecían a sus labriegos la ventaja de ser planas. Lo habitual de éstas es que tuvieran pendientes más o menos acusadas por las que la tierra fértil, privada de la sujeción de los árboles, se deslizaba durante los barbechos, acumulándose en la parte baja.
-Hermosas aquestas tierras son, sin duda, más vos entiendo, mi señora. Ya se anhela el calor del hogar y el descanso del lecho propio. -arrimé mi cabalgadura, a la suya, para hablar con mayor cercanía y voz más baja.- Decidme, lady Godiva, ¿vos turba asunto o preocupación alguna?.
Tirada oculta
Motivo: Intrigar
Tirada: 1d10
Dificultad: 10-
Resultado: 9 (Exito)
No sos malos, Sir Gwilherm, en la observancia, o acaso en la lectura de pensamientos ajenos. Decis bien, habeo problemas et dificultades en el mi feudo. Non soy capaz de mantener la paz en él. Confio en que el conde estime ayudamre acaso esta vez.
Vos ayude el conde o non, podéis contar con mi espada et brazo para cuanto estimades oportuno, mi señora. -respondo a la dama. -et credo non yierro al descir que podréis contar también con el filo de sir Cedrik.
Sos muy dado a los ofrecimientos. Gastad cuidado pues esos pueden haceros de sufir. No obstant, agradezcooslo ahora et voto a tal, para que se mantenga cuando ha de menester.
Et vos sir Cedrik, ¿tambien sois partidarios de los ofrecimientos galantes et abundantes, o gastais en dellos más cuidado et tiento que el vuestro camarada?
Non hay motivo mejor, para gastar ofrecimientos, que una digna et noble dama. ¡Vive Dios que se he de sufrir et padecer que al menos sea aquesto por una bella causa!.
Sonreí para mis adentros...
Con un gasto galante,
- agradecida Sir Gwilherm
-Mi señora, contad conmigo para lo que necesitéis. No importa cual sea el problema que aflige vuestro corazón, haré hasta lo imposible para traerle calma y una sonrisa a su rostro. Mis palabras eran adornadas pero totalmente sinceras, mi vida tenía un vacío que solo un propósito podía llenar y ahora la señora Godiva podía darme uno.
Aguardé expectante la respuesta de la dama, mis ojos brillaban de forma especial ante la idea de una aventura, de una misión, de ser parte de una de las historias que mi padre me contaba cuando niño. Al fin y al cabo había ido al torneo en busca de aventura, de poder encontrar amor y gloria. Y pese que allí no lo había hecho aquí podía tener otra oportunidad.
El mi rostro sonreirá cuando deba de facerlo, et espero que ambos hayais sido los causantes de la mi futura alegria, aunqeu temome que en aquel entonces andareis como poco feridos, et Dios queiera que con poco daño.
Llegais y pasais la noche en compañia de los caballeros, que sin gran ostentación ejercen la hospitalidad con vosotros.