Los presentes se levantaron no más con un dolor de cabeza severo. La abuelita, porque se había olvidado de tratarse el cabello con un soplete a fin de reblandecer la laca y poder apoyar la cabeza en la almohada, Carlos Antonio porque se había despertado y volvía a ser un hombre con un sensual pendiente en el ombligo, y Lupita por no desentonar.
Los tres tenían que decidir si iban a buscar prepusios, y en el caso de que fueran, qué equipaje llevarían. Se hacía tarde, y después de desayunar unas pupusas y unas arepas rellenas de pupusas rellenas de arepas -desayuno ligero donde los haya- deberían emprender su viaje.
La verdad que la poderosa bruja voodoo sabía lo que se hasía. Aquel pendiente le permitió hablar y confesar que él no era realmente un caballo, si no Carlos Antonio Javier Saneguneio Veracruz, que había sido mordido por Tornado, que en realidad era ruso comunista y se hasía llamar Iván Smirnoff Cogodárzovich, trasmetiendose así la maldisión de la equinotropía.
En cualquier caso, aunque al día siguiente ya no sería un sensual y aseitado caballo, si no un sensual y aseitado joven caballeriso, se ofresió para acompañar a la abuelita en su misión. Al fin al cabo estudiaba medisina para salvar a su mamasita, sabía moverse por hospitales.
Mastersita, no se muy bien que tienes pensado hacer con la partida al final pero ya te digo que yo tendré tiempo, te quería preguntar.
Ya que por historia Carlos Antonio estudia medicina, es posible que tenga algún pase de prácticas para el hospital o algo así?
Luego, es que los objetivos de mi pj parecen más a largo plazo pero si que tenía que averiguar la verdad sobre Ana Victoria Yolanda, que se supone que está en coma...dónde? En el hospital? Porque ya que voy podría hacer una visita.
Ya que por historia Carlos Antonio estudia medicina, es posible que tenga algún pase de prácticas para el hospital o algo así?
Si te parece, por aquello de hacerlo más absurdo, pon que conoces a alguien que te puede dejar una bata blanca y una identificación (todo el mundo sabe que eso automáticamente te convierte en médico residente). Le hisiste un favor hace mucho tiempo, cuando se quiso deshacer de un cadáver. Y ese favor te lo tendrá que DEVOLVERRRRRRR *CHANCHANCHAN*
Luego, es que los objetivos de mi pj parecen más a largo plazo pero si que tenía que averiguar la verdad sobre Ana Victoria Yolanda, que se supone que está en coma...dónde? En el hospital? Porque ya que voy podría hacer una visita.
Por mí perfecto. Pon que está en el hospital de al lado de villaprepucios o donde coño vayáis a buscarlos. Eso si, tendrás que convencer a la abuelita de que te acompañe, o ir tú de estrangis o algo así ^^
¿Te parece apropiado?
Lupita no intervino en la bisarra essena que presensió. Además, no entendía un carajo de lo que hablaban en esa extraña lengua que, tratándose de una bruja, seguro que era la del demonio. Descubrió la verdadera identidad de cablallo, quien no era un aseitoso caballo, sino un aseitoso caballero.
Sin embargo, la abuelita quería embarcarse en una nueva aventura a la que Lupita no podía asistir.
- Lamento mucho no poder acompañaros, doña Carmen Antonia Lusía-se disculpó-. Pero tengo que preparar mi boda con Ricardo Toribio y no puedo irme de la hasienda sin más... Espero que me disculpe-le dijo hasiendo pucheritos con sus carnosos labios latinos.
Además, así podría visitar a la bruja para conseguir algo que quería desde hasía mucho tiempo...
y no puedo irme de la hasienda sin más... Espero que me disculpe
La anciana asiente (Mientras termina de chuparse los dedos). –Mues claro mija, faltaría más… ¿Por que ibas a perder el tiempo ayudando a una anciana minusválida que ha perdido su medio de transporte? ¿Por qué habrías de perder tiempo en una desgraciada lisiada lisiadita? No, tu planifica tu boda, alguien de tu edad no puede perder unos días por alguien de la mía, sería mucho pedir…
La anciana se acerca a la ventana, donde cae una lluvia claramente producida por uno de los becarios del rodaje con una manguera (Lo delata el hecho de que, mientras en una ventana llueve a mangerasos, en la otra brilla el sol y se ve a Ivansito el moso de los recados con la mangera)
Mira su reflejo en el cristal.
-Pobre anciana, pobre anciana liasada…
saca un disco, lo pone en el tocadiscos
-Una flor marchita de otra época, abandonada por las generaciones siguientes, aparcada en una silla sin ruedas a esperar inmóvil la muerte. Una mujer indefensa, perseguida por el FBI, la guardia costera, la mafia china, la interpol y Xenu, el emperador galáctico. Acusada de siete delitos, de los cuales es inocente de un número entre cero y siete. Una mujer que lo ha dado todo por esta familia ¡Todo! Y que ahora se lo devuelven así.
La cámara enfoca el tocadiscos y la ventana antes de volver a la ansiana, aunque demasiado pronto, pues se ve como exprime medio limón sobre su ojo y lo avienta lejos (el limón).
