El silencio inundaba la capilla de la fortaleza monasterio en Baal Secundus mientras recitabas con fervor y devoción la Oración de la Sangre.
Alzaste el vuelo, maestuoso, glorioso, como un dios. Tus alas blancas e inmaculadas, poderosas y puras, te sostenían en el aire mientras veías el futuro desplegarse ante tí. Sabías que sería cruel, sería doloroso y finalmente fatal.
Pero eres el Angel. Tu belleza está mas allá de cualquier descripci`´on, tu hermosura, tu nobleza y tu pureza no tienen igual, salvo en el propio Emperador. Tu furia guerrera es abrasadora, tu dominio del combate es inigualable, pues a la par que hermoso eres poderoso.
El dolor laceró tu cuerpo, hirió tu alma y quemó tus alas. La podredumbre se aferraba a tu ser y te atraía a la condenación. Luchaste avanzando y matando a decenas de traidores.
Hasta que lo viste.
Tu grito rasgo el silencio de la Capilla y caiste al suelo entre convulsiones.
No postear aún.