Partida Rol por web

Una bandeja con tazas de té y galletas aparece levitando desde las profundidades de la tienda y se posa sobre la mesa. La mujer agarra una de las galletas y la lanza con una precisión increíble golpeando a Kara en la mano, su mirada sigue clavada en la nada… ¿Es realmente ciega? Se preguntan algunos de ustedes. La galleta salta por los aires tras rebotar y cae en la boca abierta de Shiv quien ladra alegre.

─ NI. SE. TE. OCURRA ─ advierte secamente, luego les ofrece las tazas de té a cada uno de ustedes y dice en un tono amable con la misma sonrisa enigmática ─ No toques las lámparas, querida. No sabes lo que hay adentro quemándose ─Casi podrías jurar que fue una pequeña amenaza.

─ ¿Dónde estaba? Felix Snow ¿eh? No puedo decir que le conozco pero le preguntaré a las runas ─ sus manos tantean la mesa y abren la caja de caoba y sacan lo que parecen al principio unas piedras con unas marcas grabadas, les susurra unas palabras y cada una de ellas tiembla, saltando por los aires hacia la mesa donde caen en un patrón irregular. La mujer mira hacia la mesa, un brillo extraño se ve en sus ojos lechosos. ─ Estuvo en la ciudad… hace poco, no dicen si se fue pero es lo más probable. Ya veo quien es para ti… Antes de irse trabajaba… en un proyecto… ya veo que interesante… con La Herrera de la Infra-ciudad a lo mejor consigues pistas de su paradero ahí.

Anm hace algunas preguntas y la vidente guarda de nuevo las runas en la caja de caoba como si el espectáculo que acabaran de ver fuera algo completamente normal.

─ Si y no, querida. Cada año celebramos la fundación de la ciudad, es una fecha muy importante para los seguidores de Yrok y ellos componen una gran parte de la fé de la ciudad. Pero este año es diferente son ya tres milenios, por eso elegimos a diversos invitados que participaran en la ceremonia de apertura, ustedes son uno de los tres grupos elegidos. En cuanto a lo que deben saber, lo responderé cuando estén todos… no quisiera repetirme.

Por un momento voltea hacia lo que parece ser solo una de las telas que hacen las veces de paredes de la tienda y luego anuncia:

─ Bueno ya llegó otro grupo, tienen derecho a otra ronda de preguntas antes de que vaya a presentarlos. 

  Al caerme una galleta en mi mano, fruncí el ceño y dejé de tocar las lámparas. 
...¿Qué será lo que tienen adentro? Me da más curiosidad ahora, pero es preferible no meterme en líos y menos si quiero respuestas de esta ''vidente''.

Sentí que alguien me miraba mientras detallaba las lámparas. Volteé para ver quién era pero no pude notar quién fue.
 

"...tienen derecho a otra ronda de preguntas..."
 

Mmm... Esperaré a que todo el mundo termine de preguntar estupideces para poder dirigirme a ella. 
Mientras, comeré galletas...A Shiv le pareció gustarle, no creo que sepan mal.

Sin duda la ciudad es hermosa y hasta podría decirse organizada, que curioso que despidan de esa manera a los soldados parecía que fuesen a cazar algo… para que los despidieran de esa manera significa que es un gran evento y para eso… puede que esta ciudad tenga cosas más peligrosas que simples ladrones de carteras.

No somos el único grupo que estarán invitando, o quizás reclutando pues sin duda si el acto es público será más difícil reusarnos a las proposiciones y permanecer siendo aceptados en la ciudad.

No siento que nos estén engañando, aparentemente si es una vidente pero por alguna razón nadie ha preguntado..."Disculpe, gracias por darnos la bienvenida hasta ahora a mí a shiv y a Mr Crowie nos ha encantado hasta ahora, buena comida y gente amigable. Me estaba preguntando… porque nos eligió a nosotros para esta lo que asumo “tarea” me gustaría una introducción para por lo menos saber que esperar o como me debo comportar en este festival y también un mapa de la ciudad si fuera posible, espero disculpe mi tono no quiero que piense que estoy demandando algo jajaja, por cierto las galletas están excelentes (elevo una galleta con la mente y alimento a Shiv mientras lo acaricio". (Shiv si hueles algo interesante, peligroso o extraño acuéstate)

Me pregunto si simplemente buscan un grupo de viajeros que sin duda todos nos sabemos defender quizás con excepción de Ahm y Kristal pero realmente no las conozco para saberlo doy fe que Moray es diestro con su espada y Kara pues jaja con un Rogue nunca es bueno meterse

Anm tomó un puñado de azucarillos pero solamente echó uno de ellos a su té, guardando el resto en un bolsillo. Daba por sentado que la vidente no necesitaría explicaciones por lo que no lo hizo con mucho disimulo.

