Partida Rol por web

Ya estamos chupándonos las pollas tranquilamente.

Me bajo de la ventana, y después salto desde el piso de arriba, haciendo levantar una nube de polvo y haciendo temblar la casa. 

Camino hasta el exterior. Noto el balanceo de mis hombros, el peso de la almádena, y a Brenda, golpeándome en la espalda. Parece decirme: "Eh tú, no te duermas en los laureles". También noto el cañón de la escopeta, reposando sobre mi antebrazo. Esta frío y me tira de los pelos del brazo.

Cuando llego fuera, me quedo en el agujero, mirando al patrullero macho. Tengo la pared a mi derecha, y podría cubrirme después de soltar una descarga amor en forma de perdigones. 

A fin de cuentas parecen ser patrulleros. Eso mejora las cosas, pero quizás no tanto para un tipo como yo, con la pinta de hijo de puta que tengo. Por algo me llamaban "el hombre bueno".

-Hola. Mi cara es tan suave como un pedrusco. Mientras espero su respuesta, me pregunto qué pensarán cuando encuentren toda esa colección de fiambres del sótano. -Pensaba que ya no quedaban patrulleros. ¿Vais a cargaros a algunos esclavistas?

Por lo que a mí respecta ese puto invernadero puede esperar. No me importaría cargarme a un puñado de hijos de puta y arrancarles las tripas. Me valdría con quedarme sus hierros. 

Cuando Marcus sale la situación se tensa momentáneamente, en cuanto ven que no tiene intención de atacar todo vuelve a calmarse.
Los dos hombres que estaban detrás de la casa se apresuran a entrar para inspeccionar el lugar. Su líder continúa conversando frente a la entrada principal.

- Nos encantaría acabar con los grupos de esclavistas que hay por esta zona, pero solo somos cuatro y no es nuestro cometido. Nos dirigimos a Telos, tenemos la intención de negociar con la ciudad para instalarnos allí. Si reclutamos y formamos a mas hombres puede que regresemos para limpiar la región.

Pocos minutos después los dos Patrulleros salen y hacen un gesto de que todo está correcto. Suponéis que los nuevos cadáveres del sótano no les ha importado o simplemente no los han visto.

- Es hora se seguir. No os desviéis al Este, esa zona esta llena de esclavistas. Suerte en vuestro viaje.

Sin mas dilación los Patrulleros comienzan a marcharse. Los dos muchachos, que habían estado hablando con el otro hombre, se van con ellos.
Eddie ve como se alejan y después se gira hacia vosotros con una ceja arqueada.

- Tíos, la diplomacia no detiene las balas. ¿Y si disparan nada mas verme? ¿Y si nos colamos de noche y llamamos a su puerta? Así al menos podríamos hablar antes de que nos llenen de plomo...

Miro al patrullero macho y le contesto a eso de que van a instalarse en la ciudad. -Nos veremos por allí... ¿Quién manda entre vosotros? Miro a ese tipo, esperando saber su nombre.

Mientras se alejan, cuento sus siluetas. 4 patrulleros y 2 chicos. Un grupo no muy numeroso podría acabar con ellos en cuestión de un minuto y si se decidieran a hacer bien las cosas. En un abrir y cerrar de ojos las estúpidas estrellas morderían el polvo y todo seguiría igual.

Y no es que me importe una mierda. ¿Pero qué queda sin ellos? ¿Quién se puede encargar si no de cazar a cabrones? ¿De evitar que las mujeres apaleadas cuelguen de los árboles? Debo de estar haciéndome viejo, o algo peor, blando. 

De vuelta al mundo real, sostengo a Brenda y me preparo para ir a ese jodido invernadero. Ya tengo curiosidad por saber qué coño habrá allí, y por qué está tan bien protegido. Pero una vez que acabe eso, tengo que repasar algunas cosas. Aclarar mis pensamientos.

Entonces, Eddie se acerca, con su aire de... Bueno, de Eddie. -Claro. Y también podríamos saltar a una de esas torres y darles un sustito por la espalda.

Aprovecho el momento antes de salir para darle un poco de grasa a la ballesta. El sol y el polvo no le sientan bien a los resortes, y van desgastando los filamentos.

-Si va uno de nosotros con un trapo o una mierda así en alto no dispararán. Aunque puede que le rapten y que luego le vendan a los esclavistas, pienso.

Me despido de los patrulleros estrechándoles la mano - Buena suerte, tened cuidado.

Observo de reojo a Marcus sonríendo algo burlón mientras volvemos a emprender la marcha hacia el invernadero - ¿Estás pensando en unirte a ellos cuando volvamos? Nunca es tarde para redimirse , je. Aunque hay algo más peligroso que los eslavistas y son los Omega, chalados militares del viejo mundo que no dudan en aliarse con esa calaña para utilizarles de carnaza en sus planes de dominación

No creo que sea buena idea colarnos sin ser vistos, eso les haría desconfiar aún más. Pero tampoco podemos acercarnos sin más. Igual podríamos hacer un cartel con algún tipo de mensaje que puedan leer desde lejos, te podría dejar mi chaleco antibalas -digo a Eddie - Aunque sería gracioso si no saben leer..

Bueno, sea como sea, ya pensaremos más detenidamente como entrar cuando lo tengamos más a la vista. Ahora movámonos antes de que vengan más esclavistas.