Partida Rol por web

El Hermano Bill se gira hacia el muchacho y la chica y les da unas palmaditas en sus manos manchadas de sangre, claramente proveniente del banquete necrófilo sobre la mesa.

Tranquilos, hermanos, ya sabéis que falta poco para que Jesús venga a sacarnos de aquí. - repite en su voz calmada, llena de aparente fe.

Te acompaño. - dice Setchel a Cormac, quedándose de pie junto a éste, mirando fijamente con los ojos excesivamente abierto y moviendo un pie primero y luego el otro, balanceándose ligeramente en el sitio.

La sensación de calor empieza a ser molesta, siete personas mezcladas con el holor de un cadaver abierto y medio devorado hace que la caravana comience a asemejarse a una olla a presión.

- Joder hermano.- tragó saliba. Su mano fue a buscar el paquete de ciagrros. No debía recordar bien donde estaba porque tanteo erroneamente un par de bolsillos antes de dar con el refugio de la nicotina. Apareció en escena un Camel arrugado. Cormac metió sus dedos allí y sacó un cigarro. Lo puso en su boca. Durante todo ese proceso estuvo pensando solo en una cosa. En como salir de allí. En los pastos de los ojos de Bill y sus secuaces, Cormac había divisado un hilo de humo negro. Algo ardía allí. A lo lejos. Un conato de fuego esquizoide que no tardaría en propagarse por el resto de su cuerpo y acabar con un frenesí mortal y mucha sangre.

- Llevamos buscando la señal de Jesuscristo desde hace meses y por fin os hemos encontrado.- fue el resultado de su cábala. No era gran cosa. Seguir la corriente. Nada más. Quizás asi ganaría algo de tiempo.

- ¿Me das fuego?.- miró el fondo de los ojos de aquel tipo deseando que algun viento frio hubiera extinguido su desconfianza.

La situación era algo complicada: si se quedaba allí dentro, probablemente iba a terminar echando la pota delante de todo el mundo, y si dejaba sólo a ese gilipollas de Cormac probablemente el anormal de mirada perdida lo iba a acuchillar como si no hubiera mañana. 

- Pues yo también me apunto... eh... hermanos - dijo, sin saber bien qué jerga utilizar para encajar con aquella panda de anormales - ¿Te vienes, Tábata?

Su petición era más una manera sutil de decir "permanezcamos juntos y que sea lo que Dios quiera".

El olor del cigarrillo encendido de Cormac fuera me llego nitidamente y activo mis sensores de la nicotina quizas en un segundo plano hasta ahora, todo el vicio que tenia a diario y lo poco que lo habia recordado durante toda esta pesadilla.

-Sisisisi-

Contesté rapido saltando de la caravana de la muerte y empujando la espalda de Alex al exterior.

Rebusqué en mi bolso sacando mi paquete de lucky y mire a los que ya estaban ahi, parecia que quisiesen tener una conversación privada y lo mismo era mejor no interrumpir.... pero la verdad es que, si ,eran mis compañeros, lo unico que aun permanecía alli del lugar del que era mi mundo real, y si, alex era un chulo pero no me producía la misma sensacion espeluznante que Cormac.

De Cormac y sus emociones o sentimientos no me fiaba y esperaba que no le terminaran convenciendo los locos que habia matado a un tio para jesus ahi dentro. Sospechaba que Cormac tenia una vena ciertamente psicopata.

Asi que me acerque a ellos y me mantuve relativamente cerca, si querian hablar yo los oiria y por supuesto intervendria sino me gustaba lo que decidian.

Satchel le tiende un mechero con la mano temblorosa a Corcac y, casi sin esperar a que éste lo recoja, lo suelta y se dirige de nuevo hacia la caravana, mirando de reojo a Alex y Tábata.

El golpe de la puerta al cerrarse suena al de un ataud gigante recibiendo su último clavo.

Dentro se escuchan pisadas rápidas, claramente alguien esta nervioso o con demasiado prisa por hacer algo.

