Es una mañana soleada en la ciudad de Uruk. La fuerte luz de Shamash, el sol, ya empieza a hacer sentir su calor, y os refugiáis lo mejor posible de sus rayos a la sombra de unos toldos dispuestos en la plaza del mercado. Afortunadamente el enorme Ziggurat de la ciudad queda hacia el este, y ayuda a cobijaros.
Estáis todos juntos, habiendo sido convocados por Ekurzakir, el eunuco. Parece que tiene una misión para vosotros. Algunos, como la hermosa Ushkanni, ya sabéis en qué consiste exactamente, mientras que otros sólo sabéis que tenéis un favor que devolver o una buena recompensa que obtener.
Ekurzakir se encuentra ocupado, supervisando cómo se cargan los camellos que os acompañarán durante el viaje: 7 en total. Uno para cada uno de vosotros, otro para las provisiones, y uno adicional para, imagináis, traer de vuelto aquello que vais a buscar. Observáis como el eunuco se preocupa especialmente por un pesado fardo, que sin duda contendrá algo de mucho valor.
Comienza la escena. Podéis presentaros, describiros, hablar entre vosotros todo lo que queráis o hacer cualquier otra cosa.
Cuando Ekurzakir, que es el líder de la expedición me lo indique, partiréis hacia el desierto.
El fardo del que hablo en la descripción contiene los tesoros reales que has tomado prestados. No debes perderlos de vista.
No sabes cuánto puede durar el viaje, ya que no tienes mucha experiencia en estos temas. Imaginas que Mahir, el Uridimmu, sabrá algo, puesto que será el guía.
Saludos dijo Mahir, el nómada Uridimmu acercandose hacia los camellos y a Ekurzakir. No dijo nada más y se dedicó a observar los animales y los fardos que éstos cargaban. Le llamó especial atención el que estaba atando Ekurzakir en ese instante. Parecía muy pesado. Demasiada carga para el camello. Si no fuera algo importante no harían que el animal lo llevara. Pensó en que tarde o temprano averiguaría de que demonios se trataba. La curiosidad no era lo suficientemente grande como para parecer un fisgon ante los ojos de quien le habia contratado.
De hecho, ahora que te acercas a los camellos, te das cuenta de que el animal que llevará las provisiones es bastante viejo. Lo va a pasar mal en este viaje...
- Ekurzakir, ¿son estas buenas gentes quienes nos acompañaran? Me alegro de conoceros, se presenta con sus mejores maneras a la comitiva, sin dejar que su increíble sonrisa abandone su rostro, Me llamo Ushkanni.
Mi nombre es Mahir se inclinó ante Ushkanni intuyendo en su aspecto que debería ser una concubina. Aunque no le agradaba la idea de viajar por el desierto con un viajero de esa índole no formulo gesto alguno. La paga era bastante buena y necesitaba el dinero.
El enorme hombretón de piel como el carbón llegó con cara de haber abandonado hacía poco la última taberna abierta y portando un petate formado por una manta atada con cuerdas sobre un escudo, donde llevaba sus enseres y armas, asomaba notablemente un arco.
En la otra mano llevaba una lanza, sobre la que se apoyaba, y la armadura de cuero que le cubría mostraba las marcas del tiempo y el uso.
¿Aún no ha llegado Zobaru? pregunto mirando en derredor. ¿Con quién se habrá entrenido esta vez...? murmuró mientras le buscaba y levantaba la mano para saludar a Ekurzakir.
Zobaru apareció por una puerta de madera abyacente a la posición de sus compañeros. Salía con una sonrisa de oreja a oreja mientras se introducía la camisa dentro de los pantalones y sujetaba estos con una vieja correa desgastada por el paso de los años. Al ver a sus compañeros, y sobre todo, al que llamaba hermano se sonrojó un poco, pero tampoco mucho.
Miró fijamente a su hermano a los ojos a ver si había restos de lo que hizo anoche en sus ojos. Al no encontrar restos de bebida agachó la cabeza en gesto de disculpa y murmuró una disculpa.
- ¿Y bien? ¿Donde está nuestro benefactor?
Ekurzakir se giró al oírlos. La verdad, estaba con la cabeza en mil sitios y ni se había inmutado de que el grupo al completo había llegados.
Les dedicó una sonrisa que ninguno de ellos supo identificar si era sincera o si, en cambio, no era más que una pose amable como las que un eunuco estaba acostumbrado a mantener.
- Creo que la mayoría ya me conocéis; soy Ekurzakir, un mero servidor de mi Ensi. Mahir será nuestro guía, ya que conoce bien cómo debemos movernos. Pero bueno, basta de charlas, ya tendremos más tiempo durante el viaje. En marcha
Se montó en su camello y se situó junto al que portaba aquel gran fardo.
