Partida Rol por web

La noche estrellada nos arropa y aquel acto solemne estaba por culminar bien para todos, el Abismo Negro volvía a renacer después de que este había sido quintado desde sus raíces para dar paso a una nueva faceta, la brutalidad y terrible disciplina ejercida por Arcadio Beltrán parecía no tener límites, su sadismo y ferrea manera de obtener resultados lo llevaban al límite de la locura, pero era efectivo, sin embargo nunca me esperé presenciar y sufrir en carne propia ese mismo proceso.

De inicio el haber interrumpido uno de los autorictas ritaes más importantes del Sabbat no era lo que me había molestado en aquel momento y en aquel lugar, sí no que para dejar en claro que su método y postura funcionaba permitió mermar a mi manada sin mi consentimiento ni previo aviso, y eso no lo iba a permitir por muy obispo que se sintiera en aquel momento Beltrán.

La destrucción de Mel era tal vez merecida, no niego que me dolió por el vínculo recién adquirido pero eso no justificaba que su idea había sido realmente estupida, todo por adelantar situaciones, ahora éramos una manada y lo primero debería haber sido el actuar rápido y de manera eficaz pero en conjuto, por fortuna el resto de la manada reacciona bien y Drussiell es la primera en crear una trinchera desde donde pensar primero y contraatacar después. Enseguida Dirty D apalea a base de tiros a aquel perro rabioso pero desafortunadamente si no es plata no le va a afectar en nada, solo ha azuzado más al mechudo y este lo sigue a una velocidad relampagueante, por suerte el chucho se frena bien ante el encantamiento de Drusiell. Mi pistola no le va a hacer mucho mas que un par de cosquillas, luego el perrote pareciera tomar atención por una segunda presa la cuál permanece absorta como cervatillo contemplando una potente linterna en medio de una oscura carretera.

-¡Hay que movernos de aquí Daniel!...-

Alcanzo a decir mientras ambos nos acercamos hasta el altar. Luego me dirijo al resto de la manada. -¡No gastemos munición!, a eso -señalo al Lupino- no lo derribaremos con balas... necesitamos plata para dañarlo.- Un brillante reflejo que se da por una fracción de segundos en la espalda de Drusiell me llama la atención. -O una espada para decapitarlo...- señalo con el mentón la espada que lleva en su espalda a Drusiell.

Doy un vistazo rápido para buscar al niño pero no lo veo por ninguna parte.

-¿¡Mateo!?...-

Nada más terminar la vaulderie vinieron más vehículos y traían un puto lobo enjaulado, encima lo drogaron antes de soltarlo, había visto cosas chungas en el Sabbat pero el puto Beltrán estaba como una puta cabra.

El puto bicho destrozó en un momento a unos de los humanos que lo había traído, y un instante después hizo lo mismo con Mel, que le había pegado dos tiros y no le había hecho nada. La sacerdotisa empezó a lanzar algún conjuro, pero en esos momentos me daba igual, no iba a permitir que hiciera eso a su recién nombrada hermana.

Saqué el hacha de su caja y empecé a correr hacia el lobo, mientras lo hacía pasé la mano por el altar por si servía de algo, y me lancé contra el puto bicho enarbolando mi hacha por encima de la cabeza.

—¡AAAHHH CABRON!.

Apenas escucho el grito de guerra infantil de Mateo y me estiro lo más que puedo hasta sujetarlo por la capucha y evitar perder a otro miembro más del Abismo Negro, o bueno medio vástago, daba igual ahora éramos una hermandad. Lo azoto de espaldas contra el altar de piedra para luego sentenciarlo con mi dedo índice.

-¡Aunque parezcas un crío no lo eres!, ¡No vuelvas a acercarte a las puertas del abismo a menos que estés dispuesto a saltar y ser consumido por la oscuridad!.- Finalizo mi intento de reprimenda esperando a que se calme el niño y en caso de que no, ya no iré por él, que se lo trague el lobo.