Ya finalizada la primera ronda de preguntas, Anm se sentía más cómoda y confiada. Tuvo tiempo para pensar y atar algunos cabos. -¿Por qué salían guerreros de la ciudad justo el día del festival? ¿Han oído algo sobre los rumores de que hay monstruos que habitan cerca de la ciudad? ¿Qué hay de cierto en ellos?

Luego le dio un sorbo al té y no pudo evitar sonreír un poco. No parecía darle demasiada importancia al peso de sus palabras.

Visiblemente aliviada, me siento correctamente en el cojin, con la espalda recta y las piernas dobladas como se espera de una señortia (habia estado a punto de saltar de la emocion) y tomo mi taza de te, echandole dos cucharadas exactas de azucar.- Le agradezco de corazon su ayuda, Lady Mathaya. Prometo que pondre todo mi empeño en esa misteriosa tarea que nos quiere encargar como compensacion

Mientras me deleito con la bebida mi mente divaga en los posibles pasos a seguir en mi busqueda, ahora que tenia una pista mas consistente. No le daba mucha importancia a la tarea que nos querian encomendar, tampoco creia que fuera nada muy importante, sino no se lo encargarian a unos extranjeros. Sin embargo cuando la chica rubia comenta algo de unos monstruos vuelvo en mi.- El grupo que vimos antes... parecia una partida de caza. Vamos a tener que cazar algo?

Mathaya sonríe ante las amables palabras de Mori.

─ Yo no los elegí, los hizo el destino, yo solo estoy cumpliendo lo que las runas piden de ustedes. La tarea en cuestión es un simple ritual, una tontería que hemos hecho durante milenios al principio de cada festival… no me malinterpreten tiene su propósito, pero hablaré más de ello en breves instantes. En cuanto al comportamiento, vienen haciéndolo muy bien hasta ahora creo que no es mucho pedir que sean civiles… ─un brillo de picardía se refleja en su sonrisa… antes de estallar en una carcajada ─ ¡Por la barba de Yrok! ¿Por qué yo tendría un mapa? ─Pasa la mano ante sus ojos nublados para demostrar su punto─ ¿Para qué lo querría?... _{mmm sería un excelente mantel…}

Su cara se vuelve sombría ante las preguntas de Anm sin embargo no pierde la criptica expresión.

─ Haces unas buenas preguntas, querida, unas que realmente no quería que me hicieran… ─suspira derrotada─ Sin embargo prometí responder sus preguntas, así que lo hare… Hemos recibido reportes de varios viajeros, particularmente los que llegaron cerca de la noche, de rugidos sobrehumanos en mitad de la tormenta… esto no es el Imperio, aquí tenemos que cuidarnos nosotros mismos, los monstruos han aumentado su actividad este último año, cada vez necesitamos enviar más partidas de caza para mantener el camino a la ciudad seguro, entre ellos y los acosos constantes de la Coalición a veces me pregunto si deberíamos romper nuestra neutralidad…

Suspira de nuevo, se le ve increíblemente cansada, por unos instantes parece tener cientos de años, su pelo marrón revela varias canas que no habían visto antes y su cara parece tener más arrugas de las que recordaban.

─Este es el precio de gobernar una ciudad, debes tomar decisiones que a nadie le agradan pero sabes que lo haces por el bien de todos, gracias a la benevolencia de los esposos, no estoy sola en esto, pero cada año es más pesado… no sé cómo Felicia, aguantara los tiempos que se avecinan. ─Parece salir de sus pensamientos y los mira a cada uno de ustedes, sopesándolos─ No es mi intención enviarlos a arriesgar su vida por una ciudad que no aman, ningún líder con cerebro lo haría… pero las runas me han dicho que confíe en ustedes para otra tar…  

Se interrumpe repentinamente y mira hacia la entrada, una sonrisa aparece en su rostro y habla hacia la nada mientras le ofrece una taza de té…

─ ¡Bienvenido! Bueno tendremos que empezar sin Kelsier ya hicimos esperar mucho a todos. El destino quiere que él se una a ustedes de otra manera.

