Partida Rol por web

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- 1 Buscando rehenes.

 Actual: 8

Con todo el sigilo que pude aunar, fui subiendo por las escaleras poco a poco mirando antes del subir del todo, localizando a los terroristas primeros para derrotarles antes de seguir avanzando buscando así a todos los rehenes hasta llegar a ellos. Esta vez no tenía tiempo que perder, así que tenía que ir a toda velocidad.

Por supuesto fui rebuscando en todo lugar de cada piso. Tenía que salvar a todos los rehenes, sin excepción

Finalmente, tras usar el sigilo y el ingenio como arma principal, Evelyn encontró la ubicación donde tenían a los rehenes. Se trataba de la penúltima planta del edificio que aún estaba en obras.

Fue fácil de discernir porque en una de las salas había cuatro guardias custodiándola, y justo se escuchaban voces que provenían del interior. Al parecer los civiles estaban intentando aún en vano pedir auxilio, sin saber que realmente el rescate iba a caer en manos de una sola persona.

Intentar acceder a la sala sería imposible sin una confrontación directa, intentar distraer a un guardia podría ser fácil, pero es imposible hacerlo así con cuatro. Existía la dificultad de la superioridad numérica pero... después de todas las vivencias dentro del programa, el miedo no era una opción. Tenías que plantar cara a esos secuestradores y liberar a los rehenes antes de que fuese demasiado tarde.

Elegiste sabiamente tu arma y accediste a luchar contra el enemigo ¡todo sea por salvar vidas inocentes!

Buscando el sigilo de como actuar correctamente fui analizando el area donde estaban los terroristas, buscando esconderme, distraerlos y acercarme a ellos de forma que no me vieran para al estar cerca, ir noqueandolos uno a uno y luego asegurarme de atar sus manos con la ropa que tenían para que no se movieran.

Fui uno a uno y con cuidado para dejar el lugar limpio... Solo que de no ser posible me decantaría por el combate arriesgado, como hice con la bomba, desarmando y noqueando a todos los terroristas hasta quedar sola. Poniendome después en guarida para dirigirme hacia la entrada de la sala - Esto se acaba aquí...

Aunque pareciese a ojos de un extraño que ganar ese combate era imposible, el adiestramiento recibido pro Imperum había demostrado que no existía nada inalcanzable si se tienen los propósitos claros.

Rápidamente entraste en la habitación comprobando como estaban todos los rehenes maniatados pero sin amordazar. Entre la casi docena de civiles había una chica que resultaba llamativa por su forma de vestir...

...se trataba de la hija del presidente que nada más rescatarla se abrazó a ti entre lágrimas.

Ahora no había tiempo que perder, debían ponerse a salvo.

Ahora lo único que tenías que hacer era esperar a que el helicóptero soltase la escalinata para ustedes. Parecía que todo había terminado, la bomba había sido desactivada y los rehenes liberados. Habías sobrevivido a una operación que parecía imposible ¡el programa había tenido éxito!

En poco tiempo la escalinata apareció y te aferraste a ella igual que te aferrarías a la vida. Se podía contemplar como el resto de las cámaras te enfocaban, eras el centro de atención de todos los medios, de todos los cuerpos nacionales. Solo una persona había sido capaz de detener la catástrofe de Detroit.

Sonreíste mientras te llevaban a un lugar seguro, ésta había sido la experiencia de tu vida... pero... un momento... ¿por qué estabas empezando a sentir náuseas? No podía ser posible ¡estabas en el mundo real!

Al ver a la niña la sonreí y abrí mis brazos para que viniera hacia mi y tratar de calmarla y consolarla de esa forma. Sabía que lo necesitaba y dejar un momento para ello no era malo. Solo que tras unos segundos así, debiamos movernos y no podía dejar que nadie le hiciera daño - Vamos pequeña. Te sacaré de aquí y ya no volverás a sufrir nada más de esto. - Dicho eso, la apegué a mi cogiendola incluso en brazos y moviendome hacia la azotea esperando al helicoptero

Ya una vez en el podía sonreir tranquila... No más terroristas, no más problemas... La ciudad estaba a salvo. La niña se repondría. Detroit podría descansar tranquila una vez más y yo podría hacerlo también durante un tiempo, seguro...

O eso pensaba antes de sentir las nauseas - ¿Que? - pregunté al agarrarme la cabeza - N-no... No estoy... e-en la barca ¿Verdad? N-no es posible... E-esto... e-es real... ¿No? - y entonces empecé a mirar a todos lados un tanto histerica e intentando tocar mi cabeza buscando si tenía el casco.

El pitido del electrocardiograma mostraba que tus constantes vitales eran estables, por lo menos eso era lo que decía el doctor ahora.

- Bienvenida, agente Parker – comentó un tipo en bata blanca y con una barba oscura que hacía creer que su edad rozaba más la juventud que la madurez.

