Partida Rol por web

En el momento que cogisteis el sombrero de vaquero, las extrañas náuseas regresaron a vuestro cuerpo. Ya llegasteis a un punto en el cual casi os estabais acostumbrando a la sensación.

Cuando finalmente desaparecieron las náuseas os preparasteis para enfrentaros al último desafío.

El sonido escandaloso de una muchedumbre riendo, gritando y cristales rotos, ambientaban un escenario propio de cualquier taberna de mala muerte. Una vez recobrado el sentido comprobasteis con claridad que vuestras ropas ya distaban de ser aquel uniforme de Imperus, sino que lucíais trajes dignos del oeste americano con sus característicos elementos que con tanta elegancia adornaban una turbia época.

Estabais en mitad de un Saloon, a vuestro alrededor más de una decena de personas que hacían diferentes actividades: beber, cantar embriagados, dejarse seducir por las palabras pagadas de las prostitutas y escuchar aquel piano desfasado cuyas notas estaban programadas a medias…

Y de nuevo de un mundo antiguo a otro... Ahora el viejo oeste, el último de la lista. Empezaba a preguntarme si todos estos viajes servirían para algo, pero lo importante era hacer nuestro trabajo nos gustase o no.

Al final acabamos allí y empecé a ver hacia todos lados buscando dos cosas. En primer lugar algo que se remarcara por si mismo como lo que tendriamos que hacer. Puede que fuese un atraco, puede que fuese matar a alguien, o hasta liberar al pueblo de bandidos...

Lo segundo era a Clark. No veia a mi compañero, ni tampoco el parecía resaltar entre los demás. ¿Estaba sola allí? Fuera una u otra cosa, tendría que continuar para avanzar en mi trabajo pero... ¿Que iba a ocurrir?

Una vez que te habías habituado a la nueva indumentaria el barman te interrumpió con su mirada picaresca y su barba bien recortada, apenas dio tiempo a que te alejases demasiado.

- Vaya, una nueva forastera ¿verdad? No me suena tu cara pero eso no impedirá que recibas toda la hospitalidad de este pequeño pueblo – dijo mientras escupía sobre un vaso para seguir frotando con su trapo.

- Y bien, ¿Qué te pongo? Tengo whisky escocés, un licor de frutas y el especial de la casa, “el ojo del Diablo” – al decir la última palabra se notó que aquella bebida (fuese lo que fuese) era algo potente de verdad.

Ya una vez más habituada y viendo a mi alrededor, me di cuenta de que el barman empezó a dirigirse a mi. Le miré con extrañeza antes de pensar que estaba en el lejano oeste. Es decir muchos intentando ligar con mujeres. Tendría que aguantar sin la protección de mi compañero y vigilar por mi misma...

Ahora mismo no era el momento para beber, pero si no lo hacía podría quedar mal... Además aquella bebida llamaba demasiado mi curiosidad... ¿Podria ser lo que debía escoger? - Pues no debería de beber pero... ¿Sabe? Tampoco es mal momento, además me da curiosidad el especial de la casa - Dije con clara iniciativa a querer probarlo

- Damas y Caballeros, aquí tenemos a una valiente que va a asumir el reto del “Ojo del Diablo”. Ahhhh, me encanta cuando una forastera cree que tiene lo que hay que tener – dijo mientras sacaba de debajo de la barra una botella que tenía una gran “X” marcada en la etiqueta y cuyo cristal parecía desgastado por el paso del tiempo.

Sirvió el líquido oscuro sobre el pequeño vaso derramando parte de él sobre la madera y te lo ofreció a la vez que asentía lentamente. De repente notaste que se hizo el silencio en el Saloon, todo el mundo estaba expectante a tu osadía. No había dudas de que aquello era un reto que sabía captar la atención del público.

Pero no sabría que ocurriría toda la espectación que vendría a continuación me haría sentirme incomoda... Tan solo era un trago de Alcohol... ¿Que malo podría ocurrir para que fuera considerado un reto?

No obstante no iba a pensarmelo mucho, tendría que tomarmelo rápido y dejar que las sensaciones pasasen pronto para quitarme tantas miradas incomodas de encima. Así pues, cogí el vaso y de un golpe traté de tragarmelo rápido sintiendo que el fuego del trago me inundaba el interior de arriba a abajo llegando a toser por la impresión de no esperarme de golpe tan fuerte.

A pesar de que al principio parecía que ella había resistido bien, en pocos segundos Evelyn notó como sus sentidos empezaban a nublarse hasta el punto de perder el control incluso de lo que salía por su boca. Había personas que se acercaban a ti aunque no teníais claro si para reírse o para ofrecerte ayuda…

Ella estaba bajos los influjos de aquel brebaje que provocaba que insultase hasta al más indefenso.

Parece que algo que dijo la agente alteró al personal y generó en cuestión de minutos un altercado en el bar donde todos se peleaban contra todos y donde desafortunadamente recibiste más de un golpe. ¿Sería aquello por lo que llamaban a esa bebida el ojo del diablo? Era capaz de convertir a la persona más inocente en una máquina de improperios.

-GILIPOLLAS - fue lo primero que solté nada más que esa bebida empezó a afectarme - Todos los hombres sois unos capullos egoistas de mierda que no sabeis hacer nada a derechas. Maldito y estupido Clark... Me deja tirada en el peor sitio del mundo, con borrachos estupidos sedientos de follar y de disparar al aire usando revolveres como pistolas.

Me giré entonces la para ver a todo el mundo y seguí insultandolos sin parar hasta que inició la pelea, la cual si bien no pude evitar llevarme algunos golpes traté de evadir, aunque sin rumbo fijo, tan solo buscando lo proximo que hacer.