...traidores... - las palabras os llegan entrecortadas pero una primera voz, ligeramente amortiguada por la chapa de la caravana.

En el interior de la caravana casi os habíais olvidado mezcolanza de coches de policía, sedanes negros sin distintivos y varias furgonetas de informativos de televisión pero al salir al exterior, su murmullo os lo recuerda y no os permite escuchar del todo.

...Jesus... escucháis ...Asinalumba... Hermanos...

...traidores... - dice la primera voz, tras lo que se escucha otro golpe fuerte, como algo que se ha cerrado de golpe.

Los pasos vuelven a moverse y se acercan a la puerta.

...matarles...

- ¿Te importa si hablo con mis amigos un segundo? Es cosa de nada... - dijo al tipo grandote mientras cogía a Cormac y a Tábata del brazo y tiraba de ellos hacia un lado. No podía perder tiempo, tenía que aclarar las cosas con ellos a toda velocidad. - No sé si habéis oído lo mismo que yo - dijo, en tono imperioso, bajando la voz lo más que podía para evitar que aquel primo de Norman Bates les oyera - Pero esa peña nos va a comer vivos... ¡tenemos que largarnos de aquí! ¡Tenemos que ir con la policía!

-Joder...- Me grito mi coherencia muy olvidada en los ultimos tiempos.

¿A que coño habia querido acompañarle si ahora se iba de esa manera tan misteriosa y absurda?. Una maniobra gilipollas, para una escena gilipollas, protagonizada por gilipollas.

-No, Connors, ahora no nos vamos..- Asevere con una seguridad que habia perdido como la cordura- Ese capullo de jesus o lo que sea, por alguna razon queria hablar contigo, Cormac, no se de que pero ha sido salir nosotros e irse rápidamente- Tire el cigarro al arido lugar lleno de coches y de gente pero que ya no me parecian ni atrezzo- Entra ahí y habla con él lo que sea que quiera...y escucha guapo- levante la barbilla a lo negra del bronx- Si te unes a su locura o nos vendes a sus sacrificios sacare fuerza de donde sea y te cortare los huevos..-

-Y si, connors he oido lo que están diciendo ahi dentro pero despues de lo que ya he vivido no me parece para tanto. Entra-

Le señale la puerta de la caravana al tio que una vez fue mi inocente companero de curso en el puto instituto

No. No. negó con la cabeza. No voy a entrar ahí ni loco. Yo me piro de aquí ahora mismo. Vosotros podeis hacer lo que querais. tiró el cigarro al suelo y comenzó a andar al paso más ligero que le proporcionaban sus zancadas sin caer en la carrera. Cormac zigzageó entre las caravanas del descampado buscando algun lugar donde meterse. Una puerta abierta. Un coche abierto. Lo que sea. Cualquier cosa con tal de poner tierra de por medio con aquellos flipaos.

La puerta de la caravana se abre y podéis ver a Satchel con el rostro en un rictus de locura y un revolver en su mano.

Detrás suyo, como si nada tuviese que ver con lo que le rodea, veis el rostro calmado del profeta, del lider de este grupo, de ese hombre que parecéis encontrar allí donde vais.

Justo cuando empezáis a correr...

Algo cae a escasos metros vuestros.

Todo el campo de caravanas empieza a llenarse de humo según escucháis las explosiones de lo que deben ser más granas de humo.

Algunas, por lo que escucháis, rompen ventanas en su trayectoria y el humo comienza en el interior de las caravanas.

Pocos segundos después, en un coordinado movimiento, el portón de entrada, junto al cadaver que vistéis nada más llegar, salta por los aires, dejando ver el morro de un furgón de los SWAT.

El letrero colgante vuela por los aires, cayendo a media distancia vuestra; curiosamente, podéis leer todos el cartel.

Las puertas del furgón se abren.

