-Bienvenido aventureros, os doy las gracias por aceptar mi invitación- Dice el anciano haciendo una ligera reverencia. –Mi nombre es Azariath y soy el sabio de la corte y oráculo de los Dioses- La calma y paz que antes parecía emanar de todos lados, parece encontrar su epicentro en aquel extraño hombre, que sin dejar de sonreír, os insta a pasar entrar en la habitación.
Guilles se habia adelantado al grupo, pero al darse cuenta de que parecian conocer el camino tambien a donde el se dirigia, desacelero el rumbo poco antes de llegar a las puertas de la sala.
Alli se quedo hasta que los tres se plantaron en frente de la puerta:
-"Supongo que entonces vosotros habeis tenido la misma...¿Vision?"
Parecia algo nervioso, y no era nada fuera de lo natural; Guilles habia trabajado alguna vez junto a Hechizeros y Magos, y no tenia problema cuando estos utilizaban su poder destructivo. Sin embargo el hecho de utilizar ese poder para hacer el bien era algo que no le entraba en la cabeza, el sabia que el Poder podia corromper a las personas mas buenas, por eso confiaba poco en los Magos que decian utilizarlo para hacer el bien...
Cuando la puerta se abre y reciben la bienvenida de aquel hombre extraño desde el umbral, Guilles siente una extraña falsa sensacion de seguridad, y aunque todo a su alrededor le apunta a hacer lo contrario, el cada vez menos escudero intentaba mantener todos los sentidos alerta:
-"Mi nombre es Guilles Betancourt...-(Sin dar mas explicaciones, continua)-...Y la proxima vez que quiera invitar a alguien, hagalo de la manera tradicional...Soy muy cerrado para estas cosas..."
A pesar de no poner ningun tono desafiante, ni siquiera una pizca de enfado, se podia notar cierta tension en las palabras del, ahora encapuchado, escudero.
Ante los comentarios tajantes de Guilles, el anciano solo dedica una amable sonrisa.
-Sé muy bien quienes sois, Guilles Betancourt, Millicent Formahault y Marcus el mercenario.- El anciano calla unos instantes al ver vuestra cara de asombro, pues ni Millicent ni Marcus se habían presentado todavía. Tras unos segundos de pausa, el sabio continúa. –Se que os preguntareis por qué la mala suerte parece haberse cebado con vosotros. Dormiros, sin armas, aturdidos.- Uno a uno, describe cada desavenencia que habéis tenido dejándoos aun más sorprendidos. –Pero no debéis molestaros, pues ha sido designio de los Dioses el que así sucediera. Y Guilles... No usé ningún tipo de magia, simplemente os llamé y vosotros contestasteis a mi llamada. Aunque vuestra misión se os encomendó ayer, otra es la que deseo pediros yo. Pero antes de seguir hablando...- El hombre cierra los ojos –Aun faltan dos más por llegar-
Millicent observa asombrada al anciano.
¿Cómo es posible que tales desavenencias formen parte de un plan “divino”? -piensa. La joven hace tiempo que marca entre comillas todo lo relacionado con lo celestial, pues, desde que murió su familia, no concibe dichos entes como creadores benevolentes-: Cinturas mágicas con demasiado poder -los llama para sus adentros, sin demasiada simpatía.
No creo que debamos demorarnos más -dice en tono tajante, echando un rápido vistazo a las expresiones de sus compañeros-. El grupo que salí a primera hora ya debe llevarnos bastante ventaja. Y tenemos una misión que cumplir.
Marcus mira al hombre con curiosidad, parece ser que el no a utilizado magia…
El anciano no muda ni un instante su expresión tranquila
-No temas brava guerrera, si escucháis lo que tengo que decir, no solo saldréis con información interesante, también puedo haceros ganar parte de ese tiempo que habéis perdido Además...- El anciano exhala una bocanada de aire antes de terminar de hablar –Aquel que robo tu arma no está muy lejos de tu alcance. Pero si eres paciente, veras como el culpable va a ti pues no existen las casualidades en este mundo –
Marcus parece impacientarse pues insta al anciano a explicarse
-Vuestra empresa es mayor de lo que pensáis, un gran peso descansas sobre vuestros hombros, más no lo llevareis vosotros única mente, dos más son los que deben personarse...- Los ojos del sabio se desvían hacia la puerta –Y algo me dice que están a punto de llegar-
Y como si la realidad quisiera responder al comentario del sabio, la puerta se abre y tres hombres aparecen en el umbral. El primero susurra algo a los otros dos, que penetran en la habitación para recibir un fuerte portazo a sus espaldas. El sabio rompe el silencio.
-Bienvenidos. Ahora sí, estamos todos. Aun hay esperanza-
Los recién aparecidos os miran con ojos aun más sorprendidos que los vuestros.
Para los siguientes mensajes, añadid ya a los dos compañeros que os faltaban. Finalmente os habeis reunido.
El mero hecho de enfocar a Guilles, en aquella brillante pero oscura habitacion, parecia una dificultad. Un hombre de estatura normal, vestido con ropajes y tunicas de escudero colocadas de una manera absurda encima de una armadura de cuero. En sus brazos lleva una especie de saco. Se queda mirando a las dos figuras nuevas que han entrado en la sala, y aunque algo fascinado por ver a un Merodeador del Fango, especie que de pequeño le habia encantando pero con el tiempo habia llegado a trabajar con alguno y sabia lo crueles que podian llegar a ser...
Guilles, desde su esquina, casi escondido, se queda observando y esperando pues todo lo que esta pasando empieza a ser muy sospechoso para el.
-"Espero que al final todo esto me sirva para poder acabar con mi trabajo...O estare perdiendo el tiempo para nada..."- Se queda mirando a Millicent cuando no se fija ella en el -"...O puede que al menos saque algo en claro de todo esto."
(No nos has dado ninguna descripcion, pero supongo que los que entran son el Hechizero y el Merodeador del Fango.)
El merodeador que iba detrás del humano precía estupefacto, caminaba temeroso pues no sabía lo que le esperaba, veía como la habitación estaba repleta de humanos, y tenía que contener la ira de su sangre para no lanzarse a por alguno de ellos, el monje lo había calmado pero ahora no se encontraba, aunque sus palabras resonaban en su cabeza una y otra vez... Para que querría el monje que se encontrara allí? Le dijo que encotraría respuestas, pero no estaba seguro de ello...
Regathix el merodeador se apartó mirando a ver que hacían los humanos, y a ver que se acontecía a continuación...
Master, recuerda que tengo visión en la penumbra, por lo de la oscuridad y demás :P
Marcus observa al merodeador del fango, nunca le han gustado los seres que no se parecen a los humanos. Disimuladamente lleva su mano a la empuñadura de la espada pero sin hacer más movimientos.
Millicent ocupa justo el centro de la sala, frente a frente con el místico anciano.
Impaciente, la joven hace chocar sus botas de cuero contra el piso, provocando un repiqueteo continuo bastante molesto.
No tenemos tiempo para esto -se dice sin a penas prestar atención a los recién llegados. O eso intenta aparentar, pues en realidad ha grabado sus rostros en su mente y los ha analizado a conciencia-. Humano, rubio y delgado: inteligente pero algo asalvajado; seguramente, más rápido que fuerte. Acechador del fango: difícil de clasificar; posiblemente atormentado por encontrarse separado de los de su especie -opina, intentando no apartar la vista del sabio-. Una separación voluntaria indicaría un carácter peculiar para los de su especie, fuerza, inconformismo. Una separación forzosa… -La joven duda-. Traición en ambos casos.
No obstante, no dice nada. Sus especulaciones son sólo suyas.
A saber lo que piensan ellos de mí, con mi armadura de cuero de entrenamiento de la guardia y mi aspecto inevitablemente aniñado.
llegamos al final de un pasillo y cruzamos el portal una puerta de madera labrada....
Demonios esto puede ser una trampa... no se como me fui a fiar de un desconocido y mas acompañado de un merodeador...miro hacia atras y veo al merodeador... abro la puerta preparado y alerta a cualquier cosa...
Sorpresa... otros cuatro individuos se encontraban en la sala un anciano, una bella y encantadora dama en el centro de la sala al parecer algo desesperada, un hombre fornido quien al vernos entrar sutilmente lleva una de sus manos a la empuñadura de su espada sighuiendo conla vista al merodeador y otro mas por la esquina a quien por la escasa luz de su posicion no pude observar perfectamente solo que parecia ser un hombre de estatura promedio y conlos brazos cruzados, todos ponen sus miradas en nosotros
Que demonios esta pasando??? quienes son estas personas y que demonios esty haciendo con este monstruo???
me quedo parado cerca de la puerta, con mi pose firme y arrogante estudiando la situacion y tratando de comprender... cuando de pronto el hombre fornido rompe el cilencio y se dirige al anciano
e interrumpo despues de que el joven termina sus palabras
Disculpen damas y caballeros!!! mientras observo a la bella joven directo a los ojos la cual proyectaba mas un aire juvenil y aniñada que contrastaba con los otros que se esncontraban en la habitacion disculpen, pero a mi nadie me a llamado, haci que si interrumpo algo de nuevo me disculpo y me paso a retirar, tengo compromisos los cuales devo atender de inmediato empiezo a caminar lentamente de espaldas a la puerta, la atmosfera del lugar se sentia pesada, Volteo a ver al merodeador le hago una breve reverencia Fue un placer sin quitar la vista de todos los demas y sigo acercandome a la puerta Corellon ayudame a salir de aqui, necesito cumplir con mi destino...
