Tras aquello, Eugenia disfrutó de un relajante baño de vapor caliente en la sauna, y de un tonificante chapuzón frío en la piscina.
Cuando estuvo lista, descansada, y completamente relajada se dirigió a su habitación, donde se duchó y comenzó a arreglar, poniéndose el pelo como a ella le gustaba y comenzándose a maquillar...todo el cuerpo. Si algo había aprendido en la industria del porno es que tan importante es pintarse una sombra en el párpado como realzar las luces de los pechos, por ejemplo.
Al poco llegó Jean, que la encontró en ropa interior, enfrascada en su acicalamiento. A ambos les hubiese gustado poder repetir lo de aquella tarde, pero ella, luego, tendría que volver a empezar todo el ritual de peluquería y pintura...así que se miraron con ganas, pero se controlaron.
Él se quedó rodando por la habitación mientras ella se seguía maquillando medio desnuda delante de él, y se ponía posteriormente el vestido, delante de él, en un gesto casi tan erótico como un striptease. La sonrisa de su cara se volvió una risita floja al ver la cara del italiano mientras ella se colocaba la ropa.
Cuando estaba completamente lista, sonrió al joven, que seguía mirándola, sentado en la cama.
- Piensa en pomelos, porque eso hay que bajarlo...no querrás ir a la fiesta empalmado...
Él entonces se levantó de un salto y se dirigió a donde había dejado una caja envuelta elegantemente, que le entregó a Gini. Al abrirla, ella encontró la máscara.
Era de corte antifaz, con unas medias lunas en el lado izquierdo, decorada con una delicada tela bordada en seda negra, por encima de los degradados de color, que hacia un juego de formas y filigranas hermoso. Al lado tenía también una cascada de plumas negras, que caerían sobre el hombro desnudo de la chica. Era elegante, original y realmente hermosa. Gini la tomó y con delicadeza Jean se la puso.
Y finalmente se dirigieron a la fiesta.
**La máscara es con la forma de la primera y la decoración de la segunda.
Ok, no problemo
Te despiertas con una suave brisa entrando por tu ventana, cuando habres los ojos ves tu habitacion iluminada de forma tenue por las persianas medio bajadas, Te da vueltas toda la cabeza, y la resaca es bastane peculiar, no es dolor de beber mal alcohol o demasiado, mas bien es ese espesor mental de ¿Donde estoy? ¿Como he llegado aqui? ¿Que paso anoche?
Tienes parte de la fiesta borrosa y el cuerpo agotado, pero una sensacion de libertad unica.
Me despierto y lo primero que hago es llevarme una mano a la cabeza. Me duele como si solo existiese para eso.
- Auu...joder... Miro a mi lado, por si hubiese alguien, por si al ver la cara de algún robusto macho recordase algo de la fiesta...que, por las agujetas, y el dolor de según que zonas debió ser cuanto menos brutal... Asco de resaca... Logro balbucear.
Me muevo entre las sábanas hasta ponerme en pie. Una arcada me recorre pero se calma casi tan rápido como vino. necesito un baño, y uno bieeeeeeeeeeeeen largo...
"Había jacuzzi, ¿no?" Me cuelo en el baño y miro lo que hay dentro...estupendo, soy una máquina eligiendo habitaciones. Abro el agua la pongo a la temperatura que me gusta y me meto dentro, con lo que lleve puesto. Ahora necesito un baño, que le den por culo a la ropa.
Activo los caños de hidromasaje y jacuzzi y vuelvo a cerrar los ojos. Esto es vida. Si al menos estuviesen las manos de Jean en su espalda...
En el momento en el que piensas en Jean recuerdas que es tu asistente personal 24 horas, que realmente si puedes tener esas manos en tu espalda con solo alargar el brazo al telefono que hay la lado del jakuzzy y pedir en recipcion que lo localicen para ti.
Sonrío como una cría pequeña y alargo la mano al teléfono, mascando el número que viene escrito en la pegatina y que reza como "recepción"
En recepcion te dicen que no habra ningun problema y en menos de quince minutos oyes el timbre de tu suite.
Sonrío al escuchar el timbre y salgo del agua. Sería genial recibirlo desnuda, pero también podría no ser él y crear una situación incómoda.
Me pongo un albornoz y lo abrocho ligeramente con el cinturón, para acercarme a la puerta y abrirla
- Buenos días
Y cuando abres no sabes si dar gracias a ponerte el albornoz o no....
Ante ti ves Anaïs, lleva un escueto vestido negro de sea que cae por su cuerpo con un precioso escote en pico tanot en la espalda como por delante.
- Buenos Dias Gini - Te dice con una preciosa sonrisa.
Sonrío ampliamente, menos mal que no me dio por recibirla en pelotas, si no me hubiese hartado a reír
- ¡Oh! Qué grata sorpresa, Anaïs. Abro la puerta, indicándole que pase Estaba dándome un baño...¿quieres algo de beber? pasa, pasa. Le sonrío ámpliamente. Esta mujer va siempre estupenda sea la hora que sea...y yo con el resacazo que tengo...que mal...
- La fiesta de ayer...cuanto menos, curiosa... Suelto una risita Pero fue una gran fiesta, mi enhorabuena.
Alla entra acercandose a ti poco a poco y mirandolo todo, bajandose de sus tacones que deja al lado de la puerta - Gini, nunca he sido una mujer que se ande por las ramas y no me gustan los juegos que no creo yo - Sus ojos no salen de los tuyos en ningun momento - Eres una mujer fuerte, segura y que tiene claro lo que desea y como lo desea, hay muchas mujeres asi, lo que a ti te hace distinta y es lo que me ha gustado de ti es que tu lo consigues haciendo creer a los demas que ellos estan teniendo lo que desean - Amplia su sonrisa al terminar la explicacion.
