Partida Rol por web

Durante los años siguientes de Catalina se encargo de mantener su cargo en las granjas y en su tiempo libre dedicaba sus esfuerzo en ayudar al capataz Druzha con los avances del puerto ademas de aplicar parte de lo aprendido a las granjas como el uso de canales artificiales y sistemas de almacenamiento de agua excedente al final de cada cuadrante de granja para su reutilizar en posteriores días.

 Pero nadie es eterno y la vida de Catalina esta llegando a su final, lo bueno ella había dejado descendencia, un par de Gemelas, las cuales nunca se pudo saber con certeza quien era el padre,debido a la forma de vida de Catalina de ir de un lugar a otro. unos decían que podría haber sido el comerciante Archeland quien pasaba por cada granja y compraba parte de las cosechas todas las semanas, otros decían que entre los Ayudantes de la linea familiar encargados de la tala de arboles podría haber un valiente en seducir a la dama y de otra manera decían que venían de un amorío que pudo haber o no tenido con el capataz de ese entonces de los Druzha.

La verdad es que hasta el día de su muerte Catalina nunca hablo de la verdad sobre las pequeñas, solo que en el lecho de muerte les indico que al igual que cualquier Newbranch debían cuidar y proteger a Rugido.

Ya en la actualidad ambas han seguido las enseñanzas que ellas creían eran las que su madre hubiera querido,Anastasia la menor y mas fugaz se encargaba de navegar las cercanías de los mares de Rugido con su barco de pesca. Mientras que la mayor Beatriz se encargaba de las granjas, pero ahora solo de gestionarlas y administrar el cuidado de la tierra y su sobre uso. y cumpliendo la voluntad de su madre ambas chicas están dispuestas a proteger a Rugido de cualquier mal que pudiese presentarse. 

Esta vez Andrew Aiken, gozando de una lonjeba vida, se enfrentó a lo mas cercano que viviría de una guerra. Las idéas religiosas siempre le habían parecido algo estúpidas ya que el fanatismo de ellas llevaba a una completa destrucción de las mentes de los seres que las predicaban, pero esta vez se tenía que decantar por algo. No entendía muy bien que predicaban la gente que rodeaba Rugido de León, y quería informarse así que bajó una vez mas a conocer la opinión del pueblo, fue a buscar a la persona mas sabia que conocía y le preguntó por las ideas que predicaba el exterior, y también preguntó por Aslan. La aldea tenía el nombre por Aslan y necesitaba conocer que predicaba este. Lo mas importante fue que se dio cuenta de la falta de algún lugar donde poder consultar datos objetivos, donde poder encontrar libros y sobretodo donde poder informarse del mundo que lo rodeaba.

Encontraste a un anciano observando los bosques con expresion meditabunda en direccion a donde aquella minoria habia alzado el altar a Tash. Sabias que era de los sabios del pueblo, aunque no acababas de recordar su nombre. Decidiste que era buena idea preguntarle a el. Cuando te acercas se levanta y te hace un asentimiento de cabeza.

- Buenos dias señor Aiken ¿Como se encuentra esta mañana?

El cansado Aiken miró al Anciado.- Todo bien Anciano, todo bien. Y tu y tu familia como os encontráis? Que opináis del culto a Tash? Sinceramente no me gusta nada... eso de tratar a los no-humanos como escoria, me parece la peor falta de respeto hacia la vida que hay.

El Arrugado Aiken negó con la cabeza.- Creo que nuestra aldea tiene mucho potencial, pero si empezamos a dividirnos los unos a los otros mal acabaremos, creo que el tema religioso debería ser personal y no entrometerse en los asuntos de la aldea. Tenemos que tirar todos juntos, no todos por nuestro lado.

El anciano volvio a sentarse y medito unos instantes antes de dar su respuesta.

