Partida Rol por web

De momento Edirian se mantuvo junto a la sacerdotisa a modo de apoyo, aunque viendo lo directo e impaciente que era el mismo capitán no le cupo duda que las formas igualmente directas de Nótt serían más apropiadas que las que pudiera enlazar él. Hizo un breve asentimiento para inspirar confianza a la joven cuando ésta miró en su dirección, y luego mostró una sonrisa afable. Aunque quizás las últimas dos preguntas le parecieron un tanto específicas.

-Nos interesaba conocer más de esta noble.- Intervino, aunque sin contradecirse a lo que la clérigo de Selune había mencionado. -Como bien dice mi compañera, sus conocimientos pudieran habernos sido de ayuda. Sin embargo quizás nos pueda contar más de su persona, de si tenía familia. ¿Es nacida aquí? ¿Cómo llegó a ser la gobernante de esta ciudad?- Agregó, esperando así ampliar un poco más la respuesta que pudiera darles el hombre.

El capitán no cambia de expresión ni siquiera cuando escucha que aceptáis la misión.

- ¿Maldición arcana? - dice extrañado - Que yo sepa Lady Nandar era de todo menos una entendida en el tema Arcano, y la conocía bastante bien sea dicho de paso. Era muy devota a Lathander eso sí, por eso el templo está dedicado al dios - dice señalando a su espalda, donde veis el templo justo al lado de la entrada. - Sin embargo, todo lo que esté relacionado con lo Arcano a quien debéis acudir es a Vinthas - Dice señalando la mujer que ha hablado con Reshi antes. - Es de las mejores magas que conozco en todo Aguasprofundas, no hay muchos que sean mejores que ella a decir verdad... 

Sin dejaros mucha opción a preguntaros si debéis hablar con ella, el capitán la llama gesticulando con la mano, indicándole que se acerque.

- Estos dos te quieren preguntar algo sobre una maldición o yo que se... los dejo en tus manos, tengo asuntos de los que encargarme por aqui y no voy a ser de mucha utilidad en esta conversación... Si me disculpáis - os dice a modo de despedida.

Vinthas se acerca con curiosdidad hacia vosotros.

- ¿Qué pueden necesitar saber una sacerdotisa y un bardo sobre maldiciones? - Os dice mientras os inspecciona con la mirada.

Saber que hablar sobre maldiciones con Munnarson era lo mismo que intentarlo con un muro de roca desesperó a la sacerdotisa. Había dado por hecho que él tendría las respuestas que necesitaban, mínimo un camino para seguir, pero al parecer ni siquiera Lady Nandar había poseído los conocimientos necesarios para ayudarlos. Sin embargo, cuando iba a intentar insistir en el tema, surgió el nombre de “Vinthas”.

Lo único que sabía de esa misteriosa mujer es que tenía algún tipo de relación con Reshi, al menos eso había intuido al verlos tan “cercanos” (si es que podía catalogarse así), por lo que debía tener conocimiento de magia, mucho más que ellos.

¿Hay algún conjuro o método de romper maldiciones de unión? – Prefirió centrarse en el tema al saber que las soluciones y maldiciones podían contarse por cientos.

Resultaba decepcionante descubrir que la única pista que hasta el momento tenían para resolver sobre lo que les estaba pasando caía en saco roto. O al menos esa fue la idea por unos instantes, pues mientras aquel hombre llamaba a la dama que pareciera ser algún tipo de maestra para el joven Reshi, Ed meditó un momento sobre lo dicho por el capitán.

Nótt hizo la pregunta directamente, el bardo estuvo seguro que una persona con el nivel de inteligencia que debería tener Vinthas no tardaría en asociar la pregunta con ellos. Esperaba que al menos aquella mujer pudiera darles una nueva pista. De todos modos, quizo agregar algo más a la pregunta de la sacerdotisa de Selune. -Específicamente, sobre maldiciones de unión relacionadas con Lathander, posiblemente.-

Vinthas frunce el ceño y os mira de forma curiosa. Está claro que se está preguntando algo. De repente sus ojos se abren como platos - Por todos los dioses... tienen que ser ellos de los que me han hablado... - murmura más para si misma que para vosotros. Su mirada no oculta la sorpresa ni la incredulidad con la que os está observando.

- Si no voy equivocada lo vuestro no es una simple maldición... No será facil deshaceros de ella, y siento deciros que no soy yo quien puede ayudaros...

No sabéis como, pero Vinthas parece saber quienes sois y parece saber algo de vuestra... condicion. Incluso más que vosotros.

Vinthas continúa antes de que podáis decir nada. - Sin embargo, me consta que no es de Amaunator ni de Lathander de quien tenéis que preocuparos. Lo único que puedo deciros es que las runas de los gigantes y su conocimiento pueden ayudaros.

No le gustó aquella mirada, mucho menos el silencio que se formó después y la sorpresa que mostró, confirmando sus palabras que sabía mucho más de lo que decía.

La sacerdotisa la observó con atención sin entender por qué directamente no le decía lo que sabía. Podía ser desde una amenaza todavía más fuerte y grave de lo que ambos pensaban o palabras prohibidas, como si de una leyenda se tratase, de la cual no podía hablar. En cualquiera de las dos opciones sentía ser el títere de los dioses o los magos, jugando con ellos para ver hasta dónde llegarían.

Conoces más de nosotros de lo que tus palabras muestran. ¿Por qué no nos dices directamente la verdad? – Era evidente que la actitud esquiva de Vinthas la molestaba, siendo tal vez más dura de lo que estaba acostumbrada con sus palabras al no poder contenerse.

