De pronto el simio se detiene, afectado por el conjuro de Loranda, y mira atontado alrededor, tiempo que aprovechan los guardias para formar, con lanzas y escudos, rodeandole. La estrategia es simple: Los del frente se cubren con escudos y los de los flancos y atrás atacan con sus lanzas; Cuando la bestia se gira, cambian de posición para que ésta siempre golpee a hombres bien defendidos y reciba el máximo daño por la espalda.
El ataque es cruel y sangriento, pero los espectadores parecen disfrutar con él. El simio recibe más de veinte estocadas antes de caer y ser rematado por el general de la milicia con un certero corte en su cuello. Las gentes aplauden y vitorean a los soldados mientras el mono tiñe la tierra de rojo.
No tengo tiempo de seguir posteando. Os dejo por si quereis comentar y cuando vuelva del curro, más.
Al ver la resolución del acontecimiento, cierro las manos, saliendo una pequeña columna de humo de estas y busco el apoyo en mi bastón mientras me seco el sudor de la frente.
Un poco extasiado, le comento a Loranda sin mirarla.
-Interesante tu hechizo, aunque finalmente, el simio ha muerto. Lo podrían haber sujetado con cuerdas, pero porlo que veo estamos en un mundo cruel... vámonos a tomar algo, necesito hodratarme un poco.
Despues de aturdir a la bestia, contemplo como los guardias acaban con el de forma violenta y hago una mueca mirando a Kilder.
-Supongo que no habia otro final para el, ese anciano no deberia haber muerto. Sabes lo que mas lamento? Que no se haya llevado a media docena de guardias por delante, aunque cuando te ves enjaulado y expuesto a las miradas de los demas, el miedo y la ira se apoderan de ti y te da igual matar a uno o a otro- hago una pausa recordando los dias que pase en la celda de los lunares- Ha muerto alguien inocente y me molesta, de haber sido el feriante que lo exhibia creo que no me hubiera importado- suspiro- Vamos, yo tambien necesito beber algo y Jorandash debe de haber acabado ya.
Me alejo de alli en compañia de Kilder con la imagen de la mirada del simio en mi cabeza mientras pienso si seria mejor acercarnos al dueño de las bestias y preguntarle porque razon se gana la vida enjaulando criaturas que seguramente preferirian estar libres entre los de su especie.
Esbozo una sonrisa torcida al escuchar a Loranda mientras voy pensando:
Todo el mundo es culpable de alguna manera, ese viejo si no hubiese sido tan curioso, no la habría pasado nada, incluso mas, si no fuésemos todos tan así, no habría animales encerrados, y el mono sería feliz en su tierra.
Me oculto en mi capucha, y sigo a Lory hacia cualquier taberna, no conocíamos la zona, y cualquiera sería buena en aquel momento para poder pegar un trago.
Desde una cómoda terraza observais cómo retiran el cuerpo del simio, el del anciano y cómo la feria sigue su camino escoltada por multitud de guardias y curiosos; La gente se dispersa y un señor echa arena sobre la enorme mancha de sangre del suelo. Cuando todo vuelve a la normalidad llega Jorandash, y se alegra de que sigais en el mismo sitio. -"Ya está todo arreglado, podemos seguir hasta la capital" -Dice.
Los dias restantes de camino transcurren de forma tranquila, con buena tempreatura y sin incidentes. Jorandash no deja de revisar su informe en busca de cualquier brecha que pudiera ser malinterpretada o aprovechada en vuestra contra hasta que llegais a ver la fortaleza de Jhor, capital de Carmania. Atravesais el pueblo y llegais frente a las enormes puertas de la fortaleza donde estuvisteis encarcelados y donde , de nuevo, los guardias os despojan de vuestras armas y os escoltan hasta el interior donde el Conde Haralaxur os recibe, esta vez vestido, junto a sus dos consejeros, uno d elos cuales no puede ocultar su rábia cuando ve a Jorandash entrar de una pieza. Jorandash hinca una rodilla en el suelo a modo de saludo y respeto y habla.
-Señor... Hemos cumplido la misión de vigilancia como usted ordenó y además hemos lioberado a las tierras del norte de una amenaza mayor, como bien podrá ver en el informe de campaña. Hemos sufrido cuatro bajas y los dos prisioneros supervivientes han solicitado unirse al ejército lunar para seguir sirviendo al imperio.
