Partida Rol por web

El elfo fue, aunque de refilón el unico capaz de ver los efectos devatadores de la carga de los seguidores de Sigmar. Sus lanzas parecían atravesar sus cuerpos como un cuchillo caliente en mantequilla y la precisión y velocidad de sus ataques hizo que 6 de ellos cayeran bajo sus golpes, entre ellos dos de las bestias que llevaban cota de mallas.

El primer objetivo estaba cumplido, el padre Oddo estaba apartado del centigor y Thorsten se hallaba en una encrucijada, tras fallar el dardo mágico anterior, dudo en lanzar un nuevo dardo o utilizar la espada, al final Thorsten se concentró, rebuscó los ingredientes del conjuro, y lanzó un nuevo dardo aprovechando que la bestia estaba distraido con Shuturgal.
- ¡POR SIGMARR! - Gritó con todas sus fuerzas para que lo oyeran los recien llegados refuerzos...

Qress no podía ver lo que ocurría más adelante con la carga de sus repentinos aliados, así que siguió atacando a las béstias tratando de dar lo mejor de sí. Su primera estocada quedó lejos de su objetivo, sin embargo la segunda atravesó la maya y hendió la carne del brazo de su oponente. Luego se dispuso a esquivar los hachazos de las dos bestias. Estas alzaron los brazos para blandir sus armas sin embargo el golpe no llegó a caer. Tras ellos Qress vio la figura de uno de los seguidores de Sigmar que miraba insensible como la última bestia ensartada por su lanza se escurría por esta hasta dar con sus huesos en el suelo.

Thorsten por su parte se concentró en lanzar un nuevo conjuro, sin embargo este no llegó a materializarse, mientras que Shurtugal intentaba de nuevo dormir a uno de los atacantes, sin embargo no consiguió concentrarse lo suficiente y en el último momento los vientos de la magia escaparon de su control sin provocar efecto alguno.

Las bestias trabadas en combate contra ellos parecía ateridas por el frio sobrenatural que todavía emitía el padre Oddo.

Por último, antes de que nadie pudiera hacer nada más, uno de los caballeros ensartó a las dos bestias que quedaban y un repentino silencio, solo interrumpido por las plegarias del padre, se apoderó del lugar.

- Padre, el combate a terminado. - Escuchasteis decir a uno de ellos.

Shurtugal observaba el desenlace final de la situacion. Aun sin saber a buenas que habia desenvocado en aquel frenesi, a excepcion de la calavera que Thorsten portaba oculta. Aun asi rapidamente se envaro y corrio junto al enano matador y trato de evaluar las heridas que este habia recibido.

Sigmar estaba con ellos, justo cuando mas lo necesitaban, unos caballeros imperiales aparecieron para sacarles las castañas del fuego.
Thorsten vio como el elfo iba a atender rapidamente al matador, y Thorsten de un vistazo vio que Qress estaba herido, pero vivo, nada que un estaliano no pueda soportar, asi que se acerco al padre, le recogio la mochila y atendio sus heridas.
- Bien hecho padre, hemos protegido el artefacto frente a todo pronostico, puede descansar ya nos ocupamos nosotros... -

Thorsten se dirigio entonces hacia sus salvadores - Mi nombre es Thorsten Donhart, y os damos las gracias por vuestra ayuda, estamos en una mision para la iglesia de Ulric, y es de vital importancia que lleguemos cuanto antes a su templo, por tanto os imploro vuestra escolta hasta nuestro destino, o en su defecto nos presteis la ayuda que podais, el templo sabra ser generoso con vos... -

Thorsten recupero la mochila y volvio a cargar con aquella cosa.

Thorsten tomó la mochila de manos del padre Oddo, si bien no pudo evitar que esta cayera al suelo y se abriera, revelando el contenido. Rápidamente volvió a cerrarla.

Kurdrim abrió lo ojos para ver a un preocupado elfo vendándole las heridas.

Los recién llegados desmontaron de sus caballos y tras una rápida inspección de la situación se ofrecieron a curar vuestras heridas. El que se presentó como Mathias Hoffer, un tipo de casi dos metros de altura, de pelo y ojos negros, invocando la bendición de Sigmar os sanó por completo a todos mientras sostenía un amuleto que en cierta medida os resultaba familiar.

En los instantes que siguieron respondió a Thorsten - Os escoltaremos sanos y salvos a Middemheim siempre y cuando nos gusten vuestras respuestas a una serie de preguntas que imagino no tendrán inconveniente en responder.- haciendo una pausa para que considerárais la situación.

