Partida Rol por web

  No parecía sencillo conseguir una orden para hacer un registro nada menos que en Uruguay, así que Bartlet se centró primero en hablar con la embajada de Montevideo. 

 Sin embargo, toda una mañana dedicada a conversaciones telefónicas con el personal de la embajada resultó infructuosa. Ninguno de sus compatriotas parecía dispuesto a hacer el informe que le pedían. 
 No cabía duda de que tendrían que ser ellos mismos los que tomaran las riendas del asunto. 

 Fessenden se mostraba partidario de entrar clandestinamente. Bartlet preferiría en cambio agotar las posibilidades antes de recurrir a actuar fuera de la ley. 

- He hablado en otras ocasiones con el juez Randall. Creo que le puedo plantear que el despacho Irigoyen es uno de los despachos que prestan ayuda a los fugitivos que huyen a Sudamérica. Estoy convencida de que nos dejará investigarlo. -argumentó Bartlet. 

 - Puede que consigas la orden, no lo dudo Bartlet. Pero pienso que si entramos con ocho agentes y una orden llamaremos inevitablemente la atención del que quiera que está detrás de todo esto. Sabrá que le estamos pisando los talones -respondió Fessenden. - Tal vez pudiéramos dedicar unos días a vigilar el despacho desde fuera, por si vemos algo raro. Y luego entrar clandestinamente. Probablemente no se traguen que ha sido un simple robo, pero no sé, creo que hay alguna posibilidad más de que no detecten que estamos tan cerca… 

 Bartlet replicó:

- Quizá, pero entrar de esa manera conlleva muchos riesgos. Lo ves muy fácil, pero puede que no resulte tan sencillo…. No sé Sinclair, ¿tú que opinas? ¿Recurrimos a la orden o tratamos de entrar?

Hay varios intentos infructuosos por vuestra parte de que un juez os dé una orden, pero no conseguís vincular vuestro objetivo con la investigación en curso. 

Aparte tantos días dedicados a la operación de los Norsefire os aparta de vuestro trabajo habitual. La gente no deja de delinquir porque vosotros os centréis en un solo caso, y las carpetas se van acumulando en vuestras mesas. Vuestro jefe os da un toque de atención.

Y por si fuera poco Delta Green quiere veros. Hay un mail en el correo de alguno que da un lugar de reunión. El aparcamiento de una gasolinera abandonada.

Aquella maldita investigación se les estaba atascando, tenían que llegar hasta el final y hacerlo pronto, ya que eran muchas las cosas que se les estaban acumulando, hasta tenían que ponerse en contacto con Delta Green.

Tras evaluar las posibilidades, la vía sigilosa parecía la mejor de las opciones.

-Si, tal vez lo mejor sea actuar con sigilo, mantener la oficina vigilada y luego entrar por la noche, registrar y dejar todo como estaba. Es nuestra mejor oportunidad para llegar hasta esos criminales.- Era actuar al margen de la ley, pero en esa ocasión sería en otro país. Podían tener serios problemas si cometían algún error. 

Emily no tenía ninguna duda, lo mejor era el sigilo, era la única manera que les podía permitir dar con aquellos tipos.

-Vigilancia y registro nocturno, a ver que podemos sacar.- Luego habría que ver que querían los de Delta Green, bueno, tal vez incluso habría que verlo antes. 

-He recibido un correo de Delta Green, así que primero tendremos que ir a aparcamiento de esta gasolinera a las afueras, ya que parece que se quieren poner en contacto con nosotros.- No es que le hiciera mucha gracia pero tenían que ir a ver que era lo que tenían que decirles. 

Son las dos de la mañana y la noche es fría cuando llegáis al aparcamento. De la gasolinera ya solo quedan algunas vigas metálicas peladas como árboles marchitos. Algunos agujeros donde hubo los surtideros. ¿A quien se le ocurrió construir algo así en una carretera tan desierta? A alguien que estará arruinado hoy día, suponéis.

El lugar es perfecto para que un francotirador os fuera cazando como patos. Campo de tiro despejado alrededor. 

La señora Green llega con un coche que aparece de la nada.

- Buenas noches.- saluda.- Habéis hecho un trabajo estupendo en Montana y California. Mucho mejor de lo que esperaba. De hecho os quería proponer un ascenso...

Al final tuvieron que dirigirse al dichoso aparcamiento de gasolinera, a ver que les tenían que decir los de Delta Green. A medida que se acercaron, se dio cuenta de lo malo que era el lugar, estar allí les dejaba totalmente expuestos ante cualquier francotirador, podrían hacer con ellos un tiro al plato. El coche no tardo en llega y de el bajo Susan Klein.

-¡Buenas noches! ¡Y muchas gracias! Ha sido un trabajo muy complicado, pero aun no lo hemos terminado, de hecho quedan algunos flecos sueltos que tendríamos que poder arreglar, ya que los malos se nos han escapado.- Sin haber podido detener a los malos, el trabajo distaba mucho de estar terminado, y la verdad es que no parecía nada sencillo que fueran a ser capaces de atrapar a aquellos tipos a los que no paraban ni las balas. 

-¡Buenas noches y muchas gracias!- Fue lo único que dijo Emily, aquella mujer les hablaba de un ascenso, pero en Delta Green no sabía que era lo que podía significar, porque más problemas de los que acababan de manejar, era algo impensable. Habían estado a punto de acabar con ellos. 

  Fessenden se mostró impertérrito ante aquellos elogios…estaba en guardia ante lo que pudiera significar un “ascenso”…

- Escucharemos con atención su propuesta… -comenzó diciendo - Pero dígame..,¿que sabe de ese despacho de abogados en Montevideo? Estamos dispuestos a seguir por ahí y continuar lo que hemos empezado….Pero no podemos negar que nos vendría bien un poco de ayuda…Y me refiero tanto a la investigación en sí como en buscar excusas para eludir nuestras obligaciones habituales, que no son pocas y nos generan problemas reales… 

Green os hace preguntas precisas sobre lo que habéis averiguado. Parece bastante interesada.

- Delta Green ya ha topado con nazis en el pasado... Aunque no esperaba que tuvieran una red así de contactos en América. 

"He hablado con mis jefes y creen que hay que seguir esa trama.  Pero con discreción. Habéis levantado ampollas con vuestros jefes actuando sin autorización previa. Os exponéis a expedientes disciplinarios y auditorias. Así que dejadlo reposar un tiempo. Sed buenos chicos una temporadita.

"Tengo amigos en Buenos Aires. Intentaré seguir a los abogados en Montevideo. 

"Ahora viene lo bueno: a partir de ahora sois una célula oficial de Delta Green. Entráis en la liga profesional. Os daré contacto directo con la Célula A. Los que mandan. 

Todo aquello le sonaba bien, pero con matices, ya sabía un poco que esperar de Delta Green. Tal vez el ascenso a célula oficial fuese más una putada que un beneficio, pero tenían que aceptarlo.

-¡Muchas gracias!- Contacto directo con la Célula A, los que mandan, aquello si que sonaba bien. Como lo de poder descansar una temporada, les vendría a todos muy bien. Habían sido unos días frenéticos y muchas eran las cosas que les habían pasado, casi todas malas, casi parecía un milagro que estuviesen todos vivos y aun fuesen miembros del FBI.

Emily tan solo asentía a las palabras de la señora green, no sabía que pensar ni de ella, ni de la organización de la que formaban parte. Tan solo, que hasta ese momento habían estado como de "práctica". Esperaba que las misiones que les encomendasen en el futuro, no fuesen aun más complejas, ya que perderían la vida y la cordura, y probablemente también el trabajo.

“Guau!” pensó Fessenden. El hecho de que les convirtieran en una célula oficial de Delta Green hablaba a las claras de que habían hecho un buen trabajo; suponía un importante reconocimiento. 
 O eso o estaban desesperados por encontrar agentes, claro. 

 Jack sintió vértigo por un momento. Sin duda supondría una oportunidad de asomarse a ver lo que en realidad se disputaba en el mundo, una batalla oculta entre fuerzas que ni siquiera habían empezado a comprender. Y supondría también otra forma de cumplir sus ideales: seguiría cazando cabrones no sólo para hacer del mundo un sitio un poco más justo, sino quizá para proteger al mundo de cosas verdaderamente terribles.  
  En la otra cara de la moneda estaba lo que les había contado Marvin. Delta Green llevaría al límite su cordura y su temple. Sería realmente duro. 

 Jack respiró hondo. No podía negarse. Creía estar preparado. 

 Por América. 

  “ Dejadlo reposar un tiempo”. Bartlet agradeció enormemente esas palabras. Pensar en llevar la persecución hasta otro continente y en cómo poder disimular eso de cara a sus jefes la había traído de cabeza los últimos días. Al final parecía que habían hecho un buen trabajo siguiendo el rastro hasta Montevideo, aunque la altísima auto exigencia de Bartlet la llevaba a pensar que lo podrían haber hecho mejor. 

 “Si hubiésemos conseguido detener aquel helicóptero…” 

 Pero ahora era tiempo de desconectar y volver a su rutina. Y luego pensar en Delta Green. ¿De verdad quería formar parte de eso Bartlet? Siempre había soñado con seguir escalando en la cadena de mando del FBI, aspirar ahora a ser la sucesora de Donovan. ¿Podría servir mejor a su país en esa agencia secreta? Pero, y ¿podría negarse a formar parte de ello? 

 Necesitaba sincerarse con tío Matt. Quizá, después de todo, él estuviera también en la agencia. Sus últimos comportamientos la habían parecido sospechosos. Él, que había estado desde siempre empujándola y apoyándola en su carrera, quizá estuviera detrás de la captación por parte  de la agencia. Quizá no quisiera que llegara a ser una institución en el FBI. Quizá quisiera que en todo caso, lo llegara a ser en Delta Green. 

- Pues felicidades... Sois la nueva célula K de Delta Green.

"Klein" os da una serie de códigos, números de teléfono y mails encriptados y varias formas de contactar con la Célula A. A la que se puede pedir ayuda durante operaciones.

Tras un par de semanas de trabajo de escritorio, pides un permiso para ir a Quantico (Virginia) para unos cursos de formación en la sede del FBI. Eso es una excusa para cruzarte con tu padrino, Matt Coleman. 

Le cuentas tu investigación de los Norsefire. Te escucha atentamente. Te dice que está orgulloso de ti.

Luego confirma tus sospechas.

- Llevo en Delta Green desde finales desde hace cinco años... Cuando me crucé con un horror que no podía afrontar por los cauces racionales. Como tú en ese caso de la reserva de San Carlos el año pasado.  Uso mi cargo de coordinador de equipos en New York para organizar misiones. 

"Darla, no quería mezclarte en eso. Pero el destino ha tomado parte. 

 Bartlet sonrió. 

“ Supongo que era esto para lo que llevo preparándome toda la vida… “ pensó, no sin un poco de resignación.

No sabía si era lo que deseaba. 

Pero sentía que, por alguna razón, su tío y su país la necesitaban allí. 

- Hola, Delta Green