Partida Rol por web

Con un gran salto y las garras de escalada me sitúo en lo alto del tejado en cuestión de segundos. Agazapado miro alrededor, busco la chimenea y me dirigo a ella, silenciosamente...

Segun llego a la chimenea, silencioso como una sombra, me cercioro de que no sale humo y entro por el agujero. Voy a trepar hacia abajo, muy silenciosamente, y cuando esté casi abajo del todo, voy a asomarme primero, solo lo necesario para ver la estancia...

Segun llego a la chimenea, silencioso como una sombra, me cercioro de que no sale humo y entro por el agujero. Voy a trepar hacia abajo, muy silenciosamente, y cuando esté casi abajo del todo, voy a asomarme primero, solo lo necesario, para ver la estancia y cerciorarme de que el carcelero está dormido...

Me dirigo entonces hacia las celdas de los León...

PERCEPCIÓN: 12

Se me ha ocurrido que sería más apropiado matar a los León con la katana del carcelero dormido, ¿no crees?

Además tengo que mirar de que tenga las llaves.

Tu hijo aparece tras el leñero, cuando te vuelves ves que porta un odre de madera entre las manos. Tras el asciende el humo de una pequeña hoguera soble la que reposa una pequeña trebede con el pote de agua hirviente. Saluda con una fugaz reverencia y te extiende el Té caliente. Sus gestos podrian ser los tuyos. Piensas, sin poder dejar de sorprenderte a pesar del tiempo que llevais juntos.
Buenos dias Takezo Evita pronunciar la palabra padre. un mensajero ha venido. Parece que en la cuneta del camino que se dirije a los campos de arroz a aparecido un vagabundo muerto. Repite la inclinacion y se vuelve para apartar la holla del fuego. Despues, mientras saboreas el dulce Té matinal ves como saca la camilla del cobertizo y la prepara para ir a recoger el cadaber de aquel pobre desgraciado. En otros lugares los muertos sin nombre sirven de pasto a los perros, pero los grulla alimentan mejor a los perros que a los hombres sin nombre. Casi asoma una sonrisa a tus labios.

Tu hijo espera.

El día comenzaba a despertar y Amaterasu ya extendía su dominio sobre el cielo, despertando a las sombras y relegando a la oscuridad a sucias cavernas y oscuros subterráneos.

Takezo se estiró, alejando de sí mismo la morriña que le había provocado la cama. Se sentía bien, en forma. El ejercicio de la noche pasada le había sentado mejor que cualquier curación que las Fortunas hubiesen tenido a bien concederle a través de un Shugenja. Su misión fue un éxito, como siempre, como se esperaba de él. Había puesto en marcha una enorme piedra que caería ladera abajo arrastrando consigo la avalancha de acontecimientos que se avecinaban.

Este sería un buen día.

-Ohayou, Nokai – (buenos días, Nokai) saludó perezosamente a su hijo, como siempre sin mostrar el menor atisbo de emoción o cariño en su voz. Sus ojos, en cambio, expresaban todo aquello que no podía decir con palabras - Domo Arigato.

Takezo tomó su taza de té y lo bebió con tranquilidad. Hoy se sentía relajado, el vagabundo muerto no iría a ningún sitio. Como Eta se esperaba de él que acudiera presto y con la cabeza baja, pero el día que se abría ante sí bien merecía una pequeña licencia. Sin embargo, no quiso tentar a su suerte y en pocos instantes estaba listo para partir junto a su hijo, portando la camilla.

Veamos que nos cuenta ese cadáver de ese vagabundo muerto – pensó mientras caminaban.

Caminais por el sendero que dirige al palacio grulla pero girais a la izquierda a medio camino, cruzando por un prado hasta el camino que se interna en los campos de arroz que afanosamente cultivan los campesinos.
Una perezosa brisa agita las espigas generando suaves ondas, el sol brilla cada vez mas y los gaijin se cubren la cabeza con amlios sombreros de paja. Observais el penoso avance de una yunta de buelles que guia unjoven, moreno y desgarbado.
En unos veinte minutos llegais al lugar donde dos guardias esperan, podeis ver en la cuneta a unos 40 metros el cadaber de un hombre desarapado. Bocaabajo con la mitad de la cabeza enterrada bajo el fango. No hace falta un ojo experto para entender que ha sido arrojado en la zanja intencionadamente.
Los guardias apenas os miran y señalan el cuerpo embarrado. Esperan con gesto altivo a que acateis su muda orden.

Claras estaban las órdenes, así como claro era el destino de un Eta que no se apresuraba a obedecerlas. De un salto me introduzco en la zanja junto con Nokai y procedemos a levantar el cuerpo para colocarlo en la camilla.

Mis movimientos son intencionadamente torpes, así como los de mi hijo, que imita todo cuanto hago. En primer lugar para evitar que un ojo atento pueda captar en mí movimientos ágiles y equilibrados más propios de un samurai o un ninja que de un Eta, y en segundo lugar porque la torpeza fingida me permitirá voltear el cadáver y dejarlo caer sobre el suelo "accidentalmente" para así proceder a su estudio y ver si puedo descubrir algo sobre su identidad o sobre la causa de su muerte.

Realizo todo ello con el mayor de los sigilos y siempre atento por si alguien me prestase especial atención.

Atencion, en absoluto. Los guardias ni siquiera se dignan a mirar como manipulais el cuerpo, podeis sentir el desprecio que sienten por vosotros.
Ignoras a los guardias y observas el cadaber. Tu ojo experto distingue una profunda herida entre la clavicula y el homoplato. No cabe duda de que el que le mato sabia lo que se hacia. Este descubrimiento acrecenta tu interes...debes estudiarlo con mas detenimiento, no hay problema, cuando lleguis al cementerio nadie os vigilara. Este pobre desgraciado no tendra mas ceremonia que vuestra cansada respitacion ni mas compañia que la tuya y la de tu hijo.
Cargais el cuerpo en la camilla y seguis a los guardias, que os acompañan hasta la puerta del cementerio. Enterradlo en la fosa comun. ordena uno de ellos antes de que ambos se den la vuelta y se dirijan hacia palacio.

Asi esta bien. Solo percepcion. Ya podemos pasar a la otra escena.