Partida Rol por web

Sacudo la cabeza, aún aturdido por mi impacto contra el agua. Si bien conseguí encogerme en la aparatosa caida por el tobogan, de manera que mi armadura se llevo los peores golpes, al caer en el último tramo me golpee la cabeza al salir del agujero y quedé semi aturdido, siendome imposible rodar para amortiguar la caida. Mi visión, herencia de mi vida en un lugar donde las sombras tienen vida propia, tarda menos de un segundo en perforar las sombras que me rodean. Dedico unos minutos a chapotear (¿hasta donde cubre el agua?), reuniendo mis exiguas pertenencias. Tras ello miro a mi alrededor, intentando buscar un sitio, para al menos secarme y poder atender mis múltiples magulladuras. El frío no me molesta apenas, he vivido toda mi vida en un lugar cuyo helor te podía entumecer el alma, pero es desagradable estar mojado.

Vaya manera de empezar un trabajo, ¿donde estarán los desafortunados elfos con los que viajaba? Espero que al menos salvaran la vida de ese pétreo behemot. Debo salir de aquí para contestar esas preguntas, veamos que me rodea...

Durante la caída, tu entrenamiento sale a relucirse, pues intuitivamente amoldas tu cuerpo para amortiguar todo lo posible el impacto, por lo que la zambullida es inofensiva, tu visión demora algo de tiempo en acostumbrarse, pero el largo descenso hace que tu visión "oscura" se acondicionara mas rápidamente.

Estas en una caverna subterránea, sin dudas el agua cubre varios metros debajo tuyo, tal es así, que supera tu propia visión, mas allá de que es totalmente limpia y cristalina, no logras ver el fondo del lago, la caverna en si es enorme, a unos 25' de donde estas, a tu izquierda, una plataforma se eleva uno 15' sobre el nivel del agua, pareciera ser una superficie lisa y relativamente homogenia. las paredes, y todo el lugar se muestra completamente de piedra, dura y maciza, hasta donde tu vista te dice.

El túnel desde el que te precipitaste se encuentra a unos 20' por encima del nivel del agua. 
Haces una rápida revisión de tus cosas, tienes ambas piernas y brazos, ningún hueso roto, pero si golpes a lo largo de tu espalda y cerca de las costillas, tu ropa esta bien, pero completamente mojada, se ha roto un amarre de tu mochila, y puede ser que varias cosas hayan salido disparadas cuando caías... todavía no estas seguro

La persecución de los orcos fue dura y Herek se sentía cansado. Por suerte en las inmediaciones de las montañas pudo divisar una cueva para poder pasar la noche. La lluvia ya se estaba anunciando y cuando estoy llegando a la cueva las primeras gotas empiezan a golpear mi rostro. Una vez dentro trato de relajarme un poco apoyandome sobre la mochila. Pasaron unos cuantos minutos cuando empiezo a escuchar voces a las afueras de la cueva, el tono de las mismas hicieron que retrocediera al fondo de la misma, cuando trato de asomarme para ver quienes eran los que entraron resbalo debido al suelo húmedo y a un par de musgos que allí se encontraban. Mientras va cayendo el batidor no puede acomodarse para, por si las dudas, llegara al fin del mismo y no sufrir tanto daño.
Una vez que cayo en el estanque de la cueva empezó a recolectar lo que pudo de su equipo para no perderlo, empezó a tantear las paredes para poder dejar lo que iba recuperando y así buscar otras cosas.
- Mierda, que ha sido eso... Que golpe me acabo de dar...
Se repetía una y otra vez en su cabeza.
- Es hora de buscar una salida de aquí...
Después de recolectar todo su equipo y guardalo empieza a buscar una salida del pozo en el que cayo.

Cuando caes, la oscuridad es absoluta, sales a flote por instinto, cuando sacas la cabeza, tus ojos no perciben nada, ni paredes, ni suelo, solo agua... aunque no tienes nada roto, el raspón en la espalda y los golpes en los riñones son terribles, sientes que una de los tiras de tu mochila se rompió durante la caída.

