Partida Rol por web

Acero y sangre

Epílogo

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14/02/2014, 22:46
Director

Música

No era mucha la distancia que se debía cubrir para llegar al escondrijo de la astropata, no eran demasiados kilómetros, pero el tiempo invertido y la sangre que costó fue mucho mayor de lo esperado.

El camino estaba flanqueado por hierros retorcidos que, angustiados en sus formas inverosímiles os saludaban como si fuerais sus salvadores. Edificios derruidos, cadáveres diseminados, algunos mutilados y otros calcinados. Bloques de ferrocemento distribuidos como si fuera una especie de juego de mesa; todo con sus colores apagados, tonos ennegrecidos por las detonaciones y con surcos allá donde habían recibido algún impacto causado por una de esas armas xeno que concentraban energía hasta alcanzar una temperatura igual a la del núcleo de un planeta.

El mayor se quedó en pie, al lado de Wolff mientras guiaba con sus indicaciones a la columna de blindados del valioso ejército de la 272. Los miembros de la resistencia pronto se dispersaron cuando llegaron a la última calle. Era un cruce que tomar, un cruce en forma de cruz y el cual tenía dos calles bloqueadas, la del este y la del norte. Wolff y sus hombres venían del sur y solo tenían que girar hacía oeste para recorrer el ultimo kilometro que les llevaría hacía el almacén abandonado el cual se veía desde la posición que ocupaba el baneblade de Wolff. El cruce estaba lleno de cascotes y más hierros que el día anterior habían erigido con fuerza los enormes edificios de aquel sector de la colmena. Era una pena ver como la obra del hombre y del mechanicum caía destruida con tanta facilidad en unos pocos segundos. Fuere como fuere, el baneblade de mando empezó a girar con cierta lentitud debido al poco espacio que había, y Lars, a pesar de su mote, no quería arañar su amado blindado.

El mayor se agarró con más fuerza cuando el traqueteo del baneblade se hizo más intenso. De los tubos de escape salió una humareda negra por la combustión al revolucionar el motor demás para conseguir un giro veloz ya que el tiempo apremiaba, pero en cuanto giró, el mayor cayó muerto con un orificio perfecto… un disparo de francotirador le había perforado el cráneo y la descarga de energía salió por la mejilla izquierda. Wolff pudo ver perfectamente como le salía humo por la boca mientras caía sin decir nada.

Los gritos de “¡emboscada!” no tardaron en darse lugar y cuando el comandante cerraba la escotilla de su blindado superpesado pudo notar una vibración al cerrarla, él fue objeto de otro disparo pero por fortuna o gracias al Emperador, Wolff fue más rápido que el tirador eldar oscuro.
La columna de blindados pronto se vio acosada por los xenos que salieron de la nada, saltando de motos y transportes gravitatorios que los dejaban caer con gracia. En unos minutos todo se volvió en un mar de cristales disparados a velocidades supersónicas con su característico sonido al ir acribillando a los soldados que desembarcaban de los chimera.

Wolff no tardó nada en impartir órdenes, pero poco podía hacer, aquello era un verdadero caos, en todo el sentido de la palabra. Cada tanque se defendía así mismo y a su tripulación con uñas y dientes, como si fuera su propia casa. Los asaltantes xenos aprovechaban al máximo su flexibilidad y agilidad para tratar de matar a las tripulaciones, pero el entrenamiento y experiencia de los imperiales les había enseñado sellar bien las escotillas, todas menos el capitán Mijal, del “Pussy Herald”, pillado por sorpresa por un asesino eldar oscuro que lo degolló con insultante facilidad propició que todo su leman russ fuera destruido después de que más soldados xeno introdujeran cargas explosivas por la escotilla abierta. El tanque explotó con violencia, tanta que la torreta se elevó varios metros separada del resto del blindado.

Los chimeras, en mitad de la columna abrieron sus portillas de desembarco y todos los soldados fueron desplegados para apoyar con infantería a los blindados hostigados. Muchos murieron al salir de los transportes, pero los sargentos y oficiales, así como el comisario Ludd mantuvieron firme la moral y la cohesión de la unidad mecanizada. Respondieron con disciplina a los disparos alienígenas con salvas concentradas, disparando algunos en modo automático para dar tiempo a que las armas de apoyo se pudieran asentar para escupir su carga de muerte.

Los Leman Russ iban abriendo fuego con los bolters de las barquillas mientras las torretas giraban con velocidad gracias a un buen mantenimiento buscando enemigos a los que disparar. El “Red Race” consiguió un blanco perfecto contra un transporte que se acercaba a gran velocidad, su artillero había alojado un proyectil perforante disparado desde el Vanquiser que atravesó el blindaje frontal como si fuera mantequilla para luego explotar en mitad de la célula de energía central. La explosión con tonos violáceos alcanzó de lleno a un escuadrón de motos a reacción que escoltaban a aquel transporte.

El “Black Ace” no corrió tanta suerte, un monstruo aberrante fruto de la investigación génica y la disformidad abrió el chasis posterior del blindado e incinero a la tripulación con una serie de disparos reconcentrados de energía a alta temperatura. La tripulación poco pudo hacer, ni tan siquiera el teniente Veron, querido por todos por su jovialidad y sus chistes. La bestia era como un escorpión que rezumaba un olor dulzón. Iba cubierto por una serie de blindajes segmentados de color negro mientras la cola, llena de un músculo violeta y grotesco movía el cañón con el masacró a los valientes tanquistas del “Black Ace”. El “Xeno Lover”, que iba detrás giró la torreta después de que el conductor alertara al teniente Operhim, no tardó demasiado en hacerlo, pero aquella aberración se acercaba con sus potentes pinzas negras chaqueando. El tanque disparó casi a bocajarro arrancando la cola musculada del monstruo, pero aquello no impidió que siguiera avanzando. Con un abrazo mortal reventó las barquillas laterales, empezó a abrir hueco con sus potentes pinzas, pero fue entonces, cuando el cañón láser frontal abrió fuego cuando se puso a tiro al moverse para buscar mejor asidero, la bestia murió en el acto y a pesar de haber perdido sus armas laterales, el “Xeno Lover” acabaría por eliminar varios tanques venom que se acercaban por el este.

La capitana Amella, del “Lady Luck” hizo, por enésima vez, honor al nombre de su blindado cuando este salió derrapando por el lateral de la carretera mientras trataba de evitar los potentes disparos que estaba recibiendo por un grupo de eldars con armas antitanque portátiles, su suerte residió en que los disparos rebotaron contra el blindaje frontal para luego arrollar a los incautos xenos que no se vieron venir que fuera a estrellar su tanque contra la pared. La pala barrió los cadáveres y echando una cantidad ingente de humo destrabó el blindado de la pared que había atravesado y donde parecía que se hubiera atascado.

Los dos baneblade eran los que menos castigo estaban recibiendo, casi con toda seguridad sería por qué no disponían de armas suficientemente potentes, por ello, Wolff destacó a la defensa al baneblade silencioso que les seguía mientras el suyo se acercaba al destino. Los artilleros demostraron su puntería acabando con todo lo que se puso a tiro, pero la misión estaba clara y solo estaban a un kilometro del destino.

La radio no dejaba de chasquear con el cacareo de combate, pero el Ratling Edd solo pudo pasar las órdenes del propio comandante de unidad, nada podía hacer por ellos.
El viaje no duro mucho, llegaron con rapidez gracias a Lars, que se dejó de lado los finos cuidados y fue a plena velocidad atravesando paredes y obstáculos, cosa que para un baneblade no eran mucho problema.
Nada más llegar al destino Wolff destacó a sus dos hombres de confianza, Shuman y Strenikov. Los dos cogieron sus rifles infierno y descendieron del blindado a toda velocidad para localizar el paquete y asegurarlo.

Todo era una misión de libro, localizar, asegurar y escoltar de vuelta a casa, pero eso solo pasaba en los libros de texto, aquello era la realidad, y la realidad como tal, era cruel.

El titán apareció en escena, el aviso le llegó a Wolff y tomó una de las más importantes decisiones de toda su carrera; destacó a dos chimeras con sus escuadras en su punto para prestar apoyo a sus dos stormtroopers mientras dirigía su propio blindado hacía la batalla contra el titán… el comandante se dejo llevar por su deber para con sus hombres dejando asegurada la misión, todo lo que un buen comandante haría.