Me dirijo a la pelirroja y al resto en general.-El plan es el siguiente, Drussiell  le entregará a Dirty D su espada para que él sea quién decapite a esa bestia mientras que Daniel hará el intento de dominar el espíritu combativo de esa cosa. Mateo y yo serviremos de señuelo.-Dirty D era el que tenía más posibilidades después del obsequio que el Pantera le había hecho luego del amaranto si mis cálculos no fallaban.

-Drusiell se quedará aquí en el altar ya que se encuentra debilitada por el uso de su sangre en este conjuro de protección, si salimos de esta tendremos que ir con mucho cuidado y pensarlo dos veces antes de actuar...-le dirijo una breve mirada al crío enfatizando su estúpida acción.

-Si no hay dudas prepárense y demostremos al imbécil de Beltrán que con ninguno de nosotros se juega.-Desenfundo mi pistola personalizada cortando cartucho y con el mentón le indico a Mateo que se acerque para comenzar a llamar la atención del Lupino, mientras asiento con el mentón a Daniel para que intente hacer contacto mental con el garou.

Al parecer la magia de la peliroja había hecho efecto y un muro sobrenatural se erigía como defensor entre ellos y la bestia salvaje. Hombre lobo contra vampiros, eran un cliché de Hollywood. Pero tenían que espabilar o el siguiente en atacarles por no haber superado la prueba sería el futuro obispo.

Dante se pone a repartir órdenes como si fueran una unidad seal de las películas. DirtyD asiente emocionado mientras sigue apuntando a la bestia cuando hoye que el tendrá que coger la espada y decapitar a la.. un momento ¿Que?

- Con el debido respeto Ductus, si cojo esa espada es más probable que me corte una pierna a que le haga daño alguno. Lo más cerca que he estado de luchar con espadas fue cuando jugué ante las cámaras con una réplica de Hielo para hacerme una foto molona en la comicón. Mateo se crio en la calle y parece tener la lucha con armas blancas bastante por la mano, envíalo a el. Además, quedará mucho más peliculero. 

Dijo mientras hacía crujir el cuello y empezaba a dar saltitos como un boxeador.

- Yo puedo hacer de señuelo. Cuando digáis.

Dejo caer la cabeza en tono de frustración, esa maldita estampa frikitera de Dirty D me ha tomado por sorpresa. -Agradezco tu sinceridad Dirty D.- asiento con el mentón para dirigirme nuevamente al crío. -Será tu turno al bate...- le indico con el mentón que se acerque a Drusiell para que le entregue la espada mientras me dirijo al resto. -Dirty D la hará de señuelo llamando la atención a tiros del rabioso, mientras le apoyaré a Daniel con Dominación para tener más oportunidad.- Aseguro mi pistola y la guardo entre mis ropas, al final o acabamos con el peludo o el calvo nos acabaría a nosotros. Me dirijo a Mateo y a los demás -¿Alguien más tiene alguna objeción? si no es así manos a la obra...-

Asiento a lo que dice Dante después de ver como alecciona a Mateo, no quiero imaginar si el ductus hubiera sido Beltrán, se lo hubiera comido vivo.

Desenfundo mi espada y la coloco sobre el altar poniendo mis manos cruzadas una encima de la otra ambas sobre la cruz que forma la guarda para recitar un breve encantamiento, luego le indico a Mateo que me dé su mano extendiendo hacia él la mía aún sin abrir los ojos.

-Que la fuerza de mi Sire guie a tu mano y te otorgue la templanza suficiente para que esta espada cumpla con la función para la cuál fue forjada, convertirse en la llave que le abrirá las puertas del abismo al enemigo.-

Dicho esto consagro mi espada para que le otorgue un extra de confianza al portador que será en este caso Mateo. -Claro, si es que el niño no cambiaba nuevamente el plan- Abro los ojos y solo puedo asentir brevemente en señal de respeto ante el peligro que representa aquella encomienda.

Por un momento la vista se me nubla al usar nuevamente el poder de mi sangre para este otro conjuro.

Con un tirón me solté del agarre de Dante y me giré para encararme a el.

—Pues no me trates como a un crío y no te creas que a mí me va a hacer lo que a Mel.

