Con una mezcla de sorpresa y pavor observo como aquella forma negra y líquida va envolviendo mi cuerpo. Antes de que pueda decir algo, llega hasta mi rostro y quedo paralizado por las sensaciones que percibo a través de ella. Una armadura que me protege y oculta es a la vez yo mismo y ella... normal que pueda verse como que soy su posesión, al igual que yo no quiero que sufra ningún daño inmerecido.
Su forma y su fuerza se sienten como es ella: fría, rápida y letal como un relámpago. Algo que acecha desde el cielo, oculto por la oscuridad que la rodea hasta que golpea.
Paladeo su poder. Maniobro, me oculto, ataco y esquivo contra un enemigo imaginario, sintiendola a mi lado, como si me guiara en cada movimiento o golpe. En cierto sentido tenía razón.
Cuando por fin deseo dar fin a nuestro encuentro la armadura se desvanece y reforma de la misma forma que me envolvió. Volveré a ser tuyo cuando más lo necesite... ¿podrás esperarme?
Es más una pregunta retórica, no necesita respuesta. Vuelvo la espalda mientras sonríe y vuelvo a la común realidad. Más fuerte y más sabio.
Ninguna.
No siempre se usan las mismas tiradas para todo, así que peco de cauto y espero a que seas tú quien diga qué se tira y con qué dificultad.
Aquello sorprende a Satsuki enormemente no se esperaba aquello, realmente era sorprendente, se sentía extraña diferente, más capacitada para poder luchar contra sus enemigos, con posibilidades de ser útil para defenderles a todos, cuando se queda sola mira hacia delante y dice: