Partida Rol por web

La mujer respira profundamente antes de asentir y seguir al hombre rumbo al mercado. La puerta principal se encuentra cerrada, aunque no logran discernir si está trabada o no. Clarissa intenta abrirla pero resulta estar trabada. A pesar de que la puerta es de vidrio, no pueden ver con claridad el interior, ya que el lugar tiene las luces apagadas. Un rodeo al edificio revela que hay también una puerta trasera y una escalera de mano que da a la terraza, donde tal vez podría haber otra entrada... 

-¿Debemos probar por aquí, o...?-consulta la artista. 

Yo opino que sería mejor probar por arriba, dijo Tadeus tras pensarlo un instante. No solo por tener una mejor forma de ingresar con disimulo sino también como para poder ver los alrededores.

Subamos, indicó comenzando a hacerlo el mismo.

Saber en verdad que estaba sucediendo era vital como para poder planear con seguridad. Porque hasta el momento habían tenido mucha suerte, pero jugar constantemente con la fortuna era una apuesta de necios.

Pronto deberían plantearse sus ideas con claridad y decidir qué hacer a continuación.

Tad y Clarissa suben por la escalera de mano hasta llegar al techo. El lugar está casi completamente vacío, excepto por unas pocas cajas embaladas en alguna esquina. Una puerta que da a una escalera es la única manera de llegar al interior de la tienda desde allí. La puerta se encuentra cerrada pero no trabada. Desde allí pueden ver las luces del motel de donde salieron hace apenas unas horas. 

También pueden ver la ruta que sigue al drenaje por donde llegaron hasta allí. Pueden ver algunos infectados caminando por la zona, pero la oscuridad y la distancia los hace sencillos de evitar. 

Clarissa se pone a escuchar a través de la puerta pero señala que no escucha ningún sonido por allí. 

-¿Probamos a entrar? -sugiere la artista. 

Tras otear los alrededores – y recuperar el aliento -, Tadeus finalmente se dispuso a seguir a Clarissa hacia el interior de aquel sitio.

Con nerviosismo espero a que la mujer comprobase con el oído apoyado en la puerta cualquier sonido que, desde el interior, pudiera alertarlos de posibles peligros. Cuando ella indico que todo estaba “seguro” por decirlo de algún modo, Tadeus le indicó que se posicionara a su espalda con el arma preparada para apuntar sobre su hombro izquierdo en caso de ser ultra necesario.

A su vez, el muchacho abrió la puerta con todo el sigilo posible dado el caso y se interno hacia el vientre del edificio con el palo-arma extendido por delante de su propio cuerpo como si de una lanza se tratase.

Usted sígame de cerca Clarissa, le susurró, y, por favor, tenga un pulso firme. 

Como previeron desde el exterior, el lugar está oscuro. La escalera desciende un buen tramo hasta un pasillo que se bifurca. En un lado, pueden ver un baño para empleados, por el otro, un arco abierto. Tad se asoma con cuidado para una vista del lugar. En medio de la penumbra, puede vislumbrar que los estantes aún tienen varias provisiones no saqueadas. También puede ver por lo menos 3 sombras deambulando por el lugar. El lugar desde donde Tad se asoma es la parte trasera de un mostrador, probablemente donde se halla la caja. A su izquierda puede ver un interruptor (probablemente de luz). 

Tras otear el oscuro interior y meditarlo un escaso momento Tad – no muy convencido para que mentir -, se volvió hacia Clarissa a la cual susurro, se me ha ocurrido algo Clarissa, usted debería quedarse a vigilar el movimiento de los infectados mientras yo me arrastro hacia el baño. Dejaré allí mi teléfono con la alarma activada para poder atraerlos y encerrarlos.

Sin embargo, la verdad es que no me convence mucho la idea por eso si usted tiene alguna idea mejor no dude en decirla ahora, concluyó deseando en su interior que así fuera.

Clarissa piensa por unos momentos, pero finalmente se encoge de hombros. -No se me ocurre nada mejor que eso. Sólo quisiera saber si no escondemos en el techo o en el depósito. Deberíamos comprobar que la puerta del depósito funcione en caso de lo último. También me intriga si los infectados escucharán el sonido desde allí. 

-Y por cierto...¿no lograste ver a los infectados? ¿Había un hombre de cabello platinado entre ellos...? Mi novio...-comienza a explicar Clarissa, aunque sus palabras quedan allí. No hizo falta seguir, de todos modos. Lamentablemente, Tadeus no logró ver el cabello de ninguno de lo infectados en el salón... 

¿Era una idea de éxito dudoso? Si.

¿Había otras mejores? Seguro.

¿Se le ocurrían ahora? No.

La cabeza de Tadeus iba a mil por hora, pero sin un rumbo fijo y por ello no conseguía decidirse a comenzar. Sumado a ello, el muchacho hacia suyos los miedos no verbalizados de Clarissa respecto a su extraviado novio y esto, le dificultaba aun mas el decidirse de una buena vez.

Escuche, Clarissa, le susurró, sin embargo, tampoco a mi me convence la idea, mejor llevemos a la terraza a las criaturas y una vez allí podemos encerrarlas en la azotea o tirarlas desde el techo.

Pero, hagamos algo, esta tensión va a matarme concluyó.

-Hagamos eso-corrobora la mujer. -Así también podré...verlos. 

De acuerdo con el plan, programan la alarma del celular para sonar en un par de minutos y lo ubican en el borde de la azotea. Tad espera arriba, escondido tras la puerta como mejor le sale mientras Clarissa se dirige abajo para llamar la atención de los infectados. Al principio Tad intenta protestar y ofrecerse a hacerlo él mismo, pero la férrea actitud de Clarissa en el asunto le hace desistir. 

Los segundos son largos hasta que se escucha la voz de la artista en el piso de abajo. -¡_{Hey! ¡Siganme un rato! ¡Vamos de paseo!}

Al cabo de unos segundos se escucha la voz de Clarissa cerca de la puerta. ¡Vamos! ¡No se retrasen!

Acto seguido, se esconde detrás de la puerta junto con Tadeus. La alarma del celular comienza a sonar con la melodía de "stayin' Alive" y los infectados surgen del pasillo de la escalera a la azotea. Al parecer el plan funciona bien y son atraidos por el sonido. En total salen 5 infectados del lugar. Resultaron ser más de los que parecían en el interior. De a uno van cayendo por hacia abajo, cerca de la escalera de mano por la que subieron Tad y Clarissa. 

Ambos respiran aliviados cuando el último de los infectados cae. Desafortunadamente, con su caída, arrastró también el celular consigo y éste cae hacia abajo. La melodía ya no se escucha cuando el celu cae, lo que probablemente significa que "Stayin' alive" es algo que no pudo cumplir...

Si a Tadeus, en ese preciso instante, se le hubiera aparecido Brad Pitt en su mejor momento – esto es en Titanic -, y tras abrazarlo a lo “Rose and Jack” en la proa/borde de la terraza de ese edificio (bracitos extendidos incluidos), y a continuación, como si ya no fuera suficiente con lo dicho, le hubiera plantado uno de esos besos “quita-aliento-que-no-piden-permiso”, sin lugar a dudas la cara de sorpresa que ahora Tad llevaba plasmada en el careto hubiera sido mucho menos expresiva que la que tenia por ver realizado con éxito el plan de Calrissa.

Por ello e incapaz de aguantarse abrazo a la mujer completamente emocionado al tiempo que le decía con lagrimillas en los ojos ¡Es usted fabulosa Clarissa!, ¡increíble, fantástica!; Y todo esto mientras ambos giraban a lo Mary Poppins.

…

Un tiempo después y tras trancar la puerta de acceso a la terraza, Tadeus le propuso a Clarissa volver a bajar, con extremo cuidado, para terminar de explorar primero la totalidad de aquel sitio y, luego, una vez tranquilos, poder terminar de reforzar el sitio para estar seguros al fin.

La efusividad de Tadeus contagia un poco a Clarissa, quien esboza una suave sonrisa a pesar de la situación. -No ha sido nada... La idea fuer tuya, Tadeus. Por cierto... ninguno de ellos era mi novio. Lo que quiere decir que o sigue aquí dentro, o se fue sin mí... No creo posible esta última opción. Brad no es muy inteligente, pero es muy buena persona. 

Una vez que se encuentran nuevamente abajo, Tad ve que Clarissa encendió la luz del salón de ventas, ya no hay infectados en el salón de ventas. Y aún resta por explorar el baño de empleados y el depósito...

Antes de poder revisar con sumo cuidado todo el lugar y las posibilidades que este pudiera ofrecerles, Tad se dispuso, conforme a su carácter, a terminar de revisar los lugares aun no explorados.

Así se lo indico a Clarissa y a continuación se dirigió primero al baño. Una vez ante la puerta cerrada se dedico primero a olfatear por si llegaba a identificar algún olor desagradable brotando desde el interior del cuarto y luego, toco con suavidad un par de veces la puerta.

Solo en el caso de que no hubiese respuesta alguna del otro lado abriría finalmente la puerta para ingresar, eso sí, con toda la precaución posible.

Una vez solventado aquello, el joven pensaba hacer lo mismo con el depósito.

Pero ya lo dice el dicho, “el hombre propone y…”

Al abrir un poco la puerta, pueden sentir un olor desagradable en el interior, y también escuchan algunos gruñidos y movimientos. Esto activa todo tipo de alarmas en los sobrevivientes. Sin embargo, después de tener la puerta entreabierta unos segundos, siguen escuchando los sonidos en un mismo lugar, como si el probable infectado no se hubiera movido en lo más mínimo. Con creciente tensión, abren la puerta un poco más y encuentran una escena inesperada. El infectado se encuentra colgado con un cable a un caño en el techo, sobre uno de los cubículos del baño. El infectado intenta moverse para soltarse, pero al no tocar los cables que lo sostienen, no consigue bajar. Toda la escena da a entender que la persona se suicidó por haber sido mordida en el brazo. El hombre que cuelga es alto y delgado, y tiene cabello corto color rubio platinado. Clarissa se larga a llorar ante esa escena, lo cual le indica a Tad sin dudas la identidad del infectado.