​​​​​​Me giré al escuchar las palabras de DirtyD, sonaba a excusa o a cobardía, pero no le faltaba razón. Y como siempre, escuchaban a alguien que llevaba cuatro días siendo vampiro antes que a mí.

—Pues claro que sí, dadme la puta espada—. Dije mientras incrustada mí hacha en el suelo con un potente golpe y extendía la mano para recoger la espada del altar.

Muevo la cabeza en tono de desaprobación ante la actitud del chaval pero es lo que hay, le indico a Daniel el lugar desde donde intentaremos dominar a aquella enloquecida bestia.

Me acerco al límite del círculo para que el Garou se acerque lo más que pueda a una zona de seguridad y lograr hacer contacto visual con aquel ser, me concentro tratando de que aquella mente salvaje y rota por la droga y la tortura abra un hueco para poder ingresar, hago un gesto involuntario de dolor la notar que he llegado a la última resistencia racional de aquel lupino me llevo una mano a la sien para dar un útimo empuje telépatico y tratar de someter a aquella bola de pelos y rabia.

-Calma... te ordeno que tranquilices tu furia, sé que puedes entenderme, pronto todo acabará  y percibirás paz y oscuridad para un descanso infinito, ahora no opongas resistencia, no hay furia, no hay razón de luchar, solo tranquilidad y serenidad. Calma total.-

El Garou arranca de su lugar visiblemente enfurecido en cuanto se da cuenta de que Dante Cienfuegos se acerca al límite del círculo de protección, aquella bestia comienza a lanzar una serie de mordiscos tratando de alcanzar a aquel cainita pero se frena violentamente al llegar al límite de aquel escudo invisible, imposible para el lupino evitar la mirada del Lasombra el cuál logra entablar un firme contacto visual y llamar la atención de aquel rabioso e intranquilo Garou, el hombre lobo comienza a bajar la intensidad de su ataque aunque de vez en cuando se resiste y mueve la cabeza violentamente sin dejar de gruñir, de vez en cuando hace las orejas hacia atrás en señal de que esta siendo dominado, sus garras dejan gruesas marcas en la tierra aferrándose a no cruzar aquel límite.

Agarré la espada fuertemente con ambas manos y me agazapé a la espera de tener una buena oportunidad para atacar, en cuanto tuviese la oportunidad me abalanzaría sobre aquel puto bicho y le demostraría a Dante lo equivocado que estaba conmigo.

Daniel no tenía disciplinas que pudiesen ayudarle contra aquella bestia y Animalismo era... demasiado suave para un monstruo como aquel. Simplemente sacó las garras que le conferían su disciplina y origen como Gangrel, sus rasgos faciales se volvieron más ariscos y sus colmillos más pronunciados. Sus manos se tornaron afilados. Corrió hacia Dante y se preparó por si en algún momento debía auxiliar a alguno de sus compañeros o simplemente apartarlos de la trayectoria de un garrazo. Siempre era de agradecer alguien que se preocupase por que los demás no acabasen partidos en dos.

Corrí hacia el lupino aprovechando que estaba distraído, aunque no tanto como parecía, ya que en el último momento se giró hacia mi y pudo reaccionar a mí ataque. Cuando estaba prácticamente debajo de él, di un potente salto mientras agarraba la espada con ambas manos y lancé un golpe ascendente que la criatura intentó bloquear con sus brazos.

La espada atraviesa la garganta del Garou cortando la tráquea y una yugular dejando escapar un potente chorro de sangre, el lupino se lleva ambas garras al cuello de manera instintiva, agonizante el hombre lobo se revuelve furioso cegado por el ataque recibido y la droga  que recorre su organismo dando varios mordiscos al aire, gruesos hilos de sangre se deslizan por entre sus fauces, este se lanza de lleno sobre el pequeño Mateo quién es el cainita más cercano dispuesto a destrozarlo con el último aliento de vida que se le escapa al lupino a través de aquel impresionante tajo en la garganta.