Perdonadme la tardanza :S Me habéis pillado con unos días de mucho trabajo. Pero ya estoy por aquí :)
¿Se me olvida algo? Que como ya puse lo de "en marcha"...
Ante las palabras del eunuco, Zobaru respondió
- Joder, que piernas tiene Ushkanni
- Uhm, ah si, claro, pongamonos en camino cuanto antes. Vamos Kush,- le tiende un odre de agua, mientras se dirige directo a Ushkanni.- ¿Quiere que le ayude a montar bella dama?
No, no se te olvida nada. ;)
Dejo un par de mensajes antes de empezar el viaje, que parece Zobaru quiere flirtear con la concubina.
Parada junto al enorme semental de Dromedario la pequeña Ushkanni mira furiosa al enorme Eunuco, Vale que no este capacitado, pero esto es demasiado, y ese zorro del desierto solo quiere poder catar lo que está reservado al Ensi, Ekuzahir, ¿serías tan amable? es demasiado alto y no estoy habituada. Le pide ayuda mientras intenta no rozarse con el ansioso y calenturiento cuerpo del mercenario y dirigiendoles a ambos sendas miradas de reproche.
El mercenario parece dolido a juzgar por la expresión de su rostro.
- Sólo pretendía ser amable.
Se sitúa junto a su hermano de armas y observa el espectáculo de como una mujer se intenta subir a una bestia de carga.
- ¿No le va a mandar a la bestia que doble las patas?
Kushar le dio una palmada a Zobaru que, pese a ser cariñosa, resonó por encima de los gruñidos de los animales.
Tranquilo, hermano, ya sabes que algunas se te resisten y aguantan hasta el segundo día. bromeó con el arquero mientras una enorme sonrisa dejaba toda su dentadura al descubierto.
Acto seguido, su enorme manaza agarró el pomo que sobresalía de la silla sobre el camillo y, de un poderoso salto, subió al animal, colocándose junto al eunuco.
¿Esperamos problemas en el camino, Ekurzakir? preguntó.
Tú, como guía, sabes que el tiempo del viaje puede variar mucho en función de si se toman los descansos adecuados o se fuerza la marcha. El poblado al que os dirigís, Dir Al Qasy, está a 5 días de viaje a un ritmo normal, pero podríais llegar en tan sólo 3 si forzáis la marcha. Eso sí, llegaréis agotados.
Puedes preguntar al eunuco, Ekurzakir, qué prefiere, o aprovecharte de su ignorancia y elegir la opción que más te guste, probablemente la de 5 días. Al fin y al cabo cobrarás más al estar más tiempo trabajando. Por otra parte, es posible que el eunuco lleve prisa y puedas aprovecharlo, o quizá te creas las habladurías que se dicen sobre la planicie de Izdrel, que tendréis que atravesar.
Actúa como prefieras.
Si no vas a consultarlo con nadie simplemente dime si queréis apurar el paso o ir con calma.
Los llevaré en cinco días pero antes quisiera hacerte alguna pregunta. Mahir aparte de guia y explorador es asesino ¿no? Su objetivo a largo plazo es convertirse en asesino del rey brujo Enshakushanna... ¿Como lograria ese objetivo? Me refiero a que nos e nada de ese gremio (o lo que sea de asesinos).
Es un objetivo que no podrás cumplir en esta aventura, está pensado para algo que conseguirás cuando acabe la campaña, por eso es a largo plazo. Normalmente lo que haría tu personaje es ir ganando contactos, influencia, recursos y habilidades aventura tras aventura, hasta estar en posición de cumplir su objetivo.
Los objetivos a corto plazo son para cumplir en unas pocas sesiones. Los objetivos a largo plazo tras muchísimas sesiones de juego, una campaña entera.
- La verdad, eso es algo que ahora mismo no podría deciros. Aun así, debéis estar atentos. Nuestra misión es compleja, os lo aseguro; y todos sabemos que los peligros abundan ahí fuera. Pero bueno, para eso estáis vosotros aquí.- Dijo sin girar la cabeza hacia el resto.
Basta ya de perder el tiempo. Si alguien tiene miedo, ya sabe lo que debe hacer; aunque será castigado por cobarde. Al resto, que espero que seáis todos; ¡En marcha! Por cierto, no quiero discusiones, momentos románticos o demás tonterías, y esto va por todos. Estáis aquí por lo que estáis. Que no se os olvide.
Ekuzakir comenzó a moverse.
Tras la tajante orden de Ekurzakir os ponéis en marcha.
Continuamos en la escena siguiente.