Son las 10 am ETZ. Te encuentras en la Biblioteca Beinecke en la universidad de Yale, aprovechando unos merecidos días libres para continuar tus investigaciones para un artículo. Gracias a tus contactos en el mundo académico y en los Corbatas Rojas has conseguido saltarte la cola de admisión para poder examinar las colecciones de incunables que descansan aquí.
El asistente de la biblioteca que ha preparado el manuscrito para ti se encuentra a la entrada de la sala de lectura individual. Te pide que deposites en una bandeja cualquier elemento de escritura que puedas llevar encima, así como objetos cortantes o que en general puedan usarse para hacer algún daño al volumen. Suspiras y sigues sus instrucciones, por culpa de Edward Forbes Smiley III las medidas de seguridad en esta y otras bibliotecas que contienen colecciones espaciales se han disparado. Echas de menos poder recorrer las salas abarrotadas de estanterías de madera casi vencidas bajo el peso de vetustos y polvorientos volúmenes.
Te pide que dejes tu teléfono móvil, pero con enseñarle tu identificación del FBI y explicarle que tienes que estar en todo momento localizable es suficiente para que no ponga más pegas. Cuando se asegura de que todo lo que llevas encima es un tablet y un stylus para tomar notas en él, te entrega unos guantes de nitrilo para que puedas manipular el tomo sin exponerlo a los ácidos de tu piel.
Finalmente consigues acceder a una pequeña sala desprovista de decoración, un espacio suficientemente iluminado para una lectura cómoda, pero no tanto como para que dañe demasiado el libro que reposa en la mesa sobre un atril. Sonríes y saboreas de antemano el inmenso placer de zambullirte en unas páginas escritas hace siglos. La sala está perfectamente aclimatada para la conservación del libro, pero es demasiado frío y seco para ti. No importa, haces acopio de fuerzas, te cruzas la chaqueta y dispones a sentarte cuando tu teléfono suena. Maldices a quienquiera que sea que viene a romper la magia de este momento. Compruebas el número y con un suspiro de resignación descuelgas, se trata de Jim Lewis, el director regional de los Corbatas Rojas.
- Buenos días Profesor Horschel - saluda Lewis -. ¿Le interrumpo haciendo algo importante?
Sabes que la pregunta es mera cortesía. Probablemente Lewis sabe perfectamente lo que estás haciendo en este momento. Desvías la mirada hacia la pequeña cámara de vigilancia que hay en la sala -- otra medida de seguridad que los académicos le debéis a Forbes Smiley -- y estás casi seguro de que en este momento Lewis o su fiel Susan te están observando a través de ella.
- Ha surgido un caso que puede requerir de su intervención - continúa Lewis -. ¿Nos permitiría que le apartemos de su investigación por unos días? No se preocupe, podrá volver a Yale tan pronto como acabe - Otra pregunta de cortesía -. ¿Ha oído hablar del asesino en serie que la prensa ha apodado "Frankenstein"?
Cerca de tres millones de dólares en mapas y libros antiguos por apenas poco más de tres años de cárcel. Si el sentido del honor y la decencia no hubiesen sido lo que eran para Wilson Horschel seguramente se hubiese planteado más de una vez hacerse con algunos de aquellos valiosos y antiguos libros. Sin embargo aquella idea jamás pasó por la cabeza del hombre, era una persona decente y se mantendría así hasta que la parca se cruzase en su camino, lo mirase a los ojos y cercenase su vida con la afilada guadaña que cargaba sobre sus hombros.
Si tan sólo pudiera tocar aquel volumen con sus propias manos, sentir la rugosidad casi apergaminada del papel, el relieve sublime de la tinta y la dureza del cuero que cubría sus tapas. Suspiró y se adentró a la habitación deseando haber dejado el teléfono fuera para evitar cualquier posible interrupción. Tomó el libro con sus manos y se lo acercó a la nariz, el aroma que desprendía lo deleitó, era una mezcla de papel, cuero, tinta y el sabor de los años, lo sintió en su paladar, con la ultima parte de su lengua, gusto y olfato eran dos sentidos que trabajaban en conjunto.
El vibrar del teléfono derrumbó la ensoñación, protestó y atendió. Era Lewis y sabía lo que aquellos significaba aún antes de atender. -Pues para ser sincero si, lo hace- dijo mientras saludaba a la cámara seguro de que estarían observándolo -Es una de sus mayores habilidades Jim, pero siempre bien recibidas, si tan sólo hubiese esperado al menos una hora lo habría recibido con más alegría, pero entiendo que tratándose de usted debe haber cierta urgencia- escuchó el resto deseando que acabase pronto, pero la palabra Frankestein disparó su atención. Había estado siguiendo el caso en los medios y había coleccionado cada recorte que hablase del tema, los diarios solían tratar aquellas cosas menos sensacionalismo y un poco más de seriedad que la televisión. Solían, reflexionó y meneó la cabeza. -Por supuesto que he oído hablar de él, creo que es imposible no hacerlo. Imagino que ya fue capaz de detectar la ansiedad en mi voz así que no me haré rogar. Me interesa participar en él, por supuesto que si.-
- Sabía que podría contar con usted, profesor - responde Lewis con un tono que hace pensar que en este momento está esbozando una sonrisa -. Y créame, este caso hará que merezca la pena aplazar su lectura unos días. Un coche le estará esperando a la puerta de la biblioteca. En él encontrará un informe con los detalles técnicos del caso.