El extraño sueño que habia tenido se disipo lentamente a medida que un fuerte dolor de cabeza acudia a mi haciendo que me tocara la sien de manera automatica, notando como tenia la cabeza vendada. Al abrir los ojos la mirada seria de Shurtugal, quien me estaba vendando las heridas, me hizo reincorporarme del suelo como un resorte haciendo aspavientos para que me dejara tranquilo

¡Deja de manosearme, amante de arboles!¡No soy ningun bichejo desvalido que tengas que achuchar!- espete ofuscado sin saber aun que diablos habia pasado - ¿¡Donde estan las bestias!?¡¿Y por que demonios aun no estoy muerto?!- añadi mirando enderredor buscando tanto a Filo Argenteo como a las bestias que nos estaban atacando

Fue entonces cuando, en medio de un nuevo mareo, la voz de alguien a mi espalda me hizo girarme a tiempo para ver como unos tipos, uno de los cuales me recordaba a Gregor en cuanto a tamaño, desmontaban de sus caballos con un aire de superioridad que no me gustaba lo mas minimo

Estreche la mirada, escudriñando a los tipos en cuestion, soltando una risotada seca, casi un graznido, cuando reclamaron unas respuestas a algo que aun no habia escuchado.

Primero dimes quienes sois y que pintais en todo esto... y no me vengas con que sois unos simples viajeros por que eso no me lo trago... ademas ¿¡Donde estan las bestias!?- volvi a replicar, mirando a todos los presentes por turno

No entendia nada de lo que habia pasado alli y nadie parecia tener a bien explicarmelo

En cuanto respuestas ¿a que?¿y a que vienen esos humos, humano? 

- Es cierto que no es casualidad que estemos aquí, no ha sido fácil seguiros la pista. Debeis agradecer a Jakob nuestra oportuna llegada, - dijo señalando al robusto humano de pelo claro situado a su lado. - de otro modo quién sabe que habría pasado. -

- Pero todo a su debido tiempo enano, de momento soy yo el que hace las preguntas dado que he salvado vuestras vidas. He escuchado que en Middenheim estuvisteis haciendo preguntas sobre un tal Gerhard Kroen, recientemente fallecido. ¿Para quién trabajábais y cuál es vuestro interés en él? - preguntó, luego su mirada se desvió hacia la calavera que Thorsten trataba de guardar, una mirada dura como el acero - ¡En el nombre de Sigmar! ¿Qué es esa abominación, de dónde la habeis sacado y qué teneis pensado hacer con ella? -

¿Y a santo de que nos estais siguiendo?- dije dando un paso hacia el extraño y cruzando las manos sobre el mango del hacha, que reposaba cabeza abajo frente a mi - En cuanto a lo de salvarme la vida yo no lo he pedido en ningun momento, es mas, solo has conseguido prolongar mi vergüenza con semejante accion, asi que no veo porque deberia estar en deuda contigo...- añado con la tozudez tipica que caracteriza a todo enano hecho y derecho

Pero entonces algunas pregunas un tanto indiscretas ponen de manifiesto el interes de aquel tipo en nosotros, haciendo que las pocas ganas de contestar que ya tenia de por si se acrecenten

Esa "abominacion" no es asunto tuyo humano- dije tajante colocandome entre él y la calavera - Pero para tu informacion la llevamos al templo de Ulric, en Middenheim, y pobre de aquel que intente impedirlo -sentencie de manera harto evidente, dandole un par de golpes cariñosos al hacha en el mango aunque sin mostar, aun, una actitud belicosa*

No me gustaba el tono de aquel tipo, ni sus maneras, mucho menos su aspecto asi que o me ofrecia unas buenas explicaciones o por mi parte ya se podia dar con una piedra en los dientes que no iba a sonsacarme nada mas al respecto... y mucho menos agenciarse la calavera demoniaca

Shurtugal observaba las reacciones de los hombres al observar el objeto que habia desencadenado nuestras ultimas desgracias, mientras no podia dejar de escaparsele los movimientos tan repentinos del matador tras recuperar la consciencia. Contento consigo mismo mientras observaba como este volvia a las andadas nada mas recuperarse.

Agradecia al clerigo de Sigmar el restablecimiento de sus heridas mientras escucha y se preparaba para la futura contestacion de los agentes ante las palbaras del matador. Tratando de desviar un poco la furia de estos sobre el enano.

- Como Maese Kurdrim os ha dicho, caballeros de Sigmar, realizamos un viaje al Templo de Midenheim. Escoltamos al Padre Oddo y la "abominacion", para que se hagan cargo de su destruccion. Sobre su primera pregunta no se que responderle, ya que no se a que se refiere.

- Maese enano - dijo con calma - me disculpo por haber prolongado vuestra verguenza, no obstante creo que le hemos salvado de una mayor. Si bien es cierto que con su muerte podría haberse redimido de lo que le llevó a ser lo que es, también es cierto que si su objetivo es entregar y destruir esa cosa y por la compañía me atrevería a decir que su palabra va en ello, no cumplirla conllevaría una nueva verguenza que muerto no tendría la oportunidad de limpiar. Así que si le parece bien acepte mis disculpas por un lado y deme las gracias por otro.-

- Y volviendo al tema de esa aberración. ¿Ha manifestado su poder de alguna manera? Ni que decir tiene que me parece muy buenas vuestras intenciones,- dijo haciendo referencia a las palabras del elfo - y os ayudaremos a cumplir con ellas, sin embargo, me gustaría saber cómo la encontrásteis y quién os encargó la misión. Veo que os acompaña un sacerdote de Ulric, fue él.-

Hummpf- gruñi ante la disertacion de aquel tipo cruzandome de brazos y echando una mirada airada hacia el bosque circundante, como si cada arbol alli presente tuviera la culpa de aquella situacion - Supongamos que tienes razon, humano- añadi entre dientes y adoptando una posicion menos predispuesta al enfrentamiento, dejando que el elfo llevara la conversacion, pero de nuevo las preguntas volaron certeras hacia nosotros cual virotes a la cabeza de un goblin

Enarque una ceja, meditabundo, mientras el tipo seguia con sus conjeturas

No se que poderes piensas que tiene... esa cosa, pero los hombres bestia nos siguieron como perros a una presa herida, casi parecia que la pudieran oler. Aparte de eso tendras que preguntar al mago, es el quien la ha custodiado todo el tiempo y la noche pasada dijo algo sobre sus efectos, aunque a mi me parecieron supercherias y pamplinas, como toda brujeria. El aqui presente es el Padre Oddo, sacerdote de Ulric, y fueron elllos lo que pidieron de nuestra ayuda para recuperar el objeto; fue pan comido, matar un minotauro, un par de demonios y unos cuantos esqueletos. Nada que mi pequeña no pudiera abarcar ¡ja!- añadi palmeando a Filo Argento con claro afecto - Y ahora ¿como sabeis tanto de todo esto? Aun no habeis dicho que os ha traido aqui ni quienes sois realmente... creo que seria lo justo saber eso dado que sabeis tanto de nosotros y, ahora, de lo que nos atañe con respecto a ese craneo impio 

Shurtugal se mantiene cerca del Enano mientras espera la respuesta a las insistencias del mismo hacia los Caballeros de Sigmar. Estos tenian mucha curiosidad por bastantes cosas que les hacian efecto a ellos mismos y la verdad picaba la curiosidad al menos por su parte sobre ese tema.

Mientras ayudaba al Padre Oddo a reincorporarse y ver si el tenia algo mas que añadir a sus palbras para los de Sigmar, no deja de observar la zona y presentir que algo mas se avecinaba, a pesar de no saber si seria bueno o malo.

- Padre - dijo cortes pero seco a la presentación del enano. Luego dio respuesta a las preguntas de Kurdrim, ante el silencio tanto del estaliano como del mago. - Somos soldados en la lucha contra el Caos, unos pocos entre muchos. Como hemos comentado queremos saber cual es vuestro interés en Gerhard Kroen. No enteramos que anduvísteis preguntando por él. -

Pero andemos, no es conveniente quedarnos aquí y todavía queda camino por recorrer hasta la ciudad.

