Peter se queda pensativo ante la respuesta, demasiada información sobre la vida sentimental de la sheriff, si no fuera porque le parece una buena chica casi diría que es su person of interest.
-Entiendo que son momentos duros, pero no creo que emborracharte día sí y día también vaya a ayudarte. Yo también he estado ahi, mi novia del instituto. Caí en el mismo pozo que tú, pero no puedes permitir que lo pasado te límite el futuro. Qué te parece si nos tomamos un café bien cargado y salimos a respirar aire fresco? Matarte no ahogará tu culpabilidad ni le devolverá la vida a tu padre, encontrar a los malos sí- afirma categóricamente el joven marine. Mira con profundidad al hijos del párroco, esperando que reaccione, se despierte de su pesadilla y decida coger la mano que le está brindando...
Jules miraba desconcertado bajo sus gafas hacía la nada. Su loca teoría tenia sentido después de todo.
- ¿Quién podría haberle causado tal impresión al párroco? - Pregunta en voz alta, casi de forma retórica, puesto que no tenía idea alguna.- El párroco no conocía a su asesino.- Se aventuró a decir.- De haberlo hecho, dudo que un hombre religioso se hubiese espantado de esa manera... y de no haber tenido el ataque, le habrían encontrado como a los otros... - Arqueo una ceja, como si se hubiese dado cuenta de algo.- Bueno, muchas gracias doctor. Ha sido de gran ayuda.
La seguridad, confianza y optimismo que irradiaba Peter se contagiaron en Terence y el joven aceptó la oferta del agente del FBI y se decidió a dejar de beber y tomar ese café y ese poco de aire. A fin de cuentas le iba a sentar bien salir del ambiente cargado del bar en el que ya llevaba demasiado tiempo y mostrar algo de fuerza por una vez en la vida.
Tal vez había sido el don de gentes de Peter lo que había convencido al hijo del párroco, o quizá el hecho de que Peter fuera la única persona que le comprendía de todas las que habían hablado con él hasta entonces. El caso es que sus buenas maneras habían conseguido despegarle del taburete y la copa por primera vez en mucho tiempo.
Cambiamos de escena a: Noche de tormenta.