Partida Rol por web

El regreso fue catatónico, a falta de un mejor adjetivo. En un absoluto silencio, tuvo la impresión de que los sonidos del mundo se habían extinguido en un fugaz fogonazo, o que quizás se había quedado sordo. De vez en cuando su mirada caía sobre los papeles a los que sostenía con tenaz determinación. Aún flotaban imágenes en su cabeza y siempre él mismo en el centro. Débil, desvalido, incapaz de sostenerse por sí mismo, parecía una caricatura de lo que se había convertido, atormentado por su misma naturaleza de muerto en vida.

Sus pensamientos vagaban lejos, sumidos en los hipnóticos contoneos de la calle, mientras sus visiones se enredan en momentos de lo que fue, lo que pudo ser y lo que es. Suspiró con los últimos resquicios de su humanidad tras haber experimentado cosas que como mortal, no se hubiese podido soportar. Su realidad, su cómoda realidad se había desgarrado lentamente hasta dejarle allí, a la salida de una prueba donde magia, proezas sobrenaturales y criaturas cuya muerte solo había traído la longevidad eterna, eran el común denominador.

Sale en el mismo silencio que le rodea, como un aura depresiva, y entra a la capilla con pasos lentos, medidos. En el camino la aparición de García solo suscita un saludo algo parco. Se encoje de hombros y continúa hacia aquella discreta celebración. El monólogo es un conjunto de idas y venidas, de negaciones y rabias del propio Rowan, pero la mente de Terence estaba en otros lugares. Se creía incapaz de amoldarse a la naturaleza de los vástagos de aquella forma tan visceral, de habituarse al horror y a lo sobrenatural de aquella manera. De ser el títere de una enorme compañía...

Aunque esa sensación de no ser nada nuevo en su vida era deprimente, había algo de esperanza. Había una remuneración, un premio. Observó las hojas mientras Rowan seguía sumido en su disertación. Cuando logró salir de aquel trance, tenía en su mano una copa con vitae preparada para celebrar. Observó a su sire bebiendo emocionado y observó la copa, el rojo negrizo y enfermizo en el fondo que hacía que sus instintos le empujaran con necesidad para beberlo. Acercó un poco el cristal de la copa y antes de que ésta llegara a tocar sus labios, observó hacia el frente.

-Lo siento...- dice con voz aguda -... estoy exhausto y me retiraré ahora-. Pone la copa sobre la mesa y camina hacia la salida, conoce su habitación. El peso de las circunstancias parece abrumarlo, así como el torbellino de palabras que sobre él pesa con antinatural fortaleza. No responde ni se gira de nuevo, busca rápido su habitación y allí se refugia, en la oscuridad, en la tranquilidad, en la soledad.

Mira hacia el techo, con los papeles aún en la mano. Era su sueño, claro, pero no sentía que hubiese sido él el que lo había realizado. Era quizás su única oportunidad, su única esperanza de hacer algo diferente...

Era el momento en el que empeñaría su alma definitivamente a aquella jerarquía arcana de vampiros y hechiceros, para someterse a sus reglas, a sus tramas, a sus complots. Se sintió desafortunado, como cuando regresaba de haber sido rechazado por un guió poco comercial.

Había pasado tanto en tan poco tiempo, y a pesar de ello, nada había cambiado demasiado.

Sales de tu casa, y ves por última vez la casa de Leila, te llenas de sentimiento, pero tomas tu moto y manejas a alta velocidad por las calles de los Ángeles, un criado llevara tus cosas a tu viejo apartamento y  ahí, volverás a comenzar de nuevo.

Parqueas la moto al lado de un estanque de aguas limpias en un parque de la ciudad.

El cielo de los Ángeles es algo hermoso, el agua danzando  con la luna es un espectáculo que te fascina, y mientras estas  anonadado frente a todo lo que tu corazón ha vivido y el dolor experimentado por la pérdida de Leila.

Antes estuviste casado y esa mujer murió dejándote solo, y parece que nunca volverás a ser feliz.

Tus pensamientos son bloqueados por un sonido sospechoso detrás de la hierba, sientes que lo que se esconde no es normal, y sin pensarlo dos veces, sales de ahí, directo al comienzo de una nueva vida solo.

Una sonrisa se dibuja en el rostro de tu sire, y brinda contigo. La vitae que te han dado es justa la de tu tomas (no es de otro tipo así que puedes estar tranquilo). Luego tu sire te da una gran noticia, cree que estas preparado para vivir independiente, te puede liberar como su chiquillo, y de ahora en adelante tus pecados serán solo tuyos, y las consecuencias de tus acciones sólo recaerán en ti. Sin embargo te asegura que siempre te apoyara, que estará a tu lado en toda circunstancia.

