Este caballero, intercede presto.
Dicen tambien dél que es más demonio que humano,que murio en batalla, pero nigromantes y magia sucia hicieronle renacer con propositos tan oscuros como la mesma mágia que hizolo revivir.
El conde incomodo ante el cariz de la conversación inquiere la presencia del arpero que entona una canción, habilidosa en el proposito de relajar la tensión, y zanjar el tema.
Veo que andas liado, te dejo más tiempo para postear, por si te apetece tirar de habilidades palaciegas.
Ninguna objección a tu post previo. si no se puede uno extender, es suficiente asi.
Tras la canción y con los ánimos más calmados, busco un momento propicio para acercarme a sir Folwer: -Contadme más sir Fowler, pues intrigado me tiene ese asunto de demonios et obscura magia. ¿Sabedes donde encontrar tales nigromantes? Quizá pudieran fablar tendido con la mi espada.
Tirada oculta
Motivo: Intrigar (folwer)
Tirada: 1d20
Dificultad: 10-
Resultado: 11 (Fracaso)
No se si hacía falta tirada de Intrigar en este caso, pero la dejo hecho por si acaso...
La cena dio a su termino. Era la mejor con la que les habian agasajado desde que dejaron el torneo de Vagon. El conde se retiró a sus aposentos, al igual que el resto de los alli comientes. La dama marchose tambien. Cuando a punto estaba el caballero Fowler de retirarse tambien, fue abordado por Sir Gwilherm y cuestionado por la nigromancia y su circunstancia.
Non son temas , lo de la magia nigrum et los seres feericos oscuros, temas para ser tratados a la ligera. Non cogonosco , gracias a Dios, a nigromante alguno, et non quiero.
Dicese que Gordobuc perecio en combate y fue renacido para algun oscuro proposito que non cognosco ni quiero.
Si me disculpra vuesa merced, me recojo a mis aposentos.
Tu diras si quieres hacer algo antes de mañana por la mañana.
-Faré yo lo mesmo. -respondí a Sir Fowler- et tornaré yo también a los meos, pues el camino hasta acá ha sido largo et también cansado.
Me retiro a descansar. Mañana más.
La noche pasó sin incidencias, y la mañana amaneció lluviosa. La lluvia al parecer, no quería perderse la ejecución de esos menesterosos, ni tampoco gran parte de la población local.
La comitiva que tú encabezas y que cierra tu más que magullado compañero sir Cedrik, decide quedarse a ver al verdugo ahorcar a los reos. Sin más dilación, una vez terminado el evento, proseguís la marcha.
Satisfecha, la señora Godiva te cuenta, que ha conseguido el firme propósito del conde de mandar un refuerzo de soldados a su señorío, eso si después del inminente invierno. No serán cientos, ni siquiera puede que lleguen a la docena, pero con dos caballeros, dos soldados propios, una leva capaz de lugareños y el refuerzo prometido, puede ser suficiente para encararse a Gordobuc y los suyos.
Por el camino te enteras del botín saqueado a los asaltadores. La dama te obsequia con un brazalete dorado valorado en 0,5 Libras. Al parecer pertenecía a uno de ellos, al líder del grupo. Los sirvientes y soldados que ayudaron en la pendencia, también se llevaron su parte del botín, ya descontado. Además ella te informa de que el conde te ha dado 2L por la entrega de los reos y por la labor realizada por su captura. La señora también cree que la recompensa incluyen las disculpas por haber sido atacado en su terreno y no haber sido capaz con sus hombres de garantizar la seguridad. El botín de guerra se completa con:
2 mulas (jamelgo)
2 hachas y 2 escudos
3 armaduras de cuero
3 lanzas
5 cuchillos
Brazalete valorado en 0,5 L
5 bolsitas con algunos denarios 5d20. De ello esta descontado la recompensa y el cobro de las piezas que Dix mereció por la lucha. Todo ese material pasara al almacén de equipo que la señora Godiva tiene.
Hazte la tirada de los denarios.
apuntate el brazalete y los 2L a tu inventario particular. El resto va para el almacen de la dama.
