Partida Rol por web

Cuando te acercas al coche, un hombre de lo más peculiar parece fruncir el ceño hacia ti.

Viste una chaqueta de franela y su bigote está acuradamente recortado, pero la característica más remarcable de su aspecto es el parche que le cruza la frente tapándole el ojo derecho. Por alguna extraña razón, aquel tipo no desentonaba sobre el tapizado de cuero marrón de los asientos del lujoso aparato.

El hombre pone cara de extrañeza y luego hace girar la manivela que hace bajar la ventanilla medio palmo, lo suficiente para escuchar lo que dices.

- Esta cayendo una buena... va usted a coger una galipandria si no se pone a cubierto

Te dice el hombre con la mirada fija en ti, analizándote con desconfianza a la vez que dirige esporádicamente la vista hacia el retrovisor del automóvil. Por suerte te estabas concentrando en la respiración, y el vaho que salía de tu boca era el camuflaje perfecto.

- ¿Tan urgente es su llamada?

Su tono era estricto y seco. Podías imaginar que no le hacía ninguna gracia tu intromisión en medio de la noche. 

De entre la maleza se divisa un camino cerrado por una verja de jardín, al mismo lado en el que el coche esta aparcado. Todo lo que sabes es que se trata de uno de los senderos para pasear del parque y que lleva hasta una pequeña fuente.

Es de allí, donde corriendo y con prisas aparecen dos figuras empapadas y enfangadas. Son dos hombres, uno joven y con el pelo largo y otro más pequeño de mediana-avanzada edad.

Cuando te ven en la distancia se frenan en seco, sorprendidos.

- Mierda. De entre toda la gente posible tiene que ser UN solo hombre con UN sólo ojo. Esto es malo.

- Sí, lo sé, lo sé. Pensaba que escamparía, pero realmente no parece que vaya a parar al menos hasta mañana. - dirijo la mirada fuera del coche, como hablándome a mi mismo - Y he cancelado el plan con Judith por esto...

Levanto la mano quitándole importancia a lo que digo mientras continúo - Oh, no, realmente no. Es que verá, esta noche había quedado para cenar y dormir en casa de mi novia, pero justo esta tarde me ha llegado el nuevo objetivo que había pedido. - señalo la bolsa de la cámara - Y pensaba que el cielo se despejaría y podría tomar algunas fotos, pero a la vista está que me he equivocado. Creo que si la llamo ahora podré pillarla despierta, y así al menos esta noche no dormiré solo. - digo con una sonrisa.

Estoy en medio de la charla, cuando aparecen junto a nosotros otras dos personas, tan empapadas como yo.

- 3 personas ajenas al campo, al lado del campo. Muy mal número, fatal número. Menos mal que estoy yo aquí para completarlo.

de repente el joven del pelo largo y enmarañado saca una pistola y te apunta con ella en una inquisitiva mirada mientras un rayo cruza el cielo y os ilumina a ambos.