Partida Rol por web

Con el rugido de la explosión y los escombros cayendo sobre la criatura apenas se podían escuchar sus últimos estertores.

Libres de su amenaza, los dos hombres corrieron en pos de sus compañeros. Iria había caído inconsciente, y tenía serias dificultades para respirar, y Denzel poco a poco fue recuperando la consciencia. Sus brillantes ojos azules se abrieron despacio, y cuando estuvo a punto de abrir la boca, Lyra le increpó.

- ¿Se puede saber en que estabas pensando viniendo a este lugar tu solo?

- Yo...- el pobre muchacho apenas sabía que responder, se le notaba en la mirada que estaba avergonzado- No quería molestaros. Solo...- busca entre los pliegues de su ropa y saca una de las hermosas flores azules que habéis visto antes- Solo quería traer unas flores a mi mamá. En casa hablan de que este sitio está lleno de espíritus y pensé que el alma de mamá estaría aquí antes de empezar su viaje... Solo quería despedirme de ella.

Lyra iba a replicarle, las palabras se atragantan su boca mientras sus pensamientos se agolpan. Era demasiado joven cuando sus padres murieron, pero en el fondo de su corazón entendía al muchacho.

Durante lo que os parece una eternidad, nadie dice nada. Estáis magullados, cansados del terrible combate, y no acertáis a explicar al chico lo que ha pasado. Tiene demasiada carga ahora mismo, y vosotros demasiadas dudas acerca de lo que ha pasado.

Finalmente,  Denzel se acerca al centro de la sala, donde coloca con sumo cuidado las flores y las sujeta con un par de piedras y algo de tierra. No es el mejor sitio para plantarlas, pero al menos el chico se siente en paz cuando lo hace.

Por alguna extraña razón, el brillo azulado de la flor empieza a parpadear, y solo aquellos atentos pueden ver como los ojos azules del muchacho reflejan en sincronía el brillo de las flor, que comienza a desprender un ligero polen azul brillante. Por un momento, os parece que el polvo dibuja en el aire una figura femenina, extremadamente delgada, de largo cabella liso que cae sobre unos estrechos hombros fantasmales, pero antes de que podáis asimilar esa forma, esta se desvanece en una nube brillante que parece tener vida propia; recorre la sala, cada uno de los rincones dejados por los escombros e incluso las paredes y a su paso más de aquellas flores azules florecen. Donde antes solo había muerte y sangre, se abre paso una nueva vida, el rojo de la tierra es reemplazado por un azul suave, y la sensación opresiva del lugar es sustituida por una de paz.

En el fondo de vuestros corazones sabéis que la madre de Denzel ahora descansa en paz.

Y este lugar, por extraño que parezca, también.

Luthor casi pierde la respiración al constatar que Iria no lo había hecho. Tratando de no mostrar emoción, transmite la noticia a sus compañeros de que la mujer está viva. Al acercarse, coloca una mano sobre el hombro de su hermana.

-No vuelvas a darnos un susto como este, chaval -añade, mientras abraza a los dos críos.

Dejándose caer en el suelo, contempla exhausto, perdido en sus propios pensamientos, cómo Denzel deposita las flores en el centro de la sala. La sorpresa ante el espectáculo que se desata a continuación es mayúscula, y sus sentidos mundanos apenas pueden interpretar con claridad la escena. Sin embargo, Luthor percibe con absoluta nitidez cómo la vida va renaciendo en un lugar donde hasta ese preciso momento no parecía haber otra cosa que muerte y destrucción. La sensación es tan intensa como un hormigueo, o incluso una quemazón, que le recorre todo el cuerpo mucho antes de que nada ni remotamente parecido a una comprensión racional pueda materializarse.

Boquiabierto, se pone en pie y mira en derredor, conmovido ante tanta belleza. No encuentra palabras que puedan expresar su estado de ánimo. ¿Admiración? ¿Alegría? ¿Asombro? ¿Alivio?

¿Amor?

-¡Vaya! -sonríe- Todas empiezan por A.

El satírico (e inverosímil) comentario lo devuelve bruscamente a su estado habitual. Sin embargo, algo en su interior ha cambiado. La Vida tiene ahora para él otro significado. Otra relevancia. Otro olor. Hasta ahora nunca la había apreciado, pero verla desplegarse ante él, en estado puro, ha provocado una profunda transformación en el hechicero. Siempre ha estado ahí... es solo que ahora puede verla.

Las lágrimas que llevaban tantos años acumulándose brotan a borbotones, y no le importa.

 Había sido un combate duro, uno más grande que cualquiera en el que se hubiese involucrado el pelirrojo, pero luego de haber acabado con la criatura finalmente el grupo podía tomarse un respiro, algo que Virgilio tendría claro mientras buscaba un escombro sobre el cual dejarse caer sentado, agotado mentalmente.

 El combate había terminado, y solo quedaba escuchar lo que el niño tenía que decir. Tal como el grupo tuvo en mente, el descanso de su madre era su único interés, y luego de haber acabado con aquel ser de las tinieblas finalmente Denzel pudo darle un descanso a través de aquellas flores, cuyo color se esparció por toda la sala bañándola nuevamente en vida.

 Los blanquecinos ojos de Virgilio reflejaron el brillante color de las flores, sintiéndose acariciado por la belleza que podía ocultar un lugar que hace escasos segundos solo era una representación de muerte y destrucción: si bien su rostro no expresaba nada, en el interior se sentía... nostálgico: para él fue como volver a revivir esa experiencia donde sus ojos finalmente pudieron ver la luz, así como aquellas ruinas recuperaron la vida...

 Las palabras de Luthor fueron extrañas para Virgilio, pero no iba a juzgarlo: parecía haber sido tocado también por aquella escena.

 -Pues parece que lo conseguiste, Denzel... Ya no tienes nada de que preocuparte -fueron las palabras de Virgilio, con su característico tono neutro, pero una expresión de cansancio y sinceridad.