Partida Rol por web

Buenas noches, Loki. Tu nombre es ese, ¿cierto?

Se hace a un lado para dejarte pasar

Pasa, pasa. Que la noche está peligrosa, ¿no cree? Y de su boca sale una risa corta, pero incluso tétrica. 

Creo que su paquete le tengo por aquí... Sí, aquí está dice mientras se pasa tras el mostrador y mete la mano bajo una vitrina y saca un paquete que ha sido desenvuelto

Oh, sí, he abierto su paquete, igual que he puesto a dormir al dependiente de la tienda. Me interesa saber en qué está usted metido 

Deja caer el paquete en el mostrador y te dice

Estoy planeando algo grande, y quiero saber hasta qué punto alguien de su calaña puede inmiscuirse

Para ver la exposición, dice. Claro, claro dice sonriéndote con cierta malicia

La exposición no ha comenzado, acompáñeme y le enseñaré la sala. El museo de Santa Cruz es un pequeño laberinto. ¿Sabía usted que esto era un antiguo hospital? Este ganado, pensaban que lo que hacían era salvar vidas... Fue divertido ver cómo sufría cada vez que no podían salvar a alguien

Enfila un pasillo y sube unas escaleras sin decir nada. 

Al llegar a una puerta, se para y señalándola, te dice

Es aquí. Ahora me toca seguirte dice esperando que entres.

Al entrar, no hay luz alguna. Antes de que te puedas girar, sientes que te dan un empujon, que entra alguien detrás de ti y cierran la puerta. Encienden la luz y ves a Roberto sonriéndote.

Venga, Serpiente, dime a lo que has venido

Aunque toda esta nueva sitiacion descoloca a Loki sobremanera, este intenta mantener la compostura como buenamente puede. Sin dejar de mirar de un lado a otro dice:

   -Eh... si, buenas. El paquete es mío .- comenta mientras intenta coger el paquete ya abierto.

   -Parece ser que ya conoce mi nombre, pero me temo que yo no tengo el placer de conocer el suyo...Respecto a inmuscuirme, pues la verdad no creo. Más aún si no tengo idea de quien es usted ni que tiene entre manos...-Comenta mientras da un paso hacia atrás del mostrador

A pesar de lo silenciosa que está la noche, parece que te desenvuelves sin hacer ningún ruido hasta la otra punta del parque.

Al llegar, ves a un hombre sentado en un columpio tranquilamente y a su alrededor dos tipos. A ellos dos no consigues verles ya que están de espaldas a tí. Pero al otro tipo si le ves sin problemas

Al poco tiempo de estar allí, el hombre empieza a hablar

A Roberto Lebronch no puedes mirarle así, escoria. Guarda esa mirada para tus enemigos, si no quieres que te destroce y desees tu muerte definitiva

El hombre no le contesta, parece que agacha la cabeza sumisamente.

Eso está mejor dice mientras parece relajarse y mira hacia el cielo.

La gran noche está cerca, y si os quedáis a mi lado podéis salvaros, sólo si me servís bien. Y creo que otro de nuestros huéspedes ha llegado ya

De pronto, gira la cabeza y mira directamente a tu posición. Te ha visto.

Pequeño Alexander, ¿vienes con nosotros?

Está claro que te quedan dos opciones. O acercarte o salir huyendo

La chica entra y en el interior de tu casa te sonrie. Tendiéndote la mano, se presenta

Mi nombre es Elena. Muchas gracias por abrirme, eres el primero que se molesta en escucharme.

¿Podemos sentarnos? Tengo algunos papeles que mostrarle y me gustaría sentarme, estoy algo cansada te dice con una sonrisa que haría parar el corazón de cualquier hombre.

La buena nueva de mi iglesia nos habla de la venida de un nuevo ángel al mundo, que nos salvará a todos. 

¿Sabía que, según nuestros estudios, fue el arcángel Raciel quien bajó de los cielos para desterrar a Caín? 

¿Sabe usted algo de Caín? Si no, tendré que contarle algo de su historia, ya que la buena nueva trata sobre todo ello

La niña se pone a correr como alma que lleva al diablo. De hecho, te sorprende la gran velocidad que la niña llega a adquirir para ser tan pequeña.

Al llegar al lugar, se para y te señala hacia unos matorrales. Efectivamente, allí ves a una mujer en medio de un charco de sangre que está siendo ya absorbida por la nieve.

