Partida Rol por web

¡Por supuesto, hermano! - exclama el tipo con ese tono de voz en el que solo faltan media docena de negras diciendo Amen detrás suyo. - Por eso estáis hoy aquí, por eso los caminos de universo os han traido a nuestro pequeño campamento a esperar la llegada.

Mientras, veis como la mujer da unas palmaditas en la mano al cadaver y le dice con una voz cariñosa.

Tranquilo, no te preocupes, enseguida nos marcharemos todos con Jesús.

No sabes por qué pero un frío recorre tu espalda cuando tu mirada se cruza con la del otro hombre ocupante de la caravana.

Mientras la mujer y el muchacho están más pendientes del cadaver y el zumbado os da la bienvenida, él parece examinaros con detalle...

Al principio no se podía negar, despues de todo lo que nos habia pasado hasta esto marcaba un alivio, el de sentir que el final estaba cerca. Pero en segundos la situación se torno dramática y macabra.

Casi parecía que mis miedos habían sido superados en esta aventura porque los muertos ya no me provocaban lo mismo ,pero la manera en que se dirigían al cadáver y la frase dulce de la mujer me pusieron los pelos de punta. Aun habia mas, el otro hombre, ese que no hablaba pero nos miraba tan detenidamente.

A el no le habíamos visto antes y cuando crucé mi mirada con la suya todo mi cuerpo se puso en alerta , aun sin saber porque. Me gire hacia mis dos únicos compañeros y trate de ser lo mas suplicante posible mirando a sus ojos y tratando de que no solo me vieran a mi sino lo que de verdad estaba sintiendo.

- Escuchad, se que no nos hemos llevado muy bien, tenemos formas de ver y actuar muy diferentes y ademas me he liado con dereck- habia que ser realistas - Pero necesito que me escuchéis y esta vez me hagáis caso, tenemos que salir de aquí y ahora mismo, sino estoy segura que vamos a morir. Ese otro hombre... No se que es... Pero me provoca pánico...Vamonos, Por favor...-

Suplique con húmedad en los ojos, despues de todo lo que habíamos pasado , no quería que todo acabara de una firma tan tonta y ademas , que narices, no quería que les pasara nada a ninguno porque los tenia cariño.

Alex se había recostado contra un mueble de aquel cuchitril que en otra época tuvo que ser una suerte de cocina de madera preciosa, donde probablemente una familia americana comería tortitas con sirope de arce mientras el cabeza de familia devoraba kilómetro tras kilómetro. ¿Qué habría sido de aquella familia? El periodista estaba tan cansado que permitía que su cabeza diera vueltas a miles de millas de allí, evitando pensar en lo que tenía ante él: un grupo de tarados que iban a morir cosidos a balazos, y ellos estaban allí. Oh, sí, eso era lo mejor.

Hasta que Tábata habló, casi suplicándoles que se fueran. Incluso dijo algo sobre que se había liado con Johnson (y por un segundo, a Alex se le pasó por la cabeza decirle que era información de más. No podía imaginarse a esos dos en un combate de lenguas), pero apenas si la escuchó. Aquello era demasiado.

- Oye, colega - dijo, a sabiendas de que en su boca aquella palabra no sonaba creíble - ¿Y toda esa gente de fuera? Es que aquí estamos muy apretados, y ya sabes, el olor... el calor... ¿no pasaría nada si nos fuéramos, no?

Dime Bill, ¿Como sabes que Jesus llegará hoy mismo? supuso que se arrepentiría de abrir aquella puerta en la que habia escrito el cartel de "Cuidado con el loco" pero había algo en aquel tipo que le atraía de algun modo. Un modo inexplicable. Como los vinculos que surgen entre un gurú y su séquito de fieles seguidores.

¡Oh, hermano! - Bill levanta las manos nada más escuchar la pregunta de Cormac y las miradas de la mujer y del muchacho no se apartan ni un segundo del iluminado. - Hace un par de años tuve una iluminación, me fue mostrado cómo varios amigos míos estarían a mi alrededor en un lugar caluroso, polvoriento y ruidoso.

La mirada extasiada de su séquito demuestra que no es la primera vez que escuchan la historia pero que la creen a pies juntillas. Y una nave luminosa, procedente de Asinalumbra, entará en el recinto y Jesucristo saldría de ella y nos llevará a bordo.

Luego mira a Alex, sonriéndole de forma aparantemente sincera. Por supuesto, hermano, que podéis iros cuando queráis, nadie os obliga a estar aquí. ¿Gente?

En ese momento...

... el otro tipo en la caravana habla por fin, levantándose ligeramente de su sitio y dirigiéndose a Alex.

Seguramente incrédulos que necesitan ver para creer. Y si tienes calor, quizá podrías ayudarme a comprobar que el resto de los hermanos de la congregación están correctamente acomodados.