Sientes un profundo, y extremo silencio, que solo se ve interrumpido por el ligero tintinar de las gotas de agua que caen...

Mientras chapoteas (luego de unos minutos), puedes escuchar que detrás tuyo, algo cae rápidamente e impacta con fuerza el agua, cuando te volteas, un humanoide sale a flote a tus espaldas, esta consciente y nadando, pero por su mirada extrañada y su forma de moverse te das cuenta de que esta totalmente ciego...

Killian cayo con la poca gracia que un barbaro de casi 100 kgs podia tener, rebotando en cada cebtimetro cuadrado de pared que habia en la cueva. Al final, volo unos ultimos metros y acabo estrellandose en el agua de algun tipo de lago subterraneo.

El barbaro se levanto trabajosamente, sintiendose dolorido y empapado. Aun no entendia lo que habia visto en la cabaña. Aquellos... Lobos o lo que fueran, seguian atormentando su mente aun alla abajo. Tenia que poner su mente en orden y tratar de encontrar sus cosas. 

Con una rapida oracion a Tymora hizo un gesto con su mano derecha y toco su espadon, que empezo a brillar al momento con la luz de una antorcha.

Tras recuperar mis pertenencias, lo cual me lleva unos momentos hasta que me acostumbro a chapotear con el peso de mi camisote de mallas, me dirijo a la pared en la que está el saliente que vi antes. Una vez allí, siendo más fácil estar a flote al poner un pie en la pared, compruebo mi mochila y hago inventario, por suerte está bien aceitada y espero no halla entrado mucha agua. Si he perdido algo que se hunda, lo doy por perdido, si no intentaré recuperarlo.

Estoy en ese proceso cuando veo caer a ese humano. El hombre no debe ver nada. De todas maneras no me fío, podría estar de parte de la criatura de piedra y haberme seguido por el agujero. Apenas tuve tiempo de ver los alrededores allí arriba. Prefiero intentar trepar plataforma arriba e interaccionar desde con el hombretón desde una posición alta, más segura. Me seco las manos con el interior más seco de mi mochila y comienzo a trepar.

Herek se encontraba nadando en esa cueva llena de agua. Si no encontraba una solución rápida se iba a cansar rapidamente. 
Sosteniendo la mochila como puedo, empiezo a nadar para ver si puedo encontrar la pared de la cueva y empiezo a tantear para ver si puede encontrar algún lugar donde poder dejar sus pertenencias y poder sostenerse, y en el mejor de los casos poder subir para descansar y así analizar como poder salir. Ademas necesitaba secar la antorcha para poder iluminar un poco el lugar.
 

Completas tu escalada cuando escuchas otro golpe en el agua, para tu sorpresa otro humano(?) cae al agua, parece ser dia de fiesta hoy en los agujeros, al cabo de un momento, el segundo saco de papas que cayo, profesa un conjuro, y una luz se hace en su mano, iluminando la estancia de colores grises, puedes ver la cara de ambos hombres, uno rubio, el lanzador del sortilegio y uno de cabello castaño, su rostro no guarda mucha belleza tampoco...

Cuando comienzas a nadar, sientes un impacto muy fuerte tras tuyo, como si alguien se echara un chapuzon justo detras tuyo, tus sentidos se agudizan, al extremo, pero la absoluta oscuridad hace imposible comprender nada mas que los sonidos.

Para tu sorpresa, aquella mole que golpeo el agua, pronuncia unas palabras, parecieran un conjuro de algún tipo, palpas tus arma para estar preparado, cuando todo cambia subitamente, una luz, clara surge entre la oscuridad, alumbrando como una antorcha, entonces lo puedes ver, un hombre rubio yace en el agua enfrente tuyo ahora, y mas allá, una sombra se perfila en la penumbra, en lo que pareciera ser una plataforma de piedra.

El lugar se levanta como una caverna enorme, rodeado de paredes que todavia no alcanzas a ver, el agua es mas profunda de lo que aparenta, y el lago se extiende mas allá de tu visión, sola plataforma y los otros dos humanos se ven entre toda la oscuridad.