- En mi familia siempre hemos sido seguidores de las enseñanzas de Aslan. Valores que ademas, han pervivido en nuestra aldea desde hace generaciones. La tolerancia, el respeto, la verdad, el amor. Aslan nos creo a todos y nunca nos ha pedido nada que El no nos haya proporcionado antes.

A mi, tampoco me agrada el culto a Tash, aunque entiendo que hay gente a la que le beneficia y que pueden comulgar mas con sus ideas, cosa que en mi opinion esta equivocada.

Tienes toda la razón anciano, Aslan es nuestro creador, y aún que nunca he sido creyente se que él es nuestro Dios, pero también se que si permitimos abiertamente que mucha gente no lo cree así, prefiero que cada uno practique la religión en casa donde sus seres queridos puedan disfrutar de ellas y no en la calle, por un simple motivo, verdad que no te gustaría ver un templo a Aslan destruido? Eso podría pasar si entramos en guerra y nada me dolería mas que ver algo que mantiene al pueblo unido y le da esperanza derribado. -Negó con la cabeza.- Espero no sonar muy hipócrita, pero es lo que pienso. Que tengas un buen día anciano.

Me encantaba conocer lo que la gente del pueblo tenía que decir, de que me servía ser representante del mismo si no sabía lo que quería?

Larisa Aiken, la nueva portavoz de la casa, con tan solo 20 años se acercó detrás de los guardias. - Bajad las lanzas ahora mismo, no son el enemigo! - Decía imperativo pero a la vez suave, no estaba echando bronca a los soldados. Habían hecho bien defendiendo el pueblo, pero no quería ningún herido bajo su conciencia. 

Miró al hombre enfermo y sabía que pasarían cosas muy malas si la enfermedad se propagaba, toda la aldea sería reducida a cadáveres si no descubría por que estaban enfermos y se conseguía un remedio. Con mucho pesar en su corazón comenzó a hablar.- No podemos todavía dejaros entrar, pero la casa Aiken os servirá agua y alimento y os montará unas tiendas de campaña fuera de la ciudad antes de que tomemos una decisión. Cualquier cosa que pueda hacer por vosotros decídmela ahora y haré lo que esté en mi mano por ayudaros. - La idea es que los hombres que se ofrecieran voluntarios para la tarea se ataviaran con ropa de tela y con un pañuelo en la boca para no respirar el mismo aire ni sentir la podredumbre. 

Era consciente que poco podían hacer por ellos si no contaba con la ayuda del consejo para mandar a curanderos a echarles un vistazo a esos enfermos, y conocía a muy pocos curanderos consagrados en piel y alma a su oficio pero esta vez vio una buena oportunidad para interceder por si misma y demostrar que una mujer era tan válida para dar su opinión como un hombre, la fuerza de sus antepasados recaía sobre ella y sabía lo que tenía que hacer.

Cuando la joven llegó a la casa de los Aiken mandó llamar a todos los curanderos interesados en una proposición, Si se ofrecían a ayudar a los enfermos y tenían éxito serían considerados los sabios curanderos de la casa Aiken, con un sueldo fijo por parte de la familia aún que no tuviera clientela. Eso les dispondría recursos para sus investigaciones y que nunca les faltara el pan. 

También les aguardaba renombre por curar a toda una trupe itinerante que estaba enferma. Fama, fortuna y el derecho a seguir investigando o retirarse para siempre. Larisa esperaba que esto atrajera a algún curandero de la aldea, y rezó a Aslan todo lo que supo para poder salvar a esa pobre gente. Pues no quería que nadie muriera en las puertas de la ciudad que sus antepasados habían levantado con tanto esfuerzo.

Si alguno os pregunta que que pasará en el caso de que mueran a causa de la enfermedad decidles que cuidaremos de su familia en caso de que la tengan y en caso de que no les concederemos un deseo en el lecho de menos, todo dentro de lo humanamente posible. - Dijo mientras mandaba a los mensajeros a casa de todos los mensajeros de la ciudad.