Da un par de pasos hacia Alex y, con una mano extendida, señala la puerta.

Todas las alarmas saltaron en la cabeza de Alex, diciéndole que aquel tipo tenía las palabras loco peligroso grabadas a fuego en la cara. Si se iba con él, probablemente no volvería con vida. Aunque quizás, después de todo lo que estaba pasando, sería lo mejor...

- Er... pfff... no tío, mejor que no - dijo, dedicando una mirada rápida a Cormac - ¿Y cuánto tendremos que esperar para que venga... la nave?

¿Que le ha pasado al ayudante? Cormac preguntó por el cadaver destripado que estaba encima de la mesa. Un detalle que por extraño que pudiera parecer estaba pasando "ligeramente" desapercibido. Cormac empezaba a sentir la presencia de una fuerza invasora. Una fuerza que le decía que tenía que largarse de allí y que la tal nave alienigena, o lo que coño fuera, era algo más jodido de lo que insinuaba aquel hippie visionario

El hombre mira por un segundo extrañado en dirección al cadaver a medio devorar, casi parece haberse olvidado de él por unos instantes.

¡Oh! ¿El hermano Southwing? - su voz casi parece alegre. - Es la única forma que teníamos de llevarle con nosotros cuando vengan las naves espaciales y así poder salvarle también.

Podéis uniros a nosotros si queréis. - mueve la mano y por un segundo pensáis que os está ofreciendo el cadaver pero sigue el movimiento y señala la cesta de hongos.

Veis como el que parece el más activo de los otros tres integrantes de esta Caravana de lo Surrealista, empieza a ponerse nervioso.

Os mira, mira a la puerta, sus piernas empiezan a tamboroliear rápidamente.

¿De dónde habéis venido? - os pregunta - ¿Habéis llegado hace mucho?

Alex se pasó la mano por la cara, retirándose una película de sudor que le manchaba el cuello de la camisa y le molestaba sobremanera. Aquel cóctel infecto de calor, olor a muerto y a suciedad le estaba poniendo el estómago del revés y sabía que tarde o temprano tendría que salir de allí, fuera como fuese. Además, el tipo con la mirada perdida y la perilla que le había propuesto salir a dar una vuelta no le quitaba ojo de encima, y eso no le gustaba. Daba igual si quería matarlo o darle por culo... ninguna de las dos cosas iban a suceder.

- ¿Si te digo que venimos de un laberinto temporal que nos hace revivir una y otra vez las mismas situaciones hasta que, probablemente acabemos muertos o tan locos como... - empezó a decir, harto de todo aquello, tras rechazar educadamente con un gesto de su mano los hongos alucinógenos que le ofrecía aquel tipo - bueno, muy locos... me creerías?

Creo que voy a fumar fuera se echó el pelo hacia atrás en un movimiento nervioso de su mano derecha. Un ligero sudor frio se precipitaba desde su frente en pequeñas gotas saladas que bajaban por la pendiente de su piel hasta descolgarse por la barbilla. La cabeza le retumbaba con tal fuerza que la presión hizo que le pitaran los oidos. Tenía que salir de allí

¿Qué? ¿Alguien me acompaña? dijo con la puerta de la acravana abierta

Mi suplica no habia sido atendida y Cormac era un gilipollas.A saber que es lo que había hecho en el accidente que le ocurrió para que nadie hubiera vuelto a saber nada de él.

Pero él no era el que acaparaba mis emociones ni tampoco ,por una vez en toda mi vida, no estaba aterrada porque un cadaver a medio comer estuviera cerca de mi era algo mas, algo que me ponia los pelos de punta, un presentimiento, una sensacion fuerte.

Mis ojos se movían aterrados de cormac a alex, al loco que habla de jesus, al tio extraño que no para de mirarnos fijamente y que ahora invitaba a alex fuera.Y no podia parar de temblar

¿Quien estaba diciendo la verdad? ¿ Por que no parecía igual de convencido el otro hombre? ¿ Que hacíamos esta vez aquí? Resoplé tratando de ver si en toda esta sarta de cosas sin sentido sobre jesús podía averiguar si nos mentía, pero ni de eso tenia certeza porque quizás fuera real, al menos para él

Escuche a Cormac y a su invitacion y baje la mirada .Agarré del brazo a alex con suavidad.

-¿Nos vamos con él?-

No estaba segura si fuera íbamos a solucionar nada pero al menos podíamos poner en orden nuestras ideas y tener mas espacio para correr en caso de que el jesus de los blancos o cualquier otra cosa de esta realidad decidiera hacer su presencia.

Rebusque en mi bolso sacando mi paquete de tabaco.

Los tipos de la caravana empiezan a ponerse nerviosos y a miraros con una especie de sospecha que hasta hace un segundo no estaba ahí.

Satchel se levanta, al perecer para salir de la caravana, mientras que el Hermano Bill mira extrañado a Alex.