Partida Rol por web

A Partir de Ahora.

Capítulo 1

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29/10/2008, 20:15
Elizabeth Cornwell

Liz se fija en su hermana, sonroja levemente sus mejillas, sacude la cabeza, y, en respuesta al breve carraspeo de Sue, toma aire para...

-Sr Avon... Ésta es mi hermana... La Srta Cornwell... Susanne Cornwell...-Se gira levemente a su hermana y sonríe, amable-Hermana.. El Sr Avon... Está aquí.. De paso... Ayer le conocí en las tierras cercanas a las nuestras...

Vuelve a sonreír y aguarda a que, al menos, den muestra de conocimiento entre ellos...

Notas de juego

Bueno, yo al menos les presento... xD

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29/10/2008, 21:23
Mary Ann Windsor-Hancock

- Perfecto. Louisa. Saldremos un momento al jardín para mostrarselo al señor Byrne. Le ruego espere aquí con Claire dijo sonriendo a su hermana. Volvemos en seguida. Señor... no intentó pronunciar su apellido de nuevo, dijo dirigiendo ahora la mirada al profesor de francés. Le ruego me disculpe un momento.

Mary Ann se levantó sosegadamente y se dirigió a la salida de la sala, esperando que el señor Byrne la acompañara, sin mirar atrás dejó la estancia para ir al jardín como había indicado.

Notas de juego

jefa... jijiji...

describes tú el jardín????

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29/10/2008, 21:04
Patrick Collins

El refrigerio en casa del aparcero fue ameno. La compañía era grata, y el hombre se esforzó por hacer sentir bien a ambos hombres y darles conversación. Su nerviosismo inicial dió paso a una franqueza creciente, hasta el punto de hacerles sentir agusto y que el tiempo pasara demasiado deprisa.

Enterados de la hora, se excusaron (pues había una cita pendiente de mayor importancia personal) y volvieron a montar a caballo, ahora en dirección a la casa de las Cornwell. El cielo estaba plomizo, y pronto comenzó a llover. Los cascos de los caballos pisaron tierra mojada y barro despues, mientras el paisaje se difuminaba bajo una cortina de lluvia. Cabalgando con los largos abrigos encerados, la lluvia les mojaba poco, y resbalaba en el ala de sus sombreros, copiosa.

A medio camino, los dos hombres se toparon con una escena inusual. Al borde del camino, había una carreta con una de las ruedas rotas y coja. En la otra rueda, atado de espaldas, un mozalbete de unos 12 o 13 años con la camisa subida y la espalda descubierta. Dos hombres con aspecto oscuro y patibulario, embutidos en sendos abrigos y con viejos sombreros de tres picos, le miraban. Uno de ellos, más grueso que su acompañante, estaba propinando tremendos fustazos a la espalda del desdichado joven.

-¡Así aprenderás a conducir mejor, bastardo!

Patrick intercambió una rápida mirada con su señor, y este asintió. Eran dos, pero si les cogía por sorpresa no podían suponer una amenaza muy seria. Por si acaso, desabrochó la parte de sus alforjas donde siempre guardaba (aunque bien escondida bajo un paño), una pistola de chispa. Nunca sabes lo que te puedes encontrar por ahí, y más con los obreros sin empleo tras la abdicación de Bonaparte y el cese de la producción a escala bélica.

Llegados relativamente cerca de la escena. Bajó del caballo, tomando su propia fusta. Los dos hombres se le quedaron mirando a él y a sir Francis.

-Buenas tardes -les dijo a los dos hombres- ¿Algún problema?
-No. Solo que nuestro criado ha estropeado nuestra única carreta.
-¡No fue culpa mía, señor! -intervino el crío, con acento irlandés- ¡El camino resbalaba demasiado y me dí con la piedra del socavón!

El hombre gordo le amenazó, tomándole del pelo.

-Tu te callas, desgraciado.