Ella comienza un cántico en voz baja y mueve las manos haciendo gestos que ninguno de ustedes comprende del todo y de pronto un polvo ambarino llena la estancia, una brisa sobrenatural mece las lámparas a su alrededor creando un tintineo místico en el ambiente. En las profundidades de las prisiones de cristal las llamas se ven opacadas por sombras que llenan la estancia, la penumbra se acrecienta hasta el punto de que es difícil ver más allá de tu nariz, sin embargo la mujer sigue su cántico en una lengua extraña.

El polvo parece agruparse creando siluetas en la estancia, cuentan a cinco personas. Y de pronto con el sonido que hace una burbuja al romperse… las siluetas se convierten en personas que parecen tan asombrados como ustedes de verles.

Tres hombres de poca edad se encuentran en un extremo cerca de Kara, uno de ellos lleva mascara y no pueden verlo bien pero los otros dos comparten cierto parecido físico. Uno de ellos está sentado disfrutando de una taza de té mientras el otro con el ceño fruncido se encuentra parado y los mira a todos con profunda desconfianza. Las ropas de los tres son muy extrañas, no se parecen en nada a algo que hayan visto antes.

Un hombre de un solo ojo está adonde hablaba la mujer y sus ropajes lo identifican como un miembro de una de las tantas ordenes monásticas sureñas.

En el fondo cerca de Mori y Shiv otro humano de pelo castaño y mirada perdida se posa sobre un cofre mientras parece discutir con alguien que no está ahí…

Bajas a toda velocidad chocándote con la gente que corre llena de pánico hacia la protección que brindan los anillos superiores: Mujeres y hombres cargando niños para impedir que se separen de ellos, ancianos ayudados por adolescentes que les permiten subir la cuesta más fácilmente. La escena es inspiradora, pero no ves a Caedis por ningún lugar.

Pasados unos diez minutos logras abrirte paso hasta el anillo residencial donde el caos es peor, aquí la gente no está teniendo la misma deferencia que en los niveles superiores y es cada uno por su lado. Los gritos de auxilio llenan el aire y los llantos de niños les acompañan en una macabra sinfonía con los estruendosos golpes en la puerta marcando el ritmo.

Casi puedes oír la respiración del monstruo a través de la puerta abollada tras cada golpe, por unos instantes te paralizas de terror al pensar en lo que hay al otro lado, pero el recuerdo de tu amiga te saca de ello y continuas tu carrera entre las masas de gente.

Mientras avanzas lentamente hacia la posada uno de los edificios que está en fuego se derrumba sobre la calle que sigues aplastando a algunas personas que gritan de terror al caerle encima la masa de hielo y bronce. Bloqueándote el acceso, hay otras calles por las que podrías continuar pero también hay gritos de ayuda de las víctimas del derrumbe. “¡Auxilio por favor!” “¡No puedo moverme!” “¡Por favor alguien ayúdenos!” "¡MAMA!"

"Maldición" Pensó Anm al ver el edificio colapsándose. Miró en todas direcciones sin saber muy bien qué debía hacer. Miró hacia el camino despejado y un escalofrío recorrió todo su cuerpo. La multitud corría y gritaba y hacía más difícil pensar con claridad. Anm agarró fuertemente su colgante – Por favor que no le pase nada – suplicó mientras pensaba en Caedis.

Acto seguido fue corriendo hacia la casa derrumbada. Intentaba llamar la atención de las personas con las que se cruzaba para rescatar a los desafortunados que se encontraban allí. - ¡Ayudadme, hay gente atrapada ahí dentro! ¡Hay que sacarlos! – Anm empezó a apartar cascotes con las manos mientras seguía pidiendo ayuda a gritos hacia la turba de gente.

Fue levantando cascotes tan rápido como sus delicados músculos le permitieron. -¡Ya vamos a por ti! ¡Sigue hablando! ¡Te sacaremos! - mientras pensaba “Caedis, maldita sea, ponte a salvo”

Anm se giró para ver como un hombre más fuerte que ella, alentado por las palabras de auxilio de la joven, se acercaba al edificio derruido y la ayudaba a apartar cascotes. Varias personas más se unieron a ellos mientras el caos aún reinaba en los alrededores. El trabajo en grupo era mucho más rápido pero los rugidos de la criatura y los golpes en las puertas acentuaban la urgencia de la situación.

