Partida Rol por web

Mientras el chef esperaba la actuacion de Softon, el plan de Impredecible se llevaba a cabo. Ya que uno de los peces, del grupo sentado en la mesa que repitian una y otra vez al mismo ritmo:

-!Comer, comer, comer, comer¡

Puso mala cara y paro de decir "comer", para levantarse rapidamente de la mesa e ir al cuarto de baño al grito de:

-!Me meo, me meo, me meo, me meo¡

Atravesando la puerta de inmediato y aliviandose en uno de los urinales en cuanto pudo, aliviado hasta que se dio de la otra presencia en aquel cuarto. Un hombre rubio que jugaba con un cuchillo en su mano y una sed de sangre reflejados en el brillo de su mirada.

-Mero a la...- Y de repente, de su otra mano, se pudo que sujetaba con fuerza un bote de...- !Sal¡.- Un trueno ilumino aquel cuartucho y la sonrisa de un hombre que no conocia limites a su gusto gastronomico.

Minutos despues, solo se oian puros gritos de horror y dolor a traves de la puerta que ocultaba aquel cuarto de baño y los horrores que se mostraban.

Softón se queda pálido. Y eso es realmente complicado cuando se es un tipo tan molón y enrollado como él. ¿Cocinar? ¿Él? ¿Qué poseía el poder de los antiguos y poderosos dioses de la sacroancestral Babilonia y la sabiduría de los monjes ascetas guerreros de los templos secretos de las planicies del desierto meridional?

...

A Softón nunca le había enseñado a cocinar.

Mira al kappa que va a ser su cliente. Mira los ingredientes y utensilios para cocina que tiene delante y niega con la cabeza, hundiéndola entre los hombros.
Se quita el delantal y abandona el local con paso lento y abatido, dirigiéndose hacia la playa.

Pero Softón aún estaba vencido. Tenía una idea.

Uarhái Hia! Uno menos! Piensa para sí el cocinero con una siniestra sonrisa. Ahora sólo tengo que preparar mi mejor plato y ya está. Se va a enterar esta gente, cocinando en platos tropicales no me gana nadie.

Se pone a cocinar sus cosas y al parecer termina haciendo un buen surtido de platos tropicales que acaba sirviéndoselos a ese otro cheff idéntico de la mesa que tiene un cartel que pone ``hermano del cheff´´. El hermano prueba un bocado de los platos del cheff y grita.
Uatohá!!! Está bueníiiiisimooooooo!!! - Con celebración y confeti a su alrededor.

Jejeje, bien hecho hermano. A ver cómo sirven estos pobres tontos sus platos.
Y con estos pensamientos confiados y maléficos, espera a ver qué habéis preparado y cómo lo servís a vuestros respectivos comensales.

Softón regresa tras unos poquísimos minutos vestido de traje de chaqueta, servilleta en el brazo, con un cubo lleno de pepinos sin pelar y un baso de agua. Vuelca el cubo de pepinos sobre una bandeja cualquiera, le añade una sombrillita tropical y unas bengalas de colores que enciende antes de llevarse el conjunto a la mesa del kappa.
Deja la bandeja de pepinos y el baso de agua y hace una profunda reverencia antes de retirarse a la espera del veredicto.

Impredecible sale del cuarto de baño, con cuchillo en el cinturon, pañuelo y bandeja cubierta en el brazo. Acercandose diligentemente a la mesa de los clientes nauticos y elegantemente colocando la bandeja en el centro, para luego abrirla con felina destreza y mostrar el plato principal entre los vapores acumulados de la bandeja.

-Doy colesterol, doy colesterol.

El pez desaparecido se hallaba tumbado sobre la mesa, cubierto de sal, con las escamas rapadas y escaldado vivo junto a unas patatas horneadas. El pobre parecia un pie de la fosa marina y sus ojos deshidratados miran penosos a sus compañeros.

-No me coman, doy colesterol, lo juro por Naomi Hunter, Urgh...

Mientras el pescado se desmayaba del esfuerzo fisico, Impredecible lamia el cuchillo perversamente mientras miraba con una sed de hueva insaciable a los demas peces.

-¿Quieren los señores que haga otro plato, o estan MUY satisfechos con el servicio?

Bobobo, aún vestido como antes, acerca en un carrito (aunque parezca increíble que 'eso' pueda circular por la playa)b el menú antes descrito a la mesa donde los tipos trajeados esperan con impaciencia que empieze la comida.

Tras unos minutos, en los que se dedica a repartir equitativamente los platos por cada uno de los comensales sentados en la mesa que le ha tocado, alza los brazos relajadamente y enuncia con voz alegre
¡La comida está lista! Que les aproveche a los señores... tras lo cual se retira.

Aunque parezca mentira, los tipos serios y trajeados empiezan a comer y, por lo que se ve, la comida está bien preparada pero, cuando llegan al postre, uno de ellos comenta indeciso Creo, caballeros, que estos pasteles emiten un ruido extraño.. Otro de ellos niega con rotundidad, para tranquilizar a los demás ¡Que va! Seguro que es el ruido de los que hoy hay en la playa, que son molestos... Los demás ríen despejadas las dudas mientras el segundo en hablar se excusa por que es diabético y debe ir al baño.

Con el tipo de antes 'fuera de escena' (o de mesa) los otros se disponen a comerse el postre cuando Bobobo, metido en una trinchera hecha en mitad de la playa y vestido como un comando, activa un control remoto y grita ¡¡Dios mío!! ¡¡Esto en un infierno!! ¡¡Coméos esto, malditos charlies!! teniendo como consecuencia que los pastelitos brillen inténsamente durante medio segundo y que la mesa de los ejecutivos se convierta un cráter en mitad de la playa tras explotar violéntamente.