- Y ahora espero que seas la mujer que creo y dejes als cortesias a un aldo para ser directa - Esta a un escaso paso de ti sin separar su mirada aun - Dime querida... ¿Por que crees que estoy aqui?
Primero enarqué una ceja, luego siguió una cara de "pero qué demonios..." y finalmente, cuando terminó su conversación, sonreí de una manera algo coquetona y picante.
Sus ojos, tan fijos en los míos me inquietaban, y sus palabras, sus actos...su distancia...
"¿Por qué crees que estoy aquí?"
Uff...podría decirle tantas cosas que pienso, que creo...pero no estoy del todo segura con ninguna de ellas. ¿quiere sexo? ¿o tal vez comentarme algo de anoche? sus ojos creo que me piden sexo...aunque...
- Si no quieres cortesías...si quieres que sea directa... Mi voz va bajando gradualmente el volumen, hasta hacerse un ronroneo Te quitas los zapatos, me comes con los ojos, te pegas a mi cuerpo y me pides que vaya al grano... Sonrío, sin apartar tampoco mis ojos de los suyos ¿Qué quieres? No lo se, pero o vienes pidiéndome guerra o vas a montarme un pollo.
- Estas casi en lo cierto... - Dice pasando uno de sus finos dedos por tus labios - Quiero que trabajes para mi...- Susurra de forma suave mientras mira tu reaccion - Quiero que seas el objeto de deseo de muchos hombres en la proxima fiesta que voy a celebrar... Y como se que no te hace falta el dinero puede spedirme lo que quieras o a quien quieras y sera tuyo, por el modico precio de subir a un escenario, cosa que creo que no te sera muy complicado... - Parece que se ha encargado de informarse sobre ti... ¿Que me dices?
Saco un poco la lengua cuando Anaïs pasa sus dedos por mis labios, y los humedezco suavemente
- Será un honor trabajar para ti. Mi precio...depende de lo que quieras que haga en el escenario.
Ahora sí separé mis ojos de los suyos, pero para posarlos un segundo en sus labios antes de volver a subir la mirada
- ¿Qué quieres que haga exactamente?
Sonrie de medio lado de una forma muy maliciosa, algunos podria aterrar, a ti extrañamante te parece excitante - Podria haberte ofrecido el trabajo por telefono, si estoy aqui es para que me muestres lo que puedes hacer... - Los dedos de tus labios se deslizan despacion por tu mandibula, continuando por la curvatura de tu cuello...
Lamo mis labios y me pego más a su cuerpo, susurrándole al oido
- Puedo hacer todo lo que me pidas que haga... Mi pelo mojado roza su hombro y al separarme beso suavemente su piel Se bailar, hacer streaptease, burlesque...podría hacer una sesión de teatro erótico...Y también puedo tocar el contrabajo
Lo último lo añado con un tono burlón, aunque con un contrabajo se pueden hacer tantas cosas...
- ¿Qué quieres que te enseñe?
Estaras con otra mujer sobre el escenario, quiero que los hombres que estaran abajo bebiendo y charlando solo tengas ojos para vosotras, que se imagine esa noche con dos mujeres hermosas en su habitacion de hotel, que se les ponga tan dura que les duela... - Sus dedos siguieron de tu cuello a tu hombro y tu brazo, causandote un escalofrio delicioso. - Ya te lo dije, sorprendeme...
Sigo sus caricias con el erizado de mi piel y le sonrío, tomándola de la mano suavemente y llevándola al baño, donde el jacuzzi sigue burbujeando esperando, ahora, por nosotras.
Abro mi albornoz, enseñándole mi cuerpo desnudo a Anaïs unos segundos antes de acercarme a ella y comenzar a besarle suavemente el cuello y empezar a soltar poco a poco la ropa que la cubre
No digo nada...pero espero poder sorprenderla...
Y Jean tiene que estar al llegar...
Anaïs sonrie mas que satisfecha con lo que ve y deja que comiences a besar su cuello, con un suave movimiento de sus manos deja caer su vestido al suelo dejandote ver que bajo el no llevaba absolutamente nada, ante ti tienes uno de los cuerpos d emujer mejor formados que has visto en un vida, tiene un pecho voluptuoso y natura, curvas en su cintura y cadera, en su espalda el tatuaje del tigre chino le da un morbo impresionante y en su pubis no ves nada de bello...
Sus manos se posan en tu cuerpo como plumas, suaves y calidas, comienza a masajear tur pechos con destreza, docando con dos dedos tus pezones de manera perfecta, sabiendo como hacer que una mujer disfrute al maximo con ello, excitandote de forma increiblemente rapida... bajando poco a poco su mano derecha por tu vientre entre arañazos sutiles...
Suspiro y me estremezco bajo sus manos. Se nota la experiencia de alguien que ha compartido cama con bastantes mujeres
- Anaïs...eres... Digo mientras la miro a los ojos y sujeto la mano que va bajando por mi vientre. Con delicadezo me voy arrodillando a sus pies, besando su pie, hasta que llego a donde quiero.
Beso con delicadeza su pubis, mientras con las manos le incito a que abra un poco las piernas, para poco a poco meter mi lengua entre sus labios. Con mis manos subo por su cadera y acaricio su cuerpo.
Mi lengua busca su clítoris, el cual succiono, muerdo levemente y rozo con vehemencia, buscando que se ponga tanto o más caliente que yo. La miro desde mi posición, con ojos lujuriosos, y bajo una mano a mi entrepierna para comenzar a masturbarme mientras sigo comiéndome a Anaïs.