Para que luego digan que los enanos somos testarudos- gruñi notando cierta afinidad con aquel tipo a pesar de nuestras diferencias - ¿Asi que simples soldados que luchan contra el Caos, eh? Esto no lo hace un soldado cualquiera- dije señalando con el menton la cantidad de muertos que habian dejado a su paso - Pero supongo que todos podemos guardar algun secreto que otro. Ese al que mencionas, el tal Kroen, se vio envuelto en un seguido de asesinatos provocados por skavens. Si, skavens, y no me vengas con la monserga de que no existen o te salto los dientes. He visto a demasiadas de esas alimañas como para que me llamen mentiroso al decir que existen. Las hay, a miles, bajo nuestros pies. En todos lados, solo que los humanos os empeñais en negarlo una y otra vez como si eso os fuera a salvar de tener que enfrentaros contra ellos llegado el momento- dije dejando ir toda la rabia de golpe en aquella disertacion, lanzando un nuevo gargajo al suelo en señal de desprecio ante aquella actitud tan poco inteligente

Mataron a ese Kroen, y a otros antes que él. Lo que buscaban esas ratas no lo sabemos, pero se llevaron un emblema de Sigmar que personalmente lleve al templo despues de que el padre Dietrich me lo diera con su ultimo aliento... pero no os preocupeis, les dimos su merecido a esas ratas antes de que la guardia de la ciudad se ocupara del asunto y limpiara su madriguera. Por desgracia del emblema solo encontramos el marco, el emblema en si ha desaparecido, pero pobre de aquel que lo guarde para si y yo me entere- explique de una vez por todas el meollo de la cuestion

Si con aquello no empezaban a mostrarse algo mas colaboradores y seguian interrogandonos iban a ver a un enano cabreado de verdad

- No soy de los que niegan las evidencias, ni las manifestaciones del caos, tan sutil una veces tan clara otras, así que no voy a empezar ahora. Agradecemos de veras la información que nos habéis facilitado.- 

El camino de vuelta siguió su curso sin que nadie hiciera muchos más esfuerzos por hablar hasta finalmente se divisó la impresionante montaña que servía de base a la ciudad del lobo blanco.

- Aquí se separan nuestros caminos. - dijo Mathias Hoffer - no me cabe la menor duda que seréis capaces de llegar al templo de Ulric desde aquí. - 

- ¿No irán por un casual hacia el sur verdad? - preguntó el mago. 

- Así es - le respondió Hoffer.

- Pues si no tienen inconveniente, me gustaría acompañarles. Asuntos del colegio me reclaman en el sur y no debería demorarme en partir. Kurdrim, Qress, Shurtugal, sin duda ya no me necesitáis para entregar esta horrible cosa, dijo a la vez que hacía entrega de la mochila a Qress.- 

- Vayámonos pues. - agregó el seguidor de Sigmar. 

- Si alguna vez pasáis por Altdorf no dudéis en venir a visitarme. Un amigo tenéis allí.- dicho esto tomó la mano que le tendía Ulrich Ficher para ayudarle a subir a su montura.

Antes de que el grupo se perdiera de vista el mago se giró para ver tal vez por última vez a aquél grupo de gente excepcional. 

Frunci el ceño ante las esquivas palabras de aquel tipo, mas me contente por el momento. Si no queria hablar que no hablara, pero que dejara de hacer preguntas de una maldita vez. Tenia la garganta seca, el cuerpo dolorido, no me quedaba cerveza y para colmos habia vuelto a burlar a la muerte... estaba siendo un dio pesimo

Deambulamos por los caminos un buen rato mas hasta llegar a la vista de la ciudad del Lobo Blanco, donde aquellos tipos se despidieron logrando solo por mi parte un quedo gruñido a modo de despedida. Por mi parte ya se podian ir al otro lado del Gran Oceano a barrer las junglas de Lustria si con ello se dejaban de tanto secretismo y preguntas, empezaba a tener un dolor de cabeza considerable y aquello no ayudaba lo mas minimo

Pero entonces el mago dio un paso al frente y, con un gesto extraño, se despidio de nosotros como lo hiciera en su momento Gregor haciendo que el cabreo que ya tenia aumentara aun mas; por mucho que me negara a aceptarlo en publico no me hacia ninguna gracia que el mago se largara y nos dejara

Bah, vete de una vez y dejate de monsergas. Los humanos sois todos iguales y a la minima ocasion os largais con viento fresco dejando las cosas a medias... solo intenta que no te maten por el camino a tu preciada Altdorf, si alguien tiene que patearte el culo sere yo ¿entendido?- masculle realmente contrariado, mucho mas de lo que aparentaba - ¿alguien mas? Pues andando, necesito beber hasta perder el conocimiento... -añadi sin volver la vista atras mientras me echaba a Filo Argento al hombro y tomaba el camino hacia Middenheim

Iba a extrañar a aquel maldito mago...