Das una pequeña oración, implorando por iluminación a la esquiva deidad, quien oye tus suplicas, en tu mano, un candil de luz sucede, iluminando las tinieblas rededor, sientes cerca tuyo un sonido, cuando te volteas un humano, castaño, no muy bonito, ni para los estandares orcos, os mira fijo, entiendes que por su cara de perplejidad, esta en una situación similar a la tuya, recorres con la mirada el lugar, una sombra de otro humanoide se proyecta por encima de una plataforma de piedra que se extiende unos pocos metros por encima del agua.

El lugar se levanta como una caverna enorme, rodeado de paredes que todavía no alcanzas a ver, el agua es mas profunda de lo que aparenta, y el lago se extiende mas allá de tu visión, sola la plataforma y los otros dos humanos se ven entre toda la oscuridad.

Mientras buscaba desesperadamente un lugar donde poder descansar lo sorprende el ruido de algo que cae subitamente en el agua. Luego de un instante y después de escuchar unas palabras una luz encandilo momentaneamente, para cuando se acostumbra a ella, se puede observar a un hombre en el agua y en otro rincón la luz contorneaba una sombra, sin poder discernir de quien se trata.
- Quien eres? Pregunta al que se encuentra en el agua.
- Como has venido a parar aquí?
- Y tu el que se encuentra en las sombras, acerca a la luz así logramos verte.
 

La figura que podéis distinguir en las sombras de la luz ténue de la luz que proyecta el conjuro está semi agazapada en una plataforma de roca en una pared cercana, a unos 15´de altura. Al ver que te diriges a él, la figura se intenta ocultar por un momento, pero finalmente desiste y habla con una voz profunda y rica en matices.

- Ya os veo bien desde aquí compadres, y no habiendo empezado a secarme, prefiero no volver al agua. ¡Ya me costó subir aquí arriba! Decid vuestros nombres y como habéis llegado aquí, si no tenéis malas intenciones y sois honrados, trataré de ayudaros a salir del agua, ¿si? Todos me llaman Pel -.

La oscurecida figura esta cerca del borde de la platadorma, semi inclinada para observaros, se apoya en una de sus manos, la otra está fuera de la vista.

Killian se tranquilizó al escuchar una voz claramente humana, preocupada por cuestiones básicas. Aquella simpleza y preguntas comunes a todos los humanos normales consiguieron alejarlo de los recuerdos de quellas bestias abismales, aquellos rostros descarnados. Era reconfrtarte encontrarse con alguien tan preocupado como tú por algo de tan poca importancia después de lo que había visto.

Killian sacó una hoja de menta de su bolsillo y la chupó mientras contestaba al desconocido.

-Soy solo otro tipo empapado, hermano. Killian Marlowe, a tu servicio.  Acercaos a mi luz y trataremos de salir de aquí entre todos.

Al escuchar las palabras de los dos desconocidos, se dispuso a presentarse.
- Mi nombre es Herek Tannemein y he caído aquí por casualidad. En este momento solo quiero salir de aquí y poder secarme un poco y luego encontrar una salida de acá. Responde.
- Como has caído en este lugar? Pregunta al que se encuentra en las sombras y no ha dado su nombre.
- Por cierto, nosotros ya hemos dado nuestros nombres, ahora da el tuyo.
 

Killian se echó el espadón a la espalda para que no le molestara y buscó el resto de sus pertenencias por el agua. Antes de trepar iba a asegurarse de no dejarse nada allá abajo. Cuando hubo acabado trepó hasta donde estaba Pel y extendió su brazo hacia Herek.

-Sube con nosotros, amigo. Estarás más seco.

- Como ya comenté antes Herek, todos me llaman Pel- gruño del esfuerzo al aupar al fornido hombretón. - Eres un tipo grande Killian- señalo la luz, -buen truco, útil en la oscuridad- me aparto un par de pasos dejando que Killian ayude a Herek.