Llegando al señorío:
El camino que endereza hacia el señorío de la dama es realmente difícil. La lluvia que cayó de madrugada hace el sendero más resbaladizo. Hojas, ramas y barro os acompañan por caminos de tierra y de roca. De hecho, hay momentos en los que las exigencias del viaje os obligan a descabalgar y proseguir a pie. Tal vez halla menos de dejadez y soberbia del conde de lo que tú suponías, y más de coherencia, en su negativa a enviarle refuerzos a la dama. Un señorío perdido y pequeño, de acceso más que difícil, mandado por una dama, sin caballeros que aportar en la guerra y con pocos impuestos que recaudar, no merecen gran esfuerzo militar, por parte de un conde con otros problemas y más preocupaciones a la que dedicar su soldadesca y sus patrullas.
Tras casi medio día por difíciles caminos forestales, llegáis al señorío de la señora Godiva. Al acercaros, no veis alegría en la cara de Godiva, más bien al contrario. Rabia. Los campos en el exterior del señorío están quemados, junto con lo que antes fueron pequeñas granjas de pastoreo. No mejora en demasía la cosa al acercarse al centro del señorío. Aunque bien es cierto que aquí sí que se mantiene algún campo intacto. Al acercaros veis a una población envejecida de ancianos y muy joven de niños, no os es fácil encontrar adultos de mediana edad.
Algunos pobladores acompañan la comitiva hasta la robusta casa de piedra, que hace de residencia de la señora. Allí os instaláis, mientras que la señora atiende a los lugareños y a los sirvientes de la casa.
Bulli, el otro soldado, y por lo que os enteráis el único, ha sido herido en alguna incursión de ese tal Gordobuc, no de él en persona, más bien de sus forajidos.
La señora con gusto os pediría que marchaseis contra él y su poblado, pero con Bulli y vosotros mismos dañados, la prudencia y el buen juicio aconsejan posponer cualquier ataque hasta el fin del invierno que no resta mucho por comenzar.
Interactúa algo en el señorío de la señora, hazme un plan para los siguientes días, si en verdad algo quieres hacer, y vete haciéndote a la idea de que estamos a las puertas del invierno, y como tal a las puertas de la fase de invierno. (¿Sabes a lo que me refiero no?)
Innegable es que la decisión del Conde dispendiar recursos en el señoría de la señora Godiva tiene lógica fundamentada. Tal hecho me produce cierta congoja en mi corazón, pues presa fácil para el tal Gordobuc y sus secuaces se muestra un señorío pequeño, apartado, y probablemente desprovisto.
Claro me queda también que el interés que la señora había mostrado por mi persona allá en el torneo también tenía una lógica fundamentada; la cual no es otra que sumar hombres capaces a sus filas. Tal hecho no negaré que me entristece en gran medida, pues iluso de mi, otra esperanza en tal hecho tenía... Más no encuentro arrepentimiento, al menos aún, por haber brindado a la dama protección y compañía, pues aun con tal desatino en mi juicio sobre damas, faldas y tales acontecidas, no puedo dejar de sentirme prendado por Godiva...
Motivo: Denarios
Tirada: 5d20
Resultado: 58
Bien, Sir Gwilherm ya ve (o eso cree él) un poco de que va el tema con Godiva...
-Pero como es un cabezota, sigue prendado de la dama, y siempre que pueda intentará ganar puntos en plan: coquetear/seducir/complacer/divertir/etc.. a la dama (ya me dices si tengo que hacer alguna tirada y cual).
-Me gustaría hablar con el tal Bulli. Más que nada quiero que me de datos sobre ese último encontronazo con los hombres de Gordobuc. Preguntaría mayormente cosas como: donde fue el combate, si fue una emboscada, cantidad de hombres, si iban montados, armas, armaduras... vamos, ese tipo de información, así te agilizo la interacción.
-Me gustaría hacer un recuento más detallado de los hombres capaces (aúnque sean bastante mayores o muy jóvenes) en caso de emergencia y que defensas tiene el señorío (y si hay algunas que necesiten reparación).
En principio poca cosa más se me ocurre de momento, así que cuando quieras entramos en fase de invierno.