Beatriz se encontraba un poco angustiada, su hermana menor hace unas semanas había tomado la determinación de ir a explorar con su tripulación mas haya de la niebla, pero desde que el barco se introdujo en aquellas aguas, no se había vuelto a ver, Pero por los ruidos en el rugido, en estos momentos ocurrían asuntos mas importantes que tratar.

En las puertas de la villas se estaba aglomerando un buen puñado de Rugientes. El asunto, una familia pedía ayuda a gritos, se podía notar como estaban enfermos de alguna clase de peste, la cual era desconocida, pues por la mirada de todos ninguno parecía saber cual era.

debido a que se encontraba primero en la escena la nueva cabeza de los Aiken se había auto-proclamado para darles comida y alimentos- excelente ayuda lariza, dile a los Guterzon que traigan algo de sus cultivos. Su granja esta cerca y sus cultivos ya deberían estar en su punto.

había que hacer algo y pronto, algo era seguro, el no debía ser el único y lo mejor que podíamos hacer era comenzar a prepararnos.

Corneliu Druzha llegó junto al resto, sopesando la situación. Se mantuvo silencioso, escuchando las sugerencias de sus compañeros del consejo, detrás. Un hombre timido, pero idealista e inteligente, se mantuvo al margen hasta que Larisa Aiken hubo hablado.

-Si me permiten... tenemos algo de exceso de madera en el momento... ¿Quiza podriamos comenzar la construcción de un pequeño hospital, en las afueras? Ya se que la idea de juntar a todos los enfermos puede aprecer alocada, pero... es mucho mejor que esten en un entorno... controlado por gente que sabe lo que ahce, que... abandonados en una acera.

Habló en voz baja, suficiente para que los compañeros del consejo le oyeran. Estaba incomodo entre tanta gente. Preferia quedarse en su taller, soplando cristal. Pero son los deberes del consejo, como los fueron de sus familiares.

No todos los sanadores vivian por y para su profesion, algunos simplemente deseaban una vida tranquila con la que poder mantener a su familia, asi que fueron pocos los que, conociendo la situacion, se presentaron, pero los pocos que lo hicieron aparecieron pronto frente a tu casa.

Se presentaron y expusieron los hechos. Necesitaban un lugar donde tratar e investigar y necesitaban que dejaran entrar a los enfermos, probablemente moririan si estos continuaban fuera de la vigilancia, el problema era sobretodo que no podian transportar facilmente todos sus materiales ni podian garantizar los mejores resultados en un hospital improvisado.

Necesitaban a los enfermos dentro de Rugido de Leon en un lugar donde tenerlos bajo su lupa.
 

Con gesto más receloso que el resto de sus compañeros, originalmente al menos, Theler Escherlin dejó al principio que el resto controlase la situación hasta que poco después volvió con una quincena de soldados fuertemente armados y acorazados. La Casa Escherlin siempre fue la más potente en términos militares, si bien rara vez mostraban algo de la capacidad de sus guerreros de no ser una situación de crisis, y al parecer esta se lo parecía.

La mera marcha del pequeño batallón de alabarderos hizo que la multitud se separase un poco mirándolos con recelo, pues se notaba la marcialidad y el profundo entrenamiento de esos hombres que seguían al caballo acompañados del estruendo de las grebas metálicas.

- Como ya se ha dicho, se establece una cuarentena para los recién llegados. -dijo con voz autoritaria- Mi Guardia del León se encargará de vigilar dicha cuarentena, ningún ciudadano tratará de expulsar al recién llegado ni molestarlo de otra forma a menos que el Consejo así lo dictaminase. Los infractores serán arrestados. -concluyó con gesto grave, mirando a la multitud con seriedad.

Con este gesto, a pesar del carácter generalmente bondadoso de Rugido del León, Theler mostró que si había que imponerse mostrando la fuerza, aunque no se emplease, también estaba más que dispuesto, por la seguridad de todos.