El conde ojea el informe y su consejero, el más enfadado exclama:
-¿Servir al imperio unos criminales acusados de traición? ¡Eso jamás sucederá! ¡Guardias! Llevadles a sus celdas para que aguarden su segundo juicio.
Los guardias se dirigen hacia vosotros dispuestos a encerraros de nuevo en las fríasa celdas de la fortaleza cuando una voz les da el alto. En la puerta veis a un hombre alto, delgado y vestido con las ropas típicas de un magistrado lunar, túnica con el símbolo de la luna roja y un puñado de pergaminos bajo el brazo.
-Soy Etelion, magistrado al servicio del Emperador Argenteus y siervo de la Luna Roja. He sido informado de las acciones llevadas a cabo por Jorandash Cabezadeleón y los hombres a su servicio y exijo que estos sean destinados como voluntarios al ejército lunar tal y como han demandado.
Se hace el silencio en la sala y Jorandash os mira y sonrie. El consejero enrojece y parece dispuesto a decir algo pero su señor le interrumpe con un gesto. -Que así sea entonces. Devolvedles sus cosas y que partan de inmediato.
Los guardias os acompañan hasta el patio del castillo, os arman de nuevo y os preparais para partir con el tal Etelion cuando Jorandash sale en vuestra busca.
-Finalmente todo ha salido según lo previsto. Supuse que los consejeros del Conde no darían su brazo a torcer y por eso hablé con Etelion, un viejo amigo del imperio para que intercediera en su decisión. No puedo hacer más por vosotros que desearos suerte; Éste no va a ser un camino fácil pero creo que habeis hecho lo correcto. Me habeis enseñado mucho y por ello espero que logreis vuestros objetivos.
Os dejo por si quereis despediros de Jorandash y luego seguimos.
Recojo mis objetos, y aprieto el bastón con la mano hasta que las venas comienzan a notarse, y se vuelve un poco pálida.
-Gracias Jorandash -le digo mientras me giro hacia la puerta- Si necesitas algo, házmelo saber...
Antes de atravesar la puerta, me giro y miro hacia una balconera donde está asomado el consejero del conde, y levanto una mano haciendo un gesto un tanto obsceno con el dedo corazón mientras esbozo una sonrisa. Luego vuelvo a encapucharme, y espero a Loranda en la frontera de la puerta con nuestra "libertad"
Escucho las palabras de Jorandash y me paro un momento.
-Has cumplido tu palabra y eso te honra, ahora es cosa nuestra seguir adelante. Que tengas suerte tu tambien.
Cuando veo el gesto que dedica Kilder a los consejeros sonrio levemente. Yo tambien quiero despedirme de ellos y olvidando mi educacion, clavo la mirada en el consejero que pretendia encarcerlarnos de nuevo y escupo en el suelo. Luego miro al frente y empiezo a caminar con la cabeza bien alta.
Una vez fuera de las murallas os espera una carreta cubierta tirada por dos caballos que no tienen nada que ver con los carros-jaula que os trajeron aquí, casi un año atrás. El interior es cómodo y en él os sentais, con el magistrado lunar frente a vosotros.
-Nos dirigimos a una guarnición lunar en Oronin, muy cerca de aquí. Allí entrenana a los nuevos reclutas hasta que son destinados a cualquiera de las zonas controladas por el Imperio. Los esclavos y criminales son enviados generalmente a Sartar, más allá del Paso del Dragón para que rediman sus faltas luchando contra los bárbaros, o más lejos, a Pavis o las Tierras Fronterizas que delimitan la civilización con el inmenso desierto de Pent. Pero vosortros, como voluntarios que sois, podreis elegir vuestro destino y destacamento, siempre que no causeis problemas y sepais acatar órdenes. Para ello debemos rellenar estos formularios.
El magistrado coloca frente a vosotors los documentos que debeis rellenar con los siguientes datos:
Nombre:
Edad:
Lugar de Nacimiento:
Posibles destinos: Oronin, Doblian, Karasal, Primer Bendito, Kostaddi, Darjin
Destacamento: Caballería, Infantería, Apoyo mágico, Infiltración, Apoyo sanitario.
POdeis preguntarle al magistrado (o a mi) cualquier duda o superar una tirada de Conocimiento del Mundo para averiguar algún dato que os pùeda interesar.
