Duermo a pierna suelta, pero con mi cuerpo aplastando la mochila. No me pone nervioso el ruido, los ronquidos ni los pedos. Quizás porque he dormido en sitios que harían vomitar a una rata. Así que descanso, mejor que en varios días durmiendo a la intemperie.
Me levanto empalmado. De repente me acuerdo de la piloto, apoyada en la barra del bar, y de cómo será sin ropa. Pero dejo de pensar en todo eso, porque estoy en un sótano asqueroso y mis dos compañeros de viaje son tíos peludos y malolientes. Y yo soy aún peor que ellos.
Así que me arrojo al suelo y comienzo a hacer flexiones. Empiezo despacio y luego acelero. Las alterno con las abdominales. Y luego busco una barra o cornisa de la que colgarme para subir y bajar con el impulso de mis brazos y mi espalda.
Después de todo eso, noto la piel húmeda y el corazón latiendo con fuerza. Me siento en el suelo y cierro los ojos. Voy desconectando los sistemas y dejo de sentir mi propio cuerpo. Al cabo de un par de minutos, el mundo exterior es apenas una sombra. Intento no pensar en nada, pero las palabras vienen a mi cabeza y se me acumulan. Así que cuando el último de los tipos del sótano sube las escaleras y las hace crujir, decido que es hora de mover el culo.
Cuando he acabado, le pido al gordo un poco de agua para asearme y un poco de comida. Después de todo el ritual, ya estoy listo para lo que sea.
Por una ficha, la última, el camarero os entrega las sobras de la cena del día anterior. Al menos no tendréis que preocuparos por conseguir comida hasta mañana.
Eddie pasea por los puestos saludando a todos los vendedores como si les conociese de toda la vida. En el caso de las féminas añade un sutil guiño y una mirada presuntamente seductora.
Allan se acerca a un pequeño puesto parapetado en una esquina de la plaza, se trata del traficante de armas local. En cuanto ve el subfusil Omega sonríe ampliamente. Su sonrisa crece al oír que lo quiere cambiar por otro y la negociación es sumamente sencilla.
El vendedor entrega a Allan un arma similar, sin los colores ni el escudo, ni la marca, de los Omega. Como "compensación" por vender un arma de coleccionista añade un silenciador. Es bastante artesanal pero al menos amortiguará el ruido mas que tener el cañón al descubierto.
Os reunís fuera de la plaza, lejos de oídos curiosos para decidir vuestro próximo movimiento. Eddie saca una cartera desgastada y vuelca sobre su mano media docena de fichas. Devuelve las fichas a la cartera y la examina con curiosidad. Ambos sabéis que no es suya, pero no desconocéis en que momento y a quien se la ha arrebatado.
- Tíos, me encantan estos mercados. - golpea la cartera sobre la palma de su mano y después la introduce dentro de sus calzoncillos. - Vale, hora de irse. ¿Vamos a Telos? ¿O quereis quedaros por aquí mas tiempo? A mi puede irme bien...
Una enorme sonrisa asoma en su rostro mientras alterna su mirada entre vosotros.
Observo mi nuevo subfusil y lo examino a conciencia antes de cerrar el trato. Parece sólido y sin duda aquel silenciador puede venirnos muy bien para ir con sigilo junto a nuestro amigo el loco de la ballesta. Ahora solo llevo un arma marcada en vez de dos, imagino que todo irá bien.
Vuelvo con los demás y alzo las cejas con sorpresa al ver lo que ha hecho Eddie - ¿Estás loco? Ya tenemos suficientes problemas como para añadirnos más.. joder, Eddie.. -resoplo y sacudo la cabeza, tampoco ibamos a negarnos a coger aquellas fichas, seguro que si intentamos devolverlas nos pegan un tiro por ladrones - Venga, será mejor que nos vayamos cagando leches..
Abro de nuevo el camino sacando el rudimentario mapa y fijando un rumbo hacia Telos, intentando evitar los tramos donde podamos ser presa de emboscadas y atento a los alrededores por si pudiera haber algo de nuestro interés como saqueadores exploradores.
Iba a cambiar el rifle xD pero bueno lo del subfusil con silenciador me gusta la idea asi que me lo quedo ;P
Actualizo el inventario de mi ficha según me digas cuantas balas trae este subfusil y cuanto daño hace (creo que ya gaste al menos 1 cargador aunque ahi ponga 2). También necesito la info del rifle de francotirador.
Miro las fichas rodando por la palma de Eddie y noto cómo los músculos de mi nariz se contraen. Como si estuviera oliendo un pedazo de mierda reseca pegado a mi bota. Me imagino al pobre capullo que ha perdido su cartera echándose mano al bolsillo y preguntándose cómo va a comer ese día.
Con el tiempo me he reblandecido como el cuero sobado. No me tiembla el pulso cuando hago lo que tengo que hacer, pero cada vez tengo más ganas de caer en algún rincón soleado y dedicarme a mis propios asuntos sin joder al prójimo.
Me echo la ballesta al hombro y me fijo en las nubes. Van a su puta bola, como siempre, y no les importa un carajo lo que coño pase abajo. Ya te estén destripando vivo o clavándote un hierro en el esternón, el cielo siempre está azul o grisáceo. -Vamos a Telos, pues.
He actualizado tu inventario con el rifle. La munición no cambia porque te han vuelto a dar cargadores, así que sigues teniendo dos enteros y el que lleva el arma.