Aún intentándolo con mis últimas energía no pude llegar demasiado lejos, poco después de avanzar el dragón movió una de sus garras contra mí ante lo cual no pude hacer más que ser golpeada. Noté como mi cuerpo gritaba a mi cabeza que había llegado a su límite, no podía estar totalmente consciente pero rodaba por el suelo rebotando ligeramente hasta llegar lejos de donde estaba al principio y lejos de mis propias arma aunque dudo que pudiese usarlas.
Dios, mi cuerpo se había vuelto realmente pesado, ni siquiera podía sentir si estaba o no respirando, miraba con vista cansada a donde se encontraba el dragón aunque tras moverse lo único que quedó en mi vista fue el hacha matadragones, maldita hacha, no has hecho tu trabajo para nada. Maldecía para mis interiores levemente y con un ritmo lento sobre como estaba actualmente mi cuerpo, pero fue interrumpido por la voz de un hombre que no debía estar allí.
Tampoco era demasiado difícil notar de donde había podido salir, aún así lo confirmé cuando miré a donde debía estar supuestamente el dragón y ya no estaba, ahora solo el hombre de blanca melena que lucía triunfante ante los restos de mi cuerpo. ¿Esperaba morir ya?, repetí en mi cabeza mientras no lograba ni siquiera llorar de dolor, para mi desgracia seguramente más de un hueso se habría roto y ahora los comenzaba a notar.
El hombre tomó el hacha ¿para usarla?, se acercó a mí triunfante para tomarme del cuello y levantarme, un ligero chillido de dolor se escapó con lo último de aire que pude tomar antes de empezar a ser estrangulada. Si no fuera poco con el dolor de mi cuerpo ahora estaba siendo estrangulada y escuchando las palabras del hombre sobre las torturas que iba a recibir, al escuchar aquello realmente deseé haber muerto ya. Parecía que no solo iba a recibir castigo físico sino que sería utilizada, eso realmente era lo que menos me preocupaba, no era la primera vez que era cazada en mis robos aunque temía que este fuese realmente un final que no me gustaría tener.
Durante el tiempo que me sostuvo pude notar como el hombre disfrutaba del sufrimiento que estaba levemente ejerciendo en mí y cuando terminó de saciarse por ahora me lanzó contra el suelo, leves quejidos se escucharon seguidos de tos y bocanadas de aire, volvía a tener aire tras ser asfixiada, algo de sangre escurría por mi cara. En mi cabeza resonaron pisadas de unos gigantes que estaban en la sala, mientras se acercaban pude entonar algunas palabras sin apenas fuerza para el maldito hombre, -espero que (toser) tengas cuidado, pienso morder- aunque decía aquellas palabras mi cuerpo temblaba levemente.
Los gigantes me despojaron de todo cuanto tenía y fue llevada a sus aposentos escuchando la malvada risa del hombre, yo sonreía levemente aceptando el destino que me iba a tocar sufrir mientras un sinfín de lágrimas comenzaban a recorrer mi rostro haciéndome ver aún mas débil por el miedo. Y pensar que una de las mejores ladronas sería arrastrada a los aposentos de un dragón, no sabía si estaba de suerte o realmente esto era una maldición pero sin duda sería una historia que alguien contaría
Puedes hacer entonces si lo deseas el último post para cerrar la incursión a tu guarida :)
no, creo que ya ha quedado bien, no hace falta añadir mas
¡Okey! Me olía la respuesta pero tenía al menos que preguntarte para no meter la pata :D