Partida Rol por web

El Segundo Sospechoso no tardaría en regresar a aquella sala y en su mano un pequeño fajo de billetes que extendió para que aquellos dos pudieran ver el patrón y el estilo del billete de 1 Billón de Nijiyens. Realmente se había superado con aquello, era un maestro del photoshop.

-¡Aquí están!. -Exclamó regresando al lugar- ¡Recién salidos de la impresora!. ¡11 Billones de Nijiyens y sale tu cara!. En realidad solo quise hacer uno, pero sin querer le di doble click y eso ha devaluado el resto de mis monedas pero bueno, ya me las apañaré comprando deuda o algo así...

Con la llegada de aquel hombre y con lo que este acababa de decir claramente implicaba que aunque le pidieran uno o dos o diez Nijiyens este iba a negarse, era realmente agarrado en cuanto a lo que su dinero de mentira se trataba, por lo que si querían hacerse con el dinero, tenían que pensar una forma de lograr hacerse con el.

-Mira tengo un plan... -Comentó en voz baja a su compañera antes de girarse hacia Niji Murasaki señalando algo detrás de su espalda- ¡DIOS MIO! ¡NOS ESTÁN INVADIENDO!. -Tras esto el policía echó a correr hacia la salida, dejando el resto del trabajo a Sorcha McKay.

Sorcha no podía negarlo, le encanto ver aquel billete con su cara, pese a que estaba segura que la de Mamoru seria mas épica, pero ya se lo mostraría en otro momento.

También le rechino la palabra Viyon pero no dijo nada, mas que apuntarlo en sus notas.

Por otro lado, ver a su ídolo en plena acción le encanto, que porte, que forma de hacer las preguntas...

Y cuando este le dijo que le sacara un par de billetes afirmo con la cabeza contenta

-Hare lo que pueda

Dijo justo antes de que Mamoru dijera que les estaban atacando y saliera corriendo.

-Que hombre mas valiente, va el primero para protegernos a todos, ¿no te parece genial Niji?

Le dijo con una sonrisa.

-Pero bueno, en otro orden de cosas, ya que mi jefe se va a ocupar de los atacantes, te ofrezco un trato, te dejo que me hagas unas cuantas fotos mas, como me has pedido, si a cambio me das un par de esos billetes. ¿Te parece bien?

Se soltó los moños, se quito las gafas de sol y se abrió ligeramente el vestido, para después dedicarle una sonrisa.

El hombre estaba confuso, los estaban atacando, y al parecer los atacantes estaban en la puerta del baño. Aún con todo la mentira de Mamoru Ai Yastis fue lo suficientemente convincente como para que este se la creyera solo por la seguridad de Sorcha McKay en la valentía de Mamoru Ai Yastis que estaba a estas alturas subiendo las escaleras de salida.

-¡Ahora no!. -Gritó apartándola mientras sacaba de debajo de la cama una pistola que agarró y apunto con su izquierda a la puerta del baño- ¡Nos están atacando!. ¡Quieren robarme mis recursos naturales como el alcohol de moho que fabrico!.

El fajo de billetes los había dejado sobre la cama de cualquier manera y estaba más que dispuesto a volarle la cabeza a cualquier intruso que saliera de su baño que a prestarle demasiada atención a los 11 Billones de Yenes.

No iba a negarlo, aquel rechazo le dolió un poco en su orgullo de mujer, pero al menos podía conseguir su objetivo y pillar un par de aquellos billetes que le había pedido Mamoru, suponía que como prueba para demostrar que la ortografia tampoco era el fuerte de Niji.

Así que aprobechando que ya tenia el escote abierto cogió unos cuantos de los billetes  y para disimular, puso unas pocas falsificaciones, al no tener tijeras, no quedaron del todo igual, pero esperaba que se disimulase un poco, ademas, al no tener la imagen de la parte de atras, solo estaban impresos por la cara de delante, pero bueno, darian el pego por ahora...

Y como al final le sabia mal irse con el dinero, aunque técnicamente no valiera nada, decidió hacerle un favor al chico, y le dejo unas fotos de una vez que poso como modelo por que le hacia falta el dinero...

Con las ordenes del gran Mamoru cumplidas se dirigió a donde se encontraba su superior, contenta de haber logrado lo que le había pedido.

Mientras Sorcha McKay se largaba del lugar, este hombre giró su cabeza casi instintivamente hacia el fajo de billetes que había dejado encima de la cama, en donde ahora tan solo había unas malas imitaciones de ellos -que a saber de dónde habían salido- y unas fotos de modelaje de aquella ayudante no remunerada.

-¡Mi dinero!. ¡Mi dinero!. -Gritó mientras iba hacia la zona de las escaleras- ¡Volved aquí malditos ladrones! -Pero porque estos ya estaban demasiado lejos- ¿Podéis traerme unas pizzas ya que estáis?.