Vas a la habitación que usaste en ese mes y un criado hace las maletas por ti.  Estas listo para comenzar una nueva vida.

Tras una despedida y un agradecimiento sales en tu limosina  hacia tu mansión, esperando que posiblemente la no vida te sea grata y fructífera...

Los grandes edificios de la ciudad se ven majestuosos mientras tu chofer conduce por las calles, y mientras miras todo eso, te das cuenta que este es un nuevo comienzo.

Blass quien es como un niño y no tiene en cuanta tus homosexualidades, te besa en la mejilla,  y aunque tratas de desviar el mentol él se escurre y toma una maleta. Debo irme, comenta. Mi sire está planeando matarme, y lo curioso es que aunque nadie me crea es verdad, cuídate de los nuestros amigo... puede ser que mañana hagan lo mismo.

Y tras decir eso, mira con miedo el exterior, debo irme... adiós.

Y dejándote solo, notas como ha saltado por una de las ventanas del edificio y se ha  escabullido por un pasillo. No sabes sí volverás a verlo.

Tu sire  te mira y te dice de manera calmada. La golconda mi querido hijo es la mejor forma de salvar tu alma y de poder controlar tu bestia. Se dice mucho sobre eso, algunos dicen que al encontrarla vuelves a ser humano, otros dicen que sólo es un estado espiritual, sea como sea, yo, mi hijo quiero encontrarla y   trabajar en mis pecados, para ser merecedor.

Suspira.

Yo se que te mate muchacho, y es algo que siempre lamentaré, pero fue por culpa de no poder controlar mi bestia que sucedió ese accidente.

Te mira de manera triste.

Es por eso que me gustaría que comenzaras hacer cosas para ser merecedor de ella, te dice con sinceridad, debes cuidar tu alma, y cuidar que tu bestia no te haga cada vez más cruel, porque una vez hayas cruzado la línea de la crueldad, estarás perdido... como sucedió con el Gato.

Te mira...

Sí muchacho, creo que hay algo que te he de comentar, el Gato fue el que me abrazó, pero en realidad no puedo decir que el haya sido mi sire, dado que él no se encargó de mi, te explica, me abrazó porque en su interior odiaba lo que yo como pastor cristiano representaba, y quiso hacerme sufrir por la eternidad...

El alma del gato esta corrupta, y él nunca podrá  acceder a la golconda, a menos claro, que cruce un gran camino.... pero lo dudo, seres como él, una vez que bajan no pueden volver a subir... estoy seguro que le mataran en algún momento.

Yo te abrace, porque... no quería matarte, pero te condene... lo sé, pero como tu sire no quiero abandonarte, y quiero darte la oportunidad de que sigas  el mejor camino, por eso  te ayudaré más adelante, pero solo requiero que demuestres que quieres este beneficio, y eso debe ser algo constante.

Mientras tu sire te habla no puedes evitar fantasear con eso de volver a ser humano, es una propuesta tentadora, mejor que el dinero sin fundamento que habías ganado en esta ridícula misión.

El viento en tu cara, la sensación de libertad y de paz te envolvía. Esto de tener una moto es buena idea, y esta no es nada barata. Douglas parece tener más de lo que aparenta.

Recorres las calles  como un animal feroz pero con moto. Parece que es lo que requerías, este aparato sirve para liberar tensiones.

Poco a poco paras en la vía, reconociendo el lugar donde te encuentras: estas cerca de la estación de buses que te trajo nuevamente a la ciudad.

Parece que siempre  que termina algo vuelves al comienzo de algo que ya pasó.

A veces te pones filosófico, pero es en algo que realmente crees. Posiblemente este es un nuevo comienzo en ese espiral de la existencia.

Haces un suspiro recordando tu humanidad y te das cuenta de que esto puede ser positivo... era lo que el destino quería que hicieras.

Te montas de nuevo a la motocicleta y  continúas tu camino.

Tu sire se aleja en la motocicleta mientras te deja como regalo tu independencia. Podías hacer lo que gustaras de ahora en adelante, te habían liberado, y ahora las consecuencias de tus acciones sólo dependerían de ti y de tus méritos. Bien era cierto que habías perdido un aliado, ¿o no?, no estabas seguro.  Ya podías vivir como quisieras y  la suerte de tu alma   solo estaba en tus manos.

