Partida Rol por web

¿Ese tipo es un simple soldado o tiene rango?
Mas que nada porque es posible que no tenga potestad alguna para darnos órdenes. Es básicamente para saber como responderle.

Jay intenta hacerse el sueco y escaquearse elegantemente.

No se fie, señor. esta furcia tiene ases en la manga y pudo dejar malherido a un experto capitán. ¡¡Y usted, terrorista tentacular, no se detenga y camine!! dice mientras presiona con la punta de su blaster en las costillas de la Twilek metiéndose en su papel de un modo, quizás, algo innecesario, mientras guia a su compañera hacia el interior de la sala de detención mientras sigue buscando con la mirada el maldito computador de bolsillo.

Y antes de que el suboficialillo le empiece a gritar mas órdenes, añade:
El capitán debe tener cuatro o cinco costillas rotas. Quizás no será bueno moverlo si no es por manos expertas o le causaremos hemorragias internas. Y como yo en mi vida civil era mecánico mis torpes manos podrían matarle en el proceso de traerle hasta aquí.

Empujada por el arma de Jay, Zeenah se medio gira con cara de pocos amigos, manteniendo el tono de su papel. Deja escapar una frase entrecortada que suena a taco entre dientes, y sigue adelante. Al pasar junto al soldadito se contonea, como si empezara una danza, y levanta los hombros.

-Otra vez será, cariño. Te hubiera gustado verme bailar. Al principio, por lo menos, al final... me hubiera gustado más a mí... ¡Jajajaja!

Y hace un gesto con el cuello, como si se lo hubiera roto, mientras la risa, sin esconder el sarcasmo en absoluto, resuena a su paso.

Con sus movimientos aparatosos la twi'lek se ha asegurado de tener todos los rincones controlados, no sea que alguien inadvertido aparezca de pronto.

El suboficial os mira algo atónito - ¡Pero! ¡Os he dicho que dejéis aquí a la prisionera y que llevéis a la Sala de Asistencias al oficial, que no lo traigáis aquí! - su tono suena autoritario y parece como si empezara a cuestionar vuestra situación...

Señor, insisto. El capitán puede morir o empeorar gravemente su situación si no se le mueve por manos expertas que son como las que yo carezco. Tiene varias costillas rotas. Ante testigos declino toda responsabilidad

si todos los capullos con galones tienen las entendederas de este palurdo, la guerra está ganada. En fin, se acabó el juego. No podemos dejar a Zeenah aqui sola por muchos trucos que tenga en los tentáculos. Bien, va siendo hora de cambiar de táctica... parece que este imbécil nos va a obligar a montar otro escándalo..

Con el casco bien asegurado por que ya me conozco yo estos líos, y con el Blaster equilibrado en las manos así, como para pasar el rato, no pierdo detalle de la discusion de Jay con el suboficial este.

Si por mi fuera, ya me hubiera liado a tiros.

Puesto que el suboficial del imperio parece pensarse sus opciones, trato, para variar, de decir algo que pueda resultar útil en la situación. Pero como no es mi estilo precisamente, no se como va a quedar. Aunque claro, tampoco es que me importe demasiado.

Dando un paso al frente y, hay que ver con las casualidades, teniendo perfectamente centrado en la boca de mi arma al otro de los imperiales, añado a las palabras de Jay.

Señor, con su permiso. Cuando recogimos al Capitán, estaba ya bastante mal. Por mi parte he de decir, que tampoco tengo grandes habilidades con un med pack, mas allá de lo imprescindible. Por tanto, solo puedo deducir que el estado del herido, habrá ido a peor. Secundo, por tanto, el punto de vista de mi compañero.

Y menos mal que el casco este, no deja traslucir mi mirada. Por que ya le voy teniendo ganas yo al subificialito este.

El imperial señala a Jay - tú, por listo - bien, entendido, entonces, soldado, acércate a la Sala de Asistencia y acompaña a los sanitarios hasta vuestro vehículo - tras decir esto hace pasar a Jarno y Zeenah - puedes aguardar a la nave aquí. Lleva a la prisionera a la celda de retención de la izquierda - dice algo resignado, como si le hubierais estropeado algún oscuro plan para con la Twi'lek.

Jay se tranquiliza y su rostro refleja alivio aunque al otro lado del casco nadie puede ver nada. Jarno se queda con Zeenah y él tendría ocasión de echar un vistazo por el astropuerto para comprobar que todo fuera bien.

La Unidad R2 debería estar en estos momentos esperando instrucciones mientras chequea la nave que les habrá de servir para abandonar el planeta. No debería llamar la atención en un astropuerto plagado de droides de su categoría.

Finalmente Jay asiente y se dirige raudo a la sala de Asistencia para avisar a los servicios médicos.

En el preciso momento en que Jay se pone en camino, yo me aproximo a Zeenah y digo.

Andando.  Ya has oído tu destino.

Y sin mas dilación, escoltando a mi supuesta prisionera, avanzo hacia la celda en cuestión. Y conforme avanzo, cruzo una mirada con Jay. Mas le vale apresurarse con lo suyo. Pues no solo soy de gatillo fácil, encima, el suboficial del imperio, ha logrado cabrearme. Y desde luego, como aparezca por la celda justamente cuando estemos solos Zennah y yo, no voy a dudar en hacerle un buen agujero en su inmaculada coraza blanca.