Al pasar por delante de la niña para ir a atender a su madre, ves que no tiene ninguna expresión en el rostro. Parece completamente tranquila.

Al llegar a la mujer, ves que tiene toda la cara deformada, así que es imposible reconocerla. Pero en su cuello distingues algo que te resulta muy familiar. Y son esos dos puntos de colmillos

Sales de tu piso de la ciudad. Estás dentro del Casco Antiguo de Toledo, así que todo está lleno de callejones. Sigues el sonido de la música, sin saber muy bien donde te está llevando. 

Llegas a las escaleras de una iglesia. Delante de ella, hay un pequeño parque infantil con sus columpios. En uno de los bancos, ves a una mujer muy guapa tocando un violín. 

Te recuerda a un ángel. Y parece que ella está tocando sólo para ti.

Oh, vaya, perdone mi descortesía. Mi nombre es Roberto Lebronch, y es un placer para mí tenerle aquí presente.

Toma una de las copas que tiene a su lado y una botella y vierte su contenido en ella. El olor no es el de la sangre, es vino.

¿Quiere? Realmente, no lo tomo, pero lo huelo. Me encanta percibirlo de esa manera, es única.

Se toma unos segundos olisqueando el vino.

Mmm... El Château Petrus, el mejor vino que he conocido. Tiene un aroma muy intenso. Y fíjese en el color...

Vuelve a dejar la copa en la mesa y te mira directamente mientras habla

¿Qué me interesa de sus experimentos? Bien, la verdad es que la pregunta es un poco indeterminada, pero es normal que no se fie de mí. Bueno, digamos que tengo interés en hacer unos experimentos con unos cuantos sujetos. Tengo unos cuantos seleccionados, pero una de las cosas que más me interesa es cómo someterlos y, sobre todo, si tuvo algún tipo de criterio de selección. ¿O simplemente tomaba cada uno de los judíos que le daban? No parece un hombre tan simple

Alexander queda sorprendido al haber sido detectado con tan facilidad. Desde luego, el tal Roberto debía tener un oído muy fino. Ahora solo había dos opciones: o avanzar o huir. Sin embargo, desconocía las habilidades de esas tres personas, y sabedor de que huir podía ser contraproducente, da varios pasos hacia delante, con la vista clavada en Roberto.

¿Quien coño sois vosotros?- pregunta, listo y dispuesto para atacar en caso de que hubiese problemas.

"Otro vástago rematadamente excéntrico" pienso cuando me cuenta su afición a olisquear vinos, pero no le culpo por ello, todos nos aferramos a pautas incoherentes producto de nuestra vida mortal, pero el hecho de darnos cuenta de estas impurezas de nuestra naturaleza era definitivamente el único modo de combatirlas con la razón, un combate que de resultar exitoso sin duda nos eleva de categoría y nos hace mejores, como yo soy mejor.

- ¿Tiene a unos cuantos seleccionados? Bueno, no puedo juzgarle pues no se que es lo que pretende medir ni que estadísticos resultantes busca su experimento; pero nuestro diseño pretendía acercarse al máximo a los totalmente experimentales, con el mínimo sesgo en la validez ecológica. No sé si está familiarizado con estos términos.

Le examino con la mirada, buscando alguna señal de que entiende de lo que le estoy hablando, pero ante la duda decido explicarme mejor.

- Mi opinión es que o todas las variables se controlan hasta el último detalle, o los resultados obtenidos no tienen ninguna relevancia académica y con una preseleccion no aleatorizada, estamos provocando una clara violación de las reglas de los diseños experimentales.

Si, es cierto que nosotros utilizamos geizhals judíos, pero a pesar de que estos forman parte de una raza involucionada hay que admitir que quedan mucho más cerca de nosotros que los primates

Hago una pausa para comprobar que seguía el hilo de mi explicación

- Entonces, nuestras instalaciones nos proporcionaba una muestra aleatoria de débiles judíos; para poder hacer una buena inferencia a la población aria pero, necesitábamos sujetos fuertes y sanos; es por ello que nuestro último paso para escoger a los pequeños grupos que nos servirían de muestra fue lo que el portentoso Darwin definió como: selección natural.