Sentada en el interior del carro me siento libre por primera vez desde hace mucho tiempo. Cojo uno de los formularios que nos ofrece el magistrado y lo miro con atencion.
-Que te parece, Kilder? Podemos elegir el lugar donde serviremos al imperio. He pasado demasiado tiempo entre nieve y hielo, si tengo que elegir me gustaria un lugar en el sur, Kostaddi o Darjin por ejemplo- interrogo a Kilder con la mirada- Y bien? Donde prefieres? Esta vez sere yo quien te siga, donde tu decidas iremos- mientras mi compañero se lo piensa anoto mi nombre, mi edad y mi lugar de nacimiento en el documento, luego sonrio levemente sin decir nada y selecciono infiltracion donde pone destacamento. Con el papel aun en la mano me dirijo al magistrado.
-Si pasados los dos años de entrenamiento decidiera estudiar en Glamur donde tendria que ir? Quiero decir ¿quien se encarga de la universidad de esa ciudad?- dejo la pregunta en el aire sin entrar en detalles de momento y espero que el magistrado me responda.
Sin dar mucha importancia, mojo la pluma en la tinta para ir rellenando el formulario. Con mucho cuidado comienzo a escribir mi nombre, y un bache hace que un palito de la "K" quede un poco exagerado.
Van a pensar que soy un paleto...
Escucho a Loranda, y con un movimiento distraído de mi mano, le digo:
-Da igual el sitio -consulto un mapa- espera... Kostaddi, tiene un gran lago al lado, puede ser muy relajante si nos dan un permiso. Tomemos esto como unas vacaciones, después de todo lo que hemos pasado...
Sigo escribiendo mientras levanto una ceja:
¿Apoyo sanitario?, puaj.
Finalmente, escribo lo mejor que puedo:
Apoyo mágico, a ver que se puede quemar. Debería retomar mi costumbre de tallar animales...
El Magistrado sacude la cabeza.
-¿Clima templado? ¿Vacaciones? No tengo muy claro si sabeis donde vais. Servireis en el ejército a tiempo completo durante, al menos, dos años y creo que es importante que sepais donde vais a pasar ese tiempo. Os haré un pequeño resumen. Kostaddi, al igual que Darjin, en el Sur, forman parte de Dara Happa, una tierra de orgullosos adoradores de Yelm, el Dios Sol; Pero a pesar de eso, pueden encontrarse distintos cultos y costumbres en sus pueblos. Darjin es cáalida y húmeda, con grandes pantanos y gentes reservadas y a veces, maleducadas. En Kostaddi, en cambio, existe el culto al cruel dios Shargash, en una ciudad que, aunque aliada del imperio, nadie se atreve a entrar debido a las actividades diabólicas que existen. Y lo que parece un lago, es la Meseta Hambrienta, Kilder, y estoy seguro de que no debe ser agradable pasearse entre los nómadas que en ella habitan. Respecto a tu pregunta, Loranda, Primer Bendito es la cuna de la cultura en el Imperio; Allí nació la Diosa Roja y es lugar de peregrinacion y estudio. Por otro lado, Doblian, Oronin y Karasal son los lugares donde os sentireis más cómodos, ya que sus culturas, aunque variadas, se asemejan más a la carmaniana. También teneis la opción d edejar ese campo en blanco y que se os asigne allí donde hagais más falta. Es un poco aleatorio pero vuestros servicios serán más valorados.* ¿Que me decís?
* Durante vuestra instrucción ireis cumpliendo servicios y pequeñas misiones, lo que os hará ascender (o descender) según vuestro éxito en las filas del ejército. De ello dependerá el tiempo de vuestra instrucción y el tipo de tareas a realizar.
Levanto la pluma un momento, miro al magistrado, y le digo:
-mmm, si nos va a salir mas a cuenta, yo pondría el campo de lugar en blanco, así no nos aburriremos siempre en el mismo sitio...
-De acuerdo, dejaremos el lugar en blanco- acabo de rellenar mi ficha y la entrego al magistrado.
-Muy bien, si esa es vuestra elección...
El magistrado guarda cuidadosamente los documentos en un rollo de madera, los entrega al conductor de la carreta y se baja.
-Que tengais suerte en vuestro destino... sea cual sea.
Fin capitular.