Tras salir de la trinchera el héroe del afro perenne, el tipo del baño se acerca a Bobobo y le dice tranquila mirando el agujero en el suelo Bueno, hice mi parte, tal como me pediste, ¿donde está lo que acordamos? Bobobo sonríe de manera maligna y le entrega un sobre cerrado donde se lee 'CD: Desafío Salvaje, Edición Coleccionista'. Cuando se va, mirando al cheff, digo con voz seria ¿Que quieres que te cuente? ¡Todo vale en la guerra y la cocina! ¡Era mi menú explosivo! ¡Ideal para un día en la playa!

Respuesta del Kappa: ¡¡¡Oooooh, dios mío...!!! ¡Era mi plato preferido de la infancia! ¿Cómo lo ha sabido? - Dice el Kappa lleno de emoción mientras saborea el plato con lágrimas en los ojos y flashbacks de su infancia comiendo pepinos con sus hermanos. - ¡Me trae taaaantos recueeerdos! - El sentimentalismo y la emoción lo llenan, llegando hasta a salpicar a los de su alrededor.

Respuesta de los peces (Ante la amenaza de Impredecible): Tienen montado un club de animación hacia el graaan cocinero que es Impredecible... Y lo hacen por voluntado propia... (xD) Con pancartas, banderitas y cintas para la frente alabando al arte culinario del rubio.
... A algunos peces, los más débiles, se les ve alguna lagrimilla de miedo en sus ojos (xD)

Respuesta de los oficinistas en bañador: Gritan al unísono cuando sus platos estallan: ¡UN SAVOR EXPLOSIVO! Por lo que da a entender su aprovación.

Ante todo eso, el Cheff y su hermano se quedan anonadados, a lo que dicen...

Horiyá!!! No puede ser...! - Exclama con los ojos abiertos. - Cómo es posible que tengan esa maestría culinaria tropical!
Haiá, Hermano...! - Lo mira sorprendido y preocupado.

Mirando a sus tres rivales con odio, al final exclama.
Bah, no consentiré Suriyá! que nos venzan unos aficionados por pura suerte! Vamos hermano! - Se ven a los dos hermanos, uno con un cuchillo de cocina y otro con un amasador de madera. - ¡Al ataqueeeeeerrrrrrahiiiiáaa!
Corren hacia vosotros ya con actitud de lucha.

Cuando el cheff y la copia que tiene por hermano se abalanzan sobre los tres héroes Bobobo, atento tras haber dinamitado la mesa que le había tocado por servir, adopta su pose característica rodeado de un halo amarillo-dorado.

Sin nadie que hubiera podido predecirlo, en la playa anochece de improviso, en cuestión de segundos. Una gigantesca marea humana rodea por ambos flancos al cheff y a su hermano, impidiendo que puedan salir del 'pasillo' que ha formado el gentío. Al final del pasillo puede verse una polvareda que se va acercando a velocidad cada vez mayor.

Cuando está casi encima de los cocineros, la procesión (que es lo que forma la nube de polvo) aumenta más si cabe la velocidad y desde las profundidades del paso se escucha la voz de Bobobo, con un tinte cavernoso ¡¡Por el poder del cabello nasal!! ¡Cumplimiento total del horario de la hermandad!

La procesión, como un puede esperarse, embiste a todo tren a los dos sorprendidos cocineros.

Ambos cocineros son embestidos sin remisión y lanzados por los aires, cayendo al final con la cabeza y luego con el cuerpo con los ojos blancos de desmayo.
Urihá...
Uha...

Ambos cheffs habían sido derrrotados. Según las reglas del enigmaático enemigo Señor X hora de pasar a la siguiente fase...

-Bien, por fin, ya era hora.-Dice Impre con un primer plano hacia el bien molon, mientras se coloca las gafas de sol.- Ahora podremos por fin montar en nuestras "burras"...

El plano se aleja mas hasta dejar ver a un Impredecible con una bici rosa muy hortera con pegatinas de don pacth pegadas por todas partes y unas bolsas de compras para otakus colgado de ambos codos de Impredecible.

-Y comprar "Don Patch 2: Supervivientes de la cancelacion del infierno."

Impredecible empieza a pedalear como loco, destrozando parte del mobiliario y de la clientela del restaurante, atravesando las puertas de este con las puertas delanteras al grito de:

-!Padrino¡

- El combate ha terminado... - Softón, muy serio y digno, se aleja en dirección contraria a Impredecible, hacia el congelador de los postres. LO abre con cuidado y busca en su interior con cuidado.
Cuando por fin termina, lleva en su mano un cono de fresa, exactamente como su cabeza, pero algo mas pequeño. Le da un tiento y entonces se dirige hacia la puerta de salida, con cara de satisfacción.
- El dulce sabor de la victoria... - Se pone el sol sobre la playa, recortando la figura del guerrero de Babilonia, que comienza a anda hacia el horizonte. - No perdamos mas tiempo... Debemos encontrar a Beauty.

Ténéis razon chicos... hay que buscar a Beauty y al tipo que nos trajo a este lugar ¡¡Roger, roger!!

La voz de Bobobo puede escucharse junto con un ruido extraño.... una especie de 'djiiiiiii' que va aumentando de volumen, como un crescendo que se eleva.

Sin que nadie pueda olérselo, a escasos centímetros de la cabeza de Impredecible pasa un F18 pilotado por el incoherente afro rubio, volando a toda pastilla en busca de ese misterioso 'Señor X' (o al menos es lo que él piensa).