Saludos a todos... y que gusto que ya estemos todos juntos... a darle!!!
La tension podia cortarse en el ambiente y servirse como un plato de primer entrante para cualquiera que tuviera el hambre suficiente. Los animos parecian muy caldeados entre el variopinto grupo que apenas acababa de conocerse en sospechosas circunstancias. La mision del picaro parecia que podia volverse complicada y eso requeria actuar. Parece que todo puede irse al traste...
Guilles es el primero en tomar una determinacion y susurra algo al oido a Marcus mientras se coloca entre la salida de la puerta y todos los ocupantes de la sala evitando que nadie pueda marcharse:
-"Si lo que quieres es la informacion sobre tu familia que puede darte Chester, yo te puedo ayudar, solo sigueme el rollo ahora..."
Acto seguido desenvaina su espada, lo deja apuntando al suelo y hace una mueca a Marcus para que haga lo mismo:
-"Esta claro que ninguno queremos estar aqui, asi que no me andare con rodeos. Dejemos que el viejo nos diga lo que tiene que decirnos a cada uno, por que sino no estariamos aqui todos, y luego decidiremos...Entre todos...Que es lo que vamos a hacer. He sido contratado como escudero de un grupo, y mi mision durante los proximos cinco minutos es mantenerlo unido y no perder mas el tiempo de un lado para otro como animales...¿Me habeis entendido todos?"
Esto ultimo lo repite en un idioma raro para aquellos que no entendian el dialecto de los Merodeadores.
Marcus escucha las palabras del escudero y al ver su indicación también saca su espada. Marcus estaba pensado en las palabras del escudero.
Las voces se suceden y los comentarios afloran, el ambiente se caldea y parece que todo va a explotar en cualquier momento y sin embargo, el anciano os deja hablar, guardando silencio durante todo ese tiempo. Finalmente, es la voz de Marcus la que hace reaccionar al Sabio.
Guilles habia aprovechado el momento mientras el anciano hombre hablaba y todo el mundo escuchaba para escribir una pequeña nota a su maestro indicandole todo en lo referente al portal:
"...Y si mi mision es mantenerme con el grupo, sea lo que sea lo que tengas en mente, espero que la recompensa merezca la pena dadas las circunstancias y la omision de informacion que claramente haces...Estoy harto de trabajar asi, ¿sabes?. Siempre a expensas de tus caprichos...Acompañare al grupo e intentare mantenerlo unido, pero espero que puedas informarme de tus proximos pasos, para, por lo menos, saber a que atenerme...Firmado, B.G."
El picaro habia aprendido una eficaz manera de escribir mensajes cifrados que no fueran reconocibles para una persona de a pie. Como no parecia haber palomas mensajeras, ni nada por el estilo cerca, Guilles dejaria la nota guardada estrategicamente con el abrecartas que tomo de la habitacion de manera que su maestro, Chester, pudiera encontrarla facilmente. Son pistas entre bandidos...
(Dicho esto, despues de las situaciones vividas hasta ahora, mi picaro por su personalidad saldria por patas por que este grupo le huele a problemas, pero supone que la mision segun se la encargo su Maestro era mantenerse con el grupo y mantenerlo unido, asi que es lo que va a hacer y con esas razones, las de cumplir la mision...O encontrar algo mejor...)
Cuando el anciano termina de hablar, Guilles sigue en la puerta con su espada empuñada. Con un movimiento se agacha para dejar la bolsa con la comida, hace un movimiento sospechoso con su mano mientras esta agachado y comienza a envainar la espada mientras se levanta y habla:
-"Bueno, y por fin tenemos algo de luz en nuestras miserables vidas... A los nuevo no os conozco pero si habeis pasado por la mitad que nosotros desde que nos hemos levantado esta mañana, me entendereis. Lo habeis escuchado, o nos vamos con cien mil soldados al frente a una supuesta muerte segura, o cruzamos un portal mistico que a saber donde nos llevara y buscar a un mago que solo parece que sabe algo, pero del que solo sabemos donde se encuentra..."
-"Esta es una decision que deberiamos tomar entre todos, o bien vamos todos juntos por el portal, o bien cada uno por su lado al frente de la batalla supuestamente perdida...
Mi opinion es que podriamos aprovecharnos entre todos e intentar ir juntos a por el Mago, puede que incluso consigamos algun botin y mucho oro...Os toca decidir..."
Dicho esto y tras no haber escuchado nada del Merodeador del Fango, le dirige unas palabras en su propio idioma:
(Idioma Merodeador del Fango)-"¿Lo has entendido? ¿Hablas el idioma comun o no?"-.
Dicho todo, termina de envainar su espada, vuelve a coger la bolsa con la comida y se queda de pie en el umbral de la puerta esperando que sus compañeros, incluidos los nuevos, le respondan...
Regathix apenas podía imaginar lo que sucedía, además con la rapidez que ocurría, se encontraba en una situación sin igual, el solo quería discernir de todo, y llegar a comprender lo que albergaba verdaderamente su alma, pero por lo visto los dioses le tenían el camino lleno de inconvenientes... Dejar los de su especie fue duro y revelador, intentar convivir con aquellos a los que siempre se ha odiado difícil y casi una locura, pero necesario para encontrarse... Ahora se le presentaba la oportunidad de ayudar a unos humanos que por lo pronto no sabía como actuarían para con el en un futuro, pero por el momento mantenían las distancisa, no así alguna mirada amenazadora, pero estaba acostumbrado...
Regathis se sorprendió al oír hablar en su idioma, y en un primer momento quedó en silencio sin saber si contestar o no, entendía bien el camún, había sido necesario aprenderlo de los humanos, para averiguar parte de sus tácticas en batallas y demás, peo escuchar su idioma en boca de un humano se asemjaba extraño y al a vez alentador...
(Idioma merodeador) - Si, he entendido... Y si, hablo común... Parecía pronunciar las palabras con desconfianza, pero aún así intentaba ser cortés en la medida de lo posible... Miró al resto para ver como respondían ante su presencia...
(Común) - Yo iré... No tengo mucho que perder... Era total mente cierto, además le sirviría para poder encontrarse o al menos eso era lo que quería creer, aunque en cierta medida era por las palabras que había recibido de aquel extraño monje...
Al acercarme a la puerta el joven que estaba en la esquina se puso entre la puerta y yo con una espada desenvainadalo mire y solo snrei cmo cuando un niño se acerca aquerer jugar a esgrimir espadas... pero depronto el anciano empezo a hablar y derrepente escucho esas palabras que llamaron por completo mi atencion "portal del vacio", los sabis que me entrenaron me habian paticado mucho sobre esto pero no habia nadie que hubiera observado uno... y aqui estaba yo justo enfrente de uno...
sin acordarme ya del muchacho tras de mi doy unos pasos hacia el centro de la sala... muy bien anciano, mi nombre es Nostradamus de Blackwood y vengo de la frontera, tengo unas preguntas antes de responder sobre tu mision... porque nosotros y porque yo??? no conozco a nadie aqui y no se con quienes me estaria aventurando y confiando no solo esta mision que dice, sino mi vida tambien...
quedo a una distancia cercana a unos dos metros de la joven y volteo a ver a los demas.... que dices anciano responde
La propuesta del anciano había puesto a la joven Millicent en una complicada situación. Por un lado, deseaba reunirse lo antes posible con el resto de aventureros que ya partieran al alba. Su honor, la palabra que le había dado a La Dama, estaba en juego, así como su “extraviada” Dolphin, que aún creía que encontraría en las manos de uno de los guerreros, tomada por error durante la repartición del equipo en el castillo.
Por otro lado… Millicent Formahault había meditado mucho en el plan puesto en marcha por La Dama. A ella también le parecía una medida arriesgada en extremo. Ejércitos enteros habían perecido frente al Señor de la Guerra. Ejércitos entrenados, cuyos hombres estaban más que acostumbrados a colaborar entre ellos, trabajando codo con codo unos con otros y obedeciendo las órdenes de sus superiores, sin ponerlas en duda, ni vacilar… ¿Cómo podrían un puñado de aventureros y mercenarios independientes lograr aquello que hombres más preparados y mejor coordinados no habían conseguido?
Millicent tenía la certeza de que La Dama los enviaba en una misión suicida. Pero, su deber era obedecer. No quería actuar a espaldas de La Dama, pero tampoco deseaba que tantos hombres valientes murieran en balde, a causa de una mala decisión.
Esperaba que el anciano despejara sus dudas de alguna manera. A fin de cuentas, ya había estado dentro de su cabeza una vez…