La dama y su caballero, fueron a ver al herido soldado Buli. El soldado vive a modo de escolta, en la casona donde reside además de la dama y los sirvientes, Dix, el otro soldado de la señora.
Le ven tumbado sobre un jergón, con muestras claras de haber sido apaleado. Sospechas que su cara magullada esconde una nariz rota. Crees también que por sus dolores y retorcimientos tiene rota alguna costilla. Saldrá de esta, pero tardará en quitar los dolores. Os da su relato sobre los hechos.
Creo que aun podemos alargar esto un poco mas, gracias a tus intenciones.
Tras numerosas pausas, y algún sorbo de vino, para aclarar la garganta y mejor recordar, Buli comienza con su historia:
No pasaron de dos los días despues de que la compañía de la mi señora partiese de aquestas tierras rumbo al torneo de Vagon, (estuvieron algo mas de un mes fuera), cuando un grupo de hombres a caballo irrumpió en el pueblo. Eran más que dedos de la mi mano, pero menos que los dedos de ambas manos dos. Hicieron llamado a todos los del pueblo et reunidos al lado del granero dijeronnos que andaban en busca de jornaleros para Gordobuc, et prometían pagar mucho en palos y poco en denarios. Reianse muy ufanos por la ocurrencia. Decidieron separar a los que les parecieron más fuertes et capaces et sacaronles a un aparte. Proteste ante la afrenta, et fui reducido a golpes. Pude oir sus risas et los gritos de las mujeres.
( se llevaron a 5 hombres de l pueblo)
Anoche hizo 5 dias que regresaron al pueblo, cansados et mas flacos et palidos de lo que marcharon.
Sientolo mi señora.
Mucho ficistes, et suficientes, pues temome que poco importariales haberte destripado alla mismo si mas hicieres.
La señora escuchó el relato con gesto serio y acorde. Al acabar de oírlo, te miro como queriendo decirte.”… esto es a lo que me referia”
Si vos parece fablaré con los famélicos retornados, mi señora. -digo a la dama- A buen seguro apuestos tendrán algo que decir et también de contar.
Acompañoos la señora en tal asunto, et despidiose del enfermo Buli, con el mandato de recuperarse et descansar. Llegasteis a la casa de uno de ellos. Os hizo pasar a su humilde, en verdad, humilde choza, et parlamentasteis asi:
Llevaronnos por la fuerza, ellos a caballo et nos a pie. Querian que trabajásemos en la construcción de una torre de piedra, et a fe que lo ficimos, pues no fabía otro modo de facer. Golpes nos hubieron , pero a menos que a los de allá vivientes. En la anochecida encerrabannos, solo a nos en una habitación del casón donde moraban Gordobuc et el resto de la soldadesca de ellos.
Dabannos en la noche pedazos de pan, et sobras de carne con mas hueso que carne. Lo que ellos no podían comer . Vino vimos poco et más aguado que vino. En eL medio dia compartíamos perolo de gachas, agriadas y pasadas de agua, con el resto de jornaleros. Eramos los únicos de fuera. En verdad andaban aviajados et flacos, doloridos et sin fuerzas nisiqueira para fablar con dellos ni dellos con nosotros. Los hombres acarreaban las piedras et las mujeres trabajaban en los campos. La soldadesca de Gordobuc vigilaba, et no laboraba en la obra.
Despacharonnos hace unos días, pues acabose la piedra para la torre, dijeron que el próximo carromato della estaba apalabrado para después del invierno, et que entonces llamariannos de nuevo.
Imagino que querras interrogar mas al tipo.
-Fabrás de dexirme más sobre tal lugar. -digo al tipo- pues en tantos jornales non poco fabréis visto digo yo. Decidme pues...
-¿Donde queda tal torre y lugar?
-¿El Gordobuc se hacía acompañar por otros de confianza como lugartenientes o algo similar?
-¿Cuantos hombres componían tal soldadesca?
-¿De cuantas monturas disponían?.
-¿Aquel lugar era el señoría de Gordobuc?.
Empecemos por esas preguntas...
Concluyó con un: -Espero fabrades de llevarme a tal lar cuando sea menester.
Podemos proseguir.