Una vez explicado esto debidamente, ya podía darle una respuesta adecuada a su pregunta:

- Hicimos estadios en el campo de concentración, los que lograban sobrevivir en unas condiciones normales eran llevados al siguiente nivel donde la supervivencia se hacía mucho más dura que en el anterior, cada vez se les daban menos recursos y se les pedía un mayor rendimiento. Llegamos a definir hasta 6 niveles distintos, ningún grupo llego al último. Cuando solo quedaban 30 sujetos, les sacábamos del nivel en el que estaban y les llevábamos al castillo donde pasarían por una jornada de recuperación antes de empezar su participación en nuestras pruebas.

Me arrodillo sobre el cuerpo y tanteándolo trato de descubrir si hay alguna posibilidad de que siga con vida. Sinceramente no lo creo; tampoco soy médico, pero he visto morir en mis manos de forma muy parecida a muchísimas personas.

Al incorporarme niego con la cabeza a la niña para transmitirle mis funestas impresiones. Me causa cierta inquietud que en un principio pareciera tan asustadiza y ahora se muestre tan distendida. Podría permanecer en una especie de shock pero aún así notaria una intranquilidad creciente emanando de su persona.

El vampiro que tomara a esa mujer debería ser compasivo al permitir escapar a la hija; al fin y al cabo nadie creería al pie de la letra la historia de una niña perturbada. De todas formas, mis instintos me susurran que no todo es trigo limpio y las cosas no han sido como lo imagino de buenas a primeras.

-¿Quien le ha hecho esto?-

Probablemente la gente te haría más caso si les visitases durante el día ¿no crees?. Has tenido suerte de que yo sea bastante noctámbulo, porque a estas horas de la madrugada, lo más normal es que la gente duerma.

Tras las presentaciones, acompaño a Elena hasta el salón, y con un gesto le invito a sentarse en un gran sofá de tres plazas tapizado en un suave cuero negro. Luego, me siento junto a ella.

Cuando menciona a Caín, comienzo a hacer un poco más de caso a lo que dice. Probablemente su historia sea más que leyendas y paparruchadas, pero, ¿y si de verdad sabe algo sobre los vampiros? Por el momento, pretendo ser un mortal ignorante más

Me temo, querida, que no soy un estudioso de la biblia, así que apenas se nada de Caín. Si no me equivoco, es ese que aparce en el Génesis, aquel que mató a su hermano ¿voy bien?

Si es necesario decirte mi nombre... Roberto. Roberto Lebronch. Pero no me ha contestado.

¿En qué anda metido? Tan sencillo como eso, me contestas y te vas por la puerta por la que has entrado dice mientras te señala la puerta.

De una forma u otra, te voy a tener vigilado

Una vez que respondes, Roberto te vuelve a señalar la puerta para que te vayas, no tiene más que decirte.

Cuando se cierra la puerta, vuelves a sentir esa sensación de que te están vigilando

   Loki se le queda mirando, todavía no acaba de comprender mucho la situación. Tras eso comenta..

   -Bien, actualmente no esto y metido en nada que yo sepa, en cuanto lo haga se lo haré saber, ¿De acuerdo?- Tras eso abandona raudo el lugar, no le gusta un pelo el tipo este -Roberto Lebronch, dijo?.-  Tras salir de ahí intenta observar un poco el callejón, pues sigue dándole mala espina...Aún y así ahora si que irá buscando las esquina para ir ofuscandose. Independientemente que vea a alguien o no daré un gran rodeo antes de irme para mi refugio, no me apetecería que nadie sepa dónde va a estar....

El hombre te mira sin perder la sonrisa mientras empieza a negar con la cabeza.

De verdad, los vástagos como tú no aprenden nunca. Pero la pregunta más interesante, Alexander, no es quién somos nosotros, si no por qué conozco tu nombre. ¿No le come la curiosidad a tu cabecita vacía?

Empieza a reirse escandalósamente. Su risa es bastante tétrica.

No me gusta que estés merodeando por esta tierra, creo que no te ha dado permiso. Además, tienes que venir conmigo. ¿Por las buenas o por las malas?

Chasquea los dedos y los otros dos que le acompañan se giran. No tienen ningún rasgo particular, son simples vampiros sirvientes.

Empiezan a dar vueltas a tu alrededor, esperando tu respuesta. Percibes como sus círculos van menguando cada vez más

Roberto no te interrumpe en ningún momento mientras habla. Parece que te presta toda la atención, soltando algún "Aja" oportuno cuando la ocasión lo necesitaba, y asintiendo cuando esperabas una comprobación de que seguía la conversación.