Volteaste y miraste el Horizonte de la ciudad de los Ángeles,  imponente, enorme, y atrayente. La  ciudad donde vivías, pero que ahora te daba un saludo nocturno.

Mientras miras la ciudad un viento fuerte te pega en el rostro.  Posiblemente antes sentirías frio, o alivio frente al viento, pero ahora no... Ahora solo sentías el viento, pero no las sensaciones que acompañaban este.

Estabas muerto, sí... pero tenías una eternidad por delante.

Das media vuelta y  te diriges a la calle más cercana, pensando que hacer con el dinero ganado.

Cuando sales de la habitación, y tras tu última frase, sientes que de una u otra forma Alexander Rowan tu sire ha sentido como sí tu actitud fuera un balde de agua fría que le acabas de lanzar al rostro. Desmotivado se bebe la copa que tú has dejado, y rechazado a pesar de su amabilidad.

En tu habitación te sientes nuevamente infeliz, curiosamente nada te reconforta. Tienes muchos pensamientos en tu cabeza, y no sabes  qué pasará después. 

Pones el contrato en tu mesita de noche, y sientes un dolor en tu pecho. El dolor de sentirte agraviado, sin embargo sea como sea, a pesar de que nada parece haber cambiado, cierras los ojos tratando de olvidar  tus problemas, tratando de evitar la realidad. Sabes que esa conversación con tu sire, tendrá que repetirse, más adelante.

Poco a poco te quedas dormido con la luz de la mañana, y sientes por primera vez en algún tiempo una total relajación de tu cuerpo.

Apareces nuevamente en la habitación de  esa casa antigua, te miras al espejo, eres tú, sí tus mismo cuerpo, sólo que ahora tienes unos 25 años.  Tu ropa es la común usada por los jóvenes  norteamericanos hace 120 años. Al lado tuyo hay una máquina de escribir antigua, te sientas al frente de ella y comienzas a escribir. Los sonoros sonidos del tecleo inundan todo. En tu mente se forman ideas maravillosas que plasmas en el papel. Sientes que golpean la puerta. Es curioso,  te levantas, ¿qué será eso?... suenan como..

Abres la puerta de tu habitación, un pasillo que da a un corredor y hay un sonido  como si sacaran algo de un mueble. Te acercas. Tus ojos se tornan preocupados cuando vez a un hombre desconocido que  evidentemente les está robando. Hay un segundo a su lado distraído en su labor.

“Salgan de acá” dices en un acto de valentía.

El hombre te mira con el botín en la mano y hace un gesto rápido sacando una pistola antigua. Los sonidos de los disparos te ensordecen y puedes sentir como las balas queman tu pecho, tu cuerpo cae en el suelo. Un sabor a sangre recorre tu boca, tienes miedo y en ese momento ocurre un sonido de algo en la entrada de la casa.  Alguien ha llegado.

Los ladrones se alarman, y salen rápidamente de la casa por una ventana, mientras puedes ver de manera rápida entra alguien al salón y pega un grito al verte tirado en el suelo e inundado de sangre. El hombre joven,  te abraza aterrado, mientras su rostro adquiere un gesto de dolor que nunca habías visto.

-          Marcus. Dice en tono de terror. No te mueras, hermano... eres lo único que me queda, te llevare al hospital. Dice el hombre llorando, aguanta... aguanta.

La imagen de ese hombre te es conocida, es Alexander Rowan quien te abraza aterrado... Tu hermano.

Estas muriendo, y lo sabes. Aprietas la mano del joven y le sonríes de manera triste, mientras todo se pone oscuro. Sólo puedes escuchar el llanto descomunal del joven con el que habías crecido y el sentimiento de haber muerto sin poder haber hecho algo importante.

Abres los ojos en algún momento durante el día mientras duermes, el sueño te ha despertado. Te sientes raro y este medio dormido y tu mente no trabaja bien.

“Posible todo tenga una explicación, posible tengas que vivir esto por algo, posible regresaste para terminar algo que tienes pendiente”

Cierras los ojos de nuevo y te quedas otra vez dormido,  despierta cuando se oculta el sol con una sensación rara, no recuerdas que fue lo que soñaste, pero tienes la impresión de que fue importante.  Inmediatamente recuerdas tu desgracia, y el desanimo te invade. Miras el reloj, y nuevamente como has hecho en los últimos días, te alistas para llegar a tiempo al laboratorio de tu sire.