Ricky se rasca la cabeza intentando recordar. - Ese nombre me suena. ¿No hubo mucho jaleo porque la hija del Sheriff se perdió por esa zona? - hace un esfuerzo más por recordar y luego se encoge de hombros - No, creo que no he estado nunca. O puede que haya pasado por el lugar sin darme cuenta. Pero el caso es que nunca he ido al sitio a propósito. -
El viejo guardabosques sonríe al escuchar el nombre mostrando una dentadura a la que le faltan varias piezas. - Claro que he estado, y muchas veces. Era nuestro lugar favorito para hacer prácticas de orientación con los novatos y reírnos un poco con ellos. - el hombre guiña un ojo y el gesto queda acentuado por sus incontables arrugas - Nada malo, no se crea. La noche anterior, solíamos contarles todas las historias de brujas que nos sabemos sobre el lugar y al días siguiente, cuando estábamos allí, nos escondíamos todos y los dejábamos solos durante un rato. Luego hacíamos ruidos y como gran final uno de nosotros salía de entre los árboles disfrazado de demonio: corriendo y gritando como un poseso - el viejo se queda un rato con la mirada perdida, recordando viejos tiempos. - ¡Vaya sustos que se llevaban! - Exclama finalmente dándose una palmada en el muslo.
- Pero, respondiendo a su pregunta. No, en todas las ocasiones que he estado no he visto nada raro o que haga pensar que los cuentos de brujas son ciertos. -
En un descanso entre dos entrevistas Wilson hace referencia a las historias de brujas que mencionan los cazadores.
- No es de extrañar que haya supersticiones sobre ese lugar. Estos lugares de poder son con frecuencia motivo de rumores. En la mayor parte de los casos son exageraciones de hechos perfectamente racionales, lo que dificulta enormemente la tarea de distinguir un auténtico hecho sobrenatural de los balbuceos de un loco o de un borracho. -
Cuando las entrevistas terminaron, Morgan estaba bastante segura de que los cazadores eran inocentes y no tenían relación con el asesino. Eso o eran unos mentirosos profesionales. Pero bueno, de lo malo malo, al menos ya habían despejado esa duda.
Wilson por otro lado, comentó entre entrevistas, que los lugares sobrenaturales eran frecuentemente objetivo de rumores que exageraban los acontecimientos que sucedían en ellos.
-¿Crees que la Garra del Diablo es uno de esos lugares normales con mucha fama? ¿O que se puede tratar de un verdadero punto sobrenatural?
Wilson responde sin dudar: - Tratándose de una intersección de tres Líneas Ley estoy completamente seguro de que hay algo sobrenatural relacionado con ese punto. El poder de una intersección como esta puede haberse manifestado de muchas formas. Pero a esas manifestaciones tenemos que añadir lo que la tradición popular se haya inventado, con o sin fundamento. - el hombre se encoge de hombros - Pero me temo que no podremos saber con qué estamos tratando hasta que vayamos al lugar. -
Morgan asintió a las palabras de su compañero.
-Mañana lo averiguaremos. ¿Necesitará algo de equipamiento específico para investigar el lugar, Wilson?
Porque, aunque ella era una científica de lo normal, había visto algún que otro documental sobre investigaciones sobrenaturales en las que los “investigadores” llevaban siempre equipamiento específico, como detectores de alteraciones electromagnéticas, grabadoras, cámaras con sensores de movimiento, etc.
-Si cree que va a necesitar algo que no se encuentre en una comisaría, deberíamos movernos para ver si podemos comprarlo en alguna tienda.
- Creo que lo tengo todo lo que necesito aquí. - indica poniendo una mano sobre su vieja y abultada cartera de cuero - Y aquí. - termina señalando a su cabeza. Y como haciendo una broma saca su teléfono móvil de ultimisima generación, sonríe y añade - Y si todo falla tengo esto. -
El profesor recoge sus notas de las entrevistas y las pasa por un escáner un escáner de mano que tenía en el maletín, un modelo particularmente pequeño y avanzado. Mientras el aparato trabaja, sugiere - Creo que no tenemos mucho más que hacer aquí por el momento. ¿Le parece si hacemos una visita al señor Denison? - el hombre consulta su smartwatch - Son las 17:25, se acerca la hora de cenar. Con un poco de suerte ya estará en su casa. -
Morgan sonrió al escuchar el pequeño chiste que su compañero se había permitido.
-Menos es más, que le dicen.
Cuando Wilson propuso ir a visitar a Stephen Denison, Moran miró su reloj.
-Qué rápido pasa el tiempo… Bien, creo que una visita al señor Denison sería bastante reveladora. Podemos interrogarle acerca de lo que vio en la escena del crimen y por qué realizó ese ritual. ¿Crees que sería prudente hablarle sobre la garra del diablo también? No quiero dar demasiada información a alguien que sabemos que controla de estos temas paranormales. Por pura precaución.
- En un principio, Denison debería estar familiarizado con ese lugar y sus propiedades. Aunque su grado de conocimiento real del sitio, no basado en especulaciones, dependerá de si es un simple creyente o aficionado, un farsante o un verdadero practicante de la wicca - piensa unos instantes y añade -. En cualquier caso, podría ser interesante ver su reacción ante la mención de la Garra del Diablo. Es posible que si tiene alguna idea de lo que está pasando con estos crímenes, al mencionar el lugar demos cerca del blanco y se delate de alguna manera. -
Morgan asintió a las afirmaciones de su compañero.
-Me parece razonable. Mencionar el lugar sin entrar en detalles servirá para ver la importancia que tiene la Garra del Diablo para él. Y si parece saber algo, entonces redirigiremos las preguntas por ese camino.
Brooke empezó a recoger sus cosas y se levantó de la mesa.
-Pues entonces si no necesitamos nada más, podemos coger el coche para ir a casa del señor Denison.
Si ese hombre sabía algo, cuanto antes lo averiguaran, mejor.
Y si no queda nada más que hablar en la comisaría, por mí vamos para la casa de Stephen Denison.
Los agentes se despiden del Sheriff y de Michelle y se montan en su coche. Por suerte la casa de Denison no está lejos y llegan en 10 minutos.
OK. Pasamos a escena Casa de Denison