Sigue hablando, ya casi estamos, solo un poco más- Repetía una y otra vez hacia la montaña de escombros.

Tus peticiones de ayuda sumados a los gritos de auxilio de los atrapados le recuerdan sus deberes a las aterrados ciudadanos, muchos te ayudan y forman una cadena para despejar los escombros. Al cabo de unos minutos sacan a la primera persona aún hay unos cuantos más, en eso llegan algunos hombres que por sus vestimentas vanguardistas reconoces como Arcanos y tras unas palabras tranquilizadoras a los ciudadanos crean una pequeña lluvia para apagar el fuego y con la ayuda de su magia logran liberar a los demás, despejando en parte el paso.

Pero no todo es alegría. Al sacar al niño que gritaba por su mama, ven el por qué no parecía escucharles mientras avanzaban. El infante llora al lado de una elfa de pelo castaño cuya mitad inferior esta aplastada por un enorme pedazo de hielo, la mujer parece haber muerto instantáneamente pero el niño se niega a separarse de su lado.

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Tras los perturbadores eventos presenciados continuas tu viaje hacia la posada que parece en gran parte intacta, entras a toda velocidad para encontrar el edificio vacío a excepción de sus dos dueños, el par de orcos parece ocupado asegurando la colección de botellas y algunas partes del negocio ante los frecuentes temblores, al preguntarle por Caedis te señalan el establo y te aseguran que deberían evacuar a los anillos superiores lo antes posible.

Al entrar la oyes antes de verla; Caedis está calmando a Derrko y a otros dos caballos que parecen estar muy inquietos, está cantando suavemente una antigua melodía que reconoces de tu infancia como algo que tu madre cantaba cuando se sentía bien, una música tranquila que asocias con la felicidad pues eran los únicos momentos de tu vida donde tu madre no estaba tirada en una cama.

La ves sonriente cantándole a los 3 animales y acariciándolos tranquilamente, aquí, dentro del establo casi te olvidas de los constantes golpes y rugidos del monstruo. La paz de su rostro solo es perturbada por un corte en su frente.

Anm sintió un gran alivio cuando vio llegar a los Arcanos. Su simple presencia parecía poner orden en un cúmulo de caos y confusión. Con su ayuda rescatar a los supervivientes se volvió una tarea casi sencilla.

Pero nunca es sencillo. Un niño se aferraba al cadáver de su madre aún caliente. Anm sintió una puñalada en su corazón; se había pasado la vida cuidando de huérfanos y ver como un joven inocente se convertía en “uno de sus niños” le partía el alma. Abrazó al muchacho y reposó su cabeza en el pecho, le besó en el pelo e intentó que se apartase poco a poco y sin que se diese casi cuenta del cuerpo de su madre. No había palabras que pudiesen calmar al niño, nadie las pronunció.

El primer hombre que se había acercado a ayudar puso una mano en el hombro de Anm. –Tenemos que irnos.- La ayudó a incorporarse y cogió al niño en sus brazos. Anm asintió con la cabeza. –Id a los círculos interiores, yo aún tengo una cosa que hacer-. El hombre no tuvo tiempo para protestar antes de que la joven echase a correr hacia la posada.

¡¿Luga?! ¿Qué hacéis todavía aquí? Tenéis que evacuar ahora mismo, ¿Dónde está Caedis?- La excitación y el cansancio hacían que las palabras se atropellasen unas a otras. Cuando Luga confirmó que Caedis estaba en el establo, Anm se sintió tranquilizada por primera vez en horas. Entró al establo y encontró a su amiga cantando aquella canción; habría llorado, tenía ganas de llorar, pero no había tiempo. –Caedis ¿Estás bien? Tenemos que irnos de aquí- Interrumpió la canción, la muchacha  se giró a mirar a Anm y sonrió al verla. –¿Dónde te habías metido? ¿Qué está pasando?- dijo sin mostrar demasiado nerviosismo, Anm admiraba cómo era capaz de mantenerse tan tranquila. –No hay tiempo. Tenemos que ayudar a evacuar. Luego te lo explico-. Anm ayudó a su amiga con los animales, acariciando la grupa y centrando su atención en ella en vez de la bestia que atacaba la ciudad. Los sacaron del establo y pusieron rumbo al anillo interior. A pesar de todo el revuelo, una vez juntas, las muchachas mostraban cierta sonrisa de complicidad.