En vista del caos que se generó en cuestión de minutos en mitad del Saloon, a golpe de disparos el Sheriff hizo acto de presencia. Una gran parte de los allí presentes siguió con la pelea y el alboroto mientras que otros (más astutos) decidieron quedarse apartados para no verse salpicados por la reprimenda.

- Las tonterías se van a acabar ¡quieto todo el mundo! – gritó mientras disparó la última bala. Parecía que aquel Sheriff era partidario de llamar demasiado la atención.

No dio tiempo a reaccionar ya que abusando de su fuerza aquel hombre que supuestamente iba del lado de la ley te arrestó ¿Una mera excusa por ser extranjera?

Sabías que si te dedicabas a defenderte de la autoridad con más violencia todo acabaría de una forma nefasta así que lo mejor era dejarse llevar y buscar una alternativa civilizada: el sentido común apelaba a ello.

A los pocos minutos te diste cuenta que realmente solo te cogió como detenida a ti, arrastrándote con poca elegancia hasta las instancias del Sheriff donde una cutre celda albergaba a un tipo de poca agraciada apariencia que no paraba de berrear.

El Sheriff te hizo sentar en un taburete y dejó su rifle a un lado. Escupió en el suelo y se sentó también cerca tuya.

- A ver, eres nueva por aquí ¿cierto? no me gusta que andes metiéndote en líos tan pronto pero igual tienes la oportunidad de ganarte la redención – sonrió pícaro.

- Ese de ahí, el que vocifera es Perry el tuerto, un delincuente de poca clase que sabe más de lo que aparenta. Al parecer están preparando un asalto al tren de las 12:00 y no suelta prenda sobre a qué altura van a llevar a cabo la desfachatez. ¿Serías capaces de intentar sacarle algo más que insultos de su fea boca? Si consigues algo de utilidad te dejaré libre y estaremos en paz –

Teniendo en cuenta que si te negabas te arriesgabas a pasar bastante tiempo “a la sombra” decidiste que no tenías nada que perder por intentarlo.

Y allí estaba Perry, insultando en voz baja a la vez que se movía con espasmos. Sin lugar a dudas resultaba extraño que alguien así formase parte de una banda pero… ¿quién sabe que potencial oculto tenía esa persona?

- Oh… carne fresca en el pueblo… ¿buscas trabajo? ¿eh? ¿buscas trabajo? Jejejeje – rió de manera grotesca.
- Puede que solo tenga un ojo pero sé reconocer cuando alguien tiene un alma especial… oh sí sí, especial especial… ¡como yo! – de repente notaste que si dejabas que ese tipo hablase más de la cuenta ibas a terminar con la cabeza loca. Tenías un objetivo claro, extorsionarle, interrogarle, persuadirle… ¡cualquier cosa valía con tal de conseguir la información!

Era bastante sencillo: ¿dónde iban a asaltar al tren? ¿quiénes eran?

No me esperaba tal sorpresa como ser arrestada por el sheriff, pero mucho menos me esperaba que el sheriff me tratara de aquella manera. ¿Me estaba dando un trato preferente por ser mujer? ¿O solo estaba usandome junto a mi pequeño delito de pelea para algo mucho mayor?

No sabía cual sería la realidad, pero sabía que si seguía aquí era porque tenía que actuar. Asentí al sheriff dejandome encerrar y entonces miré a mi compañero de prisión el cual empezó a hablarme de sorpresa - ¿Un trabajo? ¿Tu? ¿Encerrado? - resoplé antes de mirar para otro lado - Estaré fuera de la celda antes de lo que puedas imaginar, diferente a como estarás tu. ¿Quieres decirme que tienes un trabajo en esta mohosa celda? Tss... Si no es nada que rente y fuera de aquí, no me interesa. Pero fijo que lo que digas solo lo dirás para que te ayude a escapar.

Intenté pues con astucia sonsacarle el trabajo al tuerto, siendo que pensaba picarle y no solo eso, hacer que pensara que podría sacarle a cambio de lo que me dijera, un trato efimero y baldio

- Jajajajaja ¿de verdad? ¿con que esas tenemos eh? – de repente Perry empezó a darse golpes contra los barrotes mientras seguía riéndose.

- Jajajaja, ¡no me vas a engañar! ¡No! ¡Antes prefiero morir! ¡moriré si es preciso! – y seguía con los golpes hasta el punto de provocarse una brecha, no era grave pero si seguía así podía ser peor. No tenías mucho más tiempo para conseguir la información era ahora o nunca. Al menos llegaste a la conclusión de que ese Perry estaba totalmente loco.

-No tienes que morir imbecil. Si tienes un trabajo dimelo y te ayudaré a conseguirlo - el tipo estaba zumbado del todo. ¿Por qué se golpearía de tal forma simplemente por intentar pedirle un trabajo. Era estupido que arriesgara su propia vida en post de proteger algo que no podía proteger

-Ey, dime el trabajo y te ayudaré. Pero sino no puedo hacer nada - no obstante el tio seguía golpeandose contra los barrotes y probablemente el sheriff impacientandose.

El Sheriff resopló.

- Basta ya - soltó el arma y con ambos brazos te sujetó.

- Me equivoqué creyendo que le sacarías algo de información a este chiflado - después le dedicó una mirada inquisitiva a Perry, el cual se había hecho ya una profunda herida en la frente.

- Te quedarás detenida hasta que se me ocurra que hacer contigo ¿lo entiendes? - estuviste cerca de conseguir la información que querías pero la paciencia del Sheriff era volátil.

En cuestión de segundos te encontraste esposada y de forma indefinida atrapada en aquella prisión maloliente. Las nauseas comenzaron a apoderarse de ti, al principio creíste que era por las malas condiciones higiénicas del lugar, pero por desgracia parece que el motivo era otro...