-ja!- Me giro a mirar a Alex mientras abro los ojos en plan- ¿ Pero te lo puedes creer el tio loco este?- Refiriendome a Cormac y su espantada.Primero habia querido venir y hablar con ellos para encontrar la verdad y ahora salía despavorido.

Sin embargo no da tiempo a mucho mas ,sale el otro loco de la caravana con una pistola apuntandonos

-Mierda..-

Levanto las manos y sin dejar de caminar hacia atrás voy acelerando mis pasos cada vez mas.Me pregunto en que acabara todo cuando eche a correr.. En esta dimensión ¿Podra matarme?

-Corre alex!- digo al tiempo que le doy la espalda al loco y corro en dirrecion hacia donde lo hace Brolin. Hasta que algo mas nos interrumpe.

-Iiiiiiiiiiiiihhhhhhhh- Grito agudo que suelto mientras me pongo de rodillas con los brazos tapandome la cabeza. Algo ha caido cerca de nosotros y suelta un humo espeso e inquietante, se oyen ruidos de cristales rotos y confusion no lejos de mi pero no yo puedo ver nada

-ALEX, CORMAC ¿ DONDE ESTAiS?!!- Pese a todo no queria perderlos tambien a ellos

Un golpe nuevo me levanta la cabeza " PARAISO"

Pero ¿Que coño era esto?

La mano fue corriendo a tapar las aberturas pero era tarde. El humo invasor había entrado por los conductos del aire de sus fosas nasales. Estaba dentro. Quemándolo todo a su paso. El rastro del  humo pegadizo  llego hasta los ojos de Cormac y las lágrimas saltaron al vació huyendo de allí. Hincó las rodillas en la grava de aquel aparcamiento cubierto por una nube de gas lacrimógeno policial. Se arrastró como pudo entre el polvo amarillo hasta meterse debajo de una de las caravanas. Algo cayó del cielo justo delante suya. Era un cartel: “Paradise” Antes de que su cabeza pudiera atar con la ironía aquello, un furgón de los SWATS derrapó y sus puertas se abrieron.

Alex asintió para sí mientras Cormac se marchaba. Sin duda alguna, era lo más sensato, por mucho que Tábata estuviera convencida de que lo que tenían que hacer esa enfrentarse a esos tipos. Sí, era muy inteligente decir a otros que se plantaran delante de unos caníbales desquiciados y les dijeran lo que tenían que hacer. 

Sin embargo, antes de que pudiera soltarle una respuesta hiriente a la joven muchacha, un ruido de cristales llamó su atención. Casi esperaba encontrarse de nuevo en el accidente de coche dónde todos morían una y otra vez, sin embargo ésta vez fue distinto. Toda su visión se llenó de un humo asfixiante que le hizo lagrimear y toser como si fuera a salírsele el bazo por la boca. Alguien gritó su nombre, pero él estaba demasiado preocupado por salvar su propio culo.

A medio camino entre las cuatro patas y las gatas, Alex se alejó de aquel sitio, sin rumbo determinado, buscando aire puro.

Tan pronto comienza la diversión, Satchel echa a correr hacia la zona de la derecha, la más alejada del furgón.

Furgón del que empiezan a salir SWATs que se dividen en cuatro grupos de cuatro o cinco y comienza a avanzar, abriendo caravanas y esposando a las personas que salen de las mismas, tosiendo por los gases lacrimógenos.

Cormac observa desde el suelo como de una de las caravanas aún no exploradas sale una mujer con una pistola automática en dirección hacia el grupo de asalto más cercano.

Pero apenas da un par de paso cuando se escucha, amplificado por las paredes de roca, un disparo casi a la vez que la mujer cae al suelo, impactada en el pecho por una bala.

Los grupos de asalto siguen funcionando con normalidad, abriendo una caravana y esposando con bridas a los que encuentran.

En ese momento, Bill sale por la puerta de su caravana y comienza a andar hacia el furgón tranquilamente. Tábata juraría que una sonrisa surca su rostro.