Los blindados presentaron batalla y toda la resistencia que fueron capaces. La infantería se replegó hacía el punto demarcado por wolff ya que eran inútiles en una batalla de esa escala, y más todavía cuando las propias fuerzas xeno se habían retirado ante la posibilidad de ser alcanzadas por su amada y endiablada máquina de guerra.

Todos los leman russ se giraron poniéndose de cara y alzaron los cañones de sus torretas en todo el ángulo que estas podían darles, los pistones hidráulicos se quejaron cuando los artilleros trataban de ponerlo al máximo de inclinación… pero allí estaba la bestia, la gran mole de metal y aleaciones exóticas para el imperio, el pináculo de la tecnología eldar en todo su esplendor; era como mirar de frente a un eldar enfundado en una ajustada armadura, de un tamaño brutal, se podría asemejar a un titán Reaver, por lo que alcanzaba, más o menos los veinte metros de altura.

Las salvas de disparos se sucedieron con una sincronía demencial, salva tras salva, mientras los cargadores se afanaban por recargar las rugientes armas. Una nube de gases fue llenando el lugar y los sistemas de filtración de aire tuvieron que trabajar a doble ciclo para evitar que las tripulaciones se asfixiaran. Los impactos iban levantando destellos energéticos alrededor del titán que había dejado de avanzar… pantallas de vacío protegían a la enorme mole bípeda que se enfrentaba en silencio a los Imperiales.

El silencioso Baneblade que había sido rescatado por Vort disparaba todas sus armas al unísono, parecían estar controladas por el mismo tirador ya que cuando se sobrecalentaban los generadores de energía que alimentaban a las barquillas láser, todo el tanque dejaba de disparar… solo Delta Un sabía que había pasado realmente con Vort y este primero, deseaba que nadie supiera jamás a lo que ayudó a hacer.

Wolff con su tanque de mando llegó a la escena… tan pronto como tuvieron a tiro el bipode unieron su potencia de fuego al resto de la compañía que no cesaba de disparar… dos baneblades y docenas de leman russ disparando y poco parecía lograrse. El titán Eldar Oscuro no se inmutaba, no se inmutaba hasta que todos sus enemigos estuvieron reunidos, con el último baneblade ya podía dar rienda suelta a su capacidad de destrucción. Con un bocinazo que hizo que todos los tripulantes se llevaran las manos a los oídos mientras gritaban de dolor, el titán avisó de que le tocaba.
Todas las armas imperiales se callaron por culpa del ataque acústico, mucho sangraban por la nariz u orejas… conforme se iban volviendo a sus puestos todos los que fueron capaces de ver, pudieron observar, con todo el pánico del mundo como el titán extendía los brazos y se inclinaba hacía delante unos cuarenta grados, docenas de portillas circulares se abrieron del blindaje que cubría los hombros y en un abrir y cerrar de ojos el cielo se inundo de misiles…

Música

Strelinov y Shuman iban liderando al grupo de guardias imperiales que les seguían con las armas listas para abrir fuego mientras unos pocos soldados de la resistencia los iban guiando por el complejo que estaba mal iluminado y medio derruido.  Cuando entraron en un amplio almacén se vieron obligados a caer cuerpo a tierra por una terrible detonación en el exterior precedida por una onda de choque que hizo retemblar todo el suelo y la estructura. Hilos de tierra y polvo cayeron sobre el grupo mientras muchos murmuraban… aquello no pintaba demasiado bien, pero tenían un cometido que cumplir, salvar al planeta.

Los guiaron sin demorarse mucho más y encontraron a la astropata, encapuchada, delgada y con la piel tan blanca que daba miedo mirarla… los dos stormtrooper se acercaron a la mujer y conforme se acercaban notaron un frio inhumano, aquella macula de la disformidad que les puso el vello de punta, una sensación horrorosa cuanto menos. Intercambiaron unas rápidas palabras y la mujer asintió quedamente, pero solo pudieron dar dos pasos, estaban rodeados y no se habían dado ni cuenta.