Entiendo sus palabras. La verdad es que he llevado a cabo mi experimento unas pocas veces. En ellas, empecé con sujetos aleatorios, y mis resultados fueron nefastos. Ningún resultado fue el esperado, y peor, lo obtenido no fue relevante. Ni las habilidades de los mejores estadístas fueron útiles. 

Mis siguientes pruebas fueron tras un estudio más exhaustivo de la materia. No encontré el error en mis pruebas, así que deduje que era causa de los sujetos. Tras unos procesos de selección, quedaron los mejores. Y con ellos, los resultados fueron los mismos. Nada.

Roberto se levanta y empieza a caminar por la habitación, levemente excitado y un tanto eufórico.

Algo fallaba, ¿el qué? El experimento debía funcionar a la perfección. ¿Por qué no lo hacía entonces? Y caí en el poder clave de las imágenes. Interpreté y estudié diferentes fuentes de información, y hallé mi error. ¡Qué estúpido fui! 

Gira la cabeza hacia a ti y te mira de una forma extraña, curiosa se podría definir. Sonriendo nuevamente, prosigue

El error fue el tiempo. Tenía que hacerlo en otro momento distinto. En otra era, en otro año. Y ahora, procedo a repetirlo.

Se sienta otra vez en la butaca y coge de nuevo la copa de vino. Esta vez no se la acerca a la nariz, sólo se queda mirándola.

Es usted muy interesante, Christoph. Sería un buen aliado. Lástima que lo prefiera de sujeto y acto seguido, chasquea los dedos.

Por la puerta, aparecen dos vástagos sin nada que llamen la atención. Se acercan lentamente a ti, preparados para atacarte

¿Me acompaña o me acompañas?

La niña te sigue mirando como si con ella no fuera la cosa. Ante tu pregunta, te sonríe. No sólo eso, si no que se le escapa una pequeña risa.

¿De verdad quieres saberlo, Nkrumsh? Esto va a ser muy divertido... 

Notas como la niña cambia el rostro. Lo que antes era inocencia, ahora es odio y frialdad. Su mirada ya no es dulce, es lo más parecido al negro que te puedes imaginar. 

... sobre para mí

Y, antes de que puedas hacer nada, se abalanza sobre ti, con la boca abierta y los colmillos preparados, buscando tu cuello

No puedo hacer visitas a otras horas. Salgo de casa cuando el Sol no está presente en el cielo, y he de volver como muy tarde cuando va a aparecer. Tengo una enfermedad en la piel, si me expongo al Sol, la parte que recibe su radiación sufre unas quemaduras horribles. Y, si me quedo mucho tiempo, podría morir.

Y, cuando le preguntas por Caín, su cuerpo parece llenarse de tranquilidad. Con una sonrisa muy dulce, se relaja y empieza  a contarte.

Sí, fue el que mató a su hermano, Abel. La verdad, Caín heredó el pecado de sus padres, Adán y Eva, los que comieron de la Fruta Prohibida.

Aunque la ciencia no deje de referirse a ellos como un mito o fábula, la verdad es que no es así.

Caín fue condenado al peor de los castigos. Dios, ese ser que se supone tan misericordioso, decidió "protegerle" de la venganza de sus hermanos y hermanas. Le marcó con una señal. Nadie podría matarlo nunca. 

Rebusca en su maletín y saca un papel. En él, sólo hay una imagen grabada

Cuando vas a coger el panfleto, te coge de la muñeca. Al mirarla a los ojos, ves que ha desaparecido en ella su dulcura. Ahora es fría y calculadora.

¿De verdad no sabe nada de Caín, Salvatore? El ataúd de su habitación no creo que opine lo mismo...

Y tras esta frase, oyes varios golpes en tu casa

Alexander sonríe... no sabía quien era el tipo, y le importaba una mierda porque sabía su nombre. Ve como sus hombres empiezan dar vueltas alrededor de el.

Venid ya de una vez- les dice, reprendiéndoles por su precaución. Pero justo cuando dice esto, se abalanza sobre el enemigo mas cercano. Sus movimiento es rápido, muy rápido... tanto que cuesta seguirle con la vista. Tras colocarse a su lado lanza un poderoso puñetazo al vampiro, esperando dejarle bastante tocado. Sin embargo, no parará ahí, volverá a lanzar su siguiente golpe al mismo (una patada al estómago), gracias a su rapidez.

Tras esto, Alexander da varios paso hacia atrás, esperando el ataque del otro vampiro y la contestación de este.