Partida Rol por web

Sin más opción, ponéis rumbo a Phoenix... Los días siguientes vuestro jefe os tiene con el pie en la nuca. Hay también un proceso informativo disciplinario abierto.  Como no es nada grave (no saben que habéis hecho cosas ilegales como infiltraros en la planta), seguramente todo quedaría en una amonestación... 

Los diarios de Montana hablan de un accidente de coche en el que murieron dos miembros del equipo de seguridad de la planta ABC al despeñarse por un acantilado. Debieron ser os tipos que os atacaron aquella noche.

Estaban en un buen marrón, y todo por culpa del maldito sheriff local, y aun podían estar contentos de que no se supiera todo lo que habían hecho, que de saberse, les habrían expulsado del cuerpo. Aun así fueron duros momentos, en los que recibir reprimendas y amenazas, y tratar de buscar excusas creíbles.

Sinclair pensaba que lo mejor era dejar que las cosas se calmasen un poco, antes de continuar con la investigación. -Amigo, hemos estado muy cerca. Mejor estar unos días tranquilos hasta que las aguas vuelvan a su cauce. Si ahora cometemos otro error, nos echan.- Le dijo triste y afectado a Jack. Aquello era una puta mierda, no tenían ni idea de como actuar, de como ser miembros de Delta Green, y lo habían pagado caro. Tenían que aprender de los errores, y montar buenas tapaderas que les quitasen de este tipo de problemas en el futuro. Eran agentes del FBI y se comportaban como tales, cualquiera que les viese lo sabría al momento, tenían que cambiarlo, o estaban jodidos. 

 Aunque Fessenden asintió a la propuesta de Sinclair, en cuanto pudo se saltó la recomendación de cautela. Desde luego mantendría la discreción todo lo que fuera posible, pero se veía capaz de buscar algo de información sin llamar la atención. 

 Así que se puso a indagar sobre Norsefire. Tenían la información que les había pasado Lewiston, pero probablemente el FBI tendría algunos datos más interesantes que los que la ATF pudiera suministrar. Para realizar la búsqueda Fessenden tuvo que agudizar sus sentidos como si se encontrara en plena incursión militar, esquivando en todo momento las acometidas de su jefe.

 En cualquier caso aquella parte no era todo. Aún salvando la vigilancia de su jefe tendría que ser capaz de encontrar algo interesante sobre aquel grupo de chalados survivalistas, y eso no era tan evidente. Pero el olfato de Fessenden salió a relucir enseguida. Buscando en los archivos federales un caso le llamó la atención y ¡voilá! Allí había algo…

Algunos se sorprenden cuando Fessenden, habitualmente hombre de acción, empieza a pasar tanto tiempo en el escritorio y pegado al teléfono y el ordenador. Su jefe asume que es una especie de acto de contricción. Que Jack quiere que le vea dando el callo al otro lado de la pared de cristal de su despacho. 

Norsefire es un grupo de supremacistas blancos que se trafican con armas ilegales y anfetaminas, y dicen querer echar a todas las "razas inferiores" de Montana para convertirlo en un "paraíso" neonazi. Muchos de sus miembros son exmilitares y adictos al culturismo. Defienden el retornar a las "raíces" de la "raza nórdica" y se dice que tienen altares secretos en los bosques y sacrifican animales a dioses de la mitología escandinava (Thor, Odin y demás). Según rumores que os transmite Lewiston, se dice que una vez al año sacrifican a un ser humano. Generalmente un mendigo al que secuestran en otro estado (ha sido imposible acusarles de nada, por falta de pruebas). El propio LEwiston desarticuló una de sus bandas hará dos años por tráfico de explosivos (cree que planeaban volar una sinagoga), pero el líder (un tal Knut Lanmark, que dice ser ex boina verde) se salvó de la condena. Se dice que un mecenas extranjero misterioso le pagó un abogado buenísimo. Luego el tal Lanmark, un inútil incapaz de conservar un empleo,se fue al extranjero. Sus contactos no lo han visto en un año o así.

Lewiston será bueno, pero no sabe moverse por el mundo de los veteranos como Fessenden. Que también fue boina verde. Es decir, fue boina verde de verdad. Llamando a un coronel, con el que sirvió en Panamá, se entera que el talLamark apenas pasó por las boinas verdes. Lo echaron pronto por intentar agredir un sargento negro (que le dio una somanta). El coronel le informa queun tipo al que llaman "el VIkingo" (y se parece a la descripción de Lamark) es habitual de los clubs donde van los soldados de permiso, cerca de la base de Helena (Montana). Donde intenta captar a gente para su grupo, invitándoles a cazar y cosas así, y reparte alguna propaganda. La policía militar cree que está detrás de un robo de armas en la base pero (como siempre) no comparte información con fuerzas de orden civiles.

Lamark y su panda se parecen sospechosamente a Horst Stael y su banda de pringados en California. Gente sonada con armas a los que recurre un extranjero cuando necesita matones.

Aunque el se había mantenido tranquilo, sin meterse en investigaciones, su mente no había dejado de pensar y tenían dos frentes abiertos, además del de sus compañeras. Por un lado terminar el trabajo en ABC, pero para ello aun tendrían que esperar, no podían ni pensar en ir otra vez a la empresa, no en unos días. Y luego aquellas extrañas desapariciones, jóvenes que desaparecían en el bosque. Pero a esto se le unió lo aportado por Jack, la presencia de un grupo de fanáticos, que podían tener relación tanto con la desaparición de alguna joven, como con el caso que estaban investigando las chicas.

Durante un descanso, mientras tomaban un café y estaban ellos dos solos, le dijo a Jack. - Buen trabajo amigo, y tendremos que tratar de investigar a ese grupo. Tal vez este detrás de la desaparición de alguna joven, o puedan tener alguna conexión con el grupo de California. Pero por ahora, mejor dejar pasar unos días, hasta que aquí las cosas estén más tranquilas. Y tenemos que ir pensando y preparando alguna cosa, alguna cuartada para cuando tengamos que hacer la siguiente investigación como Delta Green, vamos por el mundo con la idea de que somos agentes del FBI, y eso esta claro que no nos va a funcionar. Tenemos que hacernos a la idea de que en más de una ocasión, será necesario desempeñar algún papel que no nos deje vendidos ante la policía local.- Pero eso tampoco era fácil trataría de hacer algunos documentos de alguna otra agencia, como medio ambiente, también podrían hacerse pasar por periodistas de investigación. Tenían que darle una vuelta a todo aquello, y buscar tapaderas que no les dejasen vendidos a las primeras de cambio. 

- Mmmm esto es muy interesante Sinclair… -dijo Fessenden dejando escapar un silbido. -Tendríamos que echar un ojo por esos clubs para dar con Lanmark. Luego podemos controlar sus movimientos a ver si tiene relación con alguien de la ABC y en algún momento…hacerle algunas caricias a ver si le hacemos hablar. 

 La idea podía funcionar, y suponía estrechar el cerco un poco más sobre la gente que estuviera detrás de todo. Pero Sinclair tenía razón. Ahora mismo tenían un problema de peso, y no era otro que la dificultad de volar hasta Montana sin exponerse a ser expulsados del FBI. 

 - Estoy de acuerdo Sinclair, démonos unos días. -le dijo por lo bajo.- Sólo espero que aguanten Iron Shirt y los que sea que están con él. Al menos si en este caso nos plantamos en Helena allí de momento no tendremos un jefe de policía coñazo todo el rato encima. 

La base más importante de MOntana es la de Malmstrong (de la Fuerza Aérea), en Great Falls. A unos 300 km de Browning. Localizáis tres clubs probables en el área: el Boulder&Creek, el Roaring Eagles, y un club de striptease, el Candy Lounge.

Sinclair habló con Emily y Darla, que le pusieron al día de sus descubrimientos. Pronto se dieron cuenta de que las pistas les llevaban hacia Montana, así que tal vez pronto todos se reunirían de nuevo para trabajar en la resolución de aquel caso. 

Ellos tenían que estar con cuidado, durante unos días, hasta que pasaran los nubarrones. Habían estado muy cerca de ser expedientados. Y tendrían que buscar el modo de ausentarse unos días para ir a Montana. 

-Jack tenemos que coger algún caso o expediente que nos acerque a Montana, esa es la mejor manera de ponernos de nuevo con la investigación. Es posible que lo que has descubierto este relacionado con el caso de las chicas.- Y comenzó la búsqueda de algún expediente o caso, abierto y en el que podrían meterse para salir hacia Montana sin levantar sospechas. 

Ver cómo Sinclair manipula antiguos casos, presuntos chivatazos anónimos, y alguna información sobre Tommy Iron Shirt para inventar una trama de contrabando interestal de drogas y objetos robados es digno de ver. Su jefe, aunque desconfiado en principio, acaba muy intrigado. Cuando insinuáis que el jefe de policia de Browning os denunció porque quizá cobra sobornos, casi os pide perdón por la bronca. Os da un permiso de 48 horas para volar a Montana, pero exige resultados tangibles.

Por fin algo le había salido bien a Sinclair, de hecho muy  bien. Había logrado montar un buen caso, y su presencia en Montaba para investigar aquellos grupos, que encima parecían estar relacionados con otros distantes como les habían contado las chicas, sería posible y con la bendición del jefe.

Estaba seguro de que estaba relacionado con los experimentos de ABC, pero eso era algo que tendrían que investigar a fondo.

Tras hacer los preparativos y hablar con las chicas, le dijo a su compañero.

-Fessenden, por fin tenemos vía libre para llevar a cabo la investigación. Tenemos que ir a Montana para reunirnos con las chicas, y comenzar la vigilancia de esos garitos. Se acercan las fechas de la reunión y debemos conocer bien los lugares en los que podría tener lugar. Y trazar un buen plan, para tratar de atrapar con vida a los líderes.- Así que se puso a preparar el inminente viaje a Montana. Parecía que al fin había cambiado su suerte, aun así habían visto lo delicado de su situación y la necesidad de montar buenas tapaderas, o terminarían perdiendo sus trabajos. O incluso en la cárcel. 

Fessenden dio varias palmadas de satisfacción en el hombro de Sinclair; lo había bordado y ahora tenían vía libre para viajar a Montana.

 - ¡Buen trabajo compi! -le felicitó. - Ahora nos la jugamos, tenemos cuarenta y ocho horas para lograr algo. Hay que controlar esos garitos, sí. -dijo pensativo. Lo cierto es que la vigilancia parecía hecha a la medida de Fessenden: se movería perfectamente en esos clubs frecuentados por militares, por no hablar del de striptease. Y es que hacia mucho tiempo que no tenía la ocasión de pasarse por el Paradise; sin duda las chicas le echarían de menos. 

- Lamark… -musitó- Lamark nos puede llevar hasta el pez gordo que esté detrás de todo esto… Hay que planearlo bien, debemos reunirnos con las chicas. -dijo mirando con determinación a Sinclair.