 

La batalla en el exterior era un autentico caos, la salva de misiles, algo que ya habían sufrido Wolff y sus hombres destrozó varios blindados, el “Bad to the bone” había sido eliminado por completo de la faz de la tierra, “Red Race” y “Hot as hell” sufrieron el mismo destino. Wolff no tardó en impartir las órdenes a través de un asustado Edd. Los motores de los blindados rugieron con fuerza y empezaron a rodear al titán tratando no ofrecerle a la máquina de guerra xeno una resolución de tiro clara… Delta Nu llegó a la acertada conclusión de que a corta distancia la salva de misiles era inefectiva. Durante esa maniobra algo alocada, el blindado del capitán Rumthro, el “Horned one” fue alcanzado de lleno por un disparo de lanza oscura que atravesó el blindaje como si fuera de papel. Alcanzó la parte posterior del blindado cortando limpiamente el motor, solo murió el operador de carga, el resto sobrevivieron, pero no se rindieron, con el tanque paralizado siguieron disparando todas las armas que pudieron.

Fue Bruul, con un tiro maestro el que logró que la pantalla de vacío se cayera como si fuera un mar de cristal violeta. El experto y veterano artillero había encontrado una pauta en los ciclos de refresco y recarga de las pantallas de vacío, combinado con el examen de Delta Nu localizaron un punto ciego por el que disparar y sobrecargar los escudos, justo en un periodo entre refrescos… la precisión debía ser milimétrica y gracias a Lars, que mantuvo el blindado a un avance constante pero estable, le proporcionó a Bruul ese tiro perfecto, una detonación y el titán quedó desprotegido.

 

Strelinov animaba a los soldados mientras abría fuego en automático y acababa con dos eldars que se habían acercado demasiado. Otro guardia cayó de boca al suelo muerto, pero el veterano soldado no se amilano y siguió animando a los hombres. Era un combate desigual, un combate que iban ganando, los xenos se habían confiado demasiado y de paso, subestimado a los imperiales. Pronto estuvieron todos muertos, pero aquello no había acabado, una sombra avanzó invisible para todos y se hizo física detrás de la astropata. Un eldar feo, grande y fuerte tenía una hoja curva sobre el cuello de la astropata… debía ser un líder, o el líder de todos aquellos asquerosos xenos. Se mostraba muy seguro, sin escolta y amenazando con matarla, que le daba igual ya que le servía tanto viva como muerta… pero Strelinov no estaba dispuesto a negociar, creyéndose solo ya que dio por muerto a Shuman al cual no había visto en casi todo el combate, alzó su rifle y apuntó a la cabeza de la astropata – la mataré yo, total… si te sirve muerta – y apretó el gatillo.

Wolff recondujo la maniobra de los blindados alrededor del titán, pero algo pasaba con Vort, su baneblade se había quedado parado frente al titán completamente en silencio. No respondía a las llamadas de Edd y el titán se había fijado en él. Le disparó dos veces con la lanza oscura y perforó el blindaje en diversos puntos. Delta Nu estaba preocupado en exceso, se temía lo peor y empezó a introducir el código de activación del programa viral que había instalado en el otro baneblade. Una gota de sudor muy humana recorrió lo poco de humano que le quedaba y justo cuando iba a disparar el virus, Vort abrió fuego de nuevo.

Aquella actuación dio la oportunidad de oro a wolff, pudo centrar todos los disparos de los blindados operativos que quedaban sobre la espalda… Bruul iba guiando a los demás artilleros asignando coordenadas sobre la parte posterior del titán. Vort, en cambio, murió, el cuarto impacto que recibió su baneblade lo hizo saltar por los aires con una violenta explosión, pero también fue tarde para el titán. Los imperiales habían alcanzado el núcleo, pero con tanta fortuna que se cortó el suministro de energía a todo el titán.

El disparó fue bloqueado por el escudo personal del eldar, un brillo intenso inundo el almacén y Strelinov pudo ver como Shuman, con su cuchillo curvo igual que el del eldar se acercaba por la espalda. El escudo había disipado toda la energía del disparo pero no así el empuje cinético que hizo que diera un ligero paso hacia atrás, aquella oportunidad dorada la aprovechó Shuman que hincó con fuerza el puñal en mitad del cráneo del repugnante xeno.

 

La consecuencia de la muerte del líder de la partida de caza sumada a la destrucción del titán supuso un golpe de moral brutal al inicio para luego acabar en combates internos entre eldars. Los señores menores sacaron a la luz todas sus rivalidades. Una serie de luchas intestinas que hicieron que la partida de caza se dividiera en cuatro más pequeñas y abandonara el planeta… era el fin de una pesadilla para los supervivientes y el inicio de otra mucho peor para los esclavizados. 

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