Partida Rol por web

Una noche con un cielo plenamente abierto. Las estrellas parecen iluminar rabiosas de intensidad, un campamento indio en lo alto de una colina. Una gigantesca hoguera recorta la silueta de dos tipos totalmente trajeados, portando el más bajito y grueso de ellos un singular bombín.
-Si señor William, ahora parece que empezamos a tener la oportunidad de ver si realmente Ojo de nube tiene éxito. Dice la figura más delgada y alta de las dos.
-Señor Graham, va a tener que volver hacerme de traductor, pues el Arapaho no es uno de mis dialectos más destacados. Ojo de nube tendrá que explicarme por qué demonios ya han muerto dos de los candidatos.
Una figura emplumada y medio encorvada llena de amuletos y piezas de hueso colgando de los brazos se acerca a los dos trajeados, y levantando una mano con un báculo retorcido empieza a mascullar en el idioma de la antigua tribu.
-Señor William dice Ojo de nube que el ritual está acabado y que puede usted pasar a verlos.
-Dígale al señor Ojo de nube que me explique porque dos de los postulantes han muerto en el ritual.
Graham se frota las manos pensando mirando al suelo y empieza a intercambiar frases con Ojo de nube. William con el ceño fruncido mira al chaman de los Arapaho y comienza a mover la cabeza de un lado a otro con nerviosismo.
-¿Señor William? Se dirige el delgado al tipo del frondoso bigote y bombín.
-¿Si señor Graham? Responde nervioso sin perder de vista a Ojo de nube.
-Según el señor Ojo de nube… los dos candidatos que fallecieron fue porque no soportaron el ritual de las sombras y la luna no puedo entrar en su corazón para salvarles.
William desconcertado se dirige al chaman y aun sabiendo que no lo entiende le dice.
-¡ ¿Sabe lo que ha costado encontrar a todos estos tipos que tiene usted aquí? ¡. ¡Se supone que estas personas surgían en sus visiones no había ningún error eran ellos! . ¿Y ahora resulta que la luna no los quiere? .
El chaman se acerca a William y poniéndole una mano en el hombro dice.
-No gritar viejo, los espíritus ahora están en paz. Las almas perdidas no eran limpias de corazón, no soportaron el abrazo de la luna. Ahora cuatro almas descansan en el círculo sagrado y todas y cada una de ellas está protegida por la luna. Cuando despierten podrás llevártelos.

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Todo estaba correctamente colocado en su correspondiente lugar, blancas paredes de cal y limpieza reinaba en el ambiente, el olor a rosas inundaba el viejo caserón dando un toque de tranquilidad y bienestar en el salón de invitados. Una guitarra española tocaba una balada mejicana en el patio de caballos.
Un tipo con un traje ajustado a medida, esperando en el gran salón de invitados observa como el recto teniente Patterson se acerca con paso firme y marcial. El teniente se detiene y saluda oficialmente al tipo del traje bastón y bombín.
-¡¡Presente , el teniente Patterson a su servicio¡¡.
El propietario del bombín se acerca al teniente y mirando a su alrededor y con aire paciente dobla increíblemente su canoso bigote de un lado a otro y dice.
-Señor Patterson… mi nombre es Eric Williams, soy el congresista del estado americano de la unión y en nombre del presidente Abraham Lincoln tengo una misión, un poco comprometida para usted.
A partir de ahora estará muerto para el resto del mundo, no existirá para nadie, su familia recibirá un documento de defunción, el estado no le reconocerá como teniente del ejército y recibirá un funeral como otro héroe de guerra más.
No se asuste, solo pasará por una prueba junto a otros candidatos y ya está. Si todo va bien no habrá nada que lamentar. Estos procedimientos lo hacemos por la seguridad del estado y por la de usted. El país le necesita y el estado americano cuenta con su templanza.
Necesitamos de sus servicios no en el campo de batalla como hasta ahora ha demostrado gran utilidad si no como agente en cubierto, por eso que necesitamos que no exista políticamente hablando.
El resto de la información será dada en el momento oportuno…

Poco eran los que guardaban cola en la oficina de admisión, la mayoría de candidatos eran jóvenes con una inspiración poco clara de lo que su futuro podría esperar. Las pruebas de rangers no eran para tomárselo a la ligera, la mayoría estaban suspendidos antes de empezar. Había mucho listillo pero su complexión no daba la talla y muchos hombres recios pero su inteligencia y modales dejaban mucho que desear.
Siembra un acto y cosecharás un hábito. Siembra un hábito y cosecharás un carácter. Siembra un carácter y cosecharás un destino. Esa frase retumbaba en la cabeza de Williams cuando viò en la cola de la oficina al señor Harold Bloom. Respiró con serenidad y por fin el señor del bastón y bombín se acercó a Harold con la cabeza agachada y pensando meditabundo.
-Usted no tiene que guardar cola señor Bloom, permítame que me presente… mi nombre es Eric Williams soy el congresista del estado americano de la unión y a partir de este momento ya tiene usted trabajo. Solo tendrá que seguir unos pequeños pasos y ya esta.

Semanas de duro viaje desde Nueva York hasta Santa Cruz de la frontera de México hacían mella en la pobre Mary Jon, todo parecía ir como esperaba, nadie la había reconocido como a una mujer… su disfraz de chico joven y reportero de ciudad funcionaba a la perfección, el olor a caballo ya era familiar desde que salió de la ciudad y los tintineantes ruidos de los estribos espuelas de vaqueros y cacerolas de equipaje formaban parte de su presente. Ya nada puede detener a una chica de acción como era Mary para conseguir la mejor noticia del periódico para el que trabajaba. Algo no entendía desde que salió de nueva york, no dejaba de darle vueltas a la cabeza de porqué la habían hecho recorrer medio estado americano para una investigación de campo…
De pronto la diligencia se frena y unas voces parecen discutir con el conductor.
-¡Alto detenga la diligencia! Es una orden-. Se escucha una joven voz desde el exterior.
- ¿Pero qué demonios pasa sheriff?, ¡¿se han vuelto locos? ¡,! Casi hacen que vuelque el carro! . Responde el conductor de la diligencia sacorroto Trunk’s.
-Disculpa Trunk’s pero alguien quiere ver a uno de sus pasajeros-.Le contesta Brad Rugart el sheriff de Santa cruz.
Unos pasos y el relincho de caballos cansados de una dura marcha hasta alcanzar la diligencia se le aturullan en el cerebro a la joven reportera mientras ve que abren el carromato donde ella viaja, un joven apuesto luciendo una brillante estrella de sheriff se asoma buscando algo que no parece encontrar, y levantando una ceja dice.
-Bien señores… por favor salgan de la diligencia y pónganse en fila alguien tiene que veros-.
El párroco salió el primero aun con la cara descompuesta por el duro viaje durmiendo de la peor postura imaginable.
Luego salió el relevo del cochero un tipo bajito sucio y con olor a whisky, Sham lo llamaba Trunk`s.
Mary salió mirando de un lado al otro viendo como cuatro ayudantes del sheriff y un tipo con traje acompañaban al joven de la brillante placa.
El tipo de traje se acercó a los pasajeros y mirándolos de uno en uno muy detenidamente se dirigió a Mary Jon.
-No es precisamente lo que esperaba… por un momento pensé que no era usted la persona que había venido a buscar, pero si usted viene de Nueva york y se llama Mary Jon estaré convencido de que mi viaje ha obtenido sus frutos-. Dice mientras se quita el bombín y saluda haciendo una reverencia.
-Verá mi nombre es Eric Williams y trabajo para el gobierno del estado de la unión. Así como el mismísimo presidente Abraham Lincoln, en el nombre de América le necesitamos para seguir un proyecto que con la ayuda de unos participantes podremos en marcha en breve, para esto usted debe formar parte de ese grupo. Le pondré al corriente de todos los detalles en el camino usted no se preocupe-.

Esta vez otro tipo delgado estaba junto a Williams en el salón y parece susurrar algo a nuestro amigo del bombín.
Luego se acerca al teniente y le dice:
-verá señor Patterson… sabemos que ha pasado más de un año desde la desaparición de su esposa y creemos tener una pequeña pista sobre su posible paradero, pero hasta que nuestras fuentes contrasten gran parte de la información que aun nos queda, le pediremos que se ciña a la misión-. Para, mira a Graham de forma compasiva y prosigue.
-Pronto vuestros caminos se cruzarán y si todo sale bien volveréis a ser felices como antaño lo erais, pero hasta ahora no podemos decirle su paradero pues necesitamos más información que ustedes, el grupo que vamos a formar nos facilitaran-.
Para el teniente Patterson todo eran promesas en el aire que no parecían cobrar sentido alguno. El aire ahora parecía estar enrarecido y un fétido aroma a tabaco le hizo percatarse que el tipo que hacía llamarse Graham fumaba un gran puro.
Entonces recordó cuando dejó a su esposa en casa llorando, porque otra de las campañas del capitán John Stuart cobraba vida en el norte.
Sus ojos llorosos acentuaban una ligera pero brillante luz que ablandaba el corazón del soldado, su larga melena, negra como el firmamento donde posan las estrellas parecía caer a la vez que Lisa caía de rodillas derrumbada y llorosa en el suelo de lo que en su dia era el futuro hogar donde formaría una familia junto a Jeremy .
-No te vayas, no volverás lo presiento… no me dejes sola no tienes porque ganar esta batalla por todos.
El Joven teniente no puede evitar mirarla a los ojos en ese momento y su corazón estalló de impotencia, la cogió de la mano, la levantó del suelo y le dio el beso que sabia no podría darle en el momento de su muerte en el campo de batalla.
Con esto sin mirar atrás ensilló su caballo y partió rumbo al norte.
Lo último que recuerda de Lisa es su sensibilidad, su bondad, su amor, el aroma de su cuerpo el tacto de su piel sus maravillosos ojos y su larga melena.
Cuando volvió a los tres meses, ella no estaba en casa, nadie sabía nada. Desapareció sin más.
Todo estaba como el día que partió.
No había nota.
No había rastro de violencia
No había nada… solo silencio.

El dolor de cabeza era insoportable y las nauseas parecían ir y venir constantemente, el estomago le ardía y la boca la tenía como si sele hubiese llenado de arena. El sonido de los carromatos gritos y gentío aturullaban el cerebro del trampero. Vagos recuerdos y muchas lagunas se atropellaban en su cabeza al son de una necesidad de acabar con todo eso “Necesito un trago” pensó, las manos parecían temblar y solo estarían serenas a manos de su fiel rifle… Rifle que ahora no tenia, la vista no se había terminado de aclarar y ya desdibujaba una sombra inmóvil sentada en frente suyo.
-No me importa quién demonios eres solo tráeme whisky. ¡! Ahora! ¡.
La figura no pareció inmutarse.
La visión de Murray pareció aclararse un poco y su corazón dio un respingo de decepción cuando detrás de la figura que tenía delante había unos barrotes. Desconcertado miro a su alrededor y su intuición no quedo decepcionada. Estaba en la celda del Sheriff Bramad. “El tocapelotas de bigote lacio” pensó el trampero.
-Parece que la ha armado buena esta vez señor Murray-. Dijo la figura que poco a poco tomaba más nitidez.
Murray terminó de analizar la situación pero no encajo las piezas que le habrían traído hasta aquí.
-Verá mi nombre es Eric Williams del departamento gubernamental de la unión de los estados de América. Aclara la figura gruesa del bombín y recio bigote bien arreglado.
-¡¿No has oído lo que te dije?¡. ¡¡Tráeme whisky¡¡. Repite el trampero
Una culata de un wínchester lo golpea y se acabó el sufrimiento.

Ahora todo está negro no hay sufrimiento no hay frio ni calor pero la sed no se apaga… no se calma.
El corazón de Spencer trona de impresión cuando el cubo de agua sucia le hace recobrar el conocimiento.
El sheriff se encontraba delante esta vez y le miraba con odio y recelo. Un gran moretón en el ojo y la nariz ensangrentada y torcida le delataba de haber tenido problemas de hospitalidad en estos últimos días.
Entonces el trampero recordó como le destrozó la nariz a Bramad en la cantina. Además que se ensañó cuando lo único que quería era detener el revuelo que se montó por un simple servicio de bar.
“-¡!Solo quiero que me sirvan como a estos pordioseros que hay aquí¡¡-. Así empezó todo y aquí terminó.
El sheriff se dirigió al trampero y con un desdén un poco rencoroso dice.- Aquí hay una persona que quiere hablar contigo así que vuelves a decir estupideces te volveré a dar para el pelo.
El tipo trajeado del bombín se acerca a Spencer y dice:
-Señor Murray a partir de ahora queda liberado del los problemas con la ley, es usted libre de hacer lo que le plazca con su vida… pero si me acompaña podremos encontrar a su cónyuge pequeña nube, aun no tenemos muchas pistas de su paradero, pero está implicada en la misión que le tenemos reservado. Solo le pido paciencia y al final podrá encontrarse con ella.

Lo gracioso de cabalgar por el desierto es, que el aroma es seco, no tiene más olor que el polvo que levanta tu caballo y la fragancia del defecar de tu caballo, pero las vistas son lo que te hace que tu viaje te engrandezca. Bloom paró su caballo y observo las desérticas colinas y el gran cañón luciendo robusto, amenazante, desafiando al sol a que vuelva a emerger en el horizonte. Miró a Williams que miraba intranquilo su reloj de bolsillo todo el tiempo, nervioso y acelerando repentinamente el paso.
Para Harold las piezas no terminaban de encajar y el señor del bombín no soltaba mas prenda de la que prometió aclarar.
-No te preocupes cuando lleguemos a donde tenemos que ir todo cobrará sentido para ti. El tipo del traje diciendo esto se guardó el reloj en un pequeño bolsillo adecuado a semejante joya y prosiguió.
- Supongo que le dolió muchísimo la muerte de su esposa señor Bloom, pero en esta vida las sorpresas están tanto para las desgracias como para los buenos acontecimientos…
Williams miró fijamente a los ojos a Harold Bloom, un tipo medio hispano curtido en muchísimas minas y trabajos bajo tierra. Y prosiguió -El corazón humano es un instrumento de muchas cuerdas; el perfecto conocedor de los hombres las sabe hacer vibrar todas, como un buen músico.-
-Es hora de que tu música empiece a sonar…
Llega el atardecer y las colinas visten su rojo presumidas de sol y sombras, un campamento indio se vislumbra en el horizonte y Harold no deja de darle vueltas a las palabras de Williams.