Se hace el silencio unos instantes y de fondo escuchas como si alguien moviera algo encima de una mesa. Lewis continúa: - Sin duda sabrá por las noticias que una agente del FBI, la Agente Parker, apareció ayer muerta flotando en el lago de Potter's Lake. Pero lo que seguramente no sabrá es que, unas horas antes de la aparición del cuerpo, recibimos una llamada de la Agente Parker. Escúche atentamente la conversación que mantuvo con uno de nuestros operadores.
Escuchas lo que parece una grabación que Lewis debe estar reproduciendo en su oficina:
Voz de hombre (operador): FBI
Voz de mujer (Parker): FBI. FBI. Fibi. Je. Qué nombre tan divertido.
Operador: ¿Quién es?
Parker: ¿Quién eres? ¿Quienes somos?
Operador: Disculpe ¿Le puedo ayudar en algo?
Parker: No. Soy Val Parker. Y no puedes ayudarme.
Operator: ¿Val Parker? ¿La Agente Especial Parker?
Parker: Sssssssi. La Agente Parker.
Operador: Agente Parker, ¿Está usted bien? ¿Necesita ayuda?
Parker: El agua es tan profunda, tan profunda y adorable. Hace calor aquí. Hace mucho calor y está muy oscuro.
Operador: Agente Parker, no cuelgue. Le voy a mandar ayuda.
Parker: Ella es tan adorable. Tan adorable. Oh si, mi señora. Aquí estoy.
Operador: ¿Agente Parker? ¿Agente Parker? ¿Sigue ahí? ¿Agente Parker?
Se escucha un "click" que indica que se ha detenido la reproducción. Lewis debe estar usando ese viejo magnetófono que tanto le gusta porque, en sus propias palabras, "muchas cosas inexplicables solo pueden sobrevivir en lo analógico". Lewis vuelve al teléfono y continúa explicando con un cierto tono de excitación: - Y aquí viene el detalle más interesante. La llamada se recibió a las 1:18 am CTZ del 9 de Mayo de 2016 y el cuerpo inerte de la Agente Parker apareció flotando en Potter's Lake a las 6:32 am CTZ del 9 de Mayo de 2016. El examen preliminar sugiere que llevaba muerta al menos 24 horas. Ya sabe lo que esto implica. - Lewis hace una pausa para dejar que el dato cale en ti - Naturalmente hemos comprobado que no se trata de un truco - continúa -, la llamada es genuina. Pero le diré otra cosa más: la llamada parece hecha desde la nada más absoluta. No existe ningún tipo de ruido de fondo... algo del todo imposible.
Se escucha el ruido de unos papeles al moverse. Lewis debe estar consultando algo más: - El coche que le espera le llevará al aeropuerto Tweed New Haven. Si necesita pasar a recoger algunas pertenencias no tiene más que indicárselo al conductor, y si require de algún equipamiento especial que se encuentra en nuestras oficinas, no tiene más que decirlo y me encargaré de que lo reciba. Desde New Haven volará a Kansas City, donde la Agente Morgan le estará esperando en la oficina de Avis para recoger un coche de alquiler e ir a Potter's Lake. Creo que ya conoce a la Agente Morgan de alguna reunión y ya sabrá que su especialidad es la investigación forense. Una de las primeras tareas de Morgan en Potter's Lake será practicarle la autopsia al cuerpo de la Agente Parker y confirmar la hora de su muerte. - se vuelve a escuchar el sonido de papeles al moverse y Lewis continúa con sus instrucciones - Su contacto con las fuerzas del orden locales sera el Sheriff Bowman. Él tiene la información que Parker y Sander habían recopilado hasta el momento y les indicará dónde se encuentra la morgue.
Lewis se calla por unos segundos, luego dice: - Esa es toda la información de la que disponemos por el momento. Si tiene cualquier pregunta, no dude en hacerla ahora o ponerse en contacto conmigo o con Susan. - parece que Lewis está a punto de despedirse, pero añade - ¡Ah! Y no se preocupe, nos aseguraremos de que nadie tiene acceso a esa obra que tiene delante mientras trabaja en este caso.
Interesante.
Aquella fue la palabra que surgió en su cabeza cuando escuchó la conversación y las explicaciones posteriores. Había estudiado casos donde personas muertas se habían comunicado con seres todavía vivos utilizando diversos materiales. También conocía y de hecho había trabajado con psicografías, pero estas eran distintas, las voces no se escuchaban al momento, aunque en este caso la comunicación se estaba dando por medio de un teléfono, con lo cual podría ser el mismo efecto. Había mucho que investigar y de nada servía sacar conclusiones apresuradas.
-Estupendo- respondió -Si, me gustaría pasar por algunas cosas antes de partir. No demoraré demasiado.-
Finalmente llegaron a su hogar, bajó del vehículo preparó una maleta con ropa agregó algunos libros que creía podría necesitar y sumó a eso su tabla ouija y su péndulo de cuarzo y plata.
-Ya estoy listo- dijo al chofer luego de guardar la maleta en el baúl. Sólo esperaba poder llegar a tiempo antes de que Moort realizara la autopsia
El conductor te lleva hasta el aeropuerto. Después de ayudarte con las maletas te entrega una carpeta donde, además del informe del caso, hay un billete de avión con destino a Kansas City y una memoria USB. El hombre te desea un buen viaje y se despide de ti.
Pasamos a la escena Hacia Potter's Lake