Partida Rol por web

Huren se debate entre dos opciones, puede retirarse del asunto y seguir su vida, pero le molesta que insinuen que es un cobarde o un inutil... por el otro lado, tener que seguir una aventura que no pidio con unos compañeros que no desea conocer...

- Iphrus, no es molestia el ayudarlo, yo tambien estaria deseoso de recibir toda la ayuda posible para encontrar a mi hija - Dice Huren con algo de hipocresia, ya que la verdad no le importaba gran cosa la hija del emisario...

Dirgiendose al guardia que hablaba en representacion del gobernador: - Ciertamente no estoy en condiciones de entablar una batalla cuerpo a cuerpo, ni tampoco puedo compararme ante la guardia personal del gobernador en ese aspecto, pero hay cosas que los viejos y aquejadumbrados como yo podemos hacer y en la que destacamos muy por encima de los jovenes y fuertes guerreros - dice Huren maliciosamente - ... Por mi parte estare bien con una armadura ligera de buenas pieles tachonadas y un arco flexible y duradero, con sus correspondientes flechas...ah! y una buena daga por supuesto! Para el caso en que los poderosos guerreros aqui presentes necesiten de mi ayuda - Termina sarcasticamente Huren

Poco despues agrega: - El unico reparo que tengo, es que los dias que dedique a la busqueda no podre utilizarlos para mi negocio, como saben, soy mercader... - Deja Huren la frase en el aire con la esperanza de recibir respuesta

-Pues yo estuve un tiempo en el ejército... Hace ya bastante de ésto, más ahora me dedico a hacer servicios de guardaespalda, así que con una buena espada en la mano y un escudo en la otra podré ser de ayuda- Alalonna se sentía un tanto incómoda al hablar de su pasado. Había asuntos que prefería no sacar a colación.

-Por cierto Iphrus, aquí tienes tu arma. Te agradezco que me la hayas prestado en el momento de necesidad, pero no puedo conservar algo que no me perteneces. Calculo que aquí, en el depósito de armas de la guardia, hallaré un acero que me sirva.

La mujer se sirvió una copa de vino y se recostó contra la silla, aguardando que los llevaran a equiparse antes de partir.

"- ¿Un libro de conjuros? "-pensó el enano. En su vida había tocado el mundo de la magia, ni había practicado la misma. Sus conocimientos se basaban en el entorno, la historia, y cosas que en general eran bastante mundanas. Sería bastante poco común ver a un enano realizando sortilegios con la misma soltura que lo haría un gnomo por ejemplo. Gloinar se quedó en silencio ante la conversación que estaban teniendo sus dos compañeros, escuchando atentamente las capacidades de cada uno. No le hizo demasiada gracia escuchar al anciano, como decía que tal vez con un arco podría ser útil durante esta campaña. La verdad es que dudó que sus ojos fueran lo que fueron en otro tiempo, ya estaba en una edad bastante avanzada para los de su especie, y pese a que el enano era más viejo que él, pensaba que tendría incluso más capacidades físicas que Huren, del cual acababa de descubrir su nombre.

Angler asiente sin decir nada más.

Gracias Alalonna por la espada -respondió Iphrus-. Gracias por ayudarme. No sé como voy a recompensarios. Descansad.

Luego salió de la sala acompañado por uno de los guardias. El otro os acompañó a las habitaciones que el Gobernador había dispuestos mientras hablábais.