Patrick sintió un acceso de cólera. Pero no era una cólera desaforada y propia de un energúmeno, sino una cólera sorda y muy fría. Aquel desventurado muchacho le recordó a tantos y tantos irlandeses maltratados dentro y fuera de su propia tierra por los ingleses opresores y petulantes. Miró un momento a su señor, y este le asintió. Entonces, Patrick volvió a mirarles y ladeó el cuerpo, al aire chulesco.

-¿Saben que creo? -comenzó a decir- Que hay que ser un animal y un estúpido para pegar a un chiquillo cuando no tiene la culpa de una falta. Dos hombres hechos y derechos pegando a alguien que no les da la talla...

Negó con la cabeza.

-Cuide su lengua, señorito. El llevar buenos trajes y montar caballos de raza no le faculta a insultarnos.

Asintió, despacio. Ellos no lo sabían, pero él ya estaba midiéndole la distancia al más alto, que era el que tenía más cerca y que le había encarado con actitud ofensiva. Patrick le mantuvo la mirada, frío.

-Si, tiene razón...

En ese momento, giró la cabeza como si estuviera distraído. Eso provocó que el alto le fuera a poner la mano encima. Entonces, tomándole el brazo, le hizo una sencilla lave de lucha grecorromana, rápida y certera, que terminó con su frente hundiéndose en el tabique nasal de aquel tipo, con gran estropicio y pérdida de sangre.

-¡Smithy! -voceó el gordo, lanzándose contra él.

Esquizó su fustazo, componiéndose ahora en guardia de esgrima. Paró una segunda acometida, desviándola hacia abajo y la derecha (esto es, su línea exterior) para, seguidamente, propinarle un rápido latigazo con la fusta en uno de sus ojos abiertos y exhorbitados.

Se llevó el orondo la mano al ojo, chillando como el cerdo que era. Entonces, al darse la vuelta, vió que el alto se le echaba encima, intentando derribarle. Se clavó bien en el suelo, más le cogió a contrapié y le hizo perder el equilibrio. No obstante, consiguió colgarse de él para que cayeran juntos, y bregaron un momento en el suelo fangoso. El villano intentaba golpearle el rostro, lo consiguió un par de veces, una de ellas en la ceja, haciéndole saltar la sangre. Pero Patrick era más diestro, así que tras ponerle la mano en la cara y estorbarle su presa, dió la vuelta a la situación, haciéndole una llave con la que se puso encima, impidiéndole el movimiento mientras le estrangulaba.

Durante unos largos segundos, el tipo luchó, pero comenzó a faltarle el aire, y se puso rojo como un tomate, al borde de la asfixia y con los cojos inyectados en sangre. Entonces, el gordo, ya repuesto de su ataque inicial, le dió una patada que le hizo soltar al alto, rodando por el suelo. Se dispuso a agacharse y darle fustazos y puntapiés, cuando Patrick se revolvió como una serpiente, derribándolo. Tomada su mano armada, la derecha castigaba duramente su cara con tremendos puñetazos que le dejaron el rostro como un mapa (y en un momento), a costa de dañarse los nudillos. Entonces, recogiendo la fusta caída de Patrick, el alto (ya repuesto de la caída), se propuso golpearle en el rostro.

Entonces, sonó el inconfundible "click" de una pistola amartillándose, y todos miraron hacia Lord Heddington, que negaba chasqueando la lengua mientras apuntaba al alto desde el caballo. Soltó la fusta el hombre, y Patrick, desfogándose con el caído, lo dejó en el suelo muy maltrecho y medio inconsciente, incorporándose con la respiración alterada.

-Monten en sus caballos y lárgense -dijo el lord- Y procuren no volver a mis tierras, o haré que los ahorquen.

El alto, haciéndose cargo de la situación, ayudó a su compañero a levantarse. Desengancharon a los caballos de la carreta, ensillándolos. No les dejaron llevar más cosas del contenido del carro, por temor a que llevar algún arma escondida. Se alejaron a caballo bajo la lluvia, mientras Patrick cortada con un cuchillo las ataduras del agradecido joven, que se recompuso la ropa. Rápidamente, les contó que esos dos hombres eran sus amos, y que le compraron en Irlanda a su familia, que tenía demasiadas bocas que alimentar. Al parecer, aquel abuso era bastante frecuente, y el maltrato una constante mientras estuvo a su servicio.

Sin un lugar a donde ir, y sabiendo que su agradecimiento era sincero, lord Heddington convino con un sencillo y grave asentimiento a que el muchacho entrara a su servicio como criado o paje en Skylands Manor, aunque se le advirtió que debía dar la talla en el trabajo y no remolonear. Tras estos verbos, y porque ya se les hacía tarde, pusieron una manta sobre los hombros del joven y reemprendieron la marcha hacia el hogar de las señoritas Cornwell. La lluvia se había encargado de limpiar un poco a Patrick, después de lucha en el barro. No quedaba muy bien presentarse en casa de unas señoritas manchado de barro, pero en realidad la casa de las Cornwell quedaba bastante más cerca que Skylands Manor, y la lluvia se hacía cada vez más espesa e insistente.

-Estás perdiendo facultades -le dijo su señor, al mirarle un momento la ceja partida.

Patrick rió de buena gana.

Notas de juego

Disculpa si escribo por los dos, pero es que nos hemos quedado sin tiempo :P

Espero que no te moleste

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29/10/2008, 22:25
Francis P. Spencer

La lluvia arrecia y los dos caballos negros avanzan por la campiña salpicando en los charcos que encuentran en su camino.

Lord Heddington cabalga el primero por el camino siguiendo las indicaciones de Patrick para llegar a casa de las señoritas. A poca distancia le siguen Patrick y el muchacho, de nombre Alan.

Poco antes, mientras cabalgaban juntos Francis no dejó de escuchar al joven Alan alabar a Patrick, sin duda había quedado impresionado por la habilidad del Irlandés, que se había convertido en un modelo a seguir para el chico. Francis se había adelantado un poco después de un rato. Le gustaba el silencio mientras cabalgaba, y su amigo lo sabía, pero no así Alan, que parecía poder hablar durante horas si nadie lo paraba.

Pronto llegó a una pequeña loma en el camino, tal y como Patrick le había indicado. Una vez en la parte más alta de la misma detuvo el caballo. Desde allí pudo ver la casa de los Cornwell a un lado del camino. Espero a que Patrick lo alcanzará y se pusiera a su altura.

-Hemos llegado. Veamos si podemos disfrutar de un poco de la hospitalidad de los Cornwell.

Notas de juego

Sin problema, es un gusto leerte.

Voy a escribir la llegada a la casa de los Cornwell en este post (lo voy poniendo por si se pasa la master que sepa que estoy escribiendo) será cortito.

Supongo que al muchacho nos lo traemos... ¿con la que cae como lo vamos a dejar que vuelva andando con una manta?

 

Ahora edito y pongo el post.

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30/10/2008, 00:20
Grégoire Byrne

Señorita, señora

Me despido de las dos mujeres que quedan en la habitacion con una inclinacion de cabeza tras lo que salgo detras de Mary Ann, apretando un momento el paso para abrirle la puerta para que pase por delante y siguiendola despues en direccion al jardin

Notas de juego

Recibido jefa

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30/10/2008, 17:10

Fin Capítulo I

Notas de juego

Termina aquí el primer capítulo, entre hoy, mañana y pasado por si se me hace largo postearé todos los turnos del comienzo del capítulo II

NADIE PUEDE PONER NADA EN DICHO CAPÍTULO HASTA QUE LO AUTORICE

je, es que sino me hago lío. Así queeeeeeeee, descansen los dedos.

PD: felicitaciones a todos por lo gran jugadores que son.

n_n firma Yo