Vinthas suspira con visible frustración ante la pregunta directa de Nótt.

- No és tan fácil, sacerdotisa. - un atisbo de preocupación se hace visible en sus ojos -Los hilos que tejen el tiempo y une a las personas son fragiles y complejos... Tenéis dos opciones: saber cual es el camino a seguir y arriesgaros a perderlo o encontrarlo por vosotros mismos.

Era claro que no iban a llegar a ningún lado, al menos no de la forma directa en que Nótt intentaba hacerlo. Pero la mujer sabía cosas, y en ese momento necesitaban más pistas que lo poco que le había revelado. El bardo decidió atreverse a dar un paso hacia la dama, mostrando no sólo su encantadora sonrisa, sino también la sinceridad que se pintaba en sus ojos.

-Dama Vinthas, entienda que esto que está ocurriendo no lo comprendemos ni ella ni yo.- Dijo. -Y sin embargo, entendemos lo suficiente como para saber que el tiempo va en nuestra contra, y aunque no sabemos las consecuencias que tendrá en el futuro, lo que ya está pasando de por si es para preocupar a cualquiera.- Hizo una leve reverencia hacia la mujer, luego fijando sus ojos verdes en ella. -Lo estamos intentando resolver por nuestra cuenta, eso es lo que nos ha traído aquí en un principio. Pero al morir Lady Nandar volvemos a estar sin nada que seguir, sin nada a qué aferrarnos. Usted sabe más, como bien ha dicho mi compañera. De algún modo, ha oído de nosotros, y por su gesto lo que ha oído no es bueno. Por favor, díganos al menos qué ha escuchado, o dónde.-

Extendió ambas manos frente a él, con las palmas hacia arriba. -Nos ha dicho que seguir a estos gigantes puede ser la clave, pero veinte días de viaje puede afectarnos de distintas maneras. ¿De verdad no podría contarnos algo más? ¿Asegurarnos que es éste el camino correcto a seguir?-

Parece que las palabras o la insisténcia del bardo sirven de algo, aunque Vinthas se pone visiblemente nerviosa y mira a su alrededor, como esperando una reprimienda de alguien por lo que iba a decir.

- Escuchadme bien - os dice casi en un susurro - Estáis jugando con fuerzas que no podéis ni llegar a comprender. Un paso en falso, una mala interpretación de cualquier cosa que os diga, os puede llevar a algo peor que la muerte. Las Runas de los gigantes os pueden ayudar, tienen una capacidad mágica fuera del alcance de todo mortal en los Reinos. Quien mejor domina las Runas es el Rey de los gigantes. Si Alguien puede ayudaros es él, debéis encontrar la forma de llegar a él. De alguna manera los gigantes están planeando algo, pero no se el qué. Allí donde haya gigantes, es donde debéis estar. No os desaniméis si en ocasiones el camino se vuelve confuso o parece perderse, después de toda noche viene un amanecer.

Dicho esto su profunda mirada se cruza con la vuestra y se marcha.

En la cabeza de la sacerdotisa aquella maga hablaba con voz aguda, como si fuera el molesto pitido de una rueda de carruaje averiada, soltando palabras sin sentido con tal de llenar los espacios de vacíos aunque en realidad no dijera nada.

No le caía bien, algo normal en ella teniendo en cuenta que la mayoría de seres vivientes que se interponían en su camino acababan causándole algún tipo de molestia, pero en esta ocasión se acentuaba por las verdades a media o el misterio preocupante que dejaba detrás. Condena del alma, muerte y gigantes.- Si antes le preocupaba las razones por las cuales su diosa, o eso seguía pensando al menos, la había llevado a ese lugar, ahora directamente temía conocer la respuesta. Quería pensar que Selune tenía plan para ella y que involucraba al bardo, la cuestión era saber interpretar los confusos mensajes y actuar en consecuencia.

Durante todo ese pensamiento se quedó observando a Ed, como si tuviera escrito en su piel la respuesta. Él también tenía sus motivos para estar ahí, un viaje largo que no la involucraba, ¿y si había sido casual? Hasta donde tenía entendido él únicamente paseaba buscando su Melodía, no fue llamado por ningún ente o dios hacia el templo. Lugar y momento equivocado. Podría haber sido cualquiera.- Cuando sus miradas se cruzaron la retiraron de inmediato, observando cómo Vinthas huía de más preguntas.

Nos queda un largo camino por delante.- Largo, cansado y mortífero. El simple hecho de pensar todo lo que tenían por delante resultaba desalentador, sobre todo cuando se trataba ni más ni menos que de gigantes. Guardó todas esas preocupaciones, miedos e incertidumbre que ahora sentía en un cajón bien cerrado de su interior, para intentar seguir adelante. Por la noche, en su relativa soledad, ya podría desahogarse con su madre luna.- Vamos.- Se adelantó también, recordando que tenían que darle su respuesta a Munnarson.

Por ahora irían con el grupo.

No dejaban de ser palabras crípticas, pero era mucho más de lo que habían averiguado hasta el momento. Seguían sin saber quien pudo haber informado a la erudita sobre ellos dos, y parecía que de momento eso debía seguir así.

-Muchas gracias, dama Vinthas.- Terminó por decir Edirian mientras la mujer se alejaba. Luego sonrió pícaramente hacia Nótt cuando soltó aquellas palabras que parecían desalentadoras. -Ah, pero es un paso hacia adelante, chica luna. Mejor avanzar que retroceder.- Le hizo un guiño y la siguió hacia el capitán para darle la decisión de continuar con el grupo.