sí... sólo necesito un poco de tiempo... aún que me quedan dos... cambios... os recomendaría alejaros de mí... yo... tengo un grupo... de cinco...
aunque intento hablar, el aire falta en mis pulmones y el dolor se hace más intenso.
-Vaa... ahora el chico que se transforma- dice como si le pareciera poca cosa -Y Sarah, yo lo diré abiertamente desconfió de ti a toda luz, me molesta la actitud tan dual que tu y algunos de tu grupo tienen, pasan de ser mansas palomitas a hienas hambrientas de carroña, así que si por alguien he de votar será en tu contra, pero quizás tengas algo de suerte y logre averiguar si eres inocente-
Kotetsu, llevo cazando mas de 16 años de mi vida, si puedo colaborar a convencerte de que soy inocente estaré encantada pero en mis cazas he aprendido a tomar mis decisiones por el deber y no por las apariencias, si te equivocas o hay que hacer sacrificios en el proceso dejas las partes buenas como están después de hacer lo adecuado. Lamento si mi edad te hace creer que no conozco la luz o la oscuridad de este mundo... pero espero que mi explicación te aclare las dudas. Miro a Aono después, Aono, ¿algo que debamos conocer o que tengas que contarnos?.
Llego junto a Aono y le pongo una mano en cada hombro, colocando mi cabeza a su altura, pero al tener los brazos extendidos, guarda una distancia de la suya.
-¿Qué te pasa? ¿De verdad estás bien? - Digo preocupado e ignorando las conversaciones del resto. - No tengo intención de alejarme, a si que más te vale decir qué te pasa para que pueda ayudarte.
Cuando la cosa parecía calmarse, el cuerpo de Tsukune vuelve a irradiar energía, pero esta vez, mucho mas tenebrosa, casi parecía, como si de el estuvieran naciendo miles de murciélagos.
Mientras, la marca de su cuello va retrocediendo lentamente hasta desaparecer, y sus cabellos, comienzan a tornarse blancos como la nieve. Y en su boca, pueden verse 2 pequeños colmillos, como si de un vampiro se tratase
en esta ocasion, podeis ignorar la regla de la hora por lo que acaba de suceder, y poner un post cada uno
-Este asunto se nos va de las manos... - Los colmillos de Aono me asustan mucho, pero trato de ignorarlo para no tartamudear, doy varios pasos para atras y me agarro de la pared, asustada. Claro, he visto cosas mucho mas raras, pero nunca algo como esto...
-Tranquila niña, no necesito que me colabores con nada, el que seas una cazadora para mi es de la menor importancia, jamas igualaras mi nivel de poder espiritual por muchos Akuma que hayas matado- dice a Sarah.
Luego le deja de prestar atención a la chica y se concentra en el que se estaba transformando -Que es lo que pasa contigo creo que te has ganado el premio al que actúa mas extraño- pero luego de percibir aquella energía tenebrosa y ver sus colmillos Kotetsu se puso en posición de batalla -Jio alejate de el!- grita para hacer reacionar al chico de cabello blanqui-negro.
Cuando Aono comienza a irradiar energía, yo, al estar más cerca de él salgo despedido por el aire varios metros hasta estrellarme contra el suelo y rodar por él otros dos metros de distancia.
-¡Ni hablar! - Exclamo aferrándome a las butacas que no he roto durante mi vuelo, y así consigo detener mi movimiento.
-Ni hablar - Repito poniéndome en pie, tengo un golpe feo en una mano, pero la sangre no ha llegado a manar pues no tengo herida visible mas que en mi interior.
-Ni hablar - Digo una tercera vez al tiempo que echo a andar de nuevo hacia el chico - No voy a alejarme por mucho que me empujes.
Escucho las palabras de Kotetsu, pero no por ello me detengo en mi avance. En vez de ello, mis pasos están cargados de firmeza y determinación, no estoy dispuesto en cejar en mi empeño de acercarme a él, haga lo que haga, si me vuele a lanzar por el aire, volveré a levantarme y volveré a acercarme hasta que deje de hacerlo, no le voy a dar otra opción.
Cuando por fin lo alcanzo de nuevo, coloco mi mano derecha sobre su hombro, manchandolo levemente por todo el polvo acumulado al romper varias butacas y detenerme aferrándome a ellas.
-¿Estás bien? - Reitero, mas mi voz deja entrever que realmente he recibido un buen golpe... y que duele.