Partida Rol por web

 Utilizo mi vitae para aparentar ser más humano de lo que en realidad soy, no quiero que el jefe de unos guerrilleros religiosos piense nada más raro aún.

 -Saludos. Verá usted, venimos de parte de Natia Abakelia ¿Si? 

Estamos de solo de paso, pero nos sentimos bien honrados con su hospitalidad.

Vince estaba empezando a impacientarse, sólo quería terminar esa travesía. Dejó a toda la gente con sus presentaciones y su falsa cortesía y se sentó al lado de los dos animales de carga.

- Lo siento, pero aún no se ha decidido que seáis dignos de nuestra hospitalidad.

De repente la situación se torna un tanto más turbia y tensa de lo que habíais podido experimentar hasta el momento.

Los soldados que os habían acompañado en el camino están de pié, muy atentos a lo que ocurre a pesar de que no se esté hablando su idioma.

Ali, un paso por detrás de Omar os observa también muy serio.

- ¿Qué habéis venido a hacer a Chechenia y por qué debería dejaros pasar?

Con el aplomo y firmeza que solo podría esgrimir otro caínita al hablarle a un grupo de monstruos como vosotros, el general os deja claro que la influencia de Natia llega hasta el punto donde os encontráis y que si queréis llegar más lejos, tendréis que ganaroslo.

La actitud de Omar se había vuelto bastante amenazante. El tener una guerrilla que para cubrirse el puto culo suele abrabuconar a la gente. Vince saca sus garras y se queda en la misma posición pero preparado para pasar a la acción.

Mientras sonrie Pável suelta entre dientes

-Viktor diles que estamos buscando a nuestros antiguos.

Viktor se giró parcialmente con una ceja levantada mirando a Pavel. De no haber estado en una potencial situación mortal, se habría lanzado a reir:

- Pavel, está hablando en Inglés...

Se giró de nuevo para mirar a Omar:

- Hemos venido a saber de primera mano qué ha sido de nuestros antiguos, ahora desaparecidos. Desde un punto de vista práctico, ni tenemos nada contra vosotros, ni tenemos asuntos aquí, sino en Chechenia. Y ahora que estamos aquí, es más práctico dejarnos seguir nuestro camino, cada cual a lo suyo y todos en paz.

Su actitud era confiada y tranquila, intentaba ser persuasivo y elocuente, no provocar un derramamiento de sangre que acabase con él perdiendo el control. Sabía qué significaría eso, y aunque en el fondo no le importaba, el tiempo contaba, tenía que encontrar a su maestro con vida.

 Me hago un poco el ofendidito.

 -Hay... Pero porque nos mide así parce... Mire que usted es aqui el jefe y nosotros venimos así pues, de buena, y le damos todo el agradecimiento.

 Sonrio sabiéndone ya ante un igual y hago oídos a Pavel, pese a que no iba para mí su advertencia y refuerzo lo dicho por Viktor.

 -Mire pues. Aquí nosotros hemos venido enviados por los jefes nuestros. Que ellos no quieren si no información.

 Hay mucha gente de calidad que marchó desde el oeste, todos pa' acá. Y queremos llegarnos a la Chechenia.

 Entonces es que los jefes nuestros nos han mandado para allí a buscar a ver si sabemos que ocurrió con estos que se vinieron para el este.

 Pero en verdad, nosotros pues somos unos mandados, queremos complacer a los jefes estos nuestros, pero que nadie dijo que no podamos hacer pues amigos aquí.

 ¿Sabe usted? Nosotros somos gente bien valiosa, por eso es que venimos nosotros y no algún apelotardado...

¿Si me entiende?

 Mi tono es tranquilo e intento mostrarme simpático, mi sonrisa acompaña a toda la exposición y si la situación no se hubiese puesto tan tensa habría echado el brazo por los hombros de mi interlocutor.

El pelirojo abre los brazos con las palmas al aire y da un paso al frente.

- Pongamos que os creo,

De su tono se destila un cierto cinismo. El hombre asume que hay cosas que no le estáis contando, pero vuestros argumentos le han parecido sinceros y lo suficiente convincentes como para seguir con la conversación.

- Es posible, decís que sois capaces .- dice mirando las garras del gangrel.- Lo tenéis que ser para haber llegado hasta aquí. 

Y ahora dirigiéndose hacia el más expansivo de vosotros: Mark, continúa.

- Pero no voy a arriesgar la seguridad de mi gente y mi santuario sin conseguir algo a cambio.

Las cuevas que hay a mis espaldas son una de las obras del maestro masón Zelios. Aunque lograrais encontrar el camino que las atraviesa, después tendríais que lidiar con la armada chechena y si sabéis algo de éste país: eso es lo último que os conviene tener en contra.

Y recuperando el tono conciliador.

- Entonces, yo os acompaño hasta el otro lado y os garantizo un paso seguro, y vosotros me hacéis un favor a mi a cambio. ¿Os parece justo?

 Sonrio y abro los brazos al cielo como si hubiésemos alcanzado un trato cojonudo.

 -Muy bien! Ya sabía yo pues que era usted un man bien berraco.

 Mire usted, nosotros le hacemos el camellico ese y ya quedamos bien pares, pero sepa usted, pues que mientras estemos por aquí, si usted necesita algo más, pues que puede contactarnos, que siempre que podamos hechar una mano a un parce, pues que prefecto.

 Nosotros recordamos a quienes nos hacen un favor ¿Si me entiende? 

 El tono es distendido y mi acento y palabreria lo hacen si acaso más informal, pero al final queda claro que busco una especie de acuerdo de colaboración más a al menos medio plazo.

Viktor había escuchado las palabras de Omar mientras observaba con ojos serios el lugar a su alrededor, evaluando opciones de futuro. Las palabras de Mark le trajeron de vuelta. Aún no estaba acostumbrado a ser considerado parte de un grupo, y mucho menos a que un sangre joven tomase decisiones por él, de modo que lo hablarían cuando no hubiese extraños a la vista. No iban a mostrar debilidad en el peor momento:

- Entiendo el razonamiento. Favor por favor, es justo. Ningún hombre merece menos, ni se llevará más de ello. Pero dígame, Omar-Pasha¹, ¿Qué justo favor tiene en mente? Como comprenderá, no firmo cheques en blanco.

Su actitud era relajada, a fin de cuentas estaban negociando. Si algo les gustaba a los descendientes de otomanos era el regateo. Rezaba porque la parte castrense venciese a la de mercader de alfombras.

Las palabras de conciliación de Omar hicieron que la postura de Vince fuera más relajada. Cuando  el guerrillero les pidió un favor para ayudarles a pasar y ppoder continuar el gangrel dejó a los animales a los que acompañaba mientras comían para acercarse al grupo con una exagerada expresión suspicaz-

- Si, eso es, ¿qué quieres que hagamos nosotros que no pueda hacer una guerrilla armada hasta los dientes?

Pável sabia que era la forma de actuar de los vampiros el comerciar con los favores, pero eso no queria decir que le gustara. El no conocer el precio que debia pagar antes de comprar le ponia nervioso.

Omar hace un gesto a su segundo al mando y sus hombres empiezan a cargar cosas hacia el interior de la cueva.

Luego os indica que le sigáis.

 - Ésta guerrilla armada, como dices, debe permanecer aquí y proteger el paso de Azokh. En cambio vosotros imagino que os dirigiréis a Grozni, la capital.

Tras pasar una puerta metálica unos metros más adelante, un entramado de cables recorre la pared de piedra y a cada cierta distancia hay apliques de luz que permiten seguir andando sin necesidad de utilizar linternas o focos.

El aire en el interior de la caverna es fresco y huele a humedad.

- Para cumplir con vuestra parte, tendréis que mandarme pruebas de la eliminación de Movladi Udugov, un importante miembro del partido.

el túnel se estrecha hasta llegar a unas empinadas escaleras excabadas en la roca y la voz de Omar resuena mientras sigue bajando.

Notáis una sensación de opresión en el pecho a medida que descendéis.*

"Y así, comerciamos con la muerte, de una forma u otra, como mortales o condenados, usamos como moneda de cambio el aliento de otros. Algunas cosas no cambiarán jamás" pensó el Assamita mientras Omar hablaba:

- Omar Pasha, necesitaré más información del objetivo, ¿Es un diurno o un condenado? Y sobre todo necesitaré quien nos dé información de él una vez lleguemos a la zona. Me tomo mi trabajo bastante en serio.