Estabas confundida, no entendías porqué habíais vuelto a sentir náuseas, eso tan solo ocurría cuando regresabas a la sala blanca... miraste a tu alrededor y todo era blanco... impoluto... impecable. El doctor sonrió.

- Hemos conseguido muchísima información gracias a vuestros progresos, a vuestras decisiones, a vuestros fracasos y también a vuestros éxitos... – observaste horrorizada como la bata tenía escrito el nombre “Caronte”. ¿No era ese el nombre de la banda terrorista? ¿para quién estabais trabajando?

- Fue una lástima que el Agente Smith no aguantase hasta el final, pero no le culpo, se requería una fuerza mental sobrehumana - te sonrió.

- Quizás ahora te encontres un poco confusa... pero debes saber que en pocos minutos recuperarás la memoria... ¿verdad agente?... tan solo ten paciencia – poco a poco iban llegándote los recuerdos, sobre como en mitad de una misión en la agencia unos terroristas provocaron un tiroteo y acabaron con todos vuestros compañeros y... también con vuestras vidas.

El electrocardiograma empezó a pitar con más frecuencia, tu ritmo cardíaco subió por encima de las 100 pulsaciones. ¿Qué pasaba? ¿dónde estabas? ¿qué era entonces el programa? ¿la barca? ¿Imperum?

- Ahora debes relajarte... toma... – con la velocidad de un rayo el hombre administró un potente sedante para que estuvieses más tranquila.

- A estas alturas ya deberías haber recordado que técnicamente tendrías que haber muerto agente Parker, al igual que ya lo ha hecho el agente Smith... sin embargo, lo que ha quedado funcional de vuestro cuerpo ha servido para un propósito mayor, para el proyecto Caronte. Gracias a su colaboración hemos extraído los patrones que pueden llevar a un soldado a mejorar sus habilidades tales como la orientación, la destreza en combate, el liderazgo, su percepción... estos resultados nos harán salvar muchas vidas – te sonrió afable.

- Vuestros seres queridos han recibido un cheque muy cuantioso por el compromiso con nosotros. Espero que las simulaciones, incluida la del atentado de Detroit hayan sido como mínimo, entretenidas – así que esa era la realidad. Todo había sido una simulación, incluso Detroit... ahora tan solo eráis un conejillo de indias a manos del Estado, y solo tú habías sobrevivido hasta el final del experimento.

- Por desgracia, me temo que el tiempo se agota, no podemos mantener tu cerebro y corazón funcionando mucho más, de ahí que aprovechásemos el tiempo al máximo, una vez pasadas las primeras 48 horas desde la resurrección cerebral el organismo empieza a deteriorarse... así que tan solo puedo darte mi más sincero agradecimiento por parte del país y de su presidente: sois unos héroes – dicho aquello el científico hizo un saludo militar mientras notabas que aún tenías fuerzas para moverte y hablar... si es que realmente querías hacerlo.

Despertar de la ilusión... salir de aquel mundo de fantasía... apagar la simulación... Daba igual como lo dijeran... Pronto supe que estaba pasando, y con ello todo mi mundo se desmorono. Despertar y ver tantos detalles hizo que mi cabeza sufriera al mismo tiempo que trataba de entender todo lo que estaba pasando enfrente de mi. ¿Habia sufrido un accidente? Pero ¿Cuando? ¿Y como?

Más bien no un accidente sino una muerte en el campo de batalla... contra terroristas como siempre estaba acostumbrada a hacer. Y era normal, yo era inteligente, no alguien de armas tomar como mi versión de Japón, o como la de Detroit. Ni siquiera era valiente como mi versión del oeste, aunque no pudiera verla muy en profundidad. Ya ni digamos lo suficientemente atleta para huir como mi versión griega...

Es por eso que estaba allí, tumbada mirando al techo, viendo los recuerdos de aquella muerte tan sorpresiva a la vez que esperada y la falta de reacción... La muerte de Clark en mis brazos sumada ahora al descubrimiento de que el también estaba vivo... hasta que sucumbió a la misma simulación que yo sobrevivi... Solo tenía una pregunta en mente después de tanto esfuerzo

-¿Por... que? - por qué tanta tortura, tanto esfuerzo, tanta molestia en sacar de un cadaver datos que no servirían sino como una mera simulación más para un tercero...

Tenía muy claro que hacer con mi vida desde pequeña... Salvar al mundo, ser alguien que ayudara verdaderamente a los inocentes y junto a gente iguales a mi... Pero nunca llegué a esperar... que una empresa como esta, me resucitara para dejarme morir luego de experimentar conmigo como una rata de laboratorio más.

Ya no vería más a mis seres queridos... sabiendo que me habían dado una oportunidad más... para esto...