(Entre sollozos) ¡Pero qué sola estoy! ¡Pero qué sola! Triste y abandonada miserablemente, tirada como una colilla a un basurero en la época de su indefensión. ¡¿Qué he hecho yo para merecer esto?! ¡¿Qué?! –Por favor que nadie responda esa pregunta.
Pues vete a planear tu boda con Ricardo Toribio. Corre mija, corre antes de que la farmaseutica del pueblo le convenza de cancelar la boda mientras fornican como furbis en la trastienda de la botica...
...Mientras yo me arrastro en busca de los recambios para arreglar mi silla. Sola y arrastrándome bajo la lluvia y contra el viento.
Empleando un remo impulsa el taburete hacia Carlos Antonio Javier Sanegunio Veracruz (Produciendo chirridos, dentera y chispas, pues el taburete no tiene ruedas ni topes de plástico en las patas, puro metal arañando las baldosas)
-Menos mal que aún quedan caballeros aseitados que la salven a una y no la dejen tarada como una colilla. Sos un ángel amigo mío. Vámonos Carlos Antonio Javier Sanegunio Veracruz, vámonos. Ya me harán caso cuando este muerta y el notario les lea mi testamento, ya verás cómo se acuerdan de mi ese día. Solo tu podrás reírte el día que lo lean, veras que chiste.
Empieza a remar dirección a la puerta, haciendo saltar chispas como un “rail grinder train” sin importarle que una alfombra eche a arder. De hecho el humo de extintor hace más espectacular su salida (o amago, claro). Aunque dos foces le quitan dramatismo:
-¿Repetirán la toma no? –Pregunta Ivasinto el becario, jadeando por la carrera y tener que apagar el fuego
-¿Tú que te has creído que esto muchacho? Aquí no se repite nada, luego en montaje lo arreglan todo- Responde el director.
A esto os referiais con ser mas culebronescos? XD
Lupita escuchó las palabras de la abuelita, cada una se clavaba en su corasonsito latino de sangre caliente pegada a su piel* como un puñal. Hiso unos pucheritos con sus labios gruesos y sensuales que todo el mundo tenía en esa hasienda (incluso las gallinitas de los corralitos tenían labios gruesos y sensuales, lo cual era perturbador). Miró a la abuelita con lagrimas en los ojos y respondió.
- Lo siento, doña Carmen Antonia Lusía. Pero intento haser el bien por esta hasienda que tanto me ha dado y ofresido y... quiero terminar con algo que puede estropear la vida de su nieto-las lágrimas comensaron a aflorar y caían como dos chorros de aspersores, regándolo todo y contribuyendo a apagar las lágrimas de la abuelita-. Si me marcho, quedará desprotegido y todos en la hasienda me odiarán por no cumplir mi promesa.
Miró a Carlos Antonio Javier Sanegunio de la Crus con las lágrimas aún en los ojos.
- Lo entiendes, ¿verdad? Entiendes que los desigggnios-nunca había usado esa palabra, por lo que pensó que así era como los pronunsiaban las señoritas de bien-de mi corasonsito, ¿Verdad? Me encantaría poder acompañarlos pero... no puedo... no puedo haser esto a la hasienda, ¡no puedo! ¡Que Diosito y la Virgensita de Guadalupe me lo perdonen!
Comensó a llorar como una magdalena antes de sacar su bolsa con platos para romper en momentos dramáticos y dejar caer uno al suelo antes de irse de ahí llorando.
- ¡Que me lo perdonen, que me lo perdonen! ¡Ay, Señor!-se fue corriendo y llorando.
Cuando Lupita se marchó, quedaron solo Carlos Antonio y la Abuelita. La abuelita, completamente indiferente al hecho de que Carlos Antonio ya no era un caballo, cogió la fusta y se montó sobre él. Se puso un sombrero de sus tiempos de aventurera, cogió su látigo y dijo:
- ¡Arre, Carlos Antonio! ¡Hasia el horisonte!
Y ambos partieron al trote hasia el susodicho horisonte, mientras empesaban a pasar las letras de crédito sobre ellos.
FIN
Lupita salió corriendo, horrorisada por su angustia interior, totando por la hasienda entre lágrimas falsas.
Mientras tanto, Victor abrió los ojos. Estaba en calsonsillos, de barro hasta el tolón, pues se había levantado en sueños y como soñaba que recorría mundo, estaba recorriendo la hasienda en calsones.
Ambos se miraron. La cámara enfocó a los ojos de uno, a los ojos de otro. A los ojos de uno, a los ojos de otro. A los ojos de uno, a los ojos de otro. A los ojos de uno, a los ojos de otro.
- Lupita... -dijo Victor Alfredo.
- Victor Alfredo... -dijo Lupita.
- Lupita... -dijo Victor Alfredo otra vez.
- Victor Alfredo... -dijo Lupita.
- Lupita... -dijo Victor Alfredo otra vez.
Una pausa.
- Victor Alfredo... -dijo Lupita por si no había quedado claro.
Y entonses, Lupita bajó los ojos hasia los calsones. La cámara enfocó su expresión asombrada, y cómo se tapaba la boca con fingido recato...
- ¡CORTEN!- gritó el director.
FIN