Las cosas se habían precipitado, ya era imposible atraer su atención de otra forma que no fuera con plomo. El olor a sangre y almizcle proveniente del hombre lobo era intenso y acojonante. Estaba en mitad de una pelea brutal en la que se jugaban su propia vida. El tal Beltrán era tan sádico como el, mientras observaba la escena desde un lugar seguro. Apuntando con su magnum directamente a la cabeza del lupino y sonriendo ante la sangre y los gritos de dolor que se escapaban de esa bestia moribunda le dedicó unas últimas palabras.

- Sayonara baby.

El ruido del cañón al disparar resonó de nuevo con fuerza, mientras podía sentir la fuerza del disparo. Tan solo esperaba que fuera suficiente para acabar con ese maldito engendro de una vez por todas.

El estruendo de la Magnum resuena en medio de aquellas ruinas seguido instantáneamente por un doloroso chillido animal el cuál se escucha ahogado en sangre, trozos de cráneo y peluda piel además de sanguinolenta materia gris se esparce debido a la explosión de la bala expansiva detonada en la cabeza del Lupino el cuál cae pesadamente encima de Mateo.

El hombre lobo ha sido aniquilado, su cadáver a quedado con medio rostro destrozado donde uno de sus ojo prácticamente ha sido volado de su cuenca y media quijada queda colgando permitiendo ver parte de las afiladas fauces y en el medio una ensangrentada lengua expuesta de lado escurriendo líquido vital dejando un charco que pareciera querer absorbe todo lo que toca.

Por un momento conecto visual y mentalmente con la bestia logrando amanzar su estado fúrico por un par de segundos suficientes para que Mateo actue, el niño ha hecho un buen trabajo pero no es suficiente para neutralizar a aquella máquina de matar.

Pierdo el puente mental y Mateo se encuentra en peligro desenfundo mi pistola pero Dirty D está ya encima del lupino apuntándole con una magnum, le vuela la cabeza de un solo disparo, el garou cae encima del pobre Mateo el cuál queda oculto bajo aquella masa sanguinolenta de músculos y pelos. Guardo mi pistola en la cintura y me dirijo hacia aquel cádaver de perro para empujar con un pie su inmóvil cuerpo y extenderle una mano al crío.

-Buen trabajo... ¿Te encuentras bien?- le pregunto mientras le ayudo a incorporarse, asintiendo con el mentón a DirtyD de paso para luego girarme hacia donde quiera que se encuentre Beltrán adoptando una postura seria y tratando de no demostrar mi aversión hacia su estúpida conducta.

-Estimo que la prueba ha sido superada con creces, alto señor de la oscuridad -y de las pendejadas mortales- espero que la ofrenda de una de mis hermanas haya bastado para sellar nuestro compromiso hacia la espada de Caín.- Levanto el mentón orgulloso pero sin fijar directamente mi mirada en la de Beltrán demostrando respeto a las jerarquias del Sabbat. -El Abismo Negro se encuentra a su entera disposición, eminencia.- Inclino mi cabeza en señal de que estaremos dispuestos al sacrificio por la causa... por ahora.

Todo sucede tan rápido que no hay tiempo para errores, después de lo que le sucedió a la Malkavian por su imprudente movimiento me queda claro que Beltrán sigue con su particular manera de separar el trigo de la paja, sin embargo también nos demuestra que solo quedaremos los mejores en esta facción del Sabbat. Eso me enorgullece.

Después de observar como DirtyD envía al abismo al lupino, me incorporo aún cuando siento que la cabeza me da un poco de vueltas por el sobreesfuerzo de haber utilizado mis poderes de sangre, eso me recuerda algo, rápidamente busco en mi mochila algunos frasquitos vacíos y me deslizo como puedo hasta a donde se encuentra Dante ayudando a Mateo para recolectar la sangre del garou mientras escucho el discurso del Ductus. Al finalizar la recolección, me incorporo y me coloco detrás de Dante apoyando sus palabras con una actitud de orgullo.

Presiento que esta nueva versión del Abismo Negro nos